Con base en una compilación de datos de inventarios forestales y colecciones biológicas, se elaboró una lista con 3.615 especies arbóreas de las zonas húmedas de la cuenca amazónica (foto: Thiago Sanna Freire Silva)

La diversidad de árboles en los humedales de la Amazonia triplica las previsiones
30-08-2018
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Con base en una compilación de datos de inventarios forestales y colecciones biológicas, se elaboró una lista con 3.615 especies arbóreas de las zonas húmedas de la cuenca amazónica

La diversidad de árboles en los humedales de la Amazonia triplica las previsiones

Con base en una compilación de datos de inventarios forestales y colecciones biológicas, se elaboró una lista con 3.615 especies arbóreas de las zonas húmedas de la cuenca amazónica

30-08-2018
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Con base en una compilación de datos de inventarios forestales y colecciones biológicas, se elaboró una lista con 3.615 especies arbóreas de las zonas húmedas de la cuenca amazónica (foto: Thiago Sanna Freire Silva)

 

Por Maria Fernanda Ziegler  |  Agência FAPESP – A lo largo de las llanuras de los ríos amazónicos existen selvas inmensas que pasan casi la mitad del año anegadas. Son formaciones de vegetación de bosques de aguas negras, pantanos, praderas inundadas, manglares y vegas situadas a orillas de cabeceras de cursos de agua y en depresiones de terrenos que constituyen los llamados humedales amazónicos. 

De acuerdo con un nuevo estudio, en esos hábitats se han contabilizado 3.615 especies de árboles, una cantidad tres veces mayor que la que se preveía y que configura la mayor diversidad referente a humedales del mundo. 

Este estudio contó con el apoyo de la FAPESP y se llevó a cabo en el marco del Programa de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP) de la Fundación. Y sus resultados, publicados en la revista PLOS One, dan cuenta del más abarcador listado de especies arbóreas existentes en las referidas zonas húmedas. 

Los autores combinaron datos disponibles en inventarios forestales y colecciones biológicas referentes a los nueve países en los cuales la cuenca amazónica está presente. 

“La lista con los nombres de todas las especies constituye el gran aporte de este trabajo, cuyo acceso permanecerá abierto. Con dicha lista será posible avanzar en estudios futuros, pues existe un vacío de conocimiento botánico en lo referente a los humedales, fundamentalmente en los afluentes de los ríos Solimões y Amazonas. Si hubiera más inventarios, la cantidad de especies podría triplicarse de nuevo rápidamente”, dijo Bruno Garcia Luize, el primer autor del artículo y doctorando en el Instituto de Biociencias de la Universidade Estadual Paulista (Unesp) –con sede en su campus de la localidad de Rio Claro, en Brasil– y adjudicatario de una beca de la FAPESP.

La cantidad de especies tres veces mayor que la estipulada en estudios anteriores constituye el resultado de la ampliación tanto del área de investigación como de los tipos de hábitats. 

“Los estudios anteriores se enfocaban únicamente en los bosques inundables de las vegas de los ríos de aguas blancas y en las llanuras de inundación. Incluimos datos de bosques de aguas negras, de praderas anegadas y de manglares, por ejemplo. Al margen de ello, existía un sesgo muy fuerte sobre el canal de los ríos Solimões y Amazonas. Logramos añadir datos de afluentes importantes basados en los raros inventarios forestales de los ríos Purus, Juruá, Madeira y varios otros”, declaró Garcia Luize a Agência FAPESP

Para los investigadores, la gran cantidad de especies arbóreas constituye un indicador de que los humedales desempeñan un rol importante en el mecanismo de mantenimiento y generación de diversidad en la Amazonia. 

“Se le adjudica ese papel históricamente a los Andes, con su gradiente climático. Pero el hecho de que hayamos encontrado a casi todas las familias y los géneros bien distribuidos, con especies capaces de colonizar humedales, sugiere que este tipo de ecosistema toma parte en el proceso de diversificación desde hace bastante tiempo”, dijo Thiago Sanna Freire Silva, docente del Departamento de Geografía de la Unesp y coordinador de la investigación. 

La vida dura de los árboles

Los bosques de humedales poseen una gran estacionalidad, con variaciones entre períodos de sequía y de anegamiento, cuando los árboles pueden permanecer bajo hasta ocho metros de inundación. En tal situación límite, a tales zonas húmedas pueden considerárselas como filtros ambientales, que seleccionan ejemplares y especies capaces de tolerar inundaciones y sequías recurrentes durante su vida útil.

