Se seleccionaron y se clasificaron 142 sitios de acuerdo con su valor científico y su riesgo de degradación para que compongan el Patrimonio Geológico del Estado (foto: campo de estromatolito gigante de Santa Rosa do Viterbo, en São Paulo, Brasil)

Investigadores efectúan un inventario geológico de São Paulo
13-04-2017

Se seleccionaron 142 sitios de acuerdo con su valor científico y su riesgo de degradación para que compongan el Patrimonio Geológico del Estado de São Paulo, en Brasil

Investigadores efectúan un inventario geológico de São Paulo

Se seleccionaron 142 sitios de acuerdo con su valor científico y su riesgo de degradación para que compongan el Patrimonio Geológico del Estado de São Paulo, en Brasil

13-04-2017

Se seleccionaron y se clasificaron 142 sitios de acuerdo con su valor científico y su riesgo de degradación para que compongan el Patrimonio Geológico del Estado (foto: campo de estromatolito gigante de Santa Rosa do Viterbo, en São Paulo, Brasil)

 

Por Peter Moon  |  Agência FAPESP – Hace 260 millones de años, durante el período Pérmico medio, una buena parte del estado de São Paulo (Brasil) estaba cubierta por las aguas del mar Irati. Una de las evidencias más fascinantes de ese antiguo mundo marino se encuentra en Santa Rosa do Viterbo, en la zona de Ribeirão Preto. Allí, el trabajo de extracción realizado en una mina de caliza reveló la existencia de diversos estromatolitos gigantes.

Los estromatolitos son estructuras sedimentarias producto de la actividad de microalgas en aguas de escasa profundidad. Las algas viven en “alfombras”, que crecen verticalmente en el transcurso de miles de años para formarlos, al igual que sucede con los arrecifes de coral.

Los estromatolitos están presentes en todo el mundo, y casi siempre son pequeños. Pero en Santa Rosa do Viterbo no es así. Hay allí un excepcional campo de estromatolitos gigantes, de hasta tres metros de altura. Esa zona es única en el planeta y constituye uno de los 142 geositios seleccionados para componer el Patrimonio Geológico del Estado de São Paulo.

El trabajo de selección de los sitios geológicos se extendió durante tres años, de 2012 a 2015, y estuvo encabezado por Maria da Glória Motta Garcia, docente del Instituto de Geociencias de la Universidad de São Paulo y coordinadora del proyecto de investigación apoyado por la FAPESP. Motta Garcia contó con la asesoría del geólogo portugués José Brilha, del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Minho, en Braga, Portugal.

Este trabajo contó con financiación del Programa Ciencia sin Fronteras, en la modalidad Investigador Visitante Especial. La coordinación estuvo a cargo de la USP y de la Universidad de Minho y contó con la colaboración de la empresa Geodiversidade Soluções Geológicas Ltda. En el mapeo tomó parte un equipo compuesto por 16 investigadores, geocientíficos de la USP, la Universidad de Campinas (Unicamp), la Universidade Estadual Paulista (Unesp), la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), el Instituto Forestal, el Instituto Geológico del Estado de São Paulo y la Universidad Federal de Paraná, aparte de otros 13 profesionales del área de geociencias.

Los resultados del inventario del Patrimonio Geológico del Estado de São Paulo publicados en GeoHeritage.

Les cupo a los coordinadores la realización del mapeo de los sitios con potencial para integrar el inventario, según explica Maria da Glória Garcia. “Se llegó así a un total de 193 geositios, de los cuales se seleccionaron los 142 más relevantes”, dijo la investigadora.

“Los sitios se clasificaron de acuerdo con una lista con 11 hitos de referencia geológica, tales como, por ejemplo, terrenos precámbricos, rifts continentales, unidades geomorfológicas y formas de relieve o cavernas y sistemas de karst, entre otras categorías”, añadió la investigadora, quien coordina del Núcleo de Apoyo a la Investigación en Patrimonio Geológico y Geoturismo (GeoHereditas).

El objetivo final del trabajo consistió en clasificar los sitios geológicos según el valor científico y el riesgo de degradación, “de manera tal de establecer prioridades de manejo y geoconservación”.

Entre los 142 geositios seleccionados hay lugares importantes tanto desde el punto de vista científico como desde el punto de vista turístico. Ejemplos que alían ambas  perspectivas los constituyen dos grutas. Una de ellas es la caverna de Tapagem, popularmente conocida como Caverna do Diabo, la mayor gruta del estado de São Paulo, situada en el Parque Estadual de Jacupiranga, municipio de Eldorado, en el sur del estado.

La segunda caverna está ubicada en esa misma región. Se trata de la Caverna Santana, en el Parque Estadual Turístico del Alto Ribeira (Petar), una de las más significativas de Brasil en lo que hace a sus espeleotemas (estalagmitas, estalactitas y formaciones rocosas similares).

