Mapa de las regiones estudiadas, gráfico de dispersión (crédito: DarkDivNet)

Biodiversidad
Estudio global revela el impacto oculto de las actividades humanas en la naturaleza
21-08-2025
PT EN

Levantamiento realizado en 119 regiones del mundo investigó la “diversidad faltante”, es decir, especies nativas que podrían estar presentes en el lugar, pero estaban ausentes. Los resultados fueron publicados en la revista Nature

Biodiversidad
Estudio global revela el impacto oculto de las actividades humanas en la naturaleza

Levantamiento realizado en 119 regiones del mundo investigó la “diversidad faltante”, es decir, especies nativas que podrían estar presentes en el lugar, pero estaban ausentes. Los resultados fueron publicados en la revista Nature

21-08-2025
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Mapa de las regiones estudiadas, gráfico de dispersión (crédito: DarkDivNet)

 

Por José Tadeu Arantes  |  Agência FAPESP – La vegetación natural con frecuencia carece de muchas especies que podrían estar presentes, pero no lo están. Esto ocurre, principalmente, en regiones muy afectadas por la actividad humana. Una investigación publicada en la revista Nature realizó un levantamiento exhaustivo de esta situación en 119 regiones alrededor del mundo. El artículo aborda lo que los especialistas llaman en inglés de dark diversity, que en portugués se denomina “diversidade faltante” y que en español puede traducirse como “diversidad faltante”.

Más de 200 investigadores, miembros de la colaboración internacional DarkDivNet, participaron en el estudio, investigando la presencia o ausencia de plantas en 5,500 locales. La investigación fue coordinada por el profesor Meelis Pärtel, del Instituto de Ecología y Ciencias de la Tierra de la Universidad de Tartu, en Estonia. Y contó con la participación de Alessandra Fidelis y Mariana Dairel, entre otros brasileños.

“En cada lugar, los investigadores locales registraron todas las especies de plantas e identificaron la diversidad faltante, es decir, las especies nativas que podrían vivir allí, pero estaban ausentes. Eso nos permitió comprender el potencial de la diversidad vegetal en cada sitio y también medir el impacto de las actividades humanas sobre la vegetación natural”, explica Fidelis, profesora del Instituto de Biociencias de la Universidad Estadual Paulista (IB-Unesp), campus de Rio Claro.


Área sometida a impacto antrópico cercana a la Estación Ecológica de Itirapina, en el estado de São Paulo (foto: Mariana Dairel)

Según el estudio, en regiones con poco impacto humano, los ecosistemas normalmente presentan más de un tercio de las especies potencialmente adecuadas. La ausencia de los otros dos tercios se debe a factores naturales, como la dispersión limitada. Sin embargo, en regiones fuertemente impactadas por actividades antrópicas, los ecosistemas contienen apenas una de cada cinco especies adecuadas. “Las medidas tradicionales de biodiversidad, como simplemente contar el número de especies presentes, no detectan este impacto, pues la variación natural de la biodiversidad entre regiones y ecosistemas oculta la verdadera magnitud de la influencia humana”, afirman los coordinadores del estudio.

El profesor Meelis Pärtel cuenta que la colaboración DarkDivNet comenzó hace unos siete años, en 2018. “Habíamos introducido la teoría de la dark diversity y desarrollado métodos para estudiarla, pero, para realizar comparaciones globales, necesitábamos un muestreo consistente en muchas regiones. Parecía una misión imposible, sin embargo, muchos colegas de diferentes continentes se unieron a nosotros”, afirma. A pesar de las dificultades derivadas de la pandemia de COVID-19 y de las crisis económicas y políticas globales, los datos fueron recolectados a lo largo de los años, incluso sin un financiamiento central.

Fidelis se unió al estudio desde el inicio, cuando una pequeña reunión sobre la DarkDivNet se realizó en un congreso de la International Association for Vegetation Science (IAVS), en Bozeman, Estados Unidos, en 2018. “A partir de eso, varios investigadores se sumaron a la iniciativa, aplicando la misma metodología en distintos lugares del mundo. La doctora Mariana Dairel, en ese entonces mi alumna de doctorado, se entusiasmó con la idea y me ayudó en el levantamiento de los datos. Decidimos recolectar información en la región de Itirapina, en el estado de São Paulo, donde se ubican las estaciones Ecológica y Experimental de Itirapina. En esa región hay tanto vegetación nativa de Cerrado [bioma de sabana brasileño] como áreas antropizadas, con plantaciones de pinos y eucaliptos”, informa la investigadora.

Y añade: “Sabemos que el impacto humano ha traído diversas consecuencias para los ecosistemas, afectando la biodiversidad. Sin embargo, este estudio va más allá: muestra cómo estamos perdiendo no solamente las especies que estaban allí antes, sino también aquellas que potencialmente podrían estar en el área, lo que puede, de ese modo, afectar la regeneración natural”.

Huella ecológica

El nivel de perturbación antrópica en cada región fue medido utilizando el Indicador de la Huella Ecológica (Human Footprint Index), que incluye factores como densidad poblacional humana, cambios en el uso de la tierra (como urbanización y agricultura) e infraestructura (carreteras y ferrocarriles). El estudio constató que la diversidad de plantas en un lugar está influenciada negativamente por el nivel de la “huella ecológica”. Cuanto mayor es el índice, menor es la diversidad. La influencia antrópica puede extenderse por cientos de kilómetros alrededor del punto en que ocurre.

“Este resultado es alarmante, porque muestra que las perturbaciones humanas tienen un impacto mucho más amplio de lo que se pensaba, alcanzando incluso a las reservas naturales. La contaminación, la deforestación, el desecho de basura, el pisoteo y los incendios causados por humanos pueden excluir a las plantas de sus hábitats e impedir la recolonización. También descubrimos que la influencia negativa de la actividad humana era menos pronunciada cuando al menos un tercio de la región circundante permanecía intacta, lo que refuerza la meta global de proteger el 30 % del territorio terrestre hasta 2030”, destaca el profesor Pärtel. Y alerta sobre la necesidad de mantener y mejorar la salud de los ecosistemas más allá de las reservas naturales, utilizando el concepto de “diversidad faltante” como herramienta práctica para actividades de conservación y restauración.

Los autores del estudio atribuyen el empobrecimiento de la vegetación a la fragmentación, la pérdida de conectividad, la defaunación (pérdida de especies animales, especialmente de dispersores de semillas), disturbios como el fuego y la extracción de madera, además de la eutrofización (proceso de contaminación que ocurre cuando hay un aumento de nutrientes en cuerpos de agua, como ríos, lagos y estuarios). La presencia de al menos el 30 % del paisaje en estado natural fue asociada con una mitigación de esos efectos.

Alessandra Fidelis recibió apoyo de la FAPESP a través del proyecto “¿Cómo afecta la época del fuego a la vegetación del Cerrado?”. Y Mariana Dairel fue beneficiaria de una Beca de Doctorado de la FAPESP.

El artículo Global impoverishment of natural vegetation revealed by dark diversity está disponible en: www.nature.com/articles/s41586-025-08814-5.

 

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