Las caídas ocupan el segundo lugar entre las causas de muerte relacionadas con heridas entre adultos de 65 años o más. Se recomienda que las personas de la tercera edad se sometan a pruebas de equilibrio y movilidad de rutina (foto: Wikipedia)

Salud
Un test rápido y simple es capaz de predecir el riesgo de caída de ancianos con seis meses de antelación
13-02-2025
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En un estudio realizado con 153 personas de edades entre los 60 y los 89 años se sugieren alteraciones en una prueba clínica consagrada de evaluación del equilibrio de los adultos mayores para volverla más eficiente, más accesible y con una mayor capacidad predictiva

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Un test rápido y simple es capaz de predecir el riesgo de caída de ancianos con seis meses de antelación

En un estudio realizado con 153 personas de edades entre los 60 y los 89 años se sugieren alteraciones en una prueba clínica consagrada de evaluación del equilibrio de los adultos mayores para volverla más eficiente, más accesible y con una mayor capacidad predictiva

13-02-2025
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Las caídas ocupan el segundo lugar entre las causas de muerte relacionadas con heridas entre adultos de 65 años o más. Se recomienda que las personas de la tercera edad se sometan a pruebas de equilibrio y movilidad de rutina (foto: Wikipedia)

 

Por Maria Fernanda Ziegler  |  Agência FAPESP – El derrotero es común. Un anciano está aparentemente bien de salud hasta que un día sufre una caída y, a partir de allí, su calidad de vida empieza a deteriorarse. Esto sucede pues, aun cuando no haya consecuencias serias, tales como heridas, fracturas o traumatismo de cráneo, las caídas derivan generalmente en una disminución de la movilidad y, como consecuencia de ello, en una pérdida de independencia y autonomía.

El tema es tan preocupante –las caídas ocupan el segundo lugar entre las causas de muerte relacionadas con heridas entre adultos de 65 años o más, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)– que la recomendación es que las personas ancianas realicen anualmente pruebas de equilibrio y movilidad como parte de sus consultas de rutina, independientemente de quien sea el profesional de la salud responsable.

Un estudio apoyado por la FAPESP y realizado con 153 personas de entre 60 y 89 años logró simultáneamente señalar modificaciones para que este tipo de pruebas se vuelva más sencillo y efectivo y demostrar su capacidad predictiva, es decir, su capacidad para apuntar el riesgo futuro de padecer caídas, incluso entre quienes exhibieron buenas condiciones de equilibrio y movilidad. Los resultados de dicha investigación salieron publicados en la revista BMC Geriatrics.

“El modelo vigente de la prueba del equilibrio es sencillo y requiere únicamente que la persona anciana permanezca en cada una de las cuatro posiciones –pies paralelos [bipodal], con uno de los pies ligeramente adelante del otro [semitándem], con un pie adelante del otro [tándem] y equilibrada en un solo pie [monopodal]– durante 10 segundos para verificar de este modo la existencia de problemas de equilibrio y movilidad. Sin embargo, en nuestro estudio demostramos algo al respecto de lo cual ya sospechábamos: 10 segundos en cada posición es poco”, afirma Daniela Cristina Carvalho de Abreu, coordinadora del Laboratorio de Evaluación y Rehabilitación del Equilibrio (Lare) de la Facultad de Medicina de Ribeirão Preto, de la Universidad de São Paulo (FMRP-USP), en Brasil.

El estudio realizado con los 153 voluntarios mostró que la evaluación puede ser mucho más efectiva cuando la prueba se ciñe a observar si la persona logra permanecer en tan solo dos de las posiciones que más la desafían (preferentemente tándem y monopodal) y durante 30 segundos en cada una de ellas.

“En este trabajo descubrimos también que por cada segundo más [que los 30 segundos] que la persona anciana lograba permanecer en la posición de tándem o monopodal, la probabilidad de caerse durante los seis meses subsiguientes disminuía un 5 %. De este modo es posible predecir cuál es el riesgo de padecer caídas durante un lapso de seis meses, una cosa importante, dado que la prueba puede realizarse en el consultorio, de manera rápida y sin necesidad de emplear aparatos”, añadió.

