Extractivista conversa con el profesor Raimundo Maciel, de la Universidad Federal de Acre (Ufac), frente a un árbol de caucho, durante una visita de investigadores a la Resex Chico Mendes en septiembre de 2024 (foto: GT Socioeconomia)
Proyecto realizado en la Reserva Extractivista Chico Mendes muestra que el caucho cuenta con una remuneración adecuada para sostener el modo de vida y conservar el bosque. La recolección de castaña, sin embargo, paga poco, contribuyendo a la adopción de prácticas no sostenibles, como la ganadería extensiva
Proyecto realizado en la Reserva Extractivista Chico Mendes muestra que el caucho cuenta con una remuneración adecuada para sostener el modo de vida y conservar el bosque. La recolección de castaña, sin embargo, paga poco, contribuyendo a la adopción de prácticas no sostenibles, como la ganadería extensiva
Extractivista conversa con el profesor Raimundo Maciel, de la Universidad Federal de Acre (Ufac), frente a un árbol de caucho, durante una visita de investigadores a la Resex Chico Mendes en septiembre de 2024 (foto: GT Socioeconomia)
Por André Julião | Agência FAPESP – Un consumidor paga en el comercio minorista de São Paulo —la mayor metrópoli de Brasil, ubicada en la región Sudeste del país— cerca de R$ 100 por kilo de castaña de Brasil (también llamada castaña de Pará). Ese precio podría llevar a pensar que recolectar castaña es un excelente negocio. Sin embargo, en Acre, en la región Norte de Brasil —uno de los estados amazónicos donde esta planta es nativa— el kilo de castaña in natura es vendido por los extractivistas a aproximadamente R$ 4.50, casi 22 veces menos de lo que paga el consumidor del Sudeste.
El precio contrasta con otro producto amazónico que, al menos en la Reserva Extractivista (Resex) Chico Mendes, ha alcanzado un valor sostenible tanto desde los puntos de vista social y ambiental como del económico, como indica un estudio realizado por investigadores de la Universidad Federal de Acre (Ufac), la Universidad Estatal de Campinas (Unicamp) y el Ministerio de Desarrollo Agrario y Agricultura Familiar (MDAF).
“El valor pagado por kilo de caucho nativo en la Resex, de R$ 24, es casi ocho veces mayor al precio de mercado, gracias a un convenio con una empresa que compra toda la producción y paga por el servicio socioambiental que prestan los extractivistas al mantener el bosque en pie”, cuenta Lucas Ferreira Lima, investigador colaborador del Instituto de Economía (IE) de la Unicamp y uno de los coautores del estudio.
“En cambio, la lata de 11 kg de castaña se vende a un valor 2.8 veces por debajo de lo que sería ideal, considerando los mismos criterios económicos y socioambientales aplicados en el cálculo del precio del caucho”, añade.
El trabajo forma parte de un proyecto apoyado por la FAPESP en conjunto con las fundaciones estatales de apoyo a la investigación de Pará (Fapespa) y de Acre (Fapac), en el marco de la Iniciativa Amazonía+10.
“El precio que se paga actualmente por la castaña es inviable para lo que llamamos de reproducción social de estas poblaciones, es decir, su capacidad de permanecer en el territorio con dignidad, conservando el bosque y evitando el éxodo hacia las zonas urbanas”, explica Ademar Romeiro, profesor del IE-Unicamp y coordinador del proyecto.
Productividad e ingresos
En un estudio anterior, los investigadores evaluaron la sostenibilidad ambiental y socioeconómica de la Reserva Extractivista (Resex) Chico Mendes.
Siguiendo el enfoque denominado Análisis de Decisión Multicriterio (MCDA, por sus siglas en inglés), que incluyó entrevistas y conferencias, los investigadores llegaron al Índice Multicriterio de Sostenibilidad (IMS). El análisis clasificó a la Resex como sostenible, aunque en distintos grados, en las cinco dimensiones evaluadas: gobernanza, agronómica, ambiental, económica y social.
Los indicadores sociales y económicos fueron los que presentaron mayores puntos de atención, ya que están cerca de un nivel considerado como moderadamente sostenible. Por ello, los investigadores buscan alternativas para las familias, como la valorización socioambiental de la castaña y el caucho, y el uso de Sistemas Agroforestales (SAFs).
En estos sistemas se pueden producir frutas, legumbres y hortalizas junto con especies forestales como la caoba (mogno) y la castaña, manteniendo el bosque en pie. Esta actividad ha demostrado ser más rentable que la ganadería extensiva. Ahora los investigadores evaluarán la sostenibilidad de esta práctica y si puede representar una alternativa a la cría de ganado para carne en la región.
“La productividad y los ingresos obtenidos con la cría de ganado son bajos en la Resex. Básicamente, se venden novillos para ser engordados en el estado vecino de Rondonia. El ganado es considerado una reserva de valor, un ahorro, algo que puede venderse rápidamente para obtener dinero en caso de emergencia”, explica Lima.
La Resex Chico Mendes fue creada en marzo de 1990, poco más de un año después del asesinato del líder seringueiro Chico Mendes cuyo nombre bautizó a la reserva. La unidad de conservación federal de uso sostenible tiene una superficie de poco más de 970 mil hectáreas, distribuidas entre Xapuri y otros seis municipios del estado de Acre. Actualmente, viven en la Resex unas 2 mil familias.
La creación de la Resex garantiza tanto la tenencia de la tierra para las poblaciones tradicionales como la conservación de los recursos y servicios ecosistémicos, por medio del fortalecimiento de actividades extractivistas tradicionales y generando ingresos adecuados.
Durante los últimos 28 años, las familias han sido acompañadas por un proyecto de investigación, actualmente liderado por el Centro de Ciencias Jurídicas y Sociales Aplicadas (CCJSA) de la Universidad Federal de Acre (Ufac). El proyecto ASPF (Análisis Socioeconómico de la Producción Familiar Rural del Estado de Acre) está coordinado por Raimundo Cláudio Gomes Maciel, profesor de la institución y primer autor del estudio a gran escala.
Desde 2006 de forma experimental y desde 2018 a gran escala, toda la producción de caucho nativo de la Resex se vende a la empresa Veja, que utiliza el producto comprado a los extractivistas para fabricar las suelas de sus zapatillas. En Brasil, la empresa francesa llegó en 2014 con la marca Vert, pero en 2024 comenzó a usar el mismo nombre que en más de 100 países donde opera.
Más allá del precio de mercado, de aproximadamente R$ 3 por kilo, los recolectores de caucho (seringueiros) reciben subsidios municipales, uno estatal y otro federal, además de R$ 10.50 por kilo pagados por la empresa como Pago por Servicios Socioambientales (PSSA). El cálculo fue realizado por primera vez por el grupo de la Ufac en 2019 y actualizado en 2023.
“No sirve de nada querer mantener a las personas en el territorio y conservar el bosque si no hay incentivos. El precio de mercado no garantiza por sí solo una vida digna de las personas. El pago por servicios socioambientales ha demostrado ser una estrategia interesante, pero es necesario contar con una política pública consistente que garantice tanto la conservación de la naturaleza como la dignidad de las personas”, concluye Romeiro.
El estudio A valoração e o pagamento por serviços socioambientais na Reserva Extrativista Chico Mendes puede ser leído em PDF en: www.eco.unicamp.br/images/arquivos/artigos/TD/TD464_2.pdf.
El artículo Índice Multicritério de Sustentabilidade (IMS) na Reserva Extrativista Chico Mendes, Acre – Brasil está disponible en el mismo formato en: www.eco.unicamp.br/images/arquivos/artigos/TD/TD457.pdf.
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