Proyectos con científicos de ambos países apuntan a modernizar la matriz energética para hacer posible la generación distribuida y la digitalización de las redes (foto: Felipe Maeda/ Agência FAPESP)
Proyectos con científicos de ambos países apuntan a modernizar la matriz energética para hacer posible la generación distribuida y la digitalización de las redes
Proyectos con científicos de ambos países apuntan a modernizar la matriz energética para hacer posible la generación distribuida y la digitalización de las redes
Proyectos con científicos de ambos países apuntan a modernizar la matriz energética para hacer posible la generación distribuida y la digitalización de las redes (foto: Felipe Maeda/ Agência FAPESP)
Por Maria Fernanda Ziegler | Agência FAPESP – La colaboración entre científicos brasileños y noruegos dará impulso a nuevas acciones y estrategias en energía solar en ambos países. Esto fue lo que se demostró durante el 1º Workshop de Energía Solar Brasil-Noruega, realizado en São Paulo en el auditorio de la FAPESP, que constituyó la acción inicial del acuerdo de cooperación sellado entre la FAPESP y el Consejo de Investigación de Noruega (RCN).
“La colaboración con Brasil nos ayuda a avanzar en los desafíos globales y aumenta nuestra capacidad y la calidad de nuestra investigación”, dijo Rune Andersen, consejero para Ciencia y Tecnología del RCN.
Andersen comentó que Noruega dispone de dos tipos de financiación de la investigación científica en energía: los programas INPART y UTFORSK. Ambos no tienen restricciones para apoyar participaciones internacionales, de brasileños inclusive. “El año pasado se destinaron 9 millones de euros a la investigación energética”, dijo.
Se espera que con el acuerdo suscrito entre la FAPESP y el RCN, se emitan convocatorias a la presentación de propuestas de investigaciones y se realicen más workshops para que haya una mayor integración entre científicos de ambos países.
En el primer workshop, quedó claro que la complementariedad será la palabra clave de la colaboración. Brasil y Noruega son grandes productores de petróleo y gas natural, y la matriz energética de ambos países se apoya en las centrales hidroeléctricas. Así y todo, mientras que Noruega exporta el excedente energético de las centrales hidroeléctricas a los países vecinos y apuesta a la energía solar para el uso residencial, Brasil apunta a utilizar su alto potencial solar para aumentar la resiliencia y la redundancia de la matriz energética, que afronta un crecimiento de la demanda y períodos de sequía.
“Hasta hace poco tiempo, se consideraba que la energía solar era algo del futuro, pero el futuro ya llegó. No obstante, Brasil está atrasado con relación a otros países. Tenemos un potencial enorme, fundamentalmente en el llamado cinturón solar, una región que se extiende desde el nordeste hasta el sudoeste del país, ocupando sobre todo [los estados de] Bahía y Minas Gerais, e incluso São Paulo”, dijo Enio Pereira, coordinador del Laboratorio de Modelado y Estudios de Recursos Renovables de Energía del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe).
Pereira afirma que, si bien la inversión en energía solar es aún pequeña en Brasil, esta fuente renovable está creciendo rápidamente en la matriz energética brasileña.
De acuerdo con datos que presentó durante su conferencia, el incremento de la energía solar en Brasil fue superior al 300% durante los últimos dos años. Por ende, es la energía cuyo uso más crece, aunque cubre tan sólo el 0,02% de la matriz energética del país.
“La complementariedad de las energías constituye un tema sumamente importante, y debe explotársela mejor. A causa de la crisis hídrica, gran parte de la energía está siendo suplida por las centrales termoeléctricas, que son muy contaminantes y tienen un alto costo energético. Con todo, donde hay sequía, hay pocas nubes. Por ende, hay más insolación precisamente cuando escasea el agua que alimenta a las usinas hidroeléctricas”, dijo Pereira.
Un caso concreto
En el workshop realizado el 13 de noviembre, uno de los ejemplos mencionados fue la colaboración de la petrolera noruega Statoil con la también noruega Scatec Solar, que están construyendo una planta de energía solar en el estado de Rio Grande do Norte, con una capacidad de 162 megavatios.
“En Noruega estamos creciendo en la microgeneración mediante energía solar. Como la radiación no es alta, es mucho mejor construir grandes plantas como la que Statoil está erigiendo en Rio Grande do Norte. Somos una nación enfocada en la producción de energía y estamos desarrollando investigación en otra área de energía”, dijo Morten Dæhlen, decano de la Facultad de Matemática y Ciencias Naturales de la Universidad de Oslo.
Además de la complementariedad –ya sea entre las investigaciones en ambos países o entre las fuentes energéticas–, los científicos reunidos en el workshop coincidieron en que la introducción de la energía solar en la matriz energética constituye de por sí una modernización del sector.
“Vamos a acelerar el paso en dirección hacia las llamadas redes inteligentes de energía. Brasil tiene todavía un sistema eléctrico basado únicamente en cargas, pero con la energía solar y la generación distribuida [cuando una residencia puede distribuir el excedente de la energía solar generada en entre las otras casas de su barrio, por ejemplo], el sistema puede contar con cargas que son también generadores. El problema reside en que en la actualidad los equipamientos de las concesionarias están preparados mayoritariamente para funcionar en un solo sentido de flujo de energía. Al invertir el sentido en algunos momentos del día, los equipamientos fallan”, dijo Fernando Pinhabel Marafão, docente de la Universidade Estadual Paulista (Unesp) con sede en la ciudad de Sorocaba, en el estado de São Paulo.
Según Pinhabel Marafão, Brasil aún no está preparado para hacer uso masivo de la energía fotovoltaica, pero se ha avanzado mucho en los estudios en ese campo.
“Tenemos que automatizar y reemplazar equipamientos, medidores, sensores y reconectadores. Para que la generación distribuida funcione efectivamente, será necesario hacer toda una revisión del sector eléctrico”, dijo Pinhabel Marafão, quien coordina un proyecto de investigación sobre smart grids en colaboración con la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología desde junio de este año.
Para Dæhlen, sólo con la digitalización de la energía impulsada por la energía solar y por las smart grids será posible alcanzar el Objetivos de Desarrollo Sostenible (de las Naciones Unidas) número 7, sobre energía limpia y accesible.
“Tenemos muchos desafíos. Sólo uno de los 17 objetivos del desarrollo sostenible se refiere directamente a la energía. Pero todos los otros requieren de la energía para alcanzárselos”, dijo Dæhlen.
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