En 2020, la Fundación destinó $ PPA 423,3 millones al fomento de 21.233 proyectos. También se anunciaron 13 nuevas convocatorias a la presentación de propuestas en colaboración con organizaciones extranjeras y se firmaron siete nuevos acuerdos internacionales de cooperación científica

La FAPESP afrontó los retos de la pandemia sin comprometer el apoyo a las otras áreas de investigación
25-11-2021
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En 2020, la Fundación destinó $ PPA 423,3 millones al fomento de 21.233 proyectos. También se anunciaron 13 nuevas convocatorias a la presentación de propuestas en colaboración con organizaciones extranjeras y se firmaron siete nuevos acuerdos internacionales de cooperación científica

La FAPESP afrontó los retos de la pandemia sin comprometer el apoyo a las otras áreas de investigación

En 2020, la Fundación destinó $ PPA 423,3 millones al fomento de 21.233 proyectos. También se anunciaron 13 nuevas convocatorias a la presentación de propuestas en colaboración con organizaciones extranjeras y se firmaron siete nuevos acuerdos internacionales de cooperación científica

25-11-2021
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En 2020, la Fundación destinó $ PPA 423,3 millones al fomento de 21.233 proyectos. También se anunciaron 13 nuevas convocatorias a la presentación de propuestas en colaboración con organizaciones extranjeras y se firmaron siete nuevos acuerdos internacionales de cooperación científica

 

Por Jussara Mangini  |  Agência FAPESP – La nueva realidad que generó la pandemia de COVID-19, el mayor desafío afrontado por la ciencia en los últimos 100 años, afectó de manera significativa a la actividad de la FAPESP en 2020, pero no impidió que la Fundación siguiese financiando proyectos en las restantes áreas de la investigación científica.

En términos de purchasing power parity o paridad de poder adquisitivo (PPA), la FAPESP destinó $ PPA 423,3 millones al fomento de 21.233 proyectos de investigación en 2020: el 45 % en el área de Ciencias de la Vida, el 37 % en la de Ciencias Exactas y de la Tierra e Ingenierías, el 10 % en proyectos interdisciplinarios y el 7,5 % en el área de Ciencias Humanas. Del total de proyectos apoyados, fueron 7.027 los contratados en el referido período, seleccionados entre las más de 19 mil propuestas remitidas a la Fundación durante el año.

Las investigaciones a largo plazo, realizadas en el ámbito de los Centros de Investigación, Innovación y Difusión (CEPIDs), en el marco de Proyectos Temáticos y en la modalidad de Ayuda de Investigación Joven Investigador, junto a los proyectos apoyados mediante Ayudas Regulares, recibieron un 46 % de los recursos, seguidas por las becas regulares de formación de recursos humanos para la ciencia y la tecnología −desde la iniciación a la investigación científica hasta el posdoctorado en Brasil y en el exterior–, que se hicieron acreedoras al 23 % del total desembolsado en el año. Puede verificarse la información detallada de estas inversiones en el Relatório de Atividades de la FAPESP 2020, el informe anual de actividades de la Fundación.

“Los resultados que aparecen en ese informe demuestran la capacidad de la FAPESP de responder rápidamente ante una situación de crisis extrema sin comprometer el fomento de las demás áreas de investigación científica. La robustez de la institución será un factor central para apoyar a la comunidad científica paulista en el gran esfuerzo de nuestra sociedad para reanudar el desarrollo y la normalidad tras el control de la epidemia”, dice Marco Antonio Zago, presidente de la FAPESP.

Con todo, la pandemia de COVID-19 generó impactos sobre la demanda de becas y ayudas. El Relatorio de Atividades muestra que los valores que la FAPESP destinó al fomento científico fueron menores que los de 2019.

Las restricciones impuestas a la movilidad internacional y nacional y los nuevos protocolos de seguridad de muchos laboratorios redundaron en una mengua en la remisión de propuestas. Estos hechos llevaron a la Fundación a readecuar el cronograma de vigencia de becas y a flexibilizar los procedimientos de rendición de cuentas. La fuerte devaluación del tipo de cambio exigió que la Fundación dilatase momentáneamente los plazos de importaciones de equipos, que ahora han vuelto al ritmo anterior a la pandemia.

“Las medidas que se tomaron en carácter de emergencia y provisoriamente tuvieron el objetivo garantizar los compromisos financieros a corto, mediano y largo plazo con ayudas y becas ya otorgadas, de manera tal de prepararse para la reanudación de las actividades de investigación científica en São Paulo”, dice Carlos Américo Pacheco, director presidente del Consejo Técnico Administrativo de la FAPESP.

