La lagartija Liolaemus lutzae es una de las dos especies brasileñas que entraron en la lista. Bajo amenaza crítica de extinción, este animal vive en la restinga de la costa del estado de Río de Janeiro, que ya registró una marejada ciclónica como un tsunami de magnitud 1 (foto: Miguel Relvas Ugalde/Wikimedia Commons).

Biodiversidad
Los fenómenos naturales amenazan al 10 % de las especies de vertebrados terrestres del mundo
12-09-2024
PT EN

Un estudio a cargo de científicos brasileños y colaboradores extranjeros indica que los terremotos, los huracanes, los tsunamis y las erupciones volcánicas expanden el riesgo de extinción de mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Estos eventos pueden operar en sinergia con otros provocados por humanos.

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Los fenómenos naturales amenazan al 10 % de las especies de vertebrados terrestres del mundo

Un estudio a cargo de científicos brasileños y colaboradores extranjeros indica que los terremotos, los huracanes, los tsunamis y las erupciones volcánicas expanden el riesgo de extinción de mamíferos, aves, reptiles y anfibios. Estos eventos pueden operar en sinergia con otros provocados por humanos.

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La lagartija Liolaemus lutzae es una de las dos especies brasileñas que entraron en la lista. Bajo amenaza crítica de extinción, este animal vive en la restinga de la costa del estado de Río de Janeiro, que ya registró una marejada ciclónica como un tsunami de magnitud 1 (foto: Miguel Relvas Ugalde/Wikimedia Commons).

 

Por André Julião  |  Agência FAPESP – En un artículo publicado en la revista PNAS, un grupo de científicos que cuenta con el apoyo de la FAPESP estima que más de 3.000 especies de vertebrados terrestres se encuentran sujetas a riesgos de extinción debido a eventos tales como terremotos, huracanes, tsunamis y erupciones volcánicas.

El registro de dichas especies se concretó con base en la superposición del área del planeta en donde sucedieron estos eventos con los lugares de existencia de mamíferos, reptiles, anfibios y aves que cuentan con menos de 1.000 ejemplares en la naturaleza o que ocupan una extensión de menos 2.500 kilómetros cuadrados, lo que les genera dificultades para reproducirse y recuperar la viabilidad de sus poblaciones ante el surgimiento de fenómenos naturales críticos.

“Hoy en día existen en el mundo 8.813 especies con una población muy pequeña o que viven en áreas restringidas. Nuestras estimaciones indicaron que 3.722 de ellas (un 42 %) habitan en regiones en donde hubo uno o más de estos eventos durante los últimos 50 años, lo que es bastante amenazador para el futuro de esos animales”, explica Fernando Gonçalves, autor principal del referido trabajo, realizado en parte durante un posdoctorado en el Instituto de Biociencias de la Universidade Estadual Paulista (IB-Unesp), en la ciudad de Rio Claro, con beca de la FAPESP.

El estudio al que se hace referencia se lleva a cabo en el ámbito del Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Cambios del Clima (CBioClima), un Centro de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID) apoyado por la FAPESP.

Entre las especies amenazadas por los fenómenos naturales, el 70 % vive en islas. Si se tienen en cuenta las regiones del planeta, un 34 % habita en el Neotrópico, zona que se extiende desde el sur de México hasta el norte de Argentina.

En el mar Caribe y en el golfo de México, las especies se encuentran susceptibles fundamentalmente a los huracanes, mientras que los volcanes, los terremotos y los tsunamis constituyen las principales amenazas en el denominado cinturón de fuego del Pacífico, la zona con mayor actividad tectónica del mundo, que incluye a la cordillera de los Andes y a la costa oeste de Estados Unidos y de Canadá.

El loro de San Vicente (Amazona guildingii), nativo de las montañas de densos bosques de la isla caribeña de San Vicente, en las Antillas Menores, ha sido clasificado como en alto riesgo debido a la actividad volcánica, y en riesgo a causa de los huracanes (foto: Faraaz Abdool/Birding the Islands)

“Muchas de estas especies viven en lugares de alto riesgo de surgimiento de eventos catastróficos porque fueron empujadas hacia esos sitios tras haber perdido sus hábitats en bosques deforestados, por ejemplo”, comenta Mauro Galetti, docente del IB-Unesp y uno de los coordinadores del estudio.

