Pareja de guacamayos azules de Lear en una de las áreas donde viven, en el semiárido de Bahía: la vegetación baja de la Caatinga puede ser una de las razones por las que las aves se posan en postes de energía eléctrica (foto: Erica Pacífico/Unicamp)

Conservación
Estudio mapea áreas prioritarias para reducir muertes de guacamayos por descarga eléctrica
30-10-2025

El guacamayo azul de Lear, especie amenazada de extinción del semiárido de Bahía, Brasil, tuvo al menos 35 individuos muertos por electrocución en 2025. El reemplazo del 10 % de los postes de mayor riesgo evitaría el 80 % de las muertes.

Conservación
Estudio mapea áreas prioritarias para reducir muertes de guacamayos por descarga eléctrica

El guacamayo azul de Lear, especie amenazada de extinción del semiárido de Bahía, Brasil, tuvo al menos 35 individuos muertos por electrocución en 2025. El reemplazo del 10 % de los postes de mayor riesgo evitaría el 80 % de las muertes.

30-10-2025

Pareja de guacamayos azules de Lear en una de las áreas donde viven, en el semiárido de Bahía: la vegetación baja de la Caatinga puede ser una de las razones por las que las aves se posan en postes de energía eléctrica (foto: Erica Pacífico/Unicamp)

 

Por André Julião  |  Agência FAPESP – El guacamayo azul de Lear (Anodorhynchus leari), especie endémica del norte del estado de Bahía (Brasil), estuvo al borde de la extinción en la década de 1990. Gracias a las acciones de conservación, su población ha crecido hasta alcanzar actualmente unos 2,500 individuos. Sin embargo, la expansión de los guacamayos coincidió con otra mucho más rápida: la de la red eléctrica de la región, que aumentó cerca del 30 % entre 2018 y 2023. Como resultado, solo entre enero y agosto de 2025, 35 guacamayos fueron hallados muertos con señales de electrocución, término que designa la muerte o lesión accidental causada por energía eléctrica.

Para mitigar el problema, un estudio apoyado por la FAPESP identificó los lugares más propensos a este tipo de accidente en los municipios donde ocurre la especie, que concentra el 90 % de su población en la región conocida como Raso da Catarina. Entre otros factores, el mapeo tuvo en cuenta 78 electrocuciones registradas entre 2005 y 2022, la composición de la red eléctrica de la región y el área de actividad de la especie.

En el trabajo, publicado en el Journal of Applied Ecology, los autores señalan que modificaciones en el 10 % de los postes de mayor riesgo podrían reducir en alrededor del 80 % los accidentes conocidos.

“El principal objetivo es señalar las áreas prioritarias para la mitigación, donde pueden realizarse modificaciones en los postes y evitar nuevas muertes y posibles interrupciones en el suministro de energía. Nuestras estimaciones indican una buena relación costo-beneficio tanto para la empresa distribuidora como para la conservación de la especie”, afirma la brasileña radicada en el Reino Unido Larissa Biasotto, senior science officer en BirdLife International y primera autora del estudio.

Durante su doctorado en la Universidade Federal do Rio Grande do Sul (UFRGS), Biasotto obtuvo los datos de toda la red eléctrica nacional de Brasil, proporcionados por la Agência Nacional de Energia Elétrica (Aneel) a través de la Ley de Acceso a la Información. Su objetivo era comprender cuáles eran las principales especies de aves y biomas afectados por la red eléctrica.

Uno de los primeros resultados fue publicado en 2021. Aquel mapeo ya señalaba al guacamayo azul de Lear como una de las especies prioritarias en cuanto al riesgo de electrocución y al desarrollo de medidas de mitigación.

Cuando Biasotto publicó el artículo, el Centro Nacional de Pesquisa e Conservação de Aves Silvestres (Cemave) del Instituto Chico Mendes de Conservação da Biodiversidade (ICMBio, vinculado al Ministerio de Medio Ambiente de Brasil) y la investigadora Erica Pacífico observaban un aumento significativo de las electrocuciones de la especie en municipios como Canudos y Euclides da Cunha, en Bahía, donde Pacífico realiza sus investigaciones desde 2008. Solo por la cantidad de carcasas recolectadas cerca de los postes de energía eléctrica por habitantes locales, se habían registrado más de 70 aves muertas desde entonces.

“Este es un número conservador, porque no considera todas las que pueden haber muerto en áreas poco habitadas o cuyas carcasas fueron consumidas por perros o aves carroñeras. Hay estimaciones de que, en la Caatinga [bioma semiárido del nordeste brasileño], una carcasa de animal dura como máximo tres días”, explica Pacífico, coautora del trabajo, coordinadora del grupo Pesquisa e Conservação Arara-azul-de-lear e investigadora de posdoctorado en el Instituto de Biología de la Universidade Estadual de Campinas (IB-Unicamp).

El estudio forma parte del proyecto “Uso de nuevas herramientas de biotracking y analíticas para el estudio de la ecología del movimiento y la conservación de aves en la Caatinga”, apoyado por la FAPESP y coordinado por Francisco Voeroes Dénes, profesor del Instituto de Biociências da Universidade de São Paulo (IB-USP).

