El insomnio es uno de los trastornos del sueño más prevalentes en adultos (foto: Freepik*)

Salud
Rasgos de personalidad influyen en el desarrollo del insomnio
22-05-2025
PT EN

La conclusión proviene de un estudio realizado en la Universidad de São Paulo con 595 participantes de entre 18 y 59 años. Los análisis indican una asociación entre el insomnio y altos niveles de neuroticismo, y señalan la ansiedad como parte del problema

Salud
Rasgos de personalidad influyen en el desarrollo del insomnio

La conclusión proviene de un estudio realizado en la Universidad de São Paulo con 595 participantes de entre 18 y 59 años. Los análisis indican una asociación entre el insomnio y altos niveles de neuroticismo, y señalan la ansiedad como parte del problema

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El insomnio es uno de los trastornos del sueño más prevalentes en adultos (foto: Freepik*)

 

Por Fernanda Bassette  |  Agência FAPESP – Un estudio realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, investigó la influencia de los rasgos de personalidad en el desarrollo y la perpetuación del insomnio, y constató que existe una relación directa entre ambos factores. Dos hallazgos llamaron la atención de los investigadores: altos niveles de apertura se asociaron con bajos niveles de insomnio, mientras que el alto nivel de neuroticismo (caracterizado por inestabilidad emocional) fue bastante prevalente en personas con este trastorno del sueño. Los resultados fueron publicados en el Journal of Sleep Research.

“Decidimos estudiar la influencia de los rasgos de personalidad sobre el insomnio por tratarse de un trastorno extremadamente prevalente que genera impactos negativos en la salud, como un mayor riesgo de hipertensión, diabetes, ansiedad y depresión. Estas diversas condiciones de salud física y mental conducen a una peor calidad de vida de forma general”, explica Bárbara Araújo Conway, psicóloga del sueño y autora de la tesis de maestría defendida en el Instituto de Psiquiatría de la FM-USP, con apoyo de la FAPESP y bajo la orientación de la profesora Renatha El Rafihi-Ferreira, del Departamento de Psicología Clínica.

Como explican las autoras, el insomnio es uno de los trastornos del sueño más prevalentes en adultos. Se estima que alrededor del 30 % de la población mundial sufre este problema, caracterizado por la dificultad para conciliar el sueño, de permanecer dormido o de volver a dormir después de un despertar no deseado. En Brasil, específicamente en la ciudad de São Paulo, ese número es aún mayor: casi la mitad de sus habitantes (45 %) se queja de insomnio, según datos del Estudio Epidemiológico del Sueño (Episono).

Cinco rasgos de personalidad

Según Conway, existe una teoría bien establecida en la literatura que propone la existencia de los “3 P” del insomnio: predisposición (factores que hacen que un individuo sea más propenso a tener el trastorno), precipitación (desencadenantes asociados al surgimiento de los síntomas) y perpetuación (comportamientos que mantienen a la persona en el ciclo vicioso del insomnio).

Así, los investigadores partieron de la hipótesis de que el neuroticismo, que es más prevalente en personas con insomnio, podría ser considerado un factor de predisposición al trastorno del sueño. Además, investigaron si los síntomas de ansiedad y depresión podrían actuar como mediadores y moderadores de la asociación entre el neuroticismo y el insomnio.

Pero, para entender cómo los autores llegaron a los resultados del estudio, es necesario retroceder un paso y conocer los rasgos de personalidad. “Son características que estiman un patrón de cómo son los sentimientos, pensamientos y comportamientos de una determinada persona. Son un conjunto de factores que conforman la personalidad y las características del individuo. Según la teoría de los Cinco Grandes (Big Five), todos tenemos diferentes niveles de estos cinco rasgos de personalidad”, explicó la psicóloga. Son los siguientes:

1- Extroversión: las personas con un nivel más alto de extroversión tienden a ser más habladoras, dominantes y con perfil de liderazgo. Prefieren actividades en grupo, tienen mayor facilidad para relacionarse, crear intimidad y suelen ser más asertivas. Por otro lado, las personas con bajo nivel de extroversión no son necesariamente introvertidas, pero prefieren estar más solas y suelen tener más dificultades para trabajar en grupo.

2- Neuroticismo: es un rasgo de personalidad relacionado con el grado de estabilidad emocional. Las personas con un alto nivel de neuroticismo suelen ser más inestables emocionalmente y tienden a enfocarse en aspectos negativos de la vida. Ante una adversidad, tienden a desorganizarse y a sufrir más intensamente, siendo más susceptibles al estrés. La literatura científica señala que un alto neuroticismo tiene una correlación con la ansiedad y la depresión.

3- Amabilidad: es un rasgo de personalidad relacionado con la empatía. Las personas con altos niveles de amabilidad tienden a ser más empáticas, cordiales y preocupadas por el bienestar ajeno, enfocándose mucho en la situación del otro (incluso pueden llegar a ser ingenuas y valorar más a los demás que a sí mismas). Quienes tienen bajos niveles suelen ser más escépticos y desconfiados.

4- Apertura a la experiencia: la persona abierta a nuevas experiencias tiende a ser más creativa y tener un comportamiento exploratorio ante lo novedoso. Siente interés por lo nuevo, son personas curiosas, imaginativas y viven las emociones de manera más intensa. Las personas con bajos niveles de apertura son aquellas que prefieren la rutina, evitan el malestar y tienden a ser más convencionales.

