Durante los años de El Niño, la cantidad de recipientes positivos para larvas en las áreas inspeccionadas en los municipios paulistas aumenta cuando se la compara con la de eventos climáticos neutros y débiles (foto: Léo Ramos Chaves/Pesquisa FAPESP)
Científicos demuestran que los índices de incidencia de las larvas del Aedes aegypti en los recipientes desechados al aire libre crecen bajo los efectos de este fenómeno climático, con temperaturas superiores a los 23,3 °C y volúmenes de lluvias de más de 153 mm
Científicos demuestran que los índices de incidencia de las larvas del Aedes aegypti en los recipientes desechados al aire libre crecen bajo los efectos de este fenómeno climático, con temperaturas superiores a los 23,3 °C y volúmenes de lluvias de más de 153 mm
Durante los años de El Niño, la cantidad de recipientes positivos para larvas en las áreas inspeccionadas en los municipios paulistas aumenta cuando se la compara con la de eventos climáticos neutros y débiles (foto: Léo Ramos Chaves/Pesquisa FAPESP)
Por Luciana Constantino | Agência FAPESP – En el marco de una investigación publicada en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases, se comprobó que El Niño está relacionado con el aumento de la infestación del mosquito Aedes aegypti, transmisor de enfermedades tales como el dengue, el chikunguña y el zika. Mediante la utilización de datos de los 645 municipios del estado de São Paulo (Brasil) durante el período 2008-2018, los científicos a cargo del estudio demostraron que los índices de incidencia de las larvas del mosquito en los recipientes desechados al aire libre aumentan bajo los efectos de este fenómeno climático, con temperaturas superiores a los 23,3 °C y volúmenes de lluvias de más 153 milímetros (mm).
Al efectuar una comparación entre las ciudades, en el trabajo se señala que las áreas más vulnerables a la proliferación del Aedes se ubican predominantemente en las zonas centro y norte del estado, y que las disparidades sociales también hacen su aporte a la infestación.
El Niño es considerado uno de los fenómenos climáticos de mayor impacto en la Tierra, y se caracteriza por el calentamiento anormal de la superficie del océano Pacífico debido a la disminución de la intensidad de los vientos alisios. Por eso modifica los patrones de la circulación atmosférica sobre el Pacífico, alterando la distribución de la humedad y las temperaturas en diversas zonas del planeta. Se estima que durante las próximas décadas se concretará un incremento de la frecuencia y la intensidad de este evento, los que refuerza la necesidad de expandir la capacidad de rastreo de los criaderos de estos mosquitos a los efectos de implementar medidas de combate y control.
“No llegamos a analizar los casos de dengue en el período. Trabajamos con los índices de infestación de larvas del mosquito que por sí solas no sirven para apuntar casos. Pero sabemos que, si existe un incremento de la infestación del vector, consecuentemente habrá más registros de la enfermedad, ya que el virus circula en el estado de São Paulo. Si bien sabíamos que las condiciones climáticas favorecen el aumento o la disminución de la existencia del vector, no había un análisis que indicase en qué medida El Niño influye en ello”, dice el estadístico Gerson Laurindo Barbosa, investigador del Instituto Pasteur (la antigua Superintendencia de Control de Endemias, Sucen) y coautor del artículo.
Los resultados demostraron que durante los años de El Niño la cantidad de recipientes que dan positivo para larvas en las áreas de inspección de los municipios paulistas aumenta 1,30 unidades cuando se la compara con la de eventos climáticos neutros y débiles. Para realizar el estudio, se emplearon datos del mapeo de larvas del Aedes aegypti (el denominado índice de Breteau), de temperatura y precipitaciones, con ajustes para la densidad poblacional y las desigualdades sociales.