Otro geositio de importancia geomorfológica y turística es Pico do Itapeva, una montaña de 2.025 metros de altura enclavada en el límite entre Pindamonhangaba y Campos do Jordão. El pico, situado en Serra da Mantiqueira, está formado por granitos y gneis muy antiguos, precámbricos, por ende, con más de 550 millones de años. Desde su cumbre se avista Vale do Paraíba y, al fondo, Serra do Mar, lo cual le da el aire turístico a ese geositio.

Por cierto, Vale do Paraíba es un valle de rifts, abierto por fuerzas tectónicas que culminaron en las formaciones serranas de Serra da Mantiqueira y Serra do Mar. Durante el período Oligoceno, todo ese valle estaba cubierto por un paleolago, el lago Tremembé, que lleva este nombre a causa de los terrenos que lo forman, pertenecientes a la formación geológica Tremembé.

El geositio que ha de preservarse en este caso está ubicado en la mina de arcilla de la empresa Sociedade Extrativa Santa Fé, en Tremembé.

Se trata del más importante sitio fosilífero del período Paleógeno [hace entre 66 y 23 millones de años] brasileño. Fue en las arcillas de esa mina que el doctor Herculano Alvarenga, director del Museo de Historia Natural de Taubaté, descubrió en 1982 los fósiles casi completos de una ave del terror –terror birds, clasificadas en los órdenes Gastornithiformes y Cariamiformes–, el predador de la cima del paleolago hace 22 millones de años.

Un desierto en el Cretácico

Otro registro de lagos, pero en este caso mucho más antiguo, queda en Itu. El Parque do Varvito se creó donde estaba Pedreira Itu, y donde durante más de un siglo se extrajeron lajas de varva para la pavimentación de las calles de la ciudad.

La varva es una roca sedimentaria compuesta de arcilla y limo. En este caso, la cantera estaba en el fondo de un lago glacial, cuando São Paulo estaba cubierto por glaciares, en algún momento del Permio-Carbonífero.

En el apartado geomorfológico, uno de los geositios seleccionados fue Morro do Diabo, en el parque estadual homónimo, en la localidad de Teodoro Sampaio, en el extremo oeste del estado, límite con el estado de Paraná. Ese cerro de 600 metros de altura está formado por depósitos de arenisca de las antiguas dunas del desierto Caiuá.

Se trata de un enorme desierto que cubría la región centro-sur de Brasil durante el período Cretácico Superior, hace 170 millones de años, cuando América del Sur se encontraba unida a África y Brasil quedaba así situado en el centro del supercontinente Gondwana.

Según Maria da Glória Garcia, el mapeo se rigió por la metodología creada por José Brilha, que éste empleó en la elaboración del inventario del Patrimonio Geológico de Portugal.

“Diversos países europeos están llevando a cabo o ya cuentan con inventarios de sus patrimonios geológicos, tal como es el caso de Portugal. En este momento, Portugal y España están dando un paso adelante, al seleccionar lo mejor de sus inventarios para establecer el Patrimonio Geológico de la Península Ibérica”, dijo.

En Brasil, el trabajo de la Comisión Brasileña de Sitios Geológicos y Paleobiológicos (SIGEP) merece ser destacado. Se han publicado listas con algunas decenas de geositios del país, presentes en la serie Sitios Geológicos e Paleontológicos do Brasil, en la cual los investigadores nacionales apuntaron sitios geológicamente importantes.

“El inventario completo y sistemático –y utilizando métodos claramente definidos– de los geositios del estado de São Paulo constituye un trabajo pionero en Brasil  y en América del Sur. Esperamos que en el futuro más estados concreten el mapeo de su patrimonio geológico, lo cual permitirá que poco a poco se pueda generar un inventario brasileño”, dijo.

Entre los próximos pasos del trabajo, las prioridades consisten en transmitirle los datos del inventario al Instituto Geológico del Estado de São Paulo y crear un sitio en internet con información referente a los 142 geositios.

“La lista completa se le remitió únicamente como informe técnico a la Capes [la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior]. Es importante que este inventario se erija en un aporte para que el patrimonio geológico quede incluido en la gestión del territorio, ya sea para la elaboración de leyes adecuadas de protección como en el geoturismo y en la popularización de la ciencia”, dijo Maria da Glória Garcia.

Puede leerse el artículo intitulado The Inventory of Geological Heritage of the State of São Paulo, Brazil: Methodological Basis, Results and Perspectives (doi:10.1007/s12371-016-0215-y), de Maria da Glória Motta Garcia y otros, en el siguiente enlace: http://link.springer.com/article/10.1007/s12371-016-0215-y.

Y el artículo intitulado Inventory and Quantitative Assessment of Geosites and Geodiversity Sites: a Review, de José Brilha, puede leerse en: http://link.springer.com/article/10.1007/s12371-014-0139-3.

 

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