En el estudio se listan ocho determinantes principales de la obesidad: el ambiente físico, la exposición alimentaria, los intereses económicos y políticos, la inequidad social, la limitación del acceso al conocimiento científico, la cultura y las conductas contextuales y genéticas (foto: World Obesity Federation/OPAS)

Salud
El combate contra la obesidad va mucho allá de la lucha individual para cambiar de estilo de vida
30-05-2024
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En un artículo publicado en la revista Nature Metabolism, científicos de Brasil y de México analizan esta epidemia en Latinoamérica desde una perspectiva amplia, que comprende factores socioeconómicos, culturales y epigenéticos. Para los autores, las soluciones pasan por la implementación de acciones colectivas y no por la individualización del problema

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El combate contra la obesidad va mucho allá de la lucha individual para cambiar de estilo de vida

En un artículo publicado en la revista Nature Metabolism, científicos de Brasil y de México analizan esta epidemia en Latinoamérica desde una perspectiva amplia, que comprende factores socioeconómicos, culturales y epigenéticos. Para los autores, las soluciones pasan por la implementación de acciones colectivas y no por la individualización del problema

30-05-2024
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En el estudio se listan ocho determinantes principales de la obesidad: el ambiente físico, la exposición alimentaria, los intereses económicos y políticos, la inequidad social, la limitación del acceso al conocimiento científico, la cultura y las conductas contextuales y genéticas (foto: World Obesity Federation/OPAS)

 

Por Maria Fernanda Ziegler  |  Agência FAPESP – La revista Science ha considerado que los medicamentos para el tratamiento de la obesidad como el Ozempic fueron los principales avances científicos del año 2023. Así y todo, los índices de sobrepeso han venido aumentando en todo el mundo, con una ubicación destacada de Latinoamérica en tal sentido. Las estimaciones de 2020 apuntaban que el 14 % de la población mundial vivía con obesidad. Y los pronósticos indican que en el año 2035 el referido índice será de un 24 % incluyendo a niños, adolescentes y adultos.

“Es importante encontrar estrategias nutricionales y farmacológicas con miras a mitigar este problema; pero, ¿será suficiente con eso? Sabemos que el impacto de los factores socioeconómicos y ambientales se superpone a cualquier otro que influya sobre la aparición de la obesidad, incluidos los componentes genéticos o los intentos de endilgarle al individuo la culpa de ser obeso. El hecho es que la obesidad se extiende mucho más allá de la lucha individual contra el sedentarismo y de los cambios en el estilo de vida”, afirma Marcelo Mori, integrante del Centro de Investigaciones en Obesidad y Comorbilidades (OCRC), un Centro de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID) de la FAPESP con sede en la Universidad de Campinas (Unicamp), en el estado de São Paulo, Brasil.

Mori es uno de los autores de un artículo publicado en la revista Nature Metabolism en el cual se señala la necesidad de poner en práctica iniciativas tendientes a entender la obesidad que comprendan abordajes multidisciplinarios y globales. En el referido trabajo, investigadores de la Unicamp, la Universidad de São Paulo (USP) y la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam) listan ocho determinantes principales –el ambiente físico, la exposición alimentaria, los intereses económicos y políticos, la inequidad social, la limitación del acceso al conocimiento científico, la cultura y las conductas contextuales y genéticas– para explicar el aumento de la obesidad en América Latina y para orientar el diseño de políticas y estrategias públicas más eficaces.

“Listamos aspectos cuyos efectos sobre el aumento de peso se superponen, poniendo de relieve la idea de plantear el problema con un mayor cuidado y de una forma más amplia, a los efectos de intervenir en el tema partiendo de soluciones más contextualizadas. ¿Son cambios en el estilo de vida? Sí que lo son, pero deben basarse especialmente en alteraciones en la comunidad y en el ambiente, de modo tal de no adjudicarles exclusivamente a los individuos esa obligación”, dice. “Existen diferencias regionales relacionadas con cuestiones socioeconómicas y culturales que pueden impactar sobre la epidemia de obesidad, y esto hace que no exista una sola solución referente a este problema”, añade el investigador.

En el referido trabajo, los investigadores hacen hincapié en que durante las décadas pasadas se registraron tasas más elevadas de obesidad en niños y adultos de los países desarrollados en comparación con los países en desarrollo. No obstante, al comparar las tendencias más recientes en la prevalencia de la obesidad, los datos han mostrado en forma consistente aumentos más acentuados en los países en desarrollo.

