Según investigadores, la resolución del Consejo Federal de Medicina de Brasil puede llevar a los jóvenes a buscar médicos sin capacitación o incluso a la automedicación, poniendo en riesgo su salud (imagen: Freepik)
Un artículo publicado en la revista Nature Medicine señala el riesgo de retrocesos en investigaciones dirigidas a esta población; especialistas cuestionan nuevas normas en Brasil y en otros países
Un artículo publicado en la revista Nature Medicine señala el riesgo de retrocesos en investigaciones dirigidas a esta población; especialistas cuestionan nuevas normas en Brasil y en otros países
Según investigadores, la resolución del Consejo Federal de Medicina de Brasil puede llevar a los jóvenes a buscar médicos sin capacitación o incluso a la automedicación, poniendo en riesgo su salud (imagen: Freepik)
Por Luciana Constantino | Agência FAPESP – Las recientes restricciones a políticas públicas y a la asistencia sanitaria para personas transgénero, aplicadas en varios países, incluido Brasil, amenazan con desmantelar las estructuras de atención ya existentes para esta población y pueden provocar retrocesos. La alerta se presenta en un artículo publicado en la revista científica Nature Medicine por un grupo de investigadores brasileños.
El texto destaca la nueva resolución (nº 2.427) del Consejo Federal de Medicina (CFM) que, en abril, prohibió en Brasil el uso de bloqueadores hormonales en menores de 18 años, elevó de 16 a 18 la edad mínima para la terapia hormonal cruzada y permitió las cirugías de transición de género solo a partir de los 21 años.
Además de prohibir el uso clínico de bloqueadores en jóvenes transgénero, la resolución brasileña también impide las investigaciones en esta área. La hormonización consiste en la administración de hormonas sexuales para promover cambios físicos compatibles con la identidad de género. Estos procedimientos se venían aplicando con base en la resolución anterior del propio CFM (nº 2.265), publicada en 2020.
Según los autores, estas reglas, además de generar un efecto intimidatorio entre los profesionales de la salud, dificultan la oferta de cuidados adecuados y pueden aumentar los riesgos de depresión, aislamiento social e incluso suicidio entre jóvenes trans, es decir, aquellos que no se identifican con el sexo de nacimiento. En el ámbito científico, el grupo advierte que la medida frena, limita o prohíbe investigaciones y tratamientos dirigidos específicamente a este colectivo.
El artículo también hace un llamado a las entidades profesionales y a la comunidad académica —instituciones, agencias de fomento, revistas científicas e investigadores— a reafirmar su apoyo a la atención de las personas trans basada en evidencias.
“Las políticas públicas y la legislación en salud deben basarse en evidencias y principios éticos, no en ideología. Todos, incluidos los jóvenes trans y sus familias, profesionales de la salud e investigadores, necesitan participar, ser escuchados y entender lo que está ocurriendo”, afirma a la Agência FAPESP el psiquiatra Alexandre Saadeh, uno de los autores del artículo, quien trabaja en el área desde hace más de 35 años.
Saadeh es coordinador del Ambulatorio Transdisciplinario de Identidad de Género y Orientación Sexual del Instituto de Psiquiatría del Hospital de Clínicas de la Universidad de São Paulo (Amtigos-IPq-HCFMUSP), pionero en la atención de jóvenes trans en Brasil y referente en la creación y aplicación de protocolos de atención durante la infancia y la pubertad. En diez años, el Amtigos atendió a unas 120 niñas y niños y a más de 350 adolescentes, dentro de un universo de 1,300 personas que pasaron por la fase de selección.
Consultado por la Agência FAPESP, el CFM citó a Suecia, Noruega, Finlandia e Inglaterra, además de Estados Unidos, como “países que en los últimos años revisaron sus directrices y restringieron el uso de bloqueadores de pubertad y la hormonoterapia para menores, reflejando la necesidad de más investigaciones y de un enfoque más cauteloso en la prescripción de estos medicamentos”.
“El Consejo Federal de Medicina respeta las opiniones contrarias y reitera que uno de los objetivos de los cambios propuestos en la resolución, basados en más de 100 estudios científicos publicados en los últimos años, es proteger a niños y adolescentes de procedimientos que, muchas veces, son absolutamente irreversibles y pueden ocasionar problemas y secuelas para toda la vida”, informa el consejo por medio de su asesoría, añadiendo que la norma fue aprobada en un pleno compuesto por 28 consejeros federales de todos los estados, “de diferentes matices ideológicas”.
Principio de autonomía progresiva
Según Saadeh, la identidad de género siempre ha existido. “No es una enfermedad, no es un trastorno, es una variación que ocurre en el ser humano en todas las culturas y en todos los países. Debemos mirar a estas personas, escucharlas y no intentar impedir que sean quienes son. No es restringiendo derechos como vamos a proteger la infancia y la adolescencia”, argumenta el psiquiatra.
El Estatuto del Niño y del Adolescente (ECA) garantiza a los jóvenes participación en las decisiones sobre su salud por medio del principio de autonomía progresiva.
