Microscopía electrónica del parásito Leishmania, estructura del compuesto sintético y una rata (imagen: André Gustavo Tempone)
Científicos sintetizaron una molécula inspirada en una sustancia existente en la especie Nectandra leucantha, popularmente conocida como laurel morotí o laurel canela. Los resultados de las pruebas en animales han sido prometedores
Científicos sintetizaron una molécula inspirada en una sustancia existente en la especie Nectandra leucantha, popularmente conocida como laurel morotí o laurel canela. Los resultados de las pruebas en animales han sido prometedores
Microscopía electrónica del parásito Leishmania, estructura del compuesto sintético y una rata (imagen: André Gustavo Tempone)
Por Thais Szegö | Agência FAPESP – Un compuesto derivado de la especie vegetal Nectandra leucantha –una planta sudamericana conocida popularmente como laurel morotí o laurel canela– posee potencial para aplicárselo en el tratamiento de la leishmaniasis visceral, una enfermedad endémica fundamentalmente en los países pobres, Brasil inclusive, que se transmite a través de las picaduras de insectos y que provoca síntomas tales como fiebre de larga duración, aumento del tamaño del hígado y del bazo, anemia y merma de la fuerza muscular.
Ésta fue la conclusión a la que se arribó en el marco de un estudio que se concretó en el ámbito de una colaboración entre científicos brasileños, ingleses y portugueses. Los resultados del mismo, publicados en la revista Antimicrobial Agents and Chemotherapy, indican que la referida sustancia es capaz de eliminar al parásito Leishmania infantum, causante de la afección, de manera selectiva, es decir, sin afectar a las células hospedantes.
El primer paso consistió en sintetizar en laboratorio un compuesto similar al existente en el vegetal, aislado inicialmente por el profesor João Lago, de la UFABC, denominado deshidrodieugenol B. Esta parte del trabajo estuvo a cargo del Profesor Edward Anderson, de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido.
“Utilizamos esa sustancia como un prototipo, es decir, como un modelo para diseñar nuevas versiones de la molécula [con pequeñas variaciones estructurales], para posteriormente ponerlas a prueba una por una en el parásito in vitro, cosa que nos permitió optimizar su acción”, comenta André Gustavo Tempone, investigador del Laboratorio de Fisiopatología del Instituto Butantan, en Brasil, y coordinador del proyecto apoyado por la FAPESP.
De este modo, los investigadores obtuvieron una molécula cuatro veces más potente que el prototipo. Pero las pruebas en animales fueron desalentadoras, pues el compuesto ya optimizado circulaba en el organismo de los roedores durante menos de diez minutos, lo que impidió el avance del estudio. “El hecho de que la sustancia logre circular durante tan poco tiempo por los cuerpos de las ratas nos indicó que habría fallas durante las siguientes etapas de la investigación. Quedó claro que la sustancia no generaría los resultados esperados”, comenta Tempone.
Por este motivo, el equipo se abocó a trabajar nuevamente en el perfeccionamiento de la molécula en busca de incrementar su biodisponibilidad, es decir, de alargar su tiempo de permanencia en el organismo de los animales. Al cabo de diversos procesos de optimización química realizados in vitro en colaboración con Maiara Amaral, alumna de Tempone, quien estaba cumpliendo una pasantía en la Universidad Oxford y utilizó el proyecto como tesis doctoral, arribaron a una molécula más potente, con un tiempo de vida media plasmática de 21 horas.
Los estudios farmacocinéticos (el movimiento de un compuesto dentro del cuerpo, desde su administración hasta su excreción) realizados con las ratas demostraron que, al cabo de ese proceso, el compuesto circulaba en el organismo animal durante un período 100 veces mayor que el que se había observado inicialmente.
Aparte de comprobar el aumento de la potencia de la nueva sustancia en el combate contra Leishmania infantum, los análisis in vitro revelaron que el compuesto fue seguro para las células hospedantes. Asimismo, los investigadores estudiaron su mecanismo de acción, que mostró un colapso irreversible del sistema energético (ATP) del parásito debido al aumento del calcio, amén de una actividad antiinflamatoria en las células hospedantes, un factor importante para el tratamiento de la leishmaniasis visceral. Con estos buenos resultados en manos, los científicos pretenden avanzar aún más en los estudios en animales. “Debemos analizar la acción del compuesto en roedores con leishmaniasis para evaluar su eficacia y las dosis necesarias para concretar el tratamiento”, dice Tempone.
La meta futura consiste en utilizar el compuesto en la fabricación de medicamentos contra leishmaniasis visceral, pero aún existe un largo camino por delante. El investigador recuerda que un nuevo fármaco tarda alrededor de 15 años para salir al mercado, pues las etapas de evaluación siguen protocolos bastante rígidos, a los efectos de que exista una total seguridad con relación al principio activo antes de ensayarse su acción en humanos.
El científico acota también que este trabajo es sumamente importante, ya que las grandes compañías farmacéuticas muestran escaso interés en las denominadas enfermedades desatendidas u olvidadas, un grupo en el que se incluye a la leishmaniasis visceral. “Brasil dispone de una de las mayores biodiversidades del mundo, lo que hace que sea riquísimo en la oferta de estructuras químicas que pueden copiarse y emplearse en medicamentos. De no hacerlo nosotros, con seguridad no serán los países ricos y no endémicos quienes invertirán en el combate contra esta afección”, sostiene el investigador.
En caso de que no se la trate, la leishmaniasis visceral puede matar hasta al 100 % de los infectados. Anualmente se registran entre 20.000 y 50.000 muertes ocasionadas por esta enfermedad en el mundo.
Puede leerse el artículo intitulado Synthesis of a dehydrodieugenol B derivative as a lead compound for visceral leishmaniasis – mechanism of action and in vivo pharmacokinetic studies en el siguiente enlace: journals.asm.org/doi/10.1128/aac.00831-24.
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