Marco Antonio Zago, presidente de FAPESP, y Eva Nguyen Binh, directora del Instituto Francés: las instituciones firmaron un memorando de entendimiento para realizar simposios conjuntos entre investigadores del estado de São Paulo y de Francia (foto: Elton Allison/Agência FAPESP)

FAPESP Week France
La ciencia es vital para contener el calentamiento global y la pérdida de bosques y biodiversidad
26-06-2025
PT EN

Esta fue la evaluación de Bárbara Pompili, embajadora francesa del medio ambiente, durante la apertura del foro en el Museo Nacional de Historia Natural de París; el evento formó parte de la programación de la FAPESP Week Francia

FAPESP Week France
La ciencia es vital para contener el calentamiento global y la pérdida de bosques y biodiversidad

Esta fue la evaluación de Bárbara Pompili, embajadora francesa del medio ambiente, durante la apertura del foro en el Museo Nacional de Historia Natural de París; el evento formó parte de la programación de la FAPESP Week Francia

26-06-2025
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Marco Antonio Zago, presidente de FAPESP, y Eva Nguyen Binh, directora del Instituto Francés: las instituciones firmaron un memorando de entendimiento para realizar simposios conjuntos entre investigadores del estado de São Paulo y de Francia (foto: Elton Allison/Agência FAPESP)

 

Por Elton Alisson, de Paris  |  Agência FAPESP – Diez años después del Acuerdo de París, firmado en 2015 en la capital francesa por 194 países y la Unión Europea con el objetivo de limitar, para finales de este siglo, el aumento de la temperatura media global por debajo de los 2 °C respecto a los niveles preindustriales, se ha observado una serie de retrocesos en el cumplimiento de esta meta.

Con el fin de promover el avance de esta agenda climática y contener la crisis del calentamiento global –que está interconectada con la pérdida de bosques y biodiversidad–, es necesario rescatar y recentrar el papel de la ciencia.

La evaluación fue realizada por Bárbara Pompili, embajadora del medio ambiente, durante la apertura del Foro Brasil-Francia sobre Bosques, Biodiversidad y Sociedades Humanas, que se llevó a cabo del 16 al 18 de junio en el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) de París.

Organizado por FAPESP en asociación con la Universidad de São Paulo (USP), el evento formó parte de la programación de la FAPESP Week Francia, iniciada el 10 de junio en Toulouse, capital de la región de Occitania, en el sur del país europeo.

“Diez años después del Acuerdo de París, muchos aún siguen cuestionando el origen antrópico del cambio climático o dudan de la existencia misma de este problema. Estas mismas personas también minimizan la importancia de la pérdida de biodiversidad y sus impactos, y rechazan la conexión entre el medio ambiente y nuestra salud, por ejemplo. No conformes, deciden atacar al termómetro, es decir, a la ciencia y a los científicos”, dijo Pompili.

“Es por eso que foros como este son importantes, porque reúnen a los principales actores sociales en quienes podemos apoyarnos: los científicos. En ese sentido, debemos seguir trabajando juntos, más allá de nuestras fronteras, para poder entender mejor la magnitud de estos problemas y prepararnos mejor para el futuro”, evaluó.

En la opinión de Rita Mesquita, secretaria nacional de biodiversidad del Ministerio de Medio Ambiente de Brasil, las mejores soluciones para enfrentar el cambio climático están basadas en la naturaleza y, principalmente, en la biodiversidad.

“Si queremos ser capaces de enfrentar el calentamiento global, tendremos que discutir la biodiversidad en el contexto del cambio climático y reconocer que conservar la naturaleza significa preservar la base que sostiene la vida en la Tierra”, subrayó.

Desafíos para los bosques

Según Giles Bloch, director del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), existe una gran variedad de bosques tropicales, boreales, mediterráneos y templados en el mundo y, como todas las formaciones vegetales, están sujetos a múltiples influencias, como el clima, la formación del suelo, la altitud e incluso el paso del tiempo.

“Esto significa que el bosque es un ecosistema complejo que ofrece numerosos hábitats para diversas especies y poblaciones de animales, plantas y microorganismos que mantienen relaciones de interdependencia. Esto nos invita a reflexionar sobre las amenazas que pesan sobre los bosques y, al mismo tiempo, resalta la urgencia de su conservación”, afirmó.

“Los bosques, además de su notable biodiversidad, también desempeñan un papel central en la regulación del clima, además de cumplir funciones económicas esenciales, y están sujetos a fuertes presiones vinculadas a las actividades humanas y a los cambios ambientales. Mantenerlos, por lo tanto, representa un gran desafío”, evaluó.