Así y todo, se anunciaron 13 nuevas convocatorias a la presentación de propuestas en colaboración con organizaciones extranjeras y se firmaron siete nuevos acuerdos internacionales de cooperación en investigación científica. La FAPESP cerró el año con 208 colaboraciones vigentes con 167 organizaciones extranjeras y 41 brasileñas, que resultaron en el apoyo a 3.840 proyectos de investigación desarrollados en colaboración: 2.392 proyectos cofinanciados –por un total de $ PPA 47,9 millones– y 1.448 proyectos apoyados exclusivamente por la FAPESP, totalizando $ PPA 43 millones.

Especial COVID-19

La urgencia de enfrentar al COVID-19 demandó cambios importantes en la agenda de fomento de la FAPESP. El informe de actividades contiene un capítulo especial sobre las medidas implementadas, distribuidas a lo largo de una línea de tiempo en donde se destacan también algunas de las investigaciones sobre la enfermedad y el SARS-CoV-2 puestas en marcha durante el período, aparte de las medidas sanitarias de adecuación operativa de la institución que permitieron mantener activas todas las áreas de soporte al fomento y la atención de la comunidad científica.

El capítulo Especial COVID-19, que también puede leerse por separado, destaca que, ya en marzo de 2020, una semana después de que la Organización Mundial de Salud (OMS) reconociera la existencia de la pandemia, la Fundación movilizó mediante pliegos a más de 140 científicos de universidades, institutos de investigación y empresas para estudiar el virus SARS-CoV-2, hasta entonces desconocido, como así también para buscar tratamientos efectivos contra la enfermedad y contener los contagios.

Como parte del programa de la FAPESP de Investigaciones en Políticas Públicas para el Sistema Único de Salud (SUS) de Brasil, en colaboración con el Ministerio de Salud y el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), se aprobaron ocho proyectos enfocados en el fortalecimiento de las acciones del SUS ante los desafíos planteados por el COVID-19.

Las iniciativas contemplaron también el ámbito de la información compartida sobre la enfermedad causada por el nuevo coronavirus. En junio, en colaboración con la Universidad de São Paulo (USP), el grupo Fleury y los hospitales Sírio-Libanês e Israelita Albert Einstein, la FAPESP creó el primer repositorio de acceso abierto de Brasil con datos anonimizados de pacientes sometidos a testeos de COVID-19 en cuatro hospitales y un laboratorio de análisis clínicos, con el objetivo de servir de apoyo a las investigaciones sobre la enfermedad en las más diversas áreas del conocimiento.

A fin de año, ya con el aporte de nuevos asociados –el Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la USP y el de Beneficência Portuguesa de São Paulo–, el repositorio congregaba datos de 485 mil pacientes, aproximadamente 47 mil registros de desenlaces y más de 23 millones de registros de análisis clínicos y de laboratorio, para abrir enormes posibilidades de realización de investigaciones relacionadas con la enfermedad en pacientes contaminados.

La Fundación apoya desde 2020 los ensayos clínicos de fase III de la vacuna CoronaVac, un inmunógeno producido por el Instituto Butantan, junto a la iniciativa Todos por la Salud, del banco Itaú Unibanco, como así también las investigaciones relacionadas con la respuesta inmune de la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford (Reino Unido) en colaboración con AstraZeneca, realizadas por investigadores de la Escuela Paulista de Medicina de la Universidad Federal de São Paulo (EPM-Unifesp).

Financia también ocho proyectos de desarrollo de vacunas contra el SARS-CoV-2: cuatro en la USP, dos en el Instituto Butantan y dos en startups apoyadas por el Programa FAPESP Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE). Dichas vacunas se encuentran aún en estadio preclínico.

La Fundación tuvo también una participación activa en el esfuerzo global de combate contra la enfermedad y en los planes de recuperación socioeconómica en el período pospandemia. Junto a la Unión Europea, emitió un pliego para la selección de proyectos con el objetivo de identificar nuevos agentes terapéuticos y sistemas de diagnóstico precoz eficaces y confiables relacionados con el nuevo coronavirus. E integró el grupo de directivos de agencias científicas de fomento de 25 países que contribuyó en la elaboración del United Nations Research Roadmap for the COVID-19 Recovery, la agenda de investigación de las Naciones Unidas para la recuperación pos-COVID-19, presentada en noviembre de 2020, que listó prioridades de investigaciones en áreas estratégicas para la reconstrucción de un futuro más justo, resiliente y sostenible, alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

En medio de las restricciones sanitarias, la FAPESP realizó 62 seminarios online entre marzo y diciembre de 2020, que reunieron en total a más de 11 mil científicos de Brasil y del exterior, con relieve para la serie “FAPESP COVID-19 Research Webinars”, realizada en colaboración con el Global Research Council (GRC).