Para el profesor y presidente del Centro de Medicina del Estilo de Vida de la USP, Bruno Gualano, coautor del artículo, la nueva norma del CFM dificulta la producción científica. “La resolución le quita al médico la posibilidad de prescribir, por ejemplo, el bloqueo hormonal como se venía haciendo con la norma anterior del consejo, que establecía reglas específicas. Por otro lado, exige más evidencias científicas sobre los efectos de este procedimiento en jóvenes. Pero, si está prohibido, ¿cómo vamos a producir evidencia?”, cuestiona.
Los investigadores destacan que la resolución anterior del CFM orientó la atención en el Amtigos a 79 adolescentes transgénero con bloqueadores de la pubertad. “Los efectos adversos fueron raros; pocos abandonaron el bloqueo y solo uno expresó el deseo de destransicionar después de la hormonización, y esto ocurrió sin arrepentimiento. Estos resultados se alinean con los estándares internacionales, mostrando tasas de destransición inferiores al 2 % cuando se siguen protocolos de evaluación adecuados”, escribe el grupo en Nature Medicine.
Actualmente, Gualano es el investigador responsable del proyecto “Comportamientos alimentarios, síntomas de trastornos alimentarios y obesidad en jóvenes transgénero: una propuesta de evaluación e intervención”, desarrollado por la nutricionista Bruna Caruso Mazzolani, también coautora del texto. Apoyado por la FAPESP, el estudio pretende, además de evaluar los comportamientos y posibles trastornos alimentarios, elaborar e implementar una intervención de estilo de vida específica para esta población.
Datos preliminares obtenidos por el equipo de Gualano indican que los pacientes del Amtigos y sus responsables están en fuerte desacuerdo con los principales cambios introducidos por la nueva resolución del CFM. “Naturalmente, cualquier propuesta de cambio en la atención a las personas trans debería tener en cuenta lo que ellas piensan”, argumenta el investigador, con la expectativa de que los nuevos datos arrojen luz sobre la discusión.
Brasil carece de estadísticas oficiales sobre la población trans y cuenta con pocos estudios e investigaciones que involucren a estas personas, especialmente a los jóvenes. Un levantamiento de la Facultad de Medicina de Botucatu de la Universidad Estadual Paulista (FMB-Unesp), publicado en Scientific Reports en 2021, mostró que el país tiene 3 millones de personas identificadas como transgénero o no binarias, lo que corresponde a cerca del 2% de la población adulta.
La Encuesta Nacional de Demografía y Salud (PNDS) 2023, realizada por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) en colaboración con el Ministerio de Salud, incluyó por primera vez la recopilación de datos sobre orientación sexual e identidad de género de los brasileños de 18 años o más; sin embargo, los resultados aún no han sido divulgados.
Otros casos
En el Reino Unido, el Servicio Nacional de Salud (NHS) restringió el acceso a los bloqueadores de pubertad únicamente a entornos de investigación.
En Estados Unidos, tras una Orden Ejecutiva del gobierno del presidente Donald Trump (publicada en enero de este año) que prohíbe los cuidados de afirmación de género para menores de 19 años, solo 14 de los 50 estados decidieron mantener servicios de asistencia médica para personas trans. La restricción fue aprobada a pesar de la posición contraria de organismos médicos como la Academia Estadounidense de Pediatría y la Asociación Médica Estadounidense, que respaldan la atención a esta población con protocolos basados en evidencias científicas.
Para los investigadores, las nuevas políticas plantean serias implicaciones éticas, desde el derecho a la salud —“cuando se niega atención médica indicada por razones políticas”— hasta la posibilidad de que personas trans busquen asistencia con profesionales que no reconocen su identidad de género.
“En Brasil, la resolución del CFM puede llevar a estos jóvenes a buscar médicos sin capacitación o incluso a la automedicación, perjudicando su salud. Además, estas políticas afectan con mayor fuerza a las familias de bajos ingresos, amenazando importantes conquistas en derechos y salud”, señala Saadeh.
Atención en el Amtigos
El ambulatorio recibe a personas que buscan espontáneamente el servicio de salud. Completan un formulario de registro para luego pasar por la etapa de selección. A partir de su ingreso, niños y jóvenes tienen acceso a acompañamiento con evaluación psiquiátrica y un equipo multidisciplinario: fonoaudiología, servicio social, psicología, psiquiatría, pediatría, nutrición, educación física y otras áreas. Las familias participan en el proceso y en la orientación. El ambulatorio atiende a los adolescentes hasta la fase adulta.
“Este es un momento de prueba del compromiso de la medicina con la evidencia, por encima de la ideología. Desde el VIH/sida hasta los derechos reproductivos, la comunidad científica ha defendido la equidad en salud y la integridad. (…) El cuidado médico es necesario, éticamente fundamentado y ampliamente respaldado por evidencias. Su retroceso es injustificable”, concluyen los investigadores.
El artículo The global rollback of transgender care, science and rights puede leerse en: www.nature.com/articles/s41591-025-03805-5.
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