Imagen: difusión/Kidopi
Es un sistema desarrollado por una startup paulista con el apoyo de la FAPESP, que suministra información y orientaciones luego del alta hospitalaria. La healthtech fue una de las empresas seleccionadas para participar en una misión empresarial durante la FAPESP Week Spain
Es un sistema desarrollado por una startup paulista con el apoyo de la FAPESP, que suministra información y orientaciones luego del alta hospitalaria. La healthtech fue una de las empresas seleccionadas para participar en una misión empresarial durante la FAPESP Week Spain
Imagen: difusión/Kidopi
Por Roseli Andrion | Agência FAPESP – Un tratamiento de salud requiere siempre dedicación y disciplina, y eso sin contar que el diagnóstico de una enfermedad constituye de por sí algo estresante. La capacidad de afrontar dicho proceso demanda un compromiso que a menudo puede erigirse como un gran desafío, especialmente porque una gran cantidad de información y diversos procedimientos son totalmente nuevos para el paciente.
Sucede que la persona recibe toda esa información y debe hacer su propio seguimiento, es decir, debe decidir qué es o no es importante. Si siente que algo se encuentra en él fuera de lo esperable, se dirige al hospital; pero puede suceder que se trate de algo que podría haberlo resuelto por otra vía. En otras ocasiones, deja de ir a la unidad nosocomial cuando hubiera sido importante ir, ya que una complicación que podría detectarse tempranamente se agrava y termina yendo a parar a una UTI.
Desde hace algunos años, existe el entendimiento de que el mejor ambiente para la recuperación de un paciente es su propia casa. Por otra parte, también existe el riesgo de que éste no sepa si todo marcha bien –incluso por no contar con el cuidado específico que se le brinda en un hospital– y sienta la necesidad de permanecer más de la cuenta en una unidad de salud.
Con tanta tecnología disponible directamente en las manos de los pacientes, una opción consiste en emplearla para acompañarlos a distancia y así ayudarlos en este proceso. Y precisamente en esto pensaron los cofundadores de Kidopi, una startup con sede en la ciudad de Ribeirão Preto (estado de São Paulo, Brasil), al desarrollar una entidad de compañía digital que está disponible en WhatsApp y que suministra información y orientación mientras trabaja como guardiana. La referida solución se creó con el apoyo del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE), de la FAPESP.
El cofundador y director ejecutivo de la startup, Mario Sérgio Adolfi Junior, comenta que la idea era ofrecerle una herramienta accesible y de fácil uso a los pacientes. “Desde que entré en la facultad, deseaba aplicar el conocimiento para generar un impacto a gran escala con relación a la salud”, recordó. “Nos decidimos por WhatsApp porque es una plataforma bastante propagada, que les es familiar a los pacientes y que no requiere hacer descargas ni el manejo de interfaces complicadas.”
El investigador explica que la empresa desarrolla soluciones en informática médica. “Operamos en el segmento de informática de la salud, especialmente en lo que hace a las necesidades de los pacientes”, dice. “Nuestro enfoque apunta a asegurarle su cuidado a los pacientes, pues muchos problemas se pueden resolver fuera de los hospitales en caso de que cuenten con el soporte adecuado.”
Diferentes trayectos
Según Adolfi Junior, esta herramienta es bastante versátil y permite crear trayectos específicos de acuerdo con las necesidades de cada usuario. “Me percaté de que el gran reto reside en que el paciente no cuenta con un seguimiento suficiente después de salir del hospital. A menudo sucede que no sabe detectar si está con algún síntoma grave y el resultado de ello son las idas y venidas hacia y desde la unidad de salud”, afirma.
Luego de someterse a una cirugía, por ejemplo, el sistema de Kidopi puede estar al lado del paciente para saber cómo prosigue su recuperación y hacerlo acordarse de que tiene que tomar los medicamentos. Esta compañía incluye preguntas diarias para saber si su recuperación está avanzando de la manera correcta. “Con base en ello, es posible saber si la evolución ha sido como debería. Si algo anda mal, se lo orienta al paciente a ir al hospital. Es como si lo tomásemos de la mano y lo llevásemos por todo el trayecto.”
Todo ese diálogo transcurre fluidamente vía WhatsApp, ya que el sistema emplea el procesamiento de lenguaje natural, que permite que el usuario interactúe como si estuviera en contacto con un profesional de la salud. “Como el usuario dialoga vía WhatsApp, una aplicación con la cual está acostumbrado, la adhesión es alta: habla de la manera que está acostumbrado y el sistema lo entiende y lo guía en este proceso.”
Los resultados muestran que esta herramienta es efectiva. Adolfi Junior comenta que entre los usuarios a quienes se orientó a permanecer en el hogar, ninguno tuvo problemas. “Entre los que fueron al hospital, en un 75 % de los casos era para ir efectivamente. Se trataba de situaciones en las cuales había algo de una gravedad importante y que se hacía necesaria una intervención médica”, dice. “En un proyecto que llevamos a cabo en asociación con el hospital A.C.Camargo y la empresa Johnson & Johnson, como los pacientes fueron tempranamente a la unidad de salud, se registró una disminución de las complicaciones quirúrgicas de un 67 %.”