Ese desafío es especialmente mayor para países como Brasil, que tiene más de la mitad de su territorio cubierto por bosques, subrayó Marco Antonio Zago, presidente de la FAPESP.

“Son casi 5 millones de kilómetros cuadrados. Estos bosques y selvas se concentran principalmente en la región amazónica, pero, de hecho, están distribuidos en todas las regiones de Brasil, incluso en el estado de São Paulo”, indicó.

Zago destacó que la FAPESP es responsable de los programas estratégicos de investigación más grandes y exitosos sobre biodiversidad, cambios climáticos globales y energías renovables en Brasil.

“La FAPESP ya ha financiado más de 5,700 proyectos relacionados con el Objetivo de Desarrollo Sostenible [de la Organización de las Naciones Unidas] número 6, sobre agua potable y saneamiento, además de casi 4 mil proyectos sobre el ODS 13, de acción contra el cambio climático global, y 1,800 sobre el ODS 15, relacionado con la vida terrestre. El programa BIOTA-FAPESP [Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad], iniciado hace 25 años en São Paulo, es conocido como un instituto virtual de biodiversidad, reúne a más de 1,200 investigadores de todo el país y ya ha financiado más de 350 proyectos”, enumeró.

“Estamos aquí para debatir y pensar juntos soluciones para las cuestiones relacionadas con los bosques, la biodiversidad y sus poblaciones en relación con la sociedad en general. La FAPESP siempre estará disponible para apoyar estas investigaciones, en especial aquellas realizadas en colaboración entre São Paulo y Francia”, declaró el dirigente.

Colaboración con Francia

La FAPESP es una de las principales agencias de financiación asociadas a la Agencia Nacional de Investigación (ANR) de Francia, destacó Claire Giry, presidenta de dicha institución.

“Nuestra colaboración con la FAPESP se enmarca en un enfoque compartido entre ambas instituciones, orientado a promover la excelencia científica. Investigadores de ambos países han trabajado juntos en temas de interés común, bajo un sistema de evaluación científica de proyectos llevado a cabo por la ANR desde 2011, que permite que los resultados de proyectos aprobados por una agencia asociada sean reconocidos, en última instancia, por la otra.”

El apoyo de la FAPESP a proyectos de investigación conjuntos sobre los bosques ha permitido que la ciencia brasileña hiciera una contribución importante en los últimos 30 años al avance del conocimiento sobre la profunda relación histórica entre las poblaciones indígenas y tradicionales y la vida en la selva amazónica, afirmó Eduardo Neves, director del Museo de Arqueología y Etnología de la Universidad de São Paulo (MAE-USP).

Hasta finales de la década de 1990, existía una hipótesis extendida que explicaba la antigüedad de la presencia indígena en la Amazonía basada en la idea de que la selva era una región insalubre e inhóspita, y que nunca había sido densamente ocupada en el pasado.

Gracias a investigaciones arqueológicas realizadas por investigadores del MAE y del Museo Paraense Emílio Goeldi, en Belém —en algunos casos en colaboración con colegas franceses— fue posible demostrar que la Amazonía ha estado habitada desde hace al menos 13 mil años por pueblos indígenas, y que es un lugar sumamente importante en la producción de agua y biodiversidad.

“Plantas que hoy se consumen en todo el mundo fueron cultivadas por primera vez en la Amazonía por poblaciones indígenas. Las cerámicas más antiguas del Nuevo Mundo fueron producidas primero allí, y los pueblos indígenas transformaron la selva, de manera que la selva que conocemos hoy no es solo un patrimonio ecológico, sino también biocultural”, afirmó.

“Existe una contribución intelectual fundamental hecha por las poblaciones tradicionales, que dio origen a esta Amazonía que conocemos hoy y, por lo tanto, no hay futuro para la selva sin tomar en cuenta esos conocimientos extremadamente sofisticados que fueron aplicados en la creación de esos paisajes”, subrayó.

Durante el evento, la FAPESP firmó un memorando de entendimiento con el instituto francés que permitirá la realización de simposios conjuntos entre investigadores del estado de São Paulo y de Francia.

“Algunos de los temas prioritarios son el clima y la transición ecológica, el diálogo con África, y la democracia y globalización justas, que también están estrechamente relacionados”, dijo Eva Nguyen Binh, directora del instituto.

También participaron en la apertura del evento André Maciel, ministro consejero de la embajada de Brasil en París, y Jean-Pierre Clamadieu, presidente del grupo Engie.

 

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