Un ejemplo de ello es la rana cohete de Quito (Colostethus jacobuspetersi), que antes se distribuía ampliamente por las regiones norte y central de los Andes, pero que ahora se encuentra restringida a áreas situadas alrededor del volcán Cotopaxi, en Ecuador, que entró en erupción más de 50 veces desde el año 1738.

La protección

Los investigadores definieron que existe un alto riesgo para 2.001 especies, con un 25 % o más de su distribución en áreas donde hubo uno o más de los cuatro fenómenos naturales descritos en el trabajo. Para el 16 % de esas especies, en las áreas donde viven se registran dos o más de dichos eventos con una alta incidencia.

Otro factor alarmante indica que, de esas especies que se encuentran sujetas a un alto riesgo, un 30 % vive en sitios ubicados completamente fuera de áreas protegidas, mientras que solamente un 15 % cuenta con planes específicos de conservación.

De Brasil aparecen solamente dos especies listadas en el estudio. La lagartija Liolaemus lutzae, bajo amenaza crítica de extinción, vive en la restinga de la costa del estado de Río de Janeiro e ingresó a los registros a causa de una marejada ciclónica acaecida en el año 2004, a la que se consideró como un tsunami de magnitud 1.

El sapo Melanophryniscus cambaraensis, a su vez, vive entre los estados de Santa Catarina y de Rio Grande do Sul. Puede estar sujeto a la acción de huracanes de baja magnitud, tal como el que se registró en la región hace 20 años.

De los cuatro fenómenos naturales que se contemplaron en el estudio, solamente los huracanes tienen una relación directa con el calentamiento del planeta. Los pronósticos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) dan cuenta de un aumento de eventos extremos como éstos.

Este jabalí de las Bisayas (Sus cebifrons) es originario, como su nombre lo indica, de diversas islas de Filipinas. La región indomalaya alberga el 31 % de las especies bajo alto riesgo a causa de eventos naturales. Cuasi extinto, este animal cuenta con poblaciones en zoológicos de Estados Unidos y de Europa (foto: Gregg Yan/Wikimedia Commons)

“Las especies que sobrevivieron a eventos naturales del pasado pueden ser más propensas a resistir ante el surgimiento de situaciones análogas. Sin embargo, las adaptaciones que las ayudaron antes, como una dieta generalista, la alta capacidad de dispersión y la gran cantidad de crías, pueden no ser suficientes para sobrevivir a la sinergia entre los eventos naturales y los impactos causados por la humanidad”, señala Gonçalves, en la actualidad posdoctorando en la Universidad de Copenhague, Dinamarca.

Entre las alternativas tendientes a mitigar los efectos sobre las especies más amenazadas, los investigadores listan la creación de corredores ecológicos para interconectar a las poblaciones aisladas, la reproducción asistida en cautiverio, el traslado de poblaciones a las áreas seguras en donde vivían antes y su conservación tanto en áreas protegidas como ex situ.

En tales situaciones, algunos ejemplares pasan a vivir y a reproducirse en cautiverio de manera tal de asegurar una reserva genética de la especie, con lo cual se la podría reintroducir posteriormente en el ambiente en caso de extinción.

La amazona gorjirroja (Amazona arausiaca), es endémica de la isla caribeña de Dominica, y se encuentra en alto riesgo debido a los terremotos y huracanes, y en riesgo a causa de los tsunamis (foto: Michael Edgecombe /Birding the Islands).

Este trabajo contó con el apoyo de la FAPESP también en el marco de otras ayudas de investigación y becas (11/50225-3, 14/18800-6, 15/15172-7, 17/23548-2, 19/00648-7, 21/03868-8, 22/09561-4 y 23/03965-9.

Puede accederse a la lectura del artículo intitulado A global map of species at risk of extinction due to natural hazards en el siguiente enlace: https://www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.2321068121. 

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