El caracol Simpulopsis gomesae fue descrito en 2006, a partir de ejemplares recolectados en São Francisco de Paula, en el estado de Rio Grande do Sul (foto: Suzete Gomes)

Biodiversidad
Las descripciones de moluscos en el Sur Global siguen siendo, en su mayor parte, resultado de la ‘ciencia de paracaídas’
11-12-2025
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Un estudio analizó los descubrimientos de los últimos 20 años y señaló que casi la mitad de los caracoles, caramujos y babosas fue descrita por investigadores que no actuaban en el país de su hábitat

Biodiversidad
Las descripciones de moluscos en el Sur Global siguen siendo, en su mayor parte, resultado de la ‘ciencia de paracaídas’

Un estudio analizó los descubrimientos de los últimos 20 años y señaló que casi la mitad de los caracoles, caramujos y babosas fue descrita por investigadores que no actuaban en el país de su hábitat

11-12-2025
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El caracol Simpulopsis gomesae fue descrito en 2006, a partir de ejemplares recolectados en São Francisco de Paula, en el estado de Rio Grande do Sul (foto: Suzete Gomes)

 

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Entre los siglos XVI y XIX, siendo el colonialismo el orden vigente, no es de extrañar que las expediciones científicas, los depósitos de especímenes en museos de historia natural y las descripciones de especies de las colonias europeas en África, Asia y América Latina fueran realizados únicamente por naturalistas del Viejo Mundo.

Sin embargo, un estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B por investigadores brasileños apoyados por la FAPESP, muestra que esta práctica sigue ocurriendo, aunque las antiguas colonias sean hoy países independientes, muchos de ellos con estructura y personal calificado para la tarea de comprender su propia biodiversidad.

Tomando como modelo más de 3.200 descripciones de especies de moluscos terrestres realizadas en todo el mundo entre 2003 y 2022, investigadores de la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp), de la Universidad Federal de Paraíba (UFPB) y del Instituto Federal de Educación, Ciencia y Tecnología de Piauí (IFPI) mostraron que, en casi la mitad de las descripciones, los científicos locales no figuraron como autores de las investigaciones realizadas. Esta exclusión se concentró en especies del denominado Sur Global.

La práctica neocolonial se conoce como “ciencia de helicóptero” o “ciencia de paracaídas”. En ella, los extranjeros viajan hasta el lugar de la investigación, recolectan lo que necesitan y regresan para concluir el trabajo en su país de origen, sin involucrar a investigadores locales ni dar los debidos créditos a los moradores que los ayudaron.

No por casualidad, al analizar con criterios objetivos el alcance de los trabajos científicos publicados, los autores observaron que las descripciones son más robustas cuando existe la participación de al menos un investigador del país en el que ocurre la especie descrita.

“La ‘ciencia de helicóptero’ o de ‘paracaídas’ es una práctica que perjudica no solo a los investigadores locales, sino a la ciencia en general. Trabajos menos robustos pueden ver sus resultados invalidados en el futuro. Esto puede retrasar los esfuerzos de conservación, que demandan informaciones precisas y estables”, afirma Mario Moura, coordinador del estudio y actualmente profesor de la UFPB.

Parte del trabajo se realizó durante el período de Moura como Joven Investigador en el Instituto de Biología de la Unicamp, en un proyecto apoyado por la FAPESP.

Los otros autores del trabajo son Evandro Abreu, de la UFPB, y Edson Lourenço da Silva, del IFPI.

Ciencia neocolonial

Para llegar a los resultados, los investigadores construyeron una base de datos con 3.272 descripciones de moluscos terrestres (caracoles, caramujos y babosas) publicadas en formato de artículo científico, capítulo de libro o libro entre 2003 y 2022. De estas, 2.216 (68 %) fueron descritas en 78 países del llamado Sur Global, mientras que 1.056 especies (32 %) fueron encontradas en 26 países del Norte Global.

Las definiciones de Sur y Norte Global siguen una adaptación de la nomenclatura de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dada en términos geopolíticos y divergente en parte de la definición puramente geográfica.

De este modo, países del hemisferio Sur como Australia y Nueva Zelanda se consideran parte del Norte Global, mientras que naciones del hemisferio Norte como México, China, India y países del norte de África y del Sudeste Asiático son tradicionalmente considerados como miembros del Sur Global.


Localidades donde se descubrieron las especies de moluscos terrestres entre 2003 y 2022. Las regiones geopolíticas en tonos verdosos contienen países típicamente asociados al Sur Global, mientras que las de tonos marrones indican los del Norte Global (imagen: Mario Moura/UFPB)

Mientras que la mayor parte de las especies fue descrita en el Sur Global, los investigadores con base en esa región geopolítica contribuyeron con apenas el 33,3 % de las descripciones. La cifra contrasta con la de los investigadores vinculados a instituciones de investigación del Norte Global, que contribuyeron con el 79,3 % de todas las descripciones.

Al comparar las descripciones entre las dos macrorregiones geopolíticas, el 51,4 % de las realizadas con especies del Sur Global excluyó a investigadores de esa parte del mundo, mientras que solo el 0,6 % de las especies descritas en el Norte Global no contó con la participación de científicos locales en el trabajo.

Las publicaciones que contaron únicamente con investigadores del lugar donde ocurre la especie representaron el 40,4 % del total, mientras que las mixtas, que involucraron tanto a científicos locales como extranjeros, fueron el 14 %. Las 1.493 especies restantes de la base de datos (45,6 %) fueron resultado de la “ciencia de paracaídas”, descritas únicamente por investigadores de fuera del país de origen de la especie. En esta modalidad, el 88,6% de las descripciones ocurrió en el Sur Global.

“Una de las expectativas al incluir investigadores del Norte Global en investigaciones sobre especies del Sur Global sería la facilitación del acceso tanto a colecciones en museos europeos y norteamericanos como también a tecnologías que tienen alto costo para nosotros, como la biología molecular y el análisis de la anatomía interna. En teoría, estas herramientas harían el estudio más robusto y abarcador. Sin embargo, lo que muestran nuestros análisis es que eso no ocurre. En realidad, la inclusión de investigadores locales generó trabajos más robustos”, relata Moura.

El investigador recuerda que las prácticas neocoloniales y la influencia geopolítica observadas en las descripciones de moluscos terrestres también pueden observarse en otros grupos animales, conforme a trabajos en curso de su equipo.

Según los autores, para avanzar en la ciencia de la biodiversidad, las estrategias de inclusión deben tener en cuenta no solo la paridad de autoría, sino también el acceso a herramientas analíticas, los recursos para garantizar estudios de calidad, la valorización del conocimiento local y el intercambio de datos a largo plazo. Las instituciones, por su parte, deben priorizar asociaciones sostenibles, la transparencia en la financiación y la transferencia de tecnología.

“Los beneficios de una ciencia plural e inclusiva pueden ir más allá de colaboraciones equitativas, contribuyendo a llenar más rápidamente las lagunas de conocimiento sobre la biodiversidad global, especialmente en regiones tropicales”, concluyen.

El artículo Geopolitical impacts on the description of new terrestrial mollusc species puede leerse en: royalsocietypublishing.org/doi/10.1098/rspb.2025.1428.

 

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