Una de las sepulturas que el equipo del MAE-USP halló en 2005: este material se reanalizó aplicando nuevas técnicas (foto: Paulo DeBlasis)
Nuevos análisis realizados en un yacimiento arqueológico de la ciudad de Laguna, en el estado de Santa Catarina, refutan la teoría que indicaba que los antepasados de los pueblos Ye del sur del país habrían ocupado el lugar de las poblaciones que construyeron los sambaquíes –concheros que formaban una especie de rellenos funerarios– durante más de 5.000 años en la zona costera de dicho estado brasileño. Estos resultados salieron publicados en la revista PLOS ONE
Nuevos análisis realizados en un yacimiento arqueológico de la ciudad de Laguna, en el estado de Santa Catarina, refutan la teoría que indicaba que los antepasados de los pueblos Ye del sur del país habrían ocupado el lugar de las poblaciones que construyeron los sambaquíes –concheros que formaban una especie de rellenos funerarios– durante más de 5.000 años en la zona costera de dicho estado brasileño. Estos resultados salieron publicados en la revista PLOS ONE
Una de las sepulturas que el equipo del MAE-USP halló en 2005: este material se reanalizó aplicando nuevas técnicas (foto: Paulo DeBlasis)
Por André Julião | Agência FAPESP – Con el apoyo de la FAPESP, investigadores brasileños vinculados al Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de São Paulo (MAE-USP) están reescribiendo un importante capítulo de la historia de la ocupación de la costa de Brasil.
En un estudio publicado en la revista PLOS ONE, ese grupo de científicos, que incluye también a investigadores del estado de Santa Catarina y de otros países (Estados Unidos, Bélgica y Francia), demuestra que los pueblos constructores de los sambaquíes del yacimiento arqueológico Galheta IV, en la ciudad de Laguna, estado de Santa Catarina, no fueron reemplazados por ancestros de los pueblos Ye del sur de Brasil, tal como se sostenía en el pasado.
“La interacción de los constructores de los concheros con los pueblos proto-Ye, como los llamamos, fue mucho menor de lo que se imaginaba. Las prácticas funerarias y su cerámica eran distintas. Asimismo, los pueblos de los sambaquíes vivieron allí desde la infancia y eran descendientes de otros pueblos que vivieron en ese mismo lugar”, resume André Strauss, docente del MAE-USP y coordinador del estudio.
La hipótesis del reemplazo de un pueblo por el otro ocurrió en parte porque los sitios como Galheta IV marcan el fin de la práctica de la construcción de los sambaquíes. Estos monumentos, los más emblemáticos de la arqueología de la costa sudamericana, son grandes montes de conchas y huesos de pescado edificados intencionalmente. Se los utilizó tanto como morada como en carácter de sepulcros, y para delimitar territorios.
En las capas más recientes de esos montes pueden encontrarse restos de artefactos de cerámica similares a los de los antepasados de los pueblos indígenas Ye del sur de Brasil (Káingang y Laklãnõ-Xokleng). Este fue otro de los motivos por los cuales durante mucho tiempo se sostuvo que las poblaciones de la meseta de Santa Catarina habían sustituido a los constructores de sambaquíes, cosa que ahora ha sido refutada.
Un ejemplo de sambaquí de la costa del estado de Santa Catarina: montes formados por conchas, arena y restos de hogueras que servían como sepulcros (foto: Jéssica M. Cardoso)
“No se sabe por qué dejaron de construirse los sambaquíes. Algunas hipótesis postulan desde el contacto con otras culturas hasta cambios ambientales, como la alteración de la salinidad y del nivel del mar, que puede haber mermado la disponibilidad de moluscos que constituían la materia prima para la construcción de estas edificaciones”, explica Jéssica Mendes Cardoso, primera autora del estudio, realizado durante su doctorado en el MAE-USP y en la Universidad de Toulouse, en Francia.
Mendes Cardoso reanalizó el material recolectado entre 2005 y 2007 por otro equipo del MAE-USP y del Grupo de Investigaciones en Educación Patrimonial y Arqueología de la Universidade do Sul de Santa Catarina (Grupep/Unisul), cuando se exhumaron los esqueletos de ocho individuos. En esta ocasión, se utilizaron métodos tales como los análisis de isótopos de estroncio, carbono y nitrógeno.
Jéssica Cardoso analiza restos de animales presentes en el sitio arqueológico Galheta IV (foto: acervo pessoal)
Estas técnicas fueron determinantes para definir la dieta de aquel pueblo, que estaba compuesta en un 60 % por recursos marinos como el pescado. El análisis de los huesos muestra también que los individuos no fueron cremados, tal como lo hacían los proto-Ye del sur del país con sus muertos.
Otros análisis incluyeron restos de fauna, principalmente pescado, comunes en los sambaquíes. A diferencia de otros, en este yacimiento sitio había también huesos de aves marinas como albatros y pingüinos, e incluso de mamíferos como un lobo marino.
“Estos animales no formaban parte de la dieta cotidiana, sino que se los consumía estacionalmente, durante los períodos en que estos pueblos estaban migrando y podían capturarlos en aquel local. Su consumo probablemente formaba parte de los rituales funerarios, toda vez que las personas no vivían allí, sino que allí enterraban a sus muertos”, comenta Mendes Cardoso. En una de las tumbas, por ejemplo, había 12 albatros.
Una nueva datación determinó también que este yacimiento es más antiguo de lo que se calculaba: fue construido y frecuentado hace entre 1.300 y 500 años. La estimación anterior indicaba que indicaba entre 1.170 y 900 años.
La piedra de Rosetta
El análisis de los materiales cerámicos hallados en el sitio arqueológico también indica que los proto-Ye pueden haber sido tan solo una influencia cultural adoptada por los pueblos de los sambaquíes. De los 190 fragmentos existentes en el yacimiento, se examinaron 131 con tamaños suficientes como para efectuar su análisis.
El equipo del MAE-USP y del Grupep/Unisul realiza una excavación en el sitio arqueológico Galheta IV en 2006 (foto: Paulo DeBlasis)
“Esos artefactos poseen características de forma y decoración muy distintas a las encontradas en la meseta de Santa Catarina. Las similitudes se dan con las de la costa, tanto al norte como al sur del estado, lo que demuestra la existencia un tránsito de esos objetos por la costa. Ésa es incluso la cerámica más antigua hallada en el estado, con 1.300 años, mientras que la de la meseta posee alrededor de 1.000 años”, explica Fabiana Merencio, coautora del trabajo, realizado durante su doctorado en el MAE-USP con beca de la FAPESP y actualmente posdoctoranda en la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC).
“Estamos demostrando la aparición de una nueva expresión de la materialidad humana en la costa, hace alrededor de 1.000 años, que es el reemplazo de los sambaquíes por sitios sin conchas de moluscos y con presencia de alfarería. Este yacimiento es una piedra de Rosetta para entender esas conexiones”, culmina diciendo Strauss.
Un nuevo grupo de investigación regresará a la región y estudiará otro yacimiento (Jabuticabeira II) en el marco de un nuevo proyecto apoyado por la FAPESP, bajo la coordinación de la profesora del MAE-USP Ximena Suárez Villagrán.
Puede leerse el artículo intitulado Late shellmound occupation in southern Brazil: A multi-proxy study of the Galheta IV archaeological site en el siguiente enlace: journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0300684.
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