Una ventaja importante de la tecnología de Ideelab es su capacidad para combatir patógenos que se alojan en los vasos conductores de las plantas (foto: Phelipe Janning/Agência FAPESP)
Con apoyo de la FAPESP, una startup paulista desarrolla estrategias más eficientes para combatir patógenos que amenazan a la citricultura; la tecnología será presentada durante VivaTech, en Francia
Con apoyo de la FAPESP, una startup paulista desarrolla estrategias más eficientes para combatir patógenos que amenazan a la citricultura; la tecnología será presentada durante VivaTech, en Francia
Una ventaja importante de la tecnología de Ideelab es su capacidad para combatir patógenos que se alojan en los vasos conductores de las plantas (foto: Phelipe Janning/Agência FAPESP)
Por Roseli Andrion | Agência FAPESP – El avance en la comprensión de la forma por la cual las plantas y los microorganismos se comunican ha inspirado a la startup Ideelab a desarrollar innovaciones biotecnológicas que podrían revolucionar el control de enfermedades en cítricos, uno de los grandes desafíos del agronegocio brasileño.
Con apoyo del programa Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE, por sus siglas em portugués) de la FAPESP, Ideelab será una de las diez empresas invitadas por la Fundación a presentar su tecnología en el stand de la Universidad de São Paulo (USP) en la feria internacional VivaTech, uno de los mayores eventos de startups y tecnología de Europa, que se celebrará del 11 al 14 de junio en París, Francia.
La edición 2025 de VivaTech abordará las nuevas fronteras de la innovación tecnológica desde perspectivas económicas, geopolíticas, sociales y medioambientales. El año pasado, 165 mil personas visitaron los diversos stands de la feria.
“Tenemos grandes expectativas por participar en la feria, no solo por lo que aprenderemos, sino por los vínculos e interacciones que podremos establecer con otras empresas. Evaluaremos qué funciona en nuestra realidad y quizá intentemos algo similar. Será un hito en nuestra trayectoria”, comenta Ronaldo José Durigan Dalio, fundador de Ideelab.
Armas moleculares
El trabajo de la empresa parte de un principio fundamental: las plantas se comunican con los microorganismos a través de moléculas específicas, llamadas efectoras – péptidos y proteínas producidos naturalmente por ellos, que interactúan con los receptores de reconocimiento de patrones en las plantas cultivadas.
“Esta comunicación determina si la interacción resultará en una enfermedad o en un beneficio para la planta”, explica Dalio. “A partir de estas moléculas efectoras, la planta puede distinguir a un ‘amigo’ de un ‘enemigo’”, resume el biólogo.
El objetivo es entender cómo interactúan los microorganismos benéficos con las plantas cítricas y cuales moléculas secretadas por ellos resultan en una mejora en la productividad y en la protección contra enfermedades. “Las plantas conviven con microorganismos desde hace más de 400 millones de años”, cuenta. “Ese reconocimiento y la comunicación ocurren a través de proteínas y moléculas orgánicas.”
Inicialmente, los investigadores mapearon cómo el patógeno Phytophthora parasitica, causante de la gomosis en cítricos, utiliza moléculas efectoras para burlar el sistema inmunológico de las plantas y causar enfermedades. “Observamos que, en plantas susceptibles, el patógeno implementa ‘armas moleculares’ y la planta no logra defenderse”, detalla. “En cambio, las plantas resistentes tienen un mecanismo de defensa en otra capa, que no entra en contacto con las efectoras – es como una segunda línea de defensa que impide la infección”.
Este descubrimiento permitió desarrollar estrategias más eficientes para controlar enfermedades, no solo la gomosis, sino también para otros males cítricos de la citricultura. “Es el caso del greening, causado por la bacteria Candidatus Liberibacter asiaticus y transmitido por el insecto psílido, y de enfermedades provocadas por Xylella fastidiosa [agente del “amarelinho”] y especies de Xanthomonas.”
De la academia al mercado
La historia de Ideelab comenzó cuando Dalio regresó a Brasil tras un doctorado en la Universidad Técnica de Múnich, en Alemania, donde desarrollo investigaciones sobre moléculas efectoras. Luego trabajó en el Centro de Citricultura Sylvio Moreira del Instituto Agronómico (IAC), bajo la supervisión del investigador Marcos Antonio Machado.
En la institución, Dalio comenzó a aplicar los conocimientos adquiridos al contexto de las enfermedades que afectan los cítricos en Brasil. “Empecé a ser invitado a presentar estas líneas de investigación en congresos, y a partir de eso, a ser buscado por empresas interesadas en desarrollar innovaciones basadas en esta tecnología”.
