Los cánidos surgieron hace 40 millones de años en América del Norte y se dividieron en tres subfamilias principales que convivieron durante un largo tiempo (foto: divulgación)
La llegada de félidos a América del Norte puede haber provocado la desaparición de hasta 40 especies de la familia de animales a la cual pertenecen actualmente los perros, los lobos y los coyotes, apunta un estudio
La llegada de félidos a América del Norte puede haber provocado la desaparición de hasta 40 especies de la familia de animales a la cual pertenecen actualmente los perros, los lobos y los coyotes, apunta un estudio
Los cánidos surgieron hace 40 millones de años en América del Norte y se dividieron en tres subfamilias principales que convivieron durante un largo tiempo (foto: divulgación)
Por Elton Alisson
Agência FAPESP – La competencia por recursos entre diferentes linajes de cánidos y otros grupos de carnívoros que habitaron América del Norte en el transcurso de los últimos 40 millones de años provocó la extinción de dos subfamilias de la familia Canidae, a la cual pertenecen actualmente los perros, los zorros, los lobos y los coyotes, entre otros animales.
Esta conclusión surge de un estudio realizado por científicos de la University of Gothenburg, del Swiss Institute of Bioinformatics y del Gothenburg Botanical Garden, de Suecia, en colaboración con Tiago Bosisio Quental, docente del Departamento de Ecología del Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (USP), del Brasil.
Este estudio, que es el resultado del proyecto intitulado “El papel de los índices de extinción y especiación y el efecto de los distintos niveles de organización biológica en el origen y en el mantenimiento de la biodiversidad”, llevado a cabo por Bosisio Quental con el apoyo de la FAPESP en la modalidad Jóvenes Investigadores en Centros Emergentes, salió publicado en la revista PNAS, de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.
“Analizamos registros fósiles de distintos linajes de Carnivora y nuestros resultados sugieren que la interacción entre diferentes linajes de cánidos y de éstos con otros grupos de carnívoros parece haber desempeñado un rol muy importante en la extinción de dos subfamilias de cánidos”, declaró Bosisio Quental a Agência FAPESP.
De acuerdo con el investigador, los cánidos surgieron hace 40 millones de años en América del Norte y se dividieron en tres subfamilias principales –Hesperocyoninae, Borophaginae (los llamados “perros trituradores de huesos”) y Canidae–, que convivieron durante un largo tiempo.
Dos de estas tres subfamilias –Hesperocyoninae y Borophaginae– se extinguieron en distintos momentos en el transcurso de esos 40 millones de años historia evolutiva de los cánidos. La única subfamilia sobreviviente fue la Canidae.
Con el fin de identificar qué fue lo que llevó a las subfamilias Hesperocyoninae y Borophaginae a la extinción, los investigadores analizaron alrededor de 1.500 registros fósiles de 120 especies de cánidos, que abarcan toda la existencia de la familia en América del Norte en el transcurso de los últimos 40 millones de años.
Asimismo, estudiaron 744 registros fósiles de 115 especies de familias de grandes carnívoros que convivieron con los cánidos durante ese período de tiempo, tales como la de los félidos –a la cual pertenecen actualmente los tigres, los leones, los jaguares y los gatos domésticos–, los Amphicyonidae (conocidos como osos-perro), los Nimravidae (falsos dientes de sable), los Barbourofelidae (otra linaje de falsos dientes de sable) y los Ursidae (osos).
Con base en estos registros fósiles, los científicos estimaron el momento de surgimiento y desaparición, la diversidad y los índices de especiación y extinción de las especies de cada grupo a lo largo de los últimos 40 millones de años.
A partir del análisis de ese conjunto de datos, evaluaron cuál fue el aporte de la competencia entre esos diferentes grupos de animales carnívoros, sumado a la evolución del tamaño del cuerpo –que constituye un indicador de cambio de dieta– y a los cambios climáticos en los índices de especiación y extinción de las subfamilias Hesperocyoninae y Borophaginae.
Una de las conclusiones del estudio indicó que la competencia por recursos desempeñó un papel más importante en la evolución de los cánidos que los cambios climáticos.
“Observamos que la competencia entre linajes distintos de cánidos y con otros grupos de carnívoros contribuyó fuertemente para la desaparición y la sustitución de las subfamilias Hesperocyoninae y Borophaginae, al aumentar sus índices de extinción y suprimir la especiación”, afirmó Bosisio Quental.
La competencia entre grupos
Basados en el análisis de los registros fósiles, los científicos constataron que el tamaño del cuerpo de los cánidos de la subfamilia Borophaginae –que eran menores que los animales de la subfamilia Hesperocyoninae– aumentó progresivamente en el transcurso de su historia evolutiva.
De este modo, esos animales se volvieron similares a los cánidos de la subfamilia Hesperocyoninae hace entre 20 millones y 10 millones de años y, probablemente, empezaron a competir más fuertemente contra ellos por los recursos.
Durante ese período de tiempo, la subfamilia Hesperocyoninae registró índices de extinción significativamente más elevados, apuntaron los autores del estudio.
“Creemos es muy probable que se haya concretado una competencia por recursos entre esos dos linajes de cánidos, que provocó el aumento del índice de extinción de la subfamilia Hesperocyoninae”, dijo Bosisio Quental.
La llegada de los félidos a América del Norte hace aproximadamente 20 millones de años, provenientes de Eurasia, intensificó la competencia entre las distintas especies de carnívoros existentes en la región en la época, y contribuyó para la extinción completa de la subfamilia Hesperocyoninae.
Es más: esa inmigración de los félidos parece haber tenido un papel importante en la desaparición de la subfamilia Borophaginae, indica el estudio.
La subfamilia Borophaginae, compuesta por entre 30 y 40 especies de animales aproximadamente, empezó a entrar en declinación de diversidad a partir de la entrada de los félidos en América del Norte, y se extinguió hace alrededor de 4 millones de años.
“Nuestros datos sugieren que los índices de extinción de las subfamilias Borophaginae y Hesperocyoninae están relacionados con la expansión de la diversidad de los félidos en América del Norte”, dijo Bosisio Quental.
Una de las hipótesis de los investigadores para explicar el impacto mortal de la llegada de los félidos a América del Norte sobre la diversidad de cánidos indica que estos animales pueden haberse convertido en predadores más eficientes que la mayoría de las especies extintas de cánidos.
“El linaje Canidae, que fue el único sobreviviente pues aparentemente no se vio afectado por los félidos”, dijo Quental.
La presunción de los investigadores indica que la subfamilia Canidae sobrevivió porque la ecología de los animales de este linaje puede no ser similar a la de los félidos y de las subfamilias que se extinguieron.
“Pero esto no quiere decir que no hayan ocurrido extinciones en el linaje Canidae. Las extinciones en esa subfamilia ocurrieron sistemáticamente en el transcurso del tiempo, pero las especies que desaparecieron fueron reemplazadas por otras”, ponderó Bosisio Quental.
Suscriptores de PNAS pueden leer el artículo intitulado The role of clade competition in the diversification of North American canids (doi: 10.1073/pnas.1502803112), de Bosisio Quental y otros, en la siguiente dirección electrónica: www.pnas.org/content/112/28/8684.full.
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