“Desde septiembre de 2020, todas las solicitudes de becas y ayudas remitidas a la Fundación deben incluir un Plan de Gestión de Datos. El objetivo de esto es que los datos de las investigaciones se vuelvan más accesibles y replicables”, subrayó Luiz Eugênio Mello, director científico de la FAPESP.

Un refuerzo para la innovación

Junto a las iniciativas orientadas hacia el COVID-19, la FAPESP reforzó en 2020 las iniciativas alineadas con la estrategia de fomento de la innovación: implementó el flujo continuo en el análisis de proyectos remitidos al PIPE y creó una modalidad de apoyo suplementario destinada a empresas innovadoras: el PIPE Invest, que prevé la contrapartida de inversores privados en proyectos maduros como para salir al mercado, con el objetivo de acelerar la comercialización.

En 2020, el PIPE invirtió $ PPA 33,2 millones en 1.305 proyectos de investigación de pequeñas empresas innovadoras. En el año, se contrataron nuevos 237 nuevos proyectos PIPE de 213 empresas de 48 municipios paulistas, a los que se suman las becas vinculadas.

El fomento de la innovación a través del PIPE le redituó a la FAPESP el tercer puesto en el ranking 2020 del Top 20 Ecosistemas, elaborado por la plataforma 100 Open Startups, que mide anualmente el volumen y la intensidad de las relaciones de innovación abierta (open innovation) entabladas entre startups y empresas en Brasil.

También desde la perspectiva del apoyo destinado a la innovación, y en el ámbito del programa de Centros de Investigaciones en Ingeniería (CPE, en portugués), la FAPESP suscribió una nueva colaboración con la empresa GSK para la constitución de un Centro de Nuevos Blancos Terapéuticos en Oncología (CONTD), el tercer CPE en colaboración con dicha compañía.

En el año, dos nuevos CPE pusieron en marcha sus actividades: el Centro de Inteligencia Artificial (C4AI), constituido en 2019 en asociación con IBM y con sede en el Centro de Innovación (Inova) de la USP, y el Centro Brasileño de Investigaciones en Agua (BWRC), en asociación con la empresa Sociedade de Abastecimento de Água e Saneamento de Campinas (Sanasa), con sede en el Instituto de Química de la Unicamp. En idéntico período, se constituyó el Centro Brasileño para el Desarrollo en la Primera Infancia, en asociación con la Fundación Maria Cecília Souto Vidigal y con sede en el instituto Insper.

Al final del año, la FAPESP anunció los resultados de la convocatoria Ciencia para el Desarrollo, de apoyo a la creación de 12 centros de investigaciones orientados hacia la solución de problemas en las áreas de salud, seguridad pública, alimentación y agricultura y desarrollo económico, entre otras. Se trata de un abordaje nuevo, que articula investigaciones desarrolladas en colaboración por investigadores de universidades, secretarías de Estado, instituciones públicas y privadas de Brasil y del exterior y empresas, enfocadas en demandas sociales y económicas del estado de São Paulo.

En 2020, la FAPESP celebró los 20 años del Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP), contabilizando 293 ayudas y becas de investigación otorgadas a más de 1.200 investigadores y que resultaron en más de 3.000 artículos científicos publicados. A lo largo de ese tiempo, el BIOTA no solamente expandió la comprensión sobre la biodiversidad, sino que también aporto las bases científicas para la creación de directrices de conservación y, especialmente, para la fundamentación de políticas públicas.

En cumplimiento de su papel de dar a conocer información para la sociedad, la FAPESP creó un sitio web con datos sobre proyectos de investigación y nuevas tecnologías relacionadas con el COVID-19, organizó una serie de seminarios para el público en general en el ámbito de una colaboración entre la Agência FAPESP y el Instituto Butantan, y publicó en la revista Pesquisa FAPESP la Guía del COVID-19, con información actualizada sistemáticamente referente a la enfermedad.

La repercusión de los resultados de los proyectos apoyados por la FAPESP, divulgados por sus medios de comunicación –Agência FAPESP, el boletín Investigación para la Innovación y la revista Pesquisa FAPESP–, generó la publicación de 42.500 noticias en la prensa, con un aumento del 33 %: un crecimiento del 37 % en los medios brasileños y de un 13 % en los medios internacionales. Y un rendimiento similar se registró en las redes sociales.
 

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