Pese a que no trabajaron con datos nacionales, los investigadores estiman que el resultado que se obtuvo para São Paulo puede ser similar en el resto de Brasil. “En 2023-2024 se registró la mayor epidemia de dengue en el estado y en el país en general, y fue un año de El Niño. Desafortunadamente, la realidad ha demostrado que este fenómeno climático influye bastante en esos casos”, afirma el profesor Francisco Chiaravalloti Neto, del Laboratorio de Análisis Sanitario Espacial de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de São Paulo (FSP-USP), otro autor del texto.
El investigador contó con el apoyo de la FAPESP en el marco del proyecto intitulado “Empleo de la teledetección y la inteligencia artificial para prever áreas con alto riesgo de infestación de Aedes aegypti y arbovirosis”, que también redundó en otra investigación en la cual se diseñó un modelo computacional con capacidad para prever si una área urbana está sujeta a un alto riesgo de dengue con base en fotos de las fachadas de las edificaciones (lea más en: agencia.fapesp.br/50947).
La epidemia
El Aedes aegypti es el mosquito transmisor de las denominadas arbovirosis, el vector de los virus causantes del dengue, el chikunguña y el zika. Es una especie más frecuente en áreas urbanas y deposita sus huevos en el agua estancada.
Este año Brasil atraviesa su peor epidemia de dengue, con la mayor cantidad de casos de la serie histórica que empezó en 1986. En octubre, el país llegó a los 6,54 millones de casos probables, con 5.696 muertes (aparte de otras 1.300 bajo investigación), de acuerdo con el Panel de Monitoreo de Arbovirosis del Ministerio de Salud nacional. El estado de São Paulo registró un 32 % del total del país, con 2,1 millones de enfermos, y en la capital paulista hubo 635.000 infecciones.
En simultáneo con ello, El Niño empezó a afectar a Brasil en junio de 2023: se estima que es uno de los más fuertes de los últimos años. Se ha correlacionado al fenómeno con las lluvias superiores a la media en la región sur del país y en las áreas del sur del estado de Mato Grosso do Sul y de São Paulo, por ejemplo, en contraste con el volumen por debajo del promedio en partes de las regiones norte y nordeste, y también con la elevación de la temperatura en gran parte del país.
“Aparte de contribuir con el mapeo de las áreas vulnerables, esta investigación permite que se estratifique el riesgo en el tiempo. Es decir, si existe un pronóstico de El Niño –y es posible preverlo–, al unir a los datos de las áreas de riesgo, podemos optimizar y orientar el monitoreo, aparte de promover acciones de control en el tiempo correcto”, añade el profesor Chiaravalloti Neto.
El trabajo del grupo de científicos se puso en marcha en el año 2019 y afrontó una serie de retos metodológicos, entre ellos la falta de información de la infestación en todos los municipios paulistas.
“Muchos municipios no disponen de información y bancos de datos. La concreción de un experimento en la academia y la transformación de sus resultados en un artículo científico, para con base en ello poder dejarlos a disposición, a los efectos de que los gestores los utilicen en sus políticas públicas, es algo sumamente importante. Trabajo en la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Santa Bárbara d’Oeste como director de políticas públicas y este tipo de contacto con la academia ayuda a intentar reproducir dentro del municipio algunas soluciones que pueden tener éxito”, sostiene el ecólogo y geógrafo Thiago Salomão de Azevedo, otro autor del artículo.
En tanto, Barbosa destaca que al buscar nuevas herramientas para trabajar en la determinación de las áreas de mayor riesgo de infestación del mosquito Aedes aegypti, la academia hace su aporte para que los gestores logren definir políticas públicas priorizando las zonas más afectadas con bases científicas. “Cuando se logra enfocar más el trabajo, se optimizan los recursos tanto humanos como en fondos.”
Puede leerse el artículo intitulado Effects of the El Niño-Southern Oscillation and seasonal weather conditions on Aedes aegypti infestation in the State of São Paulo (Brazil): A Bayesian spatio-temporal study en el siguiente enlace: journals.plos.org/plosntds/article?id=10.1371/journal.pntd.0012397.
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