Foto: Tiago Falótico

Conducta animal
Los monos capuchinos robustos que pasan más tiempo en el suelo usan más herramientas
17-08-2023
PT EN

En un parque nacional de Brasil, los primates permanecen en promedio un 41 % del tiempo en el suelo. Aparte del empleo de instrumentos de piedra, los hábitos terrestres influyen sobre la conducta de las hembras durante el período del celo y sobre los cuidados con individuos discapacitados

Conducta animal
Los monos capuchinos robustos que pasan más tiempo en el suelo usan más herramientas

En un parque nacional de Brasil, los primates permanecen en promedio un 41 % del tiempo en el suelo. Aparte del empleo de instrumentos de piedra, los hábitos terrestres influyen sobre la conducta de las hembras durante el período del celo y sobre los cuidados con individuos discapacitados

17-08-2023
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Foto: Tiago Falótico

 

Por Karina Ninni  |  Agência FAPESP – En un artículo publicado en el American Journal of Biological Anthropology, el primatólogo Tiago Falótico y el etólogo Eduardo Ottoni  correlacionan la diversidad de uso de herramientas con los hábitos terrestres o terrestrialidad en un grupo de monos que habitan en el Parque Nacional de Serra da Capivara, en el estado del Piauí, Brasil. Según Falótico, este grupo es bastante peculiar y hace uso de herramientas como ningún otro que antes se haya observado.

“Lo medimos y los monos capuchinos robustos de Serra da Capivara pasan el 41 % del tiempo en el suelo, lo que constituye un porcentaje altísimo. Los monos neotropicales son casi todos arborícolas, por eso existen pocos informes sobre este tema. La literatura señala que los primates neotropicales pasan normalmente menos del 1 % de su tiempo en el suelo. Pero ahora sabemos que existen estos monos del Cerrado [el bioma de sabana brasileño] y la Caatinga [el bioma semiárido] que permanecen mucho tiempo en el suelo. Y habían sido poco estudiados”, resume Falótico, investigador de la Escuela de Artes, Ciencias y Humanidades de la Universidad de São Paulo (EACH-USP), también en Brasil.

El primatólogo explica que el contexto del uso de herramientas es bastante diverso en ese grupo con relación a otros, como el de la hacienda Boa Vista, también en Piauí. “En Boa Vista, los monos solamente usan las herramientas para abrir cocos. Pero en promedio pasan un 27 % del tiempo en el piso, lo que de por sí es bastante para esos primates. En Serra da Capivara, los monos abren cocos y semillas y cavan con las herramientas de piedra en busca de alimentos, tales como arañas, pequeñas papas y raíces. También golpean piedras para comunicar agresión, como una forma de amenaza.”

En otro trabajo, publicado en 2013, el dúo de científicos ya había demostrado que las hembras pertenecientes a ese grupo específico de Serra da Capivara habían incluso incorporado un nuevo comportamiento de “exhibición sexual”, utilizando pequeñas piedras. “Les arrojan piedritas a los machos para llamar su atención. Entre los monos capuchinos robustos, las hembras, cuando entran en celo, adoptan conductas tales como vocalizaciones y expresiones faciales para llamar la atención de los machos. En este grupo detectamos ese comportamiento innovador de arrojarles piedritas.”

Falótico afirma que la correlación entre la llamada terrestrialidad y el uso de herramientas era una hipótesis. “Los monos capuchinos robustos de algunas poblaciones emplean herramientas por necesidad. Tienen poca comida y necesitan usar herramientas. Nosotros y otros grupos ya habíamos demostrado la ‘hipótesis de la oportunidad’: cuando poseen los recursos [las piedras y el alimento] disponible, empiezan a usar herramientas y las usan más. En este último trabajo, lo que yo pretendía demostrar es si esa población, que contaba con una diversidad mayor de herramientas, era también más terrestre. Y la comparé con la de la hacienda Boa Vista, que está en el mismo estado de Brasil. Las dos poblaciones usan herramientas, pero la de Serra da Capivara utiliza una diversidad mucho mayor.”

Tiempo y recursos

Según el primatólogo, cuanto más tiempo pasan en el suelo los monos, más oportunidades tienen de acceso a los recursos, a punto tal de innovar, como en el caso de las hembras que arrojan piedritas. “Es necesario estar en el suelo durante un buen lapso de tiempo para poder innovar, que es lo que ese grupo de Serra da Capivara hizo incluso con herramientas destinadas a cavar.”

También según el investigador, la terrestrialidad no es el único factor que influye sobre el uso de una mayor diversidad de herramientas. “La disponibilidad de este recurso es otro factor. La hacienda Boa Vista cuenta con menos recursos líticos, y eso puede ser que influya también. Pero, por otra parte, sabemos que un factor que limita el empleo de herramientas de piedra es el tamaño. La hacienda Boa Vista cuenta con piedras grandes, pues los monos de allí rompen cocos grandes. Pues bien, si existen piedras grandes, pequeñas también hay. Pero ellos no las usan para cavar, como los de Serra da Capivara.”

Para arribar al índice de uso del suelo de los monos capuchinos robustos, los científicos emplearon un muestreo de barrido. “Seguimos al grupo durante dos años, prácticamente todos los días. Eran entre 30 a 40 individuos, la mitad adultos y la mitad inmaduros. Cada 20 minutos, tomábamos nota de las actividades de todos. Es una metodología básica para el estudio de la conducta de animales sociales, los que viven en grupos. Aparte del empleo de herramientas, yo estaba prestándole atención a qué estaban comiendo, si estaban haciendo grooming [eligiendo] o separando. Incluí también en la observación el lugar en donde estaban [la altura del suelo]. En ese caso, para ver el estrato del espacio que estaban utilizando. Tengo esos datos agrupados por estación: lluviosa y seca. Y por ejemplares: adultos, juveniles, machos y hembras.”