Carvalho de Abreu remarca que tanto en el modelo actual como en el que propone el grupo de investigadores de la USP, esta prueba se encara prioritariamente como una clasificación. Sucede que, con base en el resultado del test del equilibrio en las cuatro posiciones, se recomienda la realización de evaluaciones más detalladas y multifactoriales, a los efectos de entender si el desequilibrio está relacionado con la debilidad muscular, con alteraciones en el alineamiento postural, con compromisos sensoriales, con problemas articulares o con otros factores. “Lo que sucede es que, con la realización de la prueba mantenida durante 30 segundos, no solamente logramos identificar a las personas con sutiles problemas de equilibrio, sino que también conseguimos predecir cuál es el riesgo de que un anciano pueda caerse durante los siguientes seis meses, cosa que vuelve a la investigación posterior referente a la causa de este desequilibrio más importante aún”, comenta.

Para arribar a este nuevo abordaje de la prueba, el grupo de investigadores evaluó a los 153 voluntarios aplicando los test convencionales y con una ampliación del tiempo, y realizaron un seguimiento de los participantes durante seis meses.

Cuando los investigadores dividieron la muestra entre aquellos que se cayeron y los que no se cayeron, el grupo que padeció caídas durante los seis meses posteriores a la prueba fue capaz de permanecer en la posición monopodal durante un tiempo promedio de 10,4 segundos y en la posición de tándem durante 17,5 segundos. En tanto, los que no se cayeron se mantuvieron en la posición monopodal por 17,2 segundos y en la de tándem por 24,8 segundos.

“Por ende, nuestros resultados muestran que el test con tiempo de permanencia de tan solo 10 segundos logra detectar únicamente a quienes padecen problemas muy graves de equilibrio, mientras que deja pasar una cantidad importante de individuos con riesgo elevado de padecer caídas. Por eso sugerimos que el límite de tiempo para el test del equilibrio de cuatro estadios debe definirse en más de 23 segundos”, dijo Carvalho de Abreu.

En el trabajo también se utilizó una plataforma de fuerza, que es un aparato con el cual se miden las oscilaciones de la persona sobre una plataforma durante el mantenimiento de las posiciones. El objetivo de esto consistía en verificar si era posible predecir el riesgo de caídas solamente durante el tiempo que el individuo lograba quedarse en una posición o si la magnitud de la oscilación corporal constituía un parámetro esencial que debía considerarse.

También con relación al límite de tiempo, los resultados mostraron que todos los participantes lograron mantener la posición bipodal durante 30 segundos, y los ancianos en su mayoría también lograron mantener la posición en semitándem por 30 segundos. “En la predicción de caídas dentro de los seis meses, solamente la oscilación −la amplitud medial-lateral del desplazamiento del centro de presión [medida en la plataforma de fuerza]– en la posición monopodal y el tiempo mantenido en las posiciones de tándem y monopodal quedaron asociados a los episodios de caídas entre los ancianos de la muestra, por ende, sin ninguna condición neurológica especial”, añadió.

De este modo, si bien la oscilación corporal que se midió en la plataforma de fuerza se configuró como un predictor referente al riesgo de caída del anciano en seis meses, el problema también puede verificarse de acuerdo con el tiempo de permanencia en las posiciones que más desafían (tándem y monopodal). “Esto es importante, pues simplifica la prueba y asegura el acceso a la misma en cualquier consultorio o centro de salud, ya que la plataforma es un aparato caro”, dice.

Los investigadores esperan ahora que los resultados de este estudio sirvan de base para la implementación de la evaluación de riesgo de caídas entre las personas en edades a partir de los 60 años, que abarque desde la atención básica hasta las consultas con especialistas. “Nuestro estudio ha avanzado mucho, con resultados importantes para la práctica clínica. Pese a que las caídas constituyen la segunda causa de muerte por lesiones no intencionales en el mundo entre los ancianos, y a que existe una recomendación de aplicar el test del equilibrio anualmente, esto se concreta poco en la clínica. Por eso era importante encontrar un modelo que no requiriese de aparatos, que fuese sencillo [con tan solo dos posiciones], rápido [60 segundos en total] y con la posibilidad de predecir las caídas”, añade.

Puede leerse el artículo intitulado Standing balance test for fall prediction in older adults: a 6-month longitudinal study en el siguiente enlace: bmcgeriatr.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12877-024-05380-9.

 

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