La solución de desafíos sociales de las metrópolis depende de la capacidad de los gobiernos locales

Investigadores del Centro de Estudios de la Metrópolis estudian las distintas dimensiones de la desigualdad y de qué manera pueden incidir sobre ellas las políticas públicas

Por Elton Alisson, desde Bruselas (Bélgica)  |  Agência FAPESP – Aunque se basaron en un sistema de tres niveles –compuesto por la Nación, los estados y los municipios–, el federalismo belga y el federalismo brasileño son muy distintos. Mientras que el sistema federativo belga permite que los gobiernos subnacionales sean responsables de una serie de áreas, tales como las de infraestructura y de desarrollo urbano, y tengan el derecho de legislar inicialmente sobre las mismas –en complementación con la legislación federal–, en el caso del federalismo brasileño es el gobierno federal el que estipula las políticas públicas en esas áreas, y compete a los estados y a los municipios ejecutarlas.

Aunque en el federalismo brasileño tanto los estados como los gobiernos locales tienen el mismo estatus constitucional, es el gobierno federal el que establece políticas de ingresos, por ejemplo. Los estados y los municipios, por su parte, tienen la responsabilidad de implementar políticas de servicios tales como saneamiento, seguridad pública, movilidad urbana y cuidados básicos de salud.

“El federalismo brasileño está bastante centralizado en comparación con el belga”, afirmó Marta Arretche, docente del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de São Paulo (USP) y coordinadora del Centro de Estudios de la Metrópolis (CEM) –uno de los Centros de Investigación, Innovación y Difusión (CEPIDs) que la FAPESP financia–, durante la conferencia que dictó en la FAPESP Week Belgium, que se realizó en las ciudades de Bruselas, Lieja y Lovaina entre los días 8 y 10 de octubre.

“Esta centralización del poder se materializa en diversas dimensiones y en políticas públicas que afectan a los gobiernos subnacionales del país, que son los estados y los municipios”, afirmó Arretche.

Toda vez que los estados y los municipios son los encargados la ejecución de políticas públicas y cabe a éstos la provisión de los servicios esenciales para la población –tales como salud básica, educación, infraestructura y transporte público–, son éstos los que han tenido que afrontar y buscar soluciones referentes a los desafíos sociales en las metrópolis brasileñas, sostuvo la investigadora.

“La educación, la salud, los transportes y los servicios urbanos se han vuelto cada vez más una cuestión de responsabilidad del gobierno local o regional. Como resultado de ello, aun cuando existan políticas nacionales, el acceso a los servicios públicos está mediado por la capacidad que tienen de proveérselos los municipios en donde viven la gente”, dijo Arretche.

Una de las líneas de investigación en el CEM de las cuales la investigadora forma parte se refiere a las distintas dimensiones de la desigualdad y de qué manera pueden afectarlas las políticas públicas.

La principal pregunta a la cual los investigadores se han dedicado a hallarle respuesta es en qué medida las políticas públicas pueden romper la relación entre los ingresos de los individuos y el acceso a los servicios públicos. “En líneas generales encontramos desigualdades entre regiones, entre ciudades de áreas metropolitanas y dentro de las ciudades”, dijo Arretche.

Una ciudad más inclusiva

En Bruselas, y con el fin de combatir las desigualdades sociales a escala regional y aumentar la inclusión de personas y familias pobres en la capital belga, en 2014 se puso en marcha el proyecto Metrolab.

Este proyecto apunta a apoyar las políticas europeas de desarrollo urbano que puedan redundar en mejoras ambientales, sociales y económicas para Bruselas, según explicó Mathieu Berger, docente de sociología de la Universidad Católica de Lovaina (UCL) y coordinador del proyecto también durante una conferencia dictada en el marco de la FAPESP Week Belgium.

“El proyecto es multidisciplinario y reúne a cuatro de las principales disciplinas de investigación implicadas en el desarrollo de una ciudad: sociología, arquitectura, planificación urbana y geografía. De este modo, podemos abordar la mayoría de los proyectos urbanos y apuntar hacia una visión abarcadora a los efectos de aumentar las probabilidades de que desemboquen en aplicaciones relevantes”, dijo.

Este proyecto forma parte de un vasto programa europeo de políticas públicas –el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER)–, que apunta a promover el desarrollo regional de la Unión Europea, lo que incluye a Bruselas.

El Fondo Europeo brinda apoyo a 46 proyectos que abordan diversos temas y áreas globales de desarrollo sostenible relevantes para las ciudades. La inversión supera 200 millones de euros. “Este tipo de financiamiento de la investigación académica para apoyar políticas públicas es pionero en Bruselas", dijo Berger.

Los proyectos que apoya el FEDER y que se encuentran bajo la supervisión de Metrolab en Bruselas incluyen la rehabilitación de un centro alimentario en Anderlecht, la renovación y la transformación de una abadía medieval en un centro cultural en Forest, la apertura de una clínica de salud para los más necesitados en Cureghem y el desarrollo de un centro de deportes y recreación en el hipódromo de Boitsfort, aparte de otros distintos proyectos, destacó Berger.