Este mecanismo de defensa, denominado comportamiento higiénico, puede ayudar en el control de parásitos y patógenos que atacan a los insectos sociales, según se apunta en un estudio (foto: Scaptotrigona depilis/ Cristiano Menezes)

Las abejas retiran las larvas muertas de las colmenas para evitar enfermedades
09-02-2017

Este mecanismo de defensa, denominado comportamiento higiénico, puede ayudar en el control de parásitos y patógenos que atacan a los insectos sociales, según se apunta en un estudio

Las abejas retiran las larvas muertas de las colmenas para evitar enfermedades

Este mecanismo de defensa, denominado comportamiento higiénico, puede ayudar en el control de parásitos y patógenos que atacan a los insectos sociales, según se apunta en un estudio

09-02-2017

Este mecanismo de defensa, denominado comportamiento higiénico, puede ayudar en el control de parásitos y patógenos que atacan a los insectos sociales, según se apunta en un estudio (foto: Scaptotrigona depilis/ Cristiano Menezes)

 

Por Elton Alisson  |  Agência FAPESP – Los insectos sociales, tales como las hormigas, las termitas y las abejas, suelen contar con un mecanismo de defensa que consiste en la remoción de crías muertas o enfermas con el objetivo de disminuir la transmisión de enfermedades provocadas por parásitos y patógenos dentro de sus colonias.

Este mecanismo, denominado “comportamiento higiénico”, ya se había observado y estudiado minuciosamente en las abejas con aguijón Apis mellifera, cuyas obreras abren con sus mandíbulas las celdas de cría donde se encuentran larvas o crisálidas muertas o enfermas y las remueven del nido.

Pero ahora, científicos de la University of Sussex, de Inglaterra, en colaboración con pares de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP), en Brasil, han estudiado el comportamiento higiénico de tres especies brasileñas de abejas sin aguijón: la yatey (Tetragonisca angustula), la mandaguari (Scaptotrigona depilis) y la uruçu (Melipona scutellaris), en el marco de un proyecto que contó con el apoyo de la FAPESP.

Los resultados del estudio se describieron en un artículo publicado en la revista Biology Open.

“Analizamos el comportamiento higiénico en esas tres especies porque son algunas de las más utilizadas en Brasil para la producción de miel y en la polinización agrícola”, declaró Denise de Araujo Alves, posdoctoranda de la Esalq-USP y una de las autoras del estudio, a Agência FAPESP.

Loa investigadores recolectaron panales de colonias de esas tres especies de abejas y los congelaron durante dos días con el fin de matar a las pupas y larvas y simular el efecto que causa un agente patogénico.

Luego de contar la cantidad de celdas de cría con crisálidas y larvas muertas en los panales congelados, los reintrodujeron en ocho nidos de las tres especies de abejas que fueron monitoreados cada 24 horas durante seis días, a los efectos de contar las cantidad de celdas abiertas y la de larvas y crisálidas removidas.

Los resultados del experimento indicaron que las tres especies de abejas sin aguijón presentaron niveles elevados de comportamiento higiénico, al remover rápidamente las larvas y crisálidas muertas por congelamiento.

Las abejas uruçu exhibieron un mejor desempeño a la hora de ejecutar esta tarea. Pasadas 48 horas de la introducción del panal congelado en sus colonias, las obreras de esta especie de abeja quitaron de allí más del 99% de las crisálidas y las larvas muertas.

En tanto, las abejas mandaguari retiraron el 80% de las crías muertas, y las yatey eliminaron el 62%.

“El comportamiento higiénico de estas tres especies de abejas sin aguijón es tan eficiente como el de las abejas con aguijón”, comparó De Araujo Alves.

Curiosamente, los investigadores observaron que, en una de las colonias de mandaguari que exhibió un desempeño más lento en la remoción de las crías congeladas, el 15% de las abejas adultas que emergían de sus celdas tenía las alas deformadas, lo que indica la posibilidad de la existencia de una enfermedad o un desorden aún no identificado, pero con síntomas similares a los ocasionados por el virus del ala deformada en abejas Apis mellifera.

A los efectos de evaluar la capacidad de las abejas mandaguari para detectar y retirar las larvas y crisálidas contaminadas, los investigadores realizaron un segundo experimento: introdujeron panales con crías vivas de la colonia que presentaron ese problema en otras colmenas sanas.

