Aparte del gran volumen de lluvias concentrado en unas pocas horas, en la localidad de São Sebastião se produjo una combinación de un crecimiento urbano no planificado en las cuestas con el retiro de vegetación (foto: Municipalidad de São Sebastião)

Eventos extremos
Los sistemas de alerta y los planes para evitar catástrofes por lluvias extremas aún fallan en Brasil
27-06-2024
PT EN

Investigadores analizaron los deslizamientos de tierra provocados por las tormentas en São Sebastião (São Paulo) en el año 2023, cuando murieron al menos 65 personas, y sugieren la participación de los habitantes en los programas de contingencias

Eventos extremos
Los sistemas de alerta y los planes para evitar catástrofes por lluvias extremas aún fallan en Brasil

Investigadores analizaron los deslizamientos de tierra provocados por las tormentas en São Sebastião (São Paulo) en el año 2023, cuando murieron al menos 65 personas, y sugieren la participación de los habitantes en los programas de contingencias

27-06-2024
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Aparte del gran volumen de lluvias concentrado en unas pocas horas, en la localidad de São Sebastião se produjo una combinación de un crecimiento urbano no planificado en las cuestas con el retiro de vegetación (foto: Municipalidad de São Sebastião)

 

Por Luciana Constantino  |  Agência FAPESP – Con la elevación constante de las temperaturas y el aumento de la frecuencia de los eventos climáticos extremos, especialmente de las lluvias, los municipios brasileños deben desarrollar planes de contingencias, con un monitoreo eficiente y rápidas respuestas. Aparte de tener que contar con un eficaz sistema de alerta local, es necesario que la población entienda la real amenaza implicada y sepa qué hacer cuando recibe el aviso de catástrofe inminente que emiten los entes responsables. La planificación urbana, con infraestructuras adecuadas, también posee un importante rol con miras a evitar pérdidas económicas y vidas.

Estas recomendaciones aparecen entre las conclusiones de una investigación publicada en la revista científica Natural Hazards. La misma constituye el resultado de un análisis pormenorizado de los deslaves o deslizamientos de tierra registrados entre los días 18 y 19 de febrero de 2023 en la ciudad de São Sebastião, en el litoral norte del estado de São Paulo, región sudeste de Brasil. Para los científicos, este círculo de actuación no funcionó adecuadamente en dicha localidad, aun después de los avisos emitidos días antes por el Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden).

Los deslaves ocurrieron a causa de las lluvias con un volumen sin precedentes en esa zona: fueron 683 milímetros (mm) en menos de 15 horas, mientras que el promedio mensual de precipitaciones es de 300 mm. Murieron al menos 65 personas y centenas fueron evacuadas, a lo que se sumaron las pérdidas de infraestructura y los daños materiales. Hubo carreteras que fueron arrastradas o quedaron bloqueadas, lo que provocó graves dificultades de transporte. La gobernación del estado de São Paulo decretó entonces el estado de emergencia en el municipio.

“No había en São Sebastião una real percepción de que la alerta indicaba una catástrofe que estaba por llegar. Las áreas más afectadas fueron las de riesgo. Con los extremos de lluvia cada vez más frecuentes y la concentración de viviendas en áreas vulnerables, no disminuiremos las pérdidas de no incorporarse acciones de prevención en todas las etapas de la cadena”, sostiene el climatólogo José Antonio Marengo, coordinador general de Investigación y Desarrollo del Cemaden.

Autor corresponsal del artículo y el segundo científico más citado en Brasil en 2023 (en el ranking de la plataforma Research.com), Marengo cuenta con el apoyo de la FAPESP a través del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología para los Cambios Climáticos, cuyo objetivo consiste en implementar y desarrollar una red global de investigación interdisciplinaria sobre la sostenibilidad y los impactos de las alteraciones globales. La misma congrega a más de 30 grupos brasileños e internacionales, con más de 200 científicos y expertos.

Este estudio llega luego de otros dos artículos publicados el año pasado (en las revistas Weather and Climate Extremes y Natural Hazards and Earth System Sciences) con la participación del climatólogo para abordar las inundaciones y los deslaves ocurridos en el año 2022 en otras dos ciudades brasileñas: Recife, entre los días 25 y 28 de mayo, y Petrópolis, el 15 de febrero. En la primera, murieron más de 130 personas luego de una lluvia de 551 mm durante ese lapso de tiempo (140 mm superior a la media de precipitaciones del mes de mayo), en tanto que en la segunda se registró una luctuosa marca de 230 muertos.

