Se trata de una tecnología elaborada a base de nanopartículas que detecta anticuerpos contra el nuevo coronavirus en tan solo 10 minutos, y a un costo hasta cinco veces menor que sus similares disponibles en el mercado. Participaron en este proyecto investigadores de la Universidad de São Paulo y de la startup Biolinker (foto: Karla Castro/USP)

Crean un test popular de COVID-19 para ampliar el acceso al diagnóstico de la enfermedad en Brasil
04-02-2021
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Se trata de una tecnología elaborada a base de nanopartículas que detecta anticuerpos contra el nuevo coronavirus en tan solo 10 minutos, y a un costo hasta cinco veces menor que sus similares disponibles en el mercado. Participaron en este proyecto investigadores de la Universidad de São Paulo y de la startup Biolinker

Crean un test popular de COVID-19 para ampliar el acceso al diagnóstico de la enfermedad en Brasil

Se trata de una tecnología elaborada a base de nanopartículas que detecta anticuerpos contra el nuevo coronavirus en tan solo 10 minutos, y a un costo hasta cinco veces menor que sus similares disponibles en el mercado. Participaron en este proyecto investigadores de la Universidad de São Paulo y de la startup Biolinker

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Se trata de una tecnología elaborada a base de nanopartículas que detecta anticuerpos contra el nuevo coronavirus en tan solo 10 minutos, y a un costo hasta cinco veces menor que sus similares disponibles en el mercado. Participaron en este proyecto investigadores de la Universidad de São Paulo y de la startup Biolinker (foto: Karla Castro/USP)

 

Por Karina Toledo  |  Agência FAPESP – Con el apoyo de la FAPESP, científicos del Instituto de Química de São Carlos de la Universidad de São Paulo (IQSC), en Brasil, y de la startup brasileña Biolinker desarrollaron un test capaz de detectar anticuerpos contra el nuevo coronavirus en tan solo 10 minutos, y con un costo hasta cinco veces menor que el valor promedio de los similares existentes en el mercado.

El nuevo dispositivo funciona de forma análoga a la de los test rápidos disponibles en las farmacias. Al analizar una gota de sangre del usuario, detecta la presencia de los anticuerpos del tipo inmunoglobulina G (IgG), elaborados durante la fase aguda de la enfermedad (diez días después del comienzo de los síntomas, en promedio). Cuando esto sucede, aparecen en la pantalla lectora dos círculos rojizos.

“Cuanto mayor es la cantidad de anticuerpos existentes en la sangre, más fuerte es el tono de rojo de los círculos. Por este motivo, creemos que este test también podrá utilizarse para monitorear la respuesta de la población a las vacunas. Sabemos que no todo el mundo desarrolla la inmunidad protectora después de vacunarse, y también que el nivel de anticuerpos disminuye con el tiempo”, le dice a Agência FAPESP el profesor del IQSC-USP Frank Crespilho, coordinador del estudio, llevado a cabo por las alumnas Karla Castro y Isabela Mattioli. Según Crespilho, esta tecnología podrá adaptarse fácilmente a las nuevas variantes virales, de ser necesario.

El investigador estima que el denominado test popular de COVID-19 podrá venderse por alrededor de 30 reales tan pronto se obtenga su registro ante la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil. El precio promedio de los similares existentes en el mercado se ubica en 140 reales aproximadamente. Para abaratar la producción, los investigadores optimizaron la cantidad de insumos utilizados y desarrollaron una tecnología a base de nanopartículas que facilita la detección de los anticuerpos.

“Conjugamos una nanopartícula de oro [que les imprime el color rojizo a los círculos] con un fragmento de la proteína spike del SARS-CoV-2, que es reconocido por los anticuerpos humanos. Este bioconjugado es aproximadamente un millón de veces menor que el diámetro de un cabello”, explica Crespilho.

La proteína spike, también conocida como proteína de espícula, forma la estructura de corona que le da el nombre a la familia de los coronavirus. Es la encargada de unirse al receptor presente en la superficie de la célula humana –la proteína ACE-2– de manera tal de viabilizar la infección.

Para desarrollar la molécula utilizada en el test, los investigadores de Biolinker produjeron en laboratorio únicamente la punta de la proteína viral, el área conocida como RBD (las siglas en inglés de dominio de unión con el receptor). De acuerdo con Mona Oliveira, jefa científica y fundadora de la startup, se utilizó la tecnología conocida con el nombre de ADN recombinante, que consiste en emplear bacterias genéticamente modificadas para expresar la proteína viral in vitro). Esta parte del trabajo contó con el apoyo del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP y también con recursos de la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep), dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil.

“Todos los insumos utilizados en el dispositivo se producen en Brasil, lo cual contribuye para bajar el costo. Trabajamos en doble turno para finalizar el trabajo en solo cuatro meses”, comenta Crespilho, quien coordina el Laboratorio de Bioelectroquímica e Interfaces de la USP.

Según el investigador, el objetivo consistió en expandir los testeos en Brasil, al volverlos más accesibles para las poblaciones de bajos ingresos. “La idea es hacer posible el testeo masivo de la población a un costo mucho más competitivo y viable para nuestra realidad económica”, afirma.

Las pruebas de eficacia, que revelarán el porcentaje de aciertos del método desarrollado en el IQSC-USP, aún están concluyéndose. Actualmente, el equipo también trabaja para aumentar la escala de la producción, con el objetivo de que puedan realizarse los ensayos de validación de la metodología en el marco de los trabajos de otros grupos de investigación.

La idea es producir alrededor de 500 unidades, que se probarán en muestras de pacientes atendidos en la Universidade Estadual Paulista (Unesp) en la ciudad de Botucatu, en la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) y en la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp).

“También estamos llevando adelante negociaciones con grupos de la región nordeste del país. Una vez concluida esta etapa de validación, que se extenderá en total durante alrededor de un mes, podremos solicitar el registro en la Anvisa”, comenta Crespilho, quien contó con el apoyo de la FAPESP en el marco de diversos proyectos (19/15333-1, 19/12053-8, 18/11071-0 y 18/22214-6), y también del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y de la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior (Capes) de Brasil.

 

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