El documento de 2016 aparece estampado con obras de los artistas callejeros Gustavo y Otávio Pandolfo, conocidos como OSGEMEOS

La FAPESP mantiene su ritmo de inversiones en una coyuntura económica adversa
07-09-2017

En su último informe, la Fundación muestra que en 2016 no sólo amplió sus aportes a proyectos temáticos sino que también registró el mejor desempeño en 20 años de su programa de innovación en pequeñas empresas

La FAPESP mantiene su ritmo de inversiones en una coyuntura económica adversa

En su último informe, la Fundación muestra que en 2016 no sólo amplió sus aportes a proyectos temáticos sino que también registró el mejor desempeño en 20 años de su programa de innovación en pequeñas empresas

07-09-2017

El documento de 2016 aparece estampado con obras de los artistas callejeros Gustavo y Otávio Pandolfo, conocidos como OSGEMEOS

 

Por Fabrício Marques  |  Revista Pesquisa FAPESP – La Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo (FAPESP) invirtió en 2016 un total de 533,9 millones en $ purchasing power parity (paridad de poder adquisitivo o PPP, por sus siglas en inglés) para apoyar 24.685 proyectos de investigación científica. Este valor fue algo inferior al desembolso de 2015, que ascendió a $ PPP 557,7 millones para 26.445 proyectos en ese entonces en marcha. Pese a la coyuntura adversa, fruto de la disminución de la recaudación tributaria estadual, como consecuencia de la crisis económica brasileña, se suscribieron durante el año 10.480 nuevos contratos de proyectos –un 4% más que en 2015–, de los cuales fueron 5.491 becas en Brasil, 1.162 becas en el exterior y 3.827 ayudas a la investigación.

“La Fundación fue capaz de mantener sus compromisos y su ritmo de actuación en la financiación de la investigación científica, pese a los problemas económicos que Brasil afrontó en 2016”, afirma el presidente de la FAPESP, el físico José Goldemberg.

El desempeño de la Fundación el año pasado forma parte del Informe de Actividades 2016 de la FAPESP, cuya presentación se concretó el pasado 15 de agosto y que se encuentra disponible en portugués en fapesp.br/publicacoes/relat2016.pdf, donde también aparecen síntesis anuales sobre las actividades de la FAPESP desde 1962, el año en que empezó a operar. El documento de 2016 aparece estampado con obras de los artistas callejeros Gustavo y Otávio Pandolfo, conocidos como OSGEMEOS.

El incremento de la cooperación con el sector empresarial es uno de los puntos positivos relevantes del informe. El programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) tuvo el mejor año desde su creación en 1997: fueron 228 nuevas propuestas contratadas, más de cuatro por semana –casi una por día hábil–, e inversiones por valor de $ PPP 26,0 millones. En 2015 se habían contratado 159 proyectos, y el desembolso total del programa fue de $ PPP 16,1 millones.

El PIPE fue la primera iniciativa de una agencia brasileña que ofreció recursos no reembolsables a pequeñas empresas para que desarrollen innovaciones en etapas iniciales. “Es un programa que ha brindado un enorme aporte al desarrollo científico, tecnológico y económico del estado de São Paulo, al estimular la creación de empresas que prosperan y generan puestos de trabajo y riqueza”, sostiene Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP.

La creación de Centros de Investigación en Ingeniería en cooperación con empresas también recibió un impulso en 2016, con la instalación del Centro de Investigación Aplicada en Bienestar y Comportamiento Humano, una colaboración de la FAPESP con la empresa Natura y las universidades de São Paulo (USP), Federal de São Paulo (Unifesp) y la Universidad Presbiteriana Mackenzie. Este centro, con sede en la USP, se destina a la realización de estudios multidisciplinarios sobre el comportamiento humano, con un inversión conjunta de $ PPP 40 millones en 10 años. La propuesta consiste en reunir conocimiento, metodologías y tecnologías en áreas tales como psicología experimental y neurociencia que generen indicadores de bienestar de la población brasileña y ayuden a crear productos innovadores.