En ambos casos, las conclusiones de los investigadores fueron análogas: aparte del gran volumen de precipitaciones concentrado en pocas horas, hubo una combinación de un crecimiento urbano no planificado en las cuestas con el retiro de vegetación, aparte de fallas en los sistemas de alerta a la población y de evacuación de las áreas de riesgo.

“Así como sucedió con los estudios de Recife y Petrópolis, la idea en este paper no fue contar únicamente con un análisis meteorológico, sino trabajar también con conceptos que pudieran aplicarse en la práctica. Es necesario generar la percepción de que la meteorología puede advertir sobre las catástrofes y que las respuestas deben ser multisectoriales”, le dice Marengo a Agência FAPESP.

Y el científico añade: “La gobernanza de catástrofes ambientales prevé que el Cemaden emita alertas remitidas a la Defensa Civil de los estados y los municipios. Junto al Cuerpo de Bomberos, la Defensa Civil debe emitir el aviso dirigido a los habitantes locales y evacuarlos. En el caso de São Sebastião, se emitió la alerta hacia Defensa Civil y se debatieron escenarios durante los días previos. El problema es que la cadena se rompió en el eslabón más débil: la población vulnerable”.

Al consultársela a través de su asesoría de comunicación, Defensa Civil en São Sebastião no se manifestó.

Las pérdidas

En 32 años (entre 1991 y 2022, el último año con datos disponibles), Brasil registró más de 3.900 muertes provocadas por anegamientos, torrentes, inundaciones, lluvias intensas, tornados, vendavales, ciclones, granizo y movimientos de masa terrestre. Según el Atlas Digital de Desastres en Brasil, una plataforma de Defensa Civil Nacional, alrededor de 16,71 millones de personas se vieron afectadas por estos tipos de catástrofes durante ese período, con daños totales que ascendieron a los 27.120 millones de reales.

En 2023, el Ministerio de Integración y Desarrollo Regional (MIDR) informó que había destinado 1.400 millones de reales a acciones de protección y defensa civil en 24 estados brasileños, de los cuales 397 millones de reales fueron para auxilio y asistencia a la población y 310 millones de reales para la recuperación de infraestructuras y viviendas dañadas o destruidas.

De acuerdo con estimaciones del Cemaden y del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la población expuesta a riesgos de deslaves, inundaciones y torrentes llega a 8,27 millones de habitantes en el país, de los cuales 4,26 millones están en la región sudeste. En 872 municipios evaluados, 2,47 millones de hogares se encontraban en zonas de riesgo (con base en el Censo 2010). La Base Territorial Estadística de Áreas de Riesgo (Bater) está siendo actualizada con base en los resultados del Censo 2022, pero los nuevos datos aún no se han dado conocer.

Los resultados

En el referido estudio, los científicos consignaron que hubo una combinación de lluvias intensas que afectaron a áreas de riesgo densamente pobladas en São Sebastião, con viviendas construidas en terrenos en declive y escarpados. En tanto, las condiciones meteorológicas quedaron caracterizadas por la presencia de un frente frío que cruzó el Atlántico Sur subtropical, en donde a temperatura se ubicaba entre 1 °C y 2 °C por encima de lo normal. Combinado con los relieves de la zona serrana de Serra do Mar, este frente frío se estacionó sobre las áreas costeras situadas en el norte del estado causando un evento extremo de intensas precipitaciones.

“Si bien se emitieron las alertas con antelación, la respuesta entre las comunidades que allí habitan fue mínima, lo que muestra la ineficacia del actual sistema de alerta temprana vigente. Esto requiere el perfeccionamiento de las políticas públicas, comunicación y la posible implementación de sistemas de alerta temprana con miras a disminuir los riesgos en las áreas vulnerables”, escribe el grupo en el artículo.

Como sugerencia, los investigadores señalan que además de contar con lugares seguros y rutas de fuga –fundamentales para salvar vidas durante estos eventos–, se hace necesario contar con un sistema de alertas “verdaderamente eficaz”, que detecte el riesgo inminente, emita alertas a su debido tiempo y asegure que las poblaciones y los sectores en riesgo reciban los avisos, los entiendan y obren en consecuencia.

Puede leerse el artículo intitulado Heavy rains and hydrogeological disasters on February 18th–19th, 2023, in the city of São Sebastião, São Paulo, Brazil: from meteorological causes to early warnings en el siguiente enlace: link.springer.com/article/10.1007/s11069-024-06558-5

 

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