Es una metodología con la cual se emplean especies arbustivas nativas que aportan sombra al terreno y favorecen el desarrollo del segundo grupo de especies forestales (foto: Bioflora)
El objetivo es desarrollar un mix de semillas nativas en pellets que les garanticen resultados a los propietarios rurales
El objetivo es desarrollar un mix de semillas nativas en pellets que les garanticen resultados a los propietarios rurales
Es una metodología con la cual se emplean especies arbustivas nativas que aportan sombra al terreno y favorecen el desarrollo del segundo grupo de especies forestales (foto: Bioflora)
Por Suzel Tunes | FAPESP Investigación para la Innovación – La empresa brasileña Bioflora llega a sus 20 años de existencia en 2018 habiendo sido partícipe del desarrollo de diversas metodologías destinadas a la recuperación de áreas forestales degradadas. De acuerdo con el fundador de la compañía, el ingeniero agrónomo André Gustavo Nave, las tecnologías de restauración ecológica se han ido modificando bastante durante las últimas décadas. “Hace alrededor de 30 años no existía siquiera la preocupación de utilizar especies autóctonas en la reforestación”, sostiene Nave. Pero aún no existen comparaciones sistemáticas tendientes a evaluar las alternativas de mejor costo-beneficio.
Para cubrir esta laguna, Bioflora desarrolló un proyecto de investigación con el apoyo del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP.
Dicho proyecto se basa en el análisis de 12 tratamientos que abarcan distintas combinaciones de metodologías de restauración forestal. Las pruebas se realizaron en los municipios de Iracemápolis, Santa Bárbara e Itu, en el estado de São Paulo, en propiedades rurales particulares cedidas por sus titulares a tal fin.
Los resultados preliminares de la Etapa 1 del PIPE, concluida en abril de 2017, indican que el cultivo de semillas de especies nativas directamente en el suelo (la llamada “siembra directa”) se ubica entre las tecnologías más prometedoras, especialmente cuando se utilizan semillas revestidas mediante un proceso denominado “peletización” o “peletizado”.
El próximo paso consiste en confirmar ese resultado y perfeccionar el proceso de recubrimiento de las semillas. “Nuestro objetivo es desarrollar un mix de semillas nativas en pellets que les asegure resultados a los propietarios rurales”, afirma André Nave.
La así llamada peletización, explica el investigador, es una técnica mediante la cual se recubren las semillas con un material inerte (arcilla, por ejemplo) y un material adhesivo, soluble en agua. En esos pellets también pueden incluirse nutrientes y defensivos agrícolas. Aparte de dotar de homogeneidad a las semillas, ese revestimiento aumenta su tamaño, con lo cual mejora las condiciones de plantío. “Las semillas nativas son muy pequeñas: algunas parecen polvillo, y esto dificulta la utilización de sembradoras. La peletización facilita la regulación de las maquinarias y permite que las semillas caigan a la profundidad correcta”, dice el agrónomo.
Según André Nave, la peletización se utiliza actualmente para las semillas de hortalizas, que son diminutas. El perfeccionamiento y la popularización de esta técnica pueden estimular el uso de la siembra directa y acelerar el proceso de restauración forestal, reduciendo así los costos.
“La siembra directa da resultados rápidos con costos más bajos que el cultivo de plantines de especies nativas”, afirma André Nave. “Al cabo de entre dos y tres años se forma un bosque inicial, con funciones ecológicas tales como la protección de cabeceras de ríos y hábitats de animales y el filtrado de agua.”
Con esta metodología de restauración se utilizan especies de plantas de dos grupos distintos: el de “recubrimiento”, para la estructuración de ese bosque inicial, y el de “diversidad”, en una segunda etapa. Inicialmente se emplean especies arbustivas nativas, capaces de llegar hasta los 3 metros de altura en tan sólo un año. Las mismas le aportan sombra al terreno y generan las condiciones necesarias de ambiente y de suelo para el desarrollo del segundo grupo de especies forestales, el de diversidad, formado por especies que no tienen un crecimiento tan rápido, pero que harán posible la consolidación del bosque.
En asociación con esta metodología, puede recurrirse también al llamado “abono verde”, que es el plantío de especies (sobre todo leguminosas arbustivas) que mejoran las condiciones del área de cultivo. “Estas especies fijan el nitrógeno, descomprimen el suelo y se transforman en materia orgánica”, explica el investigador. Utilizado en las entrelíneas del plantío de especies nativas de recubrimiento, el abono verde también reduce la infestación de plantas invasoras, tales como ciertas gramíneas. De esta forma, puede reducir la frecuencia de carpido –mecánico o químico, mediante el uso de herbicidas– de un 30 a un 40%, con la consiguiente rebaja del costo de mantenimiento del área.
André Nave estima que la siembra directa, asociada con el abono verde, es capaz de reducir hasta un 70% el costo de producción para la reforestación si se lo compara con el plantío de ejemplares de especies nativas. Sin embargo, se requiere de más tempo para evaluar las distintas combinaciones de técnicas en diversas condiciones de cultivo. “Solicitamos una prórroga del proyecto y la Etapa 1 del PIPE se extendió entonces a un año”, dice el investigador.
Según Nave, la primera fase del proyecto permitió establecer que la siembra directa funciona muy bien en algunos lugares. Pero en terrenos más complicados y arcillosos la productividad se reduce. Es un problema que espera solucionar mediante la peletización de las semillas. “En esta primera etapa obtuvimos buenos resultados preliminares y logramos identificar los problemas que deben solucionarse en la próxima, fundamentalmente”, dice el investigador.
En colaboración con la universidad
Para la realización de la primera etapa del proyecto, el investigador André Nave contó con la colaboración de 10 empleados de Bioflora –aparte de la contratación de empresas especializadas en la prestación de servicios agrícolas– para la preparación del suelo. Y también con la ayuda de dos docentes de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (Esalq) de la Universidad de São Paulo: Pedro Henrique Santin Brancalion, del Departamento de Ciencias Forestales, y Ricardo Ribeiro Rodrigues, del Departamento de Ciencias Biológicas, quien fuera su director de tesis durante su maestría en Ciencias Forestales y su doctorado en Recursos Forestales, ambos realizados en la Esalq.
André Gustavo Nave destaca que el apoyo de la universidad fue determinante para la propia creación de la empresa. “Durante mis estudios de grado empecé a participar en varios proyectos de restauración forestal y a prestar servicios de recolección de semillas autóctonas. Terminé creando la empresa durante la maestría y he mantenido el vínculo con la Esalq desde el comienzo”, dice. Como director de Bioflora, André Nave participa en proyectos de investigación en los cuales pone a prueba ideas que nacieron en el Laboratorio de Ecología y Restauración Forestal (LERF), produce manuales técnicos en colaboración con docentes de la Escuela e integra tribunales de maestría. “Ahora he vuelto a los bancos de la escuela: estoy haciendo el Curso de Especialización en Manejo de Suelos.”
Empresa: Bioflora Tecnologia de Restauração
Sitio web: viveirobioflora.com.br
Teléfonos: +55 (19) 3414 2021 y (19) 3414 4763
Contacto: viveirobioflora.com.br/contato
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