Resultados de una investigación realizada en Brasil muestran que el delta glucémico está asociado con la magnitud del ataque cardíaco y con la pérdida de fuerza de contracción del corazón. El infarto agudo de miocardio es la principal causa de muertes en el país
Resultados de una investigación realizada en Brasil muestran que el delta glucémico está asociado con la magnitud del ataque cardíaco y con la pérdida de fuerza de contracción del corazón. El infarto agudo de miocardio es la principal causa de muertes en el país
Por Luciana Constantino | Agência FAPESP – Niveles elevados de glucosa pueden funcionar como un biomarcador para indicar un peor desenlace en pacientes que sufrieron el primer infarto agudo de miocardio, señala una investigación realizada por científicos brasileños.
El estudio demostró que la variabilidad glucémica, en particular el delta glucémico, está asociada con el tamaño del infarto y con la reducción de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo (FEVI). Esta fracción refleja la fuerza de contracción del corazón y, cuando se reduce, conduce a la insuficiencia cardíaca.
Con base en una muestra de 244 individuos atendidos en el Hospital São Paulo, el trabajo concluyó que cuanto mayor el delta glucémico, peor el daño miocárdico, independientemente de que el paciente tuviera o no diabetes. El delta se obtiene a partir del cálculo de la glucemia de admisión –medida a la llegada al hospital– menos la glucemia media estimada de los últimos meses, basada en la hemoglobina glicosilada obtenida mediante un análisis de sangre.
Para evaluar la pérdida de músculo y los daños en el corazón se realizó una resonancia magnética nuclear 30 días después del infarto. Forman parte del grupo de investigación científicos vinculados a tres instituciones brasileñas –Universidade Federal de São Paulo (Unifesp), Instituto Dante Pazzanese y Hospital Israelita Albert Einstein– y a la Université Laval, en Canadá. Los resultados del trabajo fueron publicados en la revista Diabetology & Metabolic Syndrome.
“Los hallazgos nos sorprendieron y, según lo que investigamos en la literatura, fueron inéditos. Abren una serie de puertas para estudiar más a fondo la fisiopatología de los pacientes que sufrieron infarto de miocardio”, afirma a la Agência FAPESP el cardiólogo Henrique Tria Bianco, profesor de la Unifesp y autor correspondiente del artículo.
El trabajo recibió apoyo de la FAPESP a través de un Proyecto Temático, bajo la orientación del profesor de la Unifesp Francisco Antonio Fonseca con la participación de la investigadora Maria Cristina Izar. Ambos también firman el artículo.
“Por medio de un examen simple, barato y que prácticamente todos los pacientes realizan –la hemoglobina glicosilada en la admisión hospitalaria– terminamos obteniendo un biomarcador fácil de conseguir y con importantes implicaciones. Es decir, el paciente que presenta un delta mayor tendrá una masa infartada más grande y necesitará una protección miocárdica –tanto en relación con la glucemia como, por ejemplo, mediante el uso de betabloqueadores– para mejorar el pronóstico”, dice Fonseca.
El infarto agudo de miocardio es la principal causa de muertes en Brasil. Según el Ministerio de Salud, se estiman entre 300 mil y 400 mil casos anuales, de los cuales entre cada cinco a siete registros ocurre un fallecimiento. También conocido como ataque cardíaco, se caracteriza por la muerte de células del músculo cardíaco debido a la formación de coágulos que interrumpen el flujo sanguíneo de forma súbita e intensa. Entre los síntomas se encuentran dolor o malestar en el pecho, que puede irradiarse hacia la espalda, el rostro y el brazo (con mayor frecuencia el izquierdo). El dolor suele ser intenso y prolongado, acompañado de sensación de peso o presión en el tórax, provocando sudor, palidez, falta de aire y sensación de desmayo. Para disminuir el riesgo de muerte, la atención debe realizarse en los primeros minutos.
“Estándar de oro”
La muestra incluyó pacientes mayores de 18 años que recibieron fibrinolítico (medicamento para disolver el trombo que está causando el infarto) en hasta seis horas desde el inicio de los síntomas. Fueron atendidos en unidades del SUS (“Sistema Único de Saúde”, la red nacional de salud pública brasileña) que forman parte de la red de este tipo de tratamiento y posteriormente transferidos al Hospital São Paulo, de la Unifesp. Había individuos con diabetes, con prediabetes y sin diabetes.
El tratamiento considerado “estándar de oro” para el infarto incluye, en un primer momento, una angioplastia primaria y la inducción de fibrinólisis.
Entre los sometidos al tratamiento farmacoinvasivo, el delta glucémico más alto se asoció con un infarto de mayor tamaño y menor FEVI. “Ahora tenemos un camino que recorrer para validar estos resultados en otras poblaciones y verificar cuánto impactan en la salud del paciente”, explica Bianco.
Según los investigadores, futuras investigaciones deberán esclarecer las vías moleculares y los mecanismos celulares implicados en este proceso, además de buscar intervenciones terapéuticas dirigidas a mitigar los desenlaces adversos en poblaciones de alto riesgo.
Iniciado hace diez años, el estudio también analizó datos relacionados con la mortalidad de los pacientes. Los resultados serán publicados próximamente.
El artículo Impact of elevated glucose levels on cardiac function in STEMI patients: glucose delta as a prognostic biomarker puede ser leído en dmsjournal.biomedcentral.com/articles/10.1186/s13098-025-01738-0.
The Agency FAPESP licenses news via Creative Commons (CC-BY-NC-ND) so that they can be republished free of charge and in a simple way by other digital or printed vehicles. Agência FAPESP must be credited as the source of the content being republished and the name of the reporter (if any) must be attributed. Using the HMTL button below allows compliance with these rules, detailed in Digital Republishing Policy FAPESP.