De acuerdo con datos de investigaciones nacionales, una gran proporción de la población latinoamericana padece sobrepeso u obesidad: un 75 % de los adultos en México, un 74 % en Chile, un 68 % en Argentina, un 57 % en Colombia y un 55 % en Brasil. Entre los niños y los adolescentes, los índices de sobrepeso y obesidad también son altos: de un 53 % (Chile), un 41 % (Argentina), un 39 % (México), un 30 % (Brasil) y un 22 % (Colombia).

Para los investigadores, este pronunciado aumento no puede explicarse sencillamente por los factores genéticos o las decisiones individuales, sino por una combinación de factores estructurales y de contexto, a los que en el artículo los investigadores denominan como determinantes sistémicos.

En el trabajo publicado se propone otra perspectiva para abordar la problemática de la obesidad en América Latina. Mori recuerda que diversos estudios, fundamentalmente en modelos animales, han demostrado que tanto la carencia como el exceso de ingesta alimentaria de los padres, sobre todo durante la gestación, pueden redundar en alteraciones en la prole que predisponen a contraer enfermedades metabólicas durante la fase adulta.

“Los países de medianos y bajos ingresos, tales como son los casos de la mayoría de los países de Latinoamérica, en menos de 50 años salieron de una realidad con altas tasas de desnutrición para pasar a un aumento acelerado de la obesidad. Por ende, es posible que esta rápida transición de la carencia alimentaria y la desnutrición a la abundancia de alimentos ultraprocesados e hipercalóricos sea un aspecto relevante en la inducción de una herencia epigenética que hace su aporte a las altas tasas recientes de obesidad, sobre todo entre los niños. Es algo que debe investigarse más en la obesidad humana”, sostiene.

De este modo, de acuerdo con los investigadores, cobran lugar los caminos preventivos y terapéuticos contra la obesidad cuya base la constituyen las acciones colectivas. “Una solución que recomendamos en el artículo consiste en el incentivo a las políticas que faciliten la alimentación tradicional y regulen los alimentos ultraprocesados, que poseen una mayor densidad calórica y son menos nutritivos. Esto debe estar asociado a incentivos a la práctica de actividades físicas, y a la promoción de hábitos sanos y de alimentación adecuada en las escuelas. También es preciso motivar a las mujeres embarazadas a adoptar una dieta de calidad, al amamantamiento materno y a ofrecerles a sus hijos alimentos saludables desde la primera infancia. Planteamos que el foco debe recaer sobre las mujeres y los niños, que es más factible que puedan asumir los cambios, y es entre éstos que más aumenta la obesidad en América Latina”, dice.

Otro aspecto que los investigadores ponen de relieve es el impacto del acceso limitado al conocimiento científico como uno de los determinantes de la obesidad. “Aparte de un mayor acceso al conocimiento científico y a temas relacionados con la ciencia abierta, destacamos que las inversiones y la cantidad de investigaciones sobre la obesidad que se hacen en América Latina son sumamente escasas en proporción a la cantidad de personas que padecen obesidad. Tenemos estudios relevantes realizados aquí, pero necesitamos más y que se los difunda más”, dice.

A juicio de Mori, la producción científica de Latinoamérica en el área de la obesidad debe ser más representativa, sobre todo en los estudios genéticos y sociales. “La mayor parte de estos estudios proviene de países del norte global. Mientras sea ésta la realidad de los datos que tenemos referentes a la obesidad, seguiremos teniendo una laguna de conocimiento acerca de cómo mitigar la obesidad en nuestra región”, afirma.

“De esta forma, les compramos a los países desarrollados tanto el problema como su potencial solución. Porque además de copiar sus hábitos de vida y de adquirir las fórmulas que esos países proponen, también pagamos por los alimentos que nos ponen en esa situación y por medicamentos que, por ahora, llegan solamente a una pequeña parte de la población. En definitiva, estamos pagando dos veces y a su vez estamos perdiendo la pelea contra la epidemia de obesidad”, afirma.

Puede leerse el estudio intitulado Determinants of obesity in Latin America en el siguiente enlace: www.nature.com/articles/s42255-024-00977-1.

 

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