Falótico afirma que una hipótesis que aparece descrita en la literatura científica –que indica que las hembras tendrían aversión al riesgo e irían menos al suelo–, el dúo que firma el trabajo no la confirmó. “No notamos diferencias de sexo en la ida al suelo. Existe una diferencia, pero escasa, cuando se compara el tiempo que el grupo en general pasó en el suelo (un 41 %) y el tiempo en el que solamente los adultos pasaron en el suelo (un 43 %).”

Este trabajo contó con el apoyo de la FAPESP mediante una beca doctoral en Brasil, una Ayuda de Investigación Regular y una Ayuda de Investigación Jóvenes Investigadores.  

El primatólogo adelanta que, en un futuro trabajo, se pretende verificar si una tercera población se encuadra en esta hipótesis de la correlación entre los hábitos terrestres y la diversidad de uso de herramientas. “Es una población del estado de Ceará, del Parque Nacional de Ubajara, que estamos estudiando. También nos interesa la influencia de la terrestrialidad en el uso de herramientas, incluida la idea de la percepción de riesgo en el suelo. Pretendemos intentar captar su respuesta a lo que perciben como riesgo, si los monos están más atentos a los posibles peligros cuando se encuentran en el suelo.”

Cuidados adaptados

El trabajo con la población del Parque de Ubajara generó un segundo artículo, publicado en la revista Primates y firmado por Tatiane Valença, magíster en psicología experimental por la Universidad de São Paulo (USP), en colaboración con Falótico. En dicho artículo se describe la vida y la muerte de un mono infante que, debido a una discapacidad en su pierna, vivió solamente dos meses. Y muestra que los hábitos terrestres pueden influir incluso en la conducta de los monos capuchinos robustos en su relación con individuos discapacitados.

“Nuestro mayor aporte en este caso consistió en saber de qué manera la hembra lidia con ese individuo que se comporta de un modo distinto. Los cuidados con la cría discapacitada antes de la muerte aún no se habían descrito en la literatura. Se trata de un relato pionero para monos capuchinos robustos. En general, esos cuidados no difieren mucho del repertorio conocido, pero hubo algunos ajustes, pues la cría exhibía una inestabilidad en la posición en que permanecía en la espalda de su madre. Como no lograba agarrarse al igual que las otras, la madre aumentó la frecuencia de ajuste de la cría en su espalda. El ajuste de la posición de la cría es un comportamiento normal, pero en este caso lo ejecutó en más oportunidades. Un macho adulto que también cargó a esa cría discapacitada algunas veces aumentó igualmente la frecuencia de ajustes”, informa Valença.

La investigadora remarca que la novedad reside en la hipótesis de que los hábitos terrestres pueden haber influido en la evolución de la conducta (o de los cuidados) con individuos con discapacidad. “La hipótesis de que los hábitos arborícolas dificultan el transporte de individuos muertos ya había sido propuesta en la literatura. Pero la hipótesis de que esto podría afectar el cuidado de individuos con discapacidad es algo que estamos proponiendo ahora a partir de lo que hemos observado.”

Valença recuerda que la carga de la cría después de muerta es común. “Normalmente, ese vínculo de cargar y efectuar la selección se mantiene después de la muerte de la cría. Lo que varía es el tiempo que esto dura. Ella cargó el cuerpo durante horas y no forrajeó nada durante ese tiempo más que las moscas que estaban en su cuerpo. No fue en busca de frutos ni de invertebrados, y no estaba alimentándose. Cargó un cuerpo con un 14 % de su peso a través más de un kilómetro.”

Pero este comportamiento se observa más extensamente en los monos terrestres, como los chimpancés o los Macaca fascicularis (o macacos cangrejeros). “Están las que los sueltan al cabo de algunas horas y las que los cargan durante días. Y existen casos extremos incluso de chimpancés que cargan durante meses a una cría muerta.”

En el caso del mono capuchino robusto, otro cuidado que la hembra tuvo y que no les pasó desapercibido a los investigadores fue el uso de su cola para sujetar a la cría a la hora de romper cocos. “Generalmente, para estabilizarse durante la concreción de esa actividad, estos animales suelen apoyar la cola en el suelo o sujetarse con ella al árbol, pues romper un coco con una piedra es una operación que requiere un manipuleo muy fino y fuerza. Esa hembra en ocasiones levantaba la cola y creemos que era para poder sujetar a la cría, porque esta quedaba muy inestable especialmente en esos momentos en que rompía un coco. Y la hembra, si no emplease la cola para estabilizarse, no contaría con el apoyo que podría tener.”

“En esta tercera población, del Parque de Ubajara, hay muchas piedras en el suelo y será sumamente interesante poder compararla con la de Serra da Capivara, porque lograremos controlar la variable ‘disponibilidad de recursos líticos’”, adelanta Falótico.

El artículo intitulado Greater tool use diversity is associated with increased terrestriality in wild capuchin monkeys se encuentra disponible en el siguiente enlace: onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/ajpa.24740.

Y puede hallarse el estudio Life and death of a disabled wild capuchin monkey infant en este vínculo: link.springer.com/article/10.1007/s10329-023-01052-1.

 

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