Andrea Álvares, vicepresidente de marketing e innovación de Natura, afirmó que este modelo se ubica a la vanguardia de la innovación abierta. “Cuanto mayor es la diversidad de los investigadores participantes, más ricos serán los resultados”, dijo Álvares en el evento de presentación del centro.

La colaboración con Natura se sumó a otros cuatro centros creados en años anteriores, dos de estos con la compañía farmacéutica GSK, uno con la automovilística Peugeot-Citroën y otro con la empresa de petróleo y gas BG. En este modelo, cada real invertido por la FAPESP moverá otro real de la empresa y dos reales de la universidad o el instituto de investigación que es sede del centro. Juntos, esos cinco centros percibirán $ PPP 121,6 millones en inversiones.

Otro destacado del informe fue el crecimiento del apoyo a la investigación interdisciplinaria, campo responsable del 11,5% del desembolso de la Fundación en 2016, detrás de las Ciencias de la Vida (40,5%) y de las Ciencias Exactas y de la Tierra y de las Ingenierías (37%), y al frente de las Ciencias Humanas y Sociales (11%). Este desempeño es superior al de 2015, cuando el 10,4% de las erogaciones de la Fundación tuvo como destino proyectos interdisciplinarios, y muy superior al registrado en 2006 (7,78%) o en 2013 (3,08%).

La FAPESP también mantuvo inversiones consistentes en modalidades de fomento que financian proyectos de investigación competitivos a nivel mundial. Los proyectos temáticos, que abarcan objetivos audaces, que justifican una financiación con una duración de hasta cinco años y que a menudo reúnen a investigadores de diversas instituciones, percibieron $ PPP 120,3 millones en 2016, ante $ PPP 117,6 millones en 2015. Este monto comprende a los recursos desembolsados en los proyectos y a las ayudas y becas en Brasil y en el exterior vinculadas a éstos. La cantidad de proyectos contratados fue la mayor de los últimos seis años: llegó a 88, seis más que en 2015. Había 477 temáticos en marcha en 2016.

De igual forma, el programa Jóvenes Investigadores en Centros Emergentes mantuvo su vigor: percibió $ PPP 32,0 millones en 2016, contando también con ayudas y becas vinculadas, para 313 proyectos en marcha, ante $ PPP 31,6 millones de 2015. Cincuenta y ocho de estos proyectos se contrataron el año pasado. El programa financia por un lapso de hasta cuatro años la formación de núcleos encabezados por jóvenes investigadores con nivel de doctorado y alto potencial, preferentemente en instituciones aún con poco historial en el tema del proyecto.

Tal como está previsto en la Constitución del estado de 1989, la FAPESP percibe el 1% de la recaudación tributaria paulista para invertir en investigación científica y tecnológica. El giro de recursos realizado por el Tesoro del Estado en 2016 ascendió a $ PPP 496,6 millones y fue un 1,2% superior en valores nominales a la transferencia realizada el año anterior. En tanto, en valores corregidos según el Índice Nacional de Precios al Consumidor Amplio (IPCA), hubo una merma de un 5% con relación a 2015. Ese giro de fondos fue el responsable del 78,7% de los ingresos de la Fundación. El desembolso de 2016 fue complementado con $ PPP 101,0 millones provenientes de acuerdos y convenios con otras agencias, instituciones y empresas, y con $ PPP 33,5 millones provenientes de ingresos de la propia Fundación, que mantiene un patrimonio rentable cuyo objetivo es complementar los recursos que percibe del Tesoro. Esos ingresos complementarios fueron un 6% más bajos en 2016 en términos nominales que los de 2015.

Es posible visualizar el alcance de las inversiones desde distintas perspectivas. Una de ellas es la división de los recursos entre los programas de la FAPESP: un 39,5% del desembolso se destinó a becas en Brasil y en el exterior, un 34,1% a ayudas regulares a la investigación, un 14,3% a programas especiales tales como los que apoyan a Jóvenes Investigadores y a investigaciones en eScience, y un 12,1% a programas de innovación tecnológica.

