Es lo que sugiere un estudio de un centro de investigaciones anglo-brasileño realizado con muestras de donantes de sangre sometidas a test de detección de anticuerpos contra el nuevo coronavirus (tras el colapso del sistema de salud de Manaos durante el segundo pico epidémico, hubo que transportar pacientes a otros estados brasileños; foto: Fuerza Aérea Brasileña/divulgación)

La tasa de reinfección con el SARS-CoV-2 en Manaos durante la segunda ola puede haber llegado al 31 %
10-06-2021
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Es lo que sugiere un estudio de un centro de investigaciones anglo-brasileño realizado con muestras de donantes de sangre sometidas a test de detección de anticuerpos contra el nuevo coronavirus

La tasa de reinfección con el SARS-CoV-2 en Manaos durante la segunda ola puede haber llegado al 31 %

Es lo que sugiere un estudio de un centro de investigaciones anglo-brasileño realizado con muestras de donantes de sangre sometidas a test de detección de anticuerpos contra el nuevo coronavirus

10-06-2021
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Es lo que sugiere un estudio de un centro de investigaciones anglo-brasileño realizado con muestras de donantes de sangre sometidas a test de detección de anticuerpos contra el nuevo coronavirus (tras el colapso del sistema de salud de Manaos durante el segundo pico epidémico, hubo que transportar pacientes a otros estados brasileños; foto: Fuerza Aérea Brasileña/divulgación)

 

Por Karina Toledo  |  Agência FAPESP – Un estudio a cargo de científicos del Centro Brasil-Reino Unido para el Descubrimiento, el Diagnóstico, la Genómica y la Epidemiología de Arbovirus (CADDE) sugiere que hasta un 31 % de los individuos que contrajeron el COVID-19 en Manaos (estado de Amazonas, Brasil) después de enero de 2021 –cuando la ciudad fue asolada por la segunda ola de la enfermedad– corresponde a casos de reinfección provocada por la nueva variante P.1.

Este estudio se concretó con muestras de donantes de sangre sometidas a test de detección anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2. Y sus resultados se dieron a conocer en la plataforma medRxiv, en un artículo aún sin revisión por pares.

“Inicialmente seleccionamos muestras de 3.655 individuos que habían donado sangre repetidas veces en el transcurso de 2020 y a comienzos de 2021. Luego hicimos lo propio con aquellos donantes que aún no habían sido vacunados y que habían donado al menos tres veces durante ese lapso de tiempo, con al menos una donación antes de julio de 2020 y otra después del 1º de enero de 2021 [cuando ya predominaba la P.1 en la zona]”, le explica a Agência FAPESP Ester Sabino, docente de la Universidad de São Paulo (USP) y coordinadora del CADDE, un centro de investigación que cuenta con el apoyo por la FAPESP

Las 238 muestras incluidas en el estudio se sometieron a pruebas de laboratorio con miras a detectar anticuerpos del tipo inmunoglobulina G (IgG), que suelen aparecer alrededor de dos semanas después del comienzo de los síntomas, aún durante la fase aguda de la infección, y luego decaen con el tiempo, para volverse muchas veces indetectables. Los investigadores partieron de la premisa de que, si hubiese reinfección, la cantidad de anticuerpos subiría nuevamente en la muestra de sangre más reciente.

Con base en este análisis, los donantes quedaron clasificados en cuatro grupos. En el primero, los resultados de las tres muestras dieron negativo para la presencia del virus. En el segundo, las muestras donadas en 2020 testearon positivo y las de enero de 2021 testearon negativo o arrojaron una merma en el nivel de anticuerpos. En el tercer grupo se ubican las muestras de los individuos infectados únicamente con la nueva variante P.1, es decir, que fueron negativos en 2020, pero positivos en 2021. En el cuarto grupo están los casos en los cuales el nivel de anticuerpos hace una “V”: es alto en la primera muestra, más bajo en la segunda y vuelve a subir en la tercera.

“Estos casos del cuarto grupo son los que más claramente caracterizan la reinfección”, explica Sabino.

Fueron considerados como “probable reinfección” los casos en los cuales los valores detectados en 2021 eran mayores que los observados en 2020, aun después de un gran intervalo de tiempo. En tanto, los casos de “posible reinfección” fueron aquellos en los cuales valor en 2021 fue más bajo que en 2020, pero mayor que lo esperable para el decaimiento normal del test.

Mediante análisis estadísticos, los científicos calcularon que los donantes que testearon positivo en 2020 tenían una probabilidad de contraer a P.1 que varió entre el 9,5 % y el 18 % (dependiendo de si se habían incluido los casos considerados como reinfecciones posibles o probables). En tanto, para los que en 2020 testearon negativo, las chances de infectarse con la P.1 fueron del 40 %.

La tasa de reinfección calculada varió entre el 16 % y el 31 % (dependiendo de si se habían incluido los casos considerados como reinfecciones posibles o probables).

De acuerdo con Sabino, estos datos van al encuentro de las estimaciones realizadas por el grupo del CADDE con la ayuda de modelos matemáticos en el estudio publicado en Science, en abril de 2021 (lea más en: agencia.fapesp.br/35426/). 

“La medición de la tasa de reinfección únicamente con datos oficiales es algo sumamente difícil. La manera correcta consistiría en haber efectuado un seguimiento de un grupo grande de personas durante la primera ola de la enfermedad, esperar que hubieran exhibido síntomas para aplicarles el test de RT-PCR, guardar las muestras y después repetir todo durante la segunda ola, con los mismos voluntarios. En Manaos eso es imposible. La mayor parte de la gente no se testeó con test moleculares durante la primera ola. Por eso estamos buscando métodos alternativos para medir el riesgo de reinfección con la nueva variante P.1”, dice la profesora de la USP.

Según Carlos Prete, doctorando en la Escuela Politécnica de la USP y primer autor del artículo, una limitación de este estudio reside en que algunos casos catalogados como infección con P.1 pueden a decir verdad constituir reinfecciones no observadas.

“Existe un espaciado de meses entre las muestras sucesivas de un donante. Por eso es posible que un donante se haya infectado durante el período situado entre ambas extracciones y dé negativo a la fecha de la donación posterior a la infección, en razón del decaimiento de los anticuerpos”, explica.

Prete también remarca que el subregistro de casos genera a una falsa impresión de que la tasa de reinfección es baja.

“Debido a la subnotificación y a la alta proporción de casos asintomáticos, un infectado tiene una probabilidad pequeña de que se lo notifique como un caso confirmado. Por este motivo, aun con una probabilidad de reinfección considerable, la proporción de pacientes con dos infecciones confirmadas siempre será pequeña.”

Puede leerse el artículo intitulado Reinfection by the SARS-CoV-2 P.1 variant in blood donors in Manaus, Brazil en el siguiente enlace: www.medrxiv.org/content/10.1101/2021.05.10.21256644v1
 

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