Con un equipo alerta
Si se lo orienta al usuario a dirigirse a una unidad de salud, todo el historial de su diálogo con el sistema se le envía al médico que lo va a atender. “Está todo interconectado. Ese historial va a una central del hospital, que recibe un aviso de que el paciente se encuentra en camino, e informa qué ha ocurrido. De ser necesario, un profesional de la salud puede entrar en contacto con él para obtener más información.”
Según el investigador, ésta es una forma de aportarle en calidad de vida al paciente mientras que se disminuyen los riesgos de muerte y de internación. “Es un proceso en el cual todos ganan, pues el nosocomio brinda una forma de cuidado que lo hace distinguirse de otros hospitales. De este modo, puede atraer a otros socios, precisamente por la oferta de esta diferencia.”
A su vez, Adolfi Junior pone de relieve que, a través de esta herramienta, la información le llega adecuadamente al paciente precisamente cuando la necesita. Y uno de sus destacados reside en su capacidad de humanizar el cuidado. “Contamos con feedbacks de un proyecto en el que tomaron parte el Hospital de Amor de Barretos [en el estado de São Paulo, a alrededor de 120 km de Ribeirão Preto], y la compañía farmacéutica Roche, que demuestran que los usuarios se sienten cómodos con esta solución. Es común que digan: ‘¿Puedo incluir en el programa a una amiga que fue diagnosticada ahora? Yo lo tengo y me hace sentir muy segura. Siento que alguien está cuidándome’. Es muy gratificante.”
Otros usos
La versatilidad de esta solución permite que la misma se aplique en otras situaciones, aparte del seguimiento de los pacientes después de someterse a cirugías. Kidopi cuenta con programas para diabetes, cáncer, osteoporosis y otras afecciones crónicas. Asimismo, la empresa opera en el monitoreo de ancianos y de quienes buscan bienestar, como en los procesos de adelgazamiento. “Acompañamos a los ancianos para aportarles una mayor calidad de vida y prevenir complicaciones. Es un seguimiento amplio, que contempla la salud mental y emocional de los cuidadores”, explica.
El ejecutivo hace hincapié en la posibilidad de hiperpersonalización de esta solución. De este modo, puede adaptársela a diferentes perfiles y necesidades. “Los pacientes poseen necesidades específicas. Para una mujer que cursa la menopausia, por ejemplo, el abordaje debe tener en cuenta este momento de la vida. En tanto, el cuidador de un anciano frágil necesita información relacionada con la seguridad en el hogar, para detectar riesgos en el ambiente, por ejemplo y, por supuesto, cuidados para él mismo, a los efectos de lidiar con el estrés de sus funciones.”
Como la plataforma emplea la inteligencia artificial para adaptarse a la vida de cada paciente, la personalización transcurre basándose en sus particularidades y en el momento en que se encuentra. “Nuestra solución no es rígida, es decir, no es un sistema que funciona de la misma manera para todos”, explica. “Es importante que cada persona cuente con el cuidado que realmente necesita en cada etapa de su tratamiento o de su estado de salud.”
Hacia la internacionalización
Actualmente, la solución de Kidopi se encuentra en las manos de miles de pacientes. “La FAPESP fue esencial para transformar un proyecto académico en una empresa”, dice Adolfi Junior.
Y la empresa se apresta ahora a expandir sus operaciones internacionalmente: con la ayuda de un nuevo proyecto PIPE, están en desarrollo versiones de esta solución en español y en inglés. “Estamos contentos por haber abierto nuestra firma en el estado de São Paulo y poder contar con apoyo para elevar nuestra tecnología a una competitividad global.”
La startup fue una de las seleccionadas para participar en una misión empresarial durante la FAPESP Week Spain, que se realizó entre los días 27 y 28 de noviembre en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en la capital española.
El investigador sostiene que la medicina digital cuenta con un gran potencial, especialmente para atender a los pacientes que requieren cuidados constantes, como los ancianos. “El mundo está envejeciendo rápidamente y soluciones como la nuestra serán esenciales para asegurarse de que los ancianos puedan contar con cuidados continuos y de calidad sin tener que estar constantemente internados.”
Si bien esta solución digital no reemplaza al médico ni al cuidado especializado, puede complementarlos y ofrecer soporte al crear una red de seguridad destinada a los pacientes. De este modo, la tecnología puede ayudar a mejorar el cuidado, prevenir complicaciones y ofrecer un seguimiento continuo en donde la persona se encuentre.
El servicio es siempre gratuito para el paciente, y el costo es del prestador de servicios de salud: el sanatorio, la industria farmacéutica o el seguro médico o sistema de medicina prepaga, por ejemplo. Esto permite plasmar una mayor adhesión y democratización del acceso a este seguimiento.
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