Los resultados de este experimento indicaron que las abejas de las colonias con niveles más altos de comportamiento higiénico en el primer experimento también fueron más eficientes para detectar y retirar las crías insalubres (con un 12,5% de remoción) en comparación con las abejas de las colmenas menos sanas o menos “higiénicas”, que removieron tan sólo un 1% de las crisálidas.

“Esto demuestra que existe una variación dentro de la especie: cuanto más higiénica es la colonia, más rápida será la detección y la remoción de larvas y pupas insalubres”, afirmó De Araujo Alves.

“Como encontramos una cantidad elevada de obreras con alas deformadas del lado de afuera de los nidos, creemos que esas abejas terminan saliendo o siendo expulsadas por las otras obreras adultas más sanas”, afirmó la investigadora.

“Si la deformación de sus alas delas es causada por un agente patogénico, no es positivo que permanezcan en la colonia”, añadió.

El manejo de las colonias

De acuerdo con estudios anteriores, el comportamiento higiénico de las abejas no es aprendido: se trata de un rasgo hereditario instintivo de estos insectos sociales.

En la especie Apis mellifera, este mecanismo de defensa ayuda en el control de parásitos y patógenos que atacan a estos insectos, tales como el ácaro de la especie varroa y el virus del ala deformada. En el caso de este grupo, los investigadores obtuvieron colmenas totalmente higiénicas al seleccionar abejas reinas provenientes de colmenas altamente higiénicas.

Estudios realizados durante los últimos 10 años por científicos del Laboratorio de Apicultura e Insectos Sociales de la University of Sussex indicaron que colonias de abejas con aguijón con reinas higiénicas obtenidas mediante selección exhiben niveles más reducidos de virus del ala deformada y del ácaro varroa y mayores índices de supervivencia.

Asimismo, producen tanto o más miel que las abejas de las colonias no higiénicas, lo que indica que las obreras de las colonias higiénicas no remueven crías sanas por error.

“Quizá este mismo procedimiento también pueda utilizarse en un futuro cercano con las abejas sin aguijón para obtener colonias más sanas, para su uso en la polinización agrícola a gran escala”, afirmó De Araujo Alves.

“Esta selección podrá ocurrir durante la cría in vitro de reinas, a los efectos de producir colonias con altos niveles de comportamiento higiénico para su uso comercial”, indicó.

Se estima que en Brasil existen alrededor de 250 especies nativas de abejas sin aguijón, que han venido siendo cada vez más utilizadas en la producción de miel y en la polinización y el cultivo agrícola.

Con todo, las enfermedades que acometen a ese gran grupo de abejas encontradas en regiones tropicales del mundo son menos conocidas en comparación con las de las abejas con aguijón, según apuntan los investigadores.

“Como es un grupo de abejas sumamente diverso y aún no tan estudiado como la Apis mellifera, creemos que las abejas sin aguijón padecen enfermedades que aún no han sido detectadas. Pero quizá los bajos niveles de enfermedad que observamos generalmente en estas abejas obedezcan a estos mecanismos eficaces de control de afecciones”, evaluó De Araujo Alves.

“En ese sentido, el comportamiento higiénico puede cumplir un papel importante en la salud de las abejas sin aguijón”, señaló.

Según José Maurício Bento, docente de la Esalq-USP y uno de los coautores del trabajo, la comunicación química entre los insectos sociales resulta fundamental para su sostenimiento. Con todo, se la conoce poco todavía en el caso de las abejas sin aguijón.

“Es posible que las señales químicas producidos por las crías les indiquen a las obreras adultas su estado de salud, facilitando así la detección y la remoción de las larvas y las crisálidas enfermas. Ahora estamos investigando la composición química de estas sustancias volátiles, lo cual abre nuevas e interesantes perspectivas de estudio”, afirmó Bento.

Puede leerse el artículo intitulado “Hygienic behaviour in Brazilian stingless bees” (doi: 10.1242/bio.018549), de Toufailia, De Araujo Alves y otros, en la revista Biology Open, en el siguiente enlace: bio.biologists.org/content/5/11/1712.

 

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