Entonces se dio cuenta de la necesidad de crear una estructura más ágil y profesional para responder a esas demandas. En colaboración con el profesor Sérgio Pascolatti, de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP) en Piracicaba, Dalio fundó Ideelab con el propósito de desarrollar bioinsumos innovadores para la agricultura brasileña. “Comenzamos con cinco profesionales hace cerca de seis años y hoy contamos con 37 colaboradores, incluidos 12 doctores.”
El nombre de la empresa combina idee (idea en alemán) con lab (laboratorio) – eso porque el objetivo siempre fue ser un laboratorio para convertir ideas en innovación. “Queríamos un nombre internacional para, en el futuro, actuar en la búsqueda de la internacionalización – y eso está ocurriendo ahora. Necesitábamos un nombre que sonara bien en varios idiomas, y el radical idee significa ‘idea’ en muchas lenguas.”
Del laboratorio al campo
Una de las ventajas importantes de la tecnología de Ideelab es su capacidad para combatir patógenos que se alojan en los vasos conductores de las plantas, como las bacterias causantes del greening, evalúa Dalio. “Estos microorganismos colonizan los vasos y dañan los tejidos. Es muy difícil que un producto químico convencional llegue hasta ellos. Se necesitan técnicas más refinadas para alcanzar el objetivo y proteger los cultivos”.
La empresa ya tiene pruebas de concepto que demuestran la eficacia de la tecnología y, actualmente, los profesionales trabajan en el perfeccionamiento de prototipos de los productos. “Estamos en una etapa intermedia: todavía necesitamos resolver aspectos como la estabilidad de los péptidos, la forma de aplicación, el tiempo residual y el intervalo entre aplicaciones”, detalla el investigador.
Para ello, Ideelab cuenta con un centro de innovación en Piracicaba, una unidad de bioprocesos y está a punto de inaugurar una planta en Cambé, cerca de Londrina (estado de Paraná), dedicada a la producción de moléculas de alto valor añadido y complejidad biotecnológica.
Beneficios para toda la cadena
Según Dalio, las tecnologías desarrolladas por Ideelab representan una alternativa sostenible a los defensivos agroquímicos tradicionales. “Es un producto con una huella de carbono mucho menor, no contaminante y no tóxico para el medio ambiente”, destaca. Así, los beneficios se extiende a toda la cadena: los productores obtienen un control más eficiente y sostenible de enfermedades, la industria recibe productos de mejor calidad y los consumidores acceden a alimentos con menos residuos químicos.
La empresa organiza sus productos en seis categorías (o generaciones) según su complejidad biotecnológica: La generación 1 contiene un único organismo por frasco, mientras que la generación 2 agrupa consorcios de microorganismos en un mismo producto. La generación 3 corresponde a los productos a base de metabolitos, y la generación 4 a los productos a base de efectores, péptidos y proteínas. La generación 5 se dedica a la edición genómica, y la generación 6 al ARN de interferencia. “Las generaciones 3 y 4 representan la próxima gran ola de innovación en la agricultura mundial, y es en ellas que nos hemos concentrado en los últimos años.”
Aunque el foco actual son los cítricos, debido a su importancia económica y a los desafíos sanitarios enfrentados por el sector en Brasil, la tecnología puede ser útil para diferentes cultivos. “El concepto puede aplicarse a la soya, el eucalipto, el maíz, el algodón, el plátano, la fresa, la rúcula y otras especies.”
Además de enfermedades causadas por hongos y bacterias, la tecnología puede utilizarse para controlar insectos vectores de enfermedades. “Tenemos una línea de investigación que busca péptidos y proteínas pequeñas con efectos contra insectos como el psílido y el picudo, plaga clave del algodón”.
Expansión internacional
Además de tener un nombre con perfil internacional, Ideelab ha contratado recientemente un representante comercial en Boston (EE.UU.), encargado de liderar su estrategia de internacionalización. Paralelamente, la empresa participará en VivaTech. “El universo ya conspira para esa internacionalización”, bromea Dalio.
Dalio destaca que Brasil está a la vanguardia del desarrollo de bioinsumos y biotecnología agrícola. “Vamos a poder presentar nuestra experiencia y lo que hacemos en un evento de gran innovación, y generar intercambios relevantes allá”, concluye. “Además, esa visibilidad tiene el potencial para ayudar en nuestro proceso de internacionalización”.
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