El trabajo cuenta también entre sus autores con Fernanda Paschotto, quien realizó su maestría en el IB-USP sobre el área de vida y selección de hábitat del guacamayo azul de Lear con una beca de la FAPESP. 

Costo-beneficio

Pacífico realiza el monitoreo continuo de la especie desde 2008, catalogando nidos y contabilizando la población. En 2017 comenzó a aplicar biologgers, collares que proporcionan ubicación por GPS, para recolectar información inédita sobre el potencial de desplazamiento diario de algunos de los guacamayos azules de Lear y definir mejor su área de actividad, compuesta en gran parte por los lugares de alimentación donde crece el licuri (Syagrus coronata). Los frutos de esta palmera son la principal fuente de alimento del guacamayo azul de Lear. No por casualidad, las áreas donde ocurre el licuri son también donde se registra la mayor parte de las electrocuciones.

“Una de las innovaciones del trabajo es que no usamos el área de distribución total de la especie, como suele hacerse en los mapeos de este tipo, sino su área de actividad, donde la probabilidad de electrocución es mayor. Es en esos lugares donde pasan la mayor parte del día, alimentándose, interactuando entre sí y posándose en postes y cables de media tensión. Como son más altos que la vegetación nativa, estos puntos ofrecen una vista privilegiada del territorio”, explica Biasotto.

La electrocución ocurre cuando los animales tocan al mismo tiempo un cable por el que pasa corriente eléctrica y otro en el que no pasa o cuya tensión es más baja. Por ello, una solución propuesta por el Ministerio Público de Bahía, mediante un Término de Ajuste de Conducta (TAC), es aumentar la distancia entre los cables, lo que exige el reemplazo de los postes, tarea iniciada por la empresa.

Según el análisis de costo-beneficio realizado por los investigadores, al mitigar los posibles efectos en el 1 % de los postes del área de mayor riesgo de electrocución, podrían prevenirse 35 % de los accidentes, lo que requeriría intervenir en al menos 5,668 postes.

Dado que esta reducción podría ser insuficiente para garantizar la viabilidad poblacional de la especie, los autores también realizaron cálculos considerando 5 % del área de mayor riesgo (22,037 postes), lo que prevendría el 60 % de las electrocuciones.

Al ampliar el modelo a 10 % y 20 % de las áreas de mayor riesgo (lo que requeriría modificaciones en 37,412 y 63,966 postes, respectivamente), la reducción de accidentes sería superior al 80 % y 90 % en cada escenario.

Conservación

El guacamayo azul de Lear se encuentra actualmente catalogado como “amenazado” tanto en la lista brasileña de especies en extinción como en la de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Su población se estima en menos de 2,600 individuos, según el Plan de Acción Nacional para la Conservación de las Aves de la Caatinga, del ICMBio. Por esta razón, los autores sostienen que reducir las fatalidades en un 60 % podría no ser suficiente para asegurar la viabilidad a largo plazo de la población.

“Hasta que tengamos un estudio de viabilidad poblacional de la especie, una reducción más cercana al 90 % sería más prudente, realizando cambios en el 10 % a 20 % de los postes”, argumenta Pacífico.

Según Biasotto, además del reemplazo de los postes —que probablemente tendría un costo elevado—, otra solución sería el desarrollo de dispositivos que aislaran las estructuras eléctricas y proporcionaran un punto de descanso seguro para las aves. Una de las pruebas consistió en aislar los cables con estructuras tubulares plásticas, por lo tanto, no conductoras. Es una solución utilizada en países europeos para proteger a las aves rapaces, principales víctimas de electrocución en esa parte del planeta.

“Sin embargo, en los lugares donde fueron instaladas para pruebas en Bahía, las estructuras resultaron dañadas, probablemente por las condiciones climáticas y por una instalación inadecuada”, afirma la investigadora.

A diferencia de las rapaces solitarias, los guacamayos se congregan en grupos de hasta 50 individuos, exploran ampliamente el entorno en que viven y destruyen fácilmente el material con sus poderosos picos. Por ello, sería necesario desarrollar un dispositivo adecuado a la realidad del semiárido y de las aves que habitan allí.

Además de orientar futuras acciones de mitigación de accidentes y proteger al guacamayo azul de Lear, los investigadores sostienen que el modelo utilizado para el mapeo podría, en el futuro, incluir otras especies de aves que habitan la región. El ejemplo más emblemático sería la guacamaya azul (Cyanopsitta spixii), extinta en la naturaleza y actualmente parte de un programa de reintroducción. Debido a sus hábitos similares a los del guacamayo azul de Lear, la guacamaya azul también podría beneficiarse de un proyecto de mitigación de electrocuciones.

En su libro de 2002 sobre la saga para salvar a la guacamaya azul, el autor Tony Juniper sugiere que el último individuo de la especie habría muerto, precisamente, electrocutado.

El artículo Mapping priority areas to mitigate the risk of electrocution of range-restricted bird species puede leerse en: https://besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/1365-2664.70133.

  Republicar
 

Republicar

The Agency FAPESP licenses news via Creative Commons (CC-BY-NC-ND) so that they can be republished free of charge and in a simple way by other digital or printed vehicles. Agência FAPESP must be credited as the source of the content being republished and the name of the reporter (if any) must be attributed. Using the HMTL button below allows compliance with these rules, detailed in Digital Republishing Policy FAPESP.