Etanol: la cooperación mundial puede superar las barreras de la transición energética en el transporte

Durante la 10ª Conferencia FAPESP 2024, el investigador Luiz Augusto Horta Nogueira puso de relieve las virtudes de los vehículos híbridos que combinan electricidad y biocombustibles, y afirmó que Brasil posee un rol estratégico en este proceso

Por José Tadeu Arantes  |  Agência FAPESP – La transición energética aún no se ha plasmado en el sector de transportes. Durante una década, entre los años 2011 y 2021, el segmento renovable en el consumo energético del transporte global sobre ruedas evolucionó del 2,6 % a tan solo el 3,9 %. En un contexto de crisis climática, que requiere respuestas urgentes y audaces, un aumento de esa magnitud puede considerarse irrisorio, por no decir vergonzoso. “El transporte sigue estando vinculado atávicamente al petróleo”, dijo el investigador Luiz Augusto Horta Nogueira durante la 10ª Conferencia FAPESP 2024.

Exdirector de la Agencia Nacional de Petróleo, Gas Natural y Biocombustibles (ANP) de Brasil, Horta Nogueira es profesor de sistemas energéticos en la Universidad Federal de Itajubá (Unifei, Minas Gerais), investigador asociado del Núcleo Interdisciplinario de Planificación Energética de la Universidad de Campinas (Nipe-Unicamp) y consultor de agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de bancos de desarrollo. Su conferencia, que abordó el tema “El futuro de los combustibles para la movilidad en Brasil”, fue la última de este año. El investigador puso de relieve la necesidad de diseñar soluciones sostenibles para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Circulan actualmente en el mundo alrededor de 1.400 millones de vehículos. En Brasil son aproximadamente 100 millones de vehículos registrados, lo que da un promedio de casi un vehículo por cada dos personas. La necesidad de descarbonización del sector es apremiante. A tal fin, Horta Nogueira abogó por una solución híbrida, que aúne las virtudes de la electricidad y las de los biocombustibles. “La idea de que el motor de combustión interna será reemplazado totalmente en poco tiempo no es realista. En lugar de ello, necesitamos poner en la mira soluciones intermedias tales como los vehículos híbridos, que reúnen lo mejor de dos mundos”, argumentó.

Los coches eléctricos poseen un gran torque o fuerza de arranque, que permite pasar rápidamente de la velocidad nula a la velocidad crucero. Y tienen un frenado regenerativo, que hace posible generar electricidad y recargar las baterías con la energía cinética extraída de las ruedas. En tanto, los biocombustibles permiten generar electricidad en el propio vehículo, con lo cual disminuye ostensiblemente el tamaño y el peso de las baterías y se agiliza su proceso de recarga. “Los vehículos híbridos son más económicos, producen menor impacto ambiental durante su ciclo de vida y suministran una mayor autonomía en comparación con los vehículos eléctricos puros”, afirmó Horta Nogueira.

El investigador puso de relieve en carácter de solución ideal a los híbridos plug-in, que combinan el motor eléctrico y el motor de combustión y pueden recargarse tanto internamente, con base en el funcionamiento del motor de combustión, como externamente, en tomacorrientes o estaciones de carga. “Mediante el uso del etanol como combustible, estos vehículos permiten reducir ostensiblemente la emisión de gases de efecto invernadero”, sostuvo.

Aparte de las bajas emisiones, Horta Nogueira destacó otras ventajas del etanol en comparación con la gasolina, especialmente en los motores de ciclo Atkinson, que se utilizan en los vehículos híbridos. Explicó que el etanol posee una mayor resistencia a la detonación y permite alcanzar una mayor eficiencia térmica en los motores, lo que resulta en un rendimiento superior. “Hoy en día, como combustible puro o agregado a la gasolina, el etanol se utiliza en más de 70 países, y Brasil ocupa un lugar de liderazgo en ese mercado. Nuestra experiencia con motores flex y nuestra avanzada tecnología nos sitúan en una ubicación privilegiada para encabezar la transición global hacia los biocombustibles”, enfatizó.

Otro punto relevante fue el concerniente al impacto social y económico de la bioenergía. “La producción de etanol genera hasta seis veces más empleos por unidad de energía que los combustibles fósiles. Y además hace su aporte para fijar poblaciones en el campo y desarrollar las zonas productoras”, remarcó.

Pese a estas ventajas, Horta Nogueira alertó acerca de los retos que aún deben encararse. Entre ellos puso de relieve la distribución desigual del etanol tanto en Brasil como en el mundo, la dependencia de los fertilizantes importados en la producción agrícola y la competencia con los combustibles sintéticos en diversos mercados, como en Europa. Asimismo, criticó las políticas públicas que favorecen a los vehículos eléctricos puros sin tener en cuenta el ciclo de vida completo, desde la producción hasta el desechado de las baterías. “Necesitamos políticas públicas que reconozcan las ventajas del etanol e incentiven su uso, no solamente en Brasil sino en todo el mundo. La hibridación es el camino más racional para disminuir las emisiones en el transporte”, sostuvo.

Horta Nogueira también hizo mención al potencial de los países del África subsahariana y de Latinoamérica para expandir la producción de biocombustibles en forma sostenible. Y argumentó que es esencial lograr una mayor cooperación internacional para las superar barreras políticas y económicas que impiden el empleo más amplio del etanol. “Es una paradoja que países como Guatemala, que es un gran exportador de etanol, no utilicen ese combustible en sus matrices internas. Esto refleja la necesidad de que haya un mayor esclarecimiento, datos objetivos y políticas coherentes”, dijo.

El investigador ponderó que el etanol, asociado a los vehículos híbridos, no es una solución solamente para Brasil, sino más bien una respuesta global a la crisis climática y a la necesidad de movilidad sostenible. E informó que el país cuenta actualmente con instrumentos importantes como RenovaBio, la Política Nacional de Biocombustibles, para certificar la sostenibilidad de la producción y consolidar su liderazgo en el mercado de biocombustibles. “El futuro de la movilidad está en nuestras manos, y Brasil reúne todas las condiciones como para ser protagonista en esta transformación”, culminó diciendo.

Carmino Antonio de Souza, vicepresidente de la FAPESP, fue el encargado de abrir la 10ª Conferencia FAPESP 2024 en representación del presidente de la Fundación, Marco Antonio Zago. El evento contó con la participación del profesor Fernando Ferreira Costa, coordinador de la Comisión Organizadora de las Conferencias FAPESP y de las Escuelas FAPESP. Y oficiaron de moderadores los profesores Rubens Maciel Filho, de la Unicamp, y Ciro Antonio Rosolem, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp).

Puede accederse a la conferencia completa en este enlace: www.youtube.com/watch?v=D3tov6CeRvA.