5- Responsabilidad: también puede ser llamada de logro/orientación al logro. Las personas con altos niveles de este rasgo son determinadas, comprometidas, motivadas, perseverantes y capaces de sacrificar placeres momentáneos en busca de un objetivo mayor. Un nivel demasiado alto puede no ser positivo, ya que puede llevar al perfeccionismo. Aquellos con niveles bajos suelen ser menos exigentes, menos obstinados y, en términos comunes, podrían considerarse más “perezosos”.

El estudio

Para llegar a los resultados, los investigadores evaluaron a 595 participantes, de entre 18 y 59 años, divididos en dos grupos: uno formado por pacientes con insomnio que buscaron ayuda y recibieron un diagnóstico formal hecho por un médico especialista en sueño, y la otra mitad era un grupo de control, compuesto por personas sin quejas de insomnio.

Los niveles de personalidad de cada participante se establecieron mediante un cuestionario de uso exclusivo de los profesionales de la psicología, compuesto por 60 preguntas que generaron una puntuación. Los voluntarios de ambos grupos respondieron el cuestionario para que los investigadores pudieran definir los puntajes de los rasgos de personalidad de cada uno.

Tras aplicar el cuestionario a los dos grupos, cruzar y analizar los datos, Conway constató que los pacientes con insomnio tienen un índice de neuroticismo mucho más alto que los voluntarios sin insomnio, además de presentar índices más bajos de amabilidad, apertura y responsabilidad (consciencia). La extroversión fue el único rasgo de personalidad que no mostró una diferencia significativa. “El neuroticismo fue el rasgo que más se destacó, los pacientes con insomnio tienen ese índice considerablemente más alto. Pero no podemos afirmar que quienes padecen insomnio son más introvertidos”, señala Conway.

Los análisis también mostraron que: el 61.7 % de las personas con insomnio presentaban un alto índice de neuroticismo, en comparación con el 32 % del grupo de control; el 40.7 % de los pacientes con insomnio tenían bajos niveles de apertura, frente al 23 % del grupo saludable; el 31.5 % de los voluntarios con insomnio mostraron baja amabilidad, en comparación con el 23.2 % de los que sin insomnio; y el 37.7 % de los pacientes con insomnio tenían baja responsabilidad (consciencia), frente al 24.1 % del grupo de control.

“Tras análisis estadísticos más detallados, los resultados del estudio nos permiten afirmar que las personas con altos niveles de neuroticismo tienen una mayor propensión a sufrir insomnio”, afirma la investigadora.

El grupo también realizó un análisis estadístico para investigar si algún otro factor podría interferir en la asociación entre neuroticismo e insomnio y descubrió que la ansiedad actúa como un mecanismo de mediación; es decir, son los síntomas de la ansiedad los que realmente hacen que el neuroticismo influya en el desarrollo del insomnio. “La ansiedad explica todo el efecto del alto neuroticismo en el insomnio”, dice la investigadora. El grupo también evaluó el papel de la depresión, pero esta no demostró ser un mecanismo relevante en esa relación.

Efecto en la práctica

Considerando que los rasgos de personalidad están asociados a resultados positivos o negativos en lo que respecta a la salud física y mental, el estudio sugiere que es importante conocer los rasgos de personalidad más prevalentes entre individuos con insomnio, de manera que ese conocimiento pueda ayudar en el proceso de evaluación, prevención y planificación de tratamientos más adecuados y de acuerdo a la especificidad de cada paciente.

Los resultados refuerzan que, para tratar el insomnio de un paciente, también es necesario investigar y tratar su ansiedad. “Estos descubrimientos son importantes en la práctica clínica, ya que, al recibir pacientes con este rasgo de personalidad, es fundamental pensar en un plan de tratamiento que se enfoque no solo en el sueño, sino también en la ansiedad”, afirma El Rafihi-Ferreira.

Pero para que eso ocurra, los profesionales de la salud deben comprender y evaluar la personalidad de los pacientes que buscan ayuda por problemas de sueño. “Sabemos que la mayoría de las personas con insomnio presentan un alto índice de neuroticismo. Estos pacientes deben investigar y tratar su ansiedad para que también mejore el insomnio. A veces eso implica terapias y medicamentos diferentes, por lo que es importante tener una mirada más amplia sobre la historia y especificidad de cada individuo”, subraya Conway.

Actualmente, el tratamiento considerado el “estándar de oro” para el insomnio es la terapia cognitivo-conductual aplicada al insomnio (TCC-I), pero todavía hay pocos psicólogos especializados en sueño en Brasil para ofrecerla. Por eso, los investigadores defienden que los profesionales de salud adopten una visión más amplia y profundicen en la investigación de los factores psicológicos de los pacientes.

“La asociación entre rasgos de personalidad, ansiedad e insomnio destaca la importancia del desarrollo de protocolos de tratamiento transdiagnóstico, es decir, que integren técnicas y procesos conductuales para tratar un conjunto de dificultades emocionales que comparten procesos y mecanismos subyacentes a diferentes quejas”, señala la orientadora del estudio.

“Ya contamos con un tratamiento no farmacológico para el insomnio, pero, así como no existe un medicamento que sea eficaz para todos los pacientes, un único enfoque terapéutico también puede no funcionar para todo el mundo. Estos resultados contribuyen al desarrollo de nuevos protocolos psicológicos y conductuales más personalizados para el tratamiento del insomnio”, concluye Conway.

El artículo Personality traits and insomnia: direct and anxiety-mediated associations puede ser leído en: onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/jsr.70003.

* Imagen de freepik

 

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