En el caso de las ayudas regulares, los recursos fueron 9% menores que en 2015, y el volumen de proyectos contratados, un 3% inferior. La merma fue más notoria en modalidades tales como la participación o organización de reuniones científicas, en tanto que las ayudas regulares –proyectos financiados por un plazo de hasta dos años– aumentaron un 17%, y los proyectos temáticos un 9%.

El desembolso con becas fue de $ PPP 210,7 millones, un 6% menor en valores nominales que el de 2015. De todos modos, hubo un aumento de un 4% en la cantidad de nuevas becas contratadas y las vigentes tuvieron reajustes del 11%. El destacado principal entre las becas en el país correspondió a la iniciación a la investigación científica: se contrataron 2.287 becas de este tipo, un 12% más que las 2.036 del año anterior. La cantidad de becas de maestría, doctorado y doctorado directo creció un 0,4%, un 8% y un 21% respectivamente.

En el posdoctorado hubo una merma de 684 becas en 2015 a 634 en 2016. La contratación de becas en el exterior se redujo un 7%: fueron 1.162 el año pasado, ante 1.244 en 2015. Esta reducción se concentró en las becas de pasantías en el exterior de hasta un año de duración, dependiendo de la modalidad. En tanto, la contratación de becas de investigación en el exterior subió de 254 en 2015 a 258 en 2016.

La cantidad de investigadores del exterior que obtuvieron becas de posdoctorado en Brasil financiadas por la FAPESP cayó de 123 en 2015 a 93 en 2016. Pero la proporción de becas concedidas a investigadores que llegaron de afuera permaneció estable: representaron un 19% del total de becas de posdoctorado en el país, un tanto por debajo de 21% de 2015, pero arriba del nivel de los cinco años anteriores, que osciló entre el 13% y el 18%. Los becarios, en general extranjeros, estaban vinculados a las áreas de Ciencias Exactas y de la Tierra (36%), Ingenierías (26%), Ciencias Humanas (26%) y Ciencias Sociales Aplicadas (25%).

Otra forma de analizar las inversiones de la Fundación consiste en distinguir entre los objetivos del apoyo a la investigación. De acuerdo con este criterio, puede verse que el 53% de los recursos se destinó a investigaciones de carácter aplicado. Este apartado abarca la inversión en ayudas y becas en áreas tales como agronomía y veterinaria e ingeniería y salud, que casi siempre resultan en aplicaciones, además de programas que estimulan la innovación en las universidades y empresas y de algunos programas especiales de la Fundación.

Otro 39% se invirtió en apoyo al avance del conocimiento a través de programas que forman recursos humanos y estimulan la investigación académica, lo cual comprende becas y ayudas. Por último, un 8% fue para infraestructura de investigación, lo que permitió recuperar, modernizar y adquirir equipos para laboratorios, ampliar las colecciones de bibliotecas de instituciones de enseñanza e investigación y asegurarles a los investigadores el acceso rápido a internet.

Durante 2016 se encontraban en vigencia acuerdos de cooperación entre la FAPESP y 94 organizaciones, 28 de éstos firmados ese año. Entre los nuevos acuerdos con agencias de fomento e instituciones académicas, tan sólo uno se celebró con una institución brasileña: el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe). Los otros 24 fueron acuerdos internacionales firmados con 7 organizaciones de Estados Unidos, 3 del Reino Unido, 3 de Australia, 2 de Canadá, 2 de Francia, 2 de China, 1 de Holanda, 1 de Italia, 1 de Noruega, 1 de Chile y 1 con una agencia multinacional. Se suscribieron acuerdos con tres empresas: Statoil, de origen noruego, la holandesa Koppert y la estadounidense IBM.

En el año 2016 se realizaron dos simposios científicos de la serie FAPESP Week, que apuntan a estimular las colaboraciones científicas entre investigadores de São Paulo y de otros países: uno de ellos se concretó en Estados Unidos, en el mes de marzo, y otro en Uruguay, en noviembre. 

 

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