“Es un ambiente increíblemente lindo. Los bosques de aguas negras o igapós, por ejemplo, constituyen una de las imágenes más paradigmáticas de la Amazonia. Durante cuatro o cinco meses, los embriones de los árboles permanecen sumergidos mientras se desarrollan. Esto sucede mientras los monos pasan por las copas de los árboles o los bufeos, los delfines rosados, se alimentan de peces dentro del bosque”, dijo Garcia Luize. 

Aun con ese difícil régimen hidrológico impuesto, el total de especies de los humedales amazónicos comprende al 53% de las 6.727 especies confirmadas en el estudio más reciente de la flora arbórea de toda la Amazonia. 

Para los científicos de la Unesp, esta alta proporción de árboles –cuando territorialmente los humedales abarcan el 30% de los 7 millones de km² de la Amazonia– lleva la impronta del intercambio entre las especies.  

Cuando las raíces permanecen anegadas, algunas de ellas llegan a podrirse, lo cual dificulta el intercambio de oxígeno. 

“Las áreas anegadas les demandan un metabolismo distinto a los árboles, y algunas especies de tierra firme también logran tolerar las condiciones de inundación. Con todo, los estudios muestran que las poblaciones de los distintos ambientes no tienen el mismo desempeño. Esto quiere decir básicamente que si se plantan semillas de una especie de tierra firme en el área inundada, y viceversa, dichas semillas probablemente no prosperen”, dijo Garcia Luize. 

Según el investigador, esta diferencia lleva a creer que en el transcurso de la vida de los árboles se produce un ajuste fisiológico, o que las poblaciones que crecieron en los humedales están adaptándose a dicho ambiente. 

“Así es como llegamos al extremo de que existan especies exclusivas de los humedales o que sólo existen en los ambientes de tierra firme”, dijo. 

La variación de la variación

En los humedales existe una gran variación en lo que hace a la duración de las inundaciones de un año a otro. 

“Cuando la inundación es más corta y menos intensa, la composición de las especies de árboles tiende a asemejarse a la que puede hallarse en tierra firme. Sin embargo, toda vez que esas especies desarrollan tolerancia al período de crecida, aun cuando inicialmente sea una tolerancia baja, dicha crecida abre el camino para que las especies colonicen nuevos ambientes inundados. Esto puede derivar eventualmente en una especialización de los ejemplares de humedales, que se vuelven distintos a los de tierra firme”, dijo Sanna Freire Silva. 

Los árboles pueden volverse cada vez más tolerantes a las inundaciones o adquirir nuevas formas de dispersión de semillas a través del agua, o por la vía de los peces. “En el transcurso de miles de años va generándose una mayor diversidad de especies y aumenta la variedad de nichos disponibles para que éstas los ocupen”, añadió. 

América del Sur está considerada como la región con mayor cantidad de humedales, que son ecosistemas fundamentales para el balance de agua dulce del planeta. Los investigadores remarcan que es necesario entender mejor la variación entre las características de las especies que viven tanto en tierra firme como en las zonas húmedas, tanto las metabólicas como las fisiológicas. 

“Éste es un punto que debemos estudiar mejor, pero existen estudios que señalan los efectos de las sequías y las crecidas sobre la productividad de la selva, la toma de carbono proveniente de la atmósfera y la emisión de carbono hacia la atmósfera. La tolerancia a estos extremos hídricos de sequía y de inundación, una característica de los árboles anegables, es importante para entender estos balances, estos intercambios, a una escala de la cuenca amazónica en general”, dijo Garcia Luize. 

El tema principal del doctorado de Garcia Luize es la influencia de los humedales sobre la generación de la diversidad de especies de árboles. Actualmente el investigador se encuentra en la University of Michigan, en Estados Unidos, con una Beca de Pasantía de Investigación en el Exterior de la FAPESP, y allí estudia la filogenia de una familia específica de árboles de la Amazonia (Lecythidaceae) –a la cual pertenece el árbol de la castaña amazónica–, para entender cómo transcurre esa migración y la adaptación de las especies entre la tierra firme y los humedales.

Puede leerse el artículo intitulado The tree species pool of Amazonian wetland forests: Which species can assemble in periodically waterlogged habitats? (doi: 10.1371/journal.pone.0198130), de Bruno Garcia Luize, José Leonardo Lima Magalhães, Helder Queiroz, Maria Aparecida Lopes, Eduardo Martins Venticinque, Evlyn Márcia Leão de Moraes Novo, Thiago Sanna Freire Silva, en el siguiente enlace: journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0198130.

 

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