Estrategias de éxito para estimular la innovación

El director científico de la FAPESP disertó en la Texas Tech University al respecto de las principales líneas de la Fundación para estimular la investigación colaborativa entre universidades y empresas

Por Heitor Shimizu, desde Lubbock (EE.UU.)  |  Agência FAPESP – En el peor período de la economía brasileña en muchos años, la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo (FAPESP) ha obtenido resultados significativos e importantes en el apoyo a la innovación en Brasil. Esto fue lo que puso de relieve Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP, en su conferencia en la Texas Tech University.

Durante el último día de la FAPESP Week Nebraska-Texas, realizada entre el 18 y el 22 de septiembre en las ciudades estadounidenses de Lincoln y Lubbock, Brito Cruz se refirió a la crisis económica actual mientras hablaba de los Centros de Investigación e Ingeniería de la FAPESP, y ante un público integrado por científicos de Estados Unidos y Brasil. 

“Tenemos Centros en colaboración con Peugeot-Citroën, Shell, Natura y dos con GSK. Y contamos con siete nuevos que se anunciarán hasta el próximo mes febrero, con Statoil, Koppert y el grupo São Martinho, y cuatro más con Shell”, dijo. 

“Esos 11 Centros de Investigación en Ingeniería están ya en actividad desde 2015 o se pondrán en marcha hasta 2018. Me refiero a los peores años que haya atravesado la economía brasileña en muchos años. Esto muestra que las empresas están comprometidas con iniciativas a largo plazo y que la FAPESP cuenta con una estrategia eficaz, en la cual a cada real o cada dólar que aporta la Fundación se le acrecienta otro real u otro dólar de las empresas, sumados a inversiones significativas que mueven las universidades”, dijo. 

Brito Cruz brindó un panorama de las relaciones entre las universidades –particularmente las públicas del estado– y el sector privado en investigación y desarrollo, y se refirió al rol de la FAPESP en el apoyo a la innovación en el estado de São Paulo. 

“En la FAPESP trabajamos con dos líneas principales para la ayuda a este tipo de emprendimientos. Una de éstas se refiere a lo que denominamos la investigación colaborativa entre universidades e industrias, en la cual la FAPESP y una empresa financian juntas un proyecto de investigación encabezado por un investigador de la universidad –generalmente con varios alumnos– en asociación con investigadores de la empresa. Contamos con centenas de empresas asociadas en estos proyectos, tanto brasileñas como de otros países”, dijo. 

“Derivado de esta línea, tenemos los Centros de Investigación en Ingeniería, que son proyectos en los cuales investigadores de una universidad se asocian con investigadores que trabajan en una empresa y presentan ante la FAPESP una propuesta de Centro en el cual el coordinador es un investigador o un docente de la universidad y el coordinador adjunto es un investigador de la empresa, que se convierte en investigador visitante de la universidad. Otros investigadores de la empresa también pueden convertirse en investigadores visitantes de la universidad y trabajar en el Centro”, dijo. 

Según Brito Cruz, la idea es que los científicos de ambos lados estén realmente conectados y no que “miren de afuera”. Los Centros de Investigación en Ingeniería tienen contratos por diez años, de manera tal que puedan llevar adelante investigaciones complejas y audaces. 

Otra línea de financiación de la FAPESP que cobró relieve durante su disertación fue la modalidad orientada a proyectos de investigación innovadora en pequeñas empresas. “En el estado de São Paulo, cualquier pequeña empresa, incluso una startup con un solo integrante, puede remitir una propuesta de financiación para que la FAPESP apoye su actividad de investigación, lo que le permitirá mejorar sus procesos y su competitividad”, dijo. 

El Programa FAPESP de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) financia proyectos de hasta 200 mil reales durante la etapa I, de realización de estudios de factibilidad técnica de la investigación propuesta. Y financia proyectos por valores de hasta un millón de reales, con duración de hasta dos años, en la etapa II, que se destina al desarrollo de la propuesta de investigación propiamente dicha. “Son valores muy significativos para seed funding en Brasil”, dijo Brito Cruz. 

“A través del PIPE, la FAPESP ha brindado apoyo a más de 1.100 empresas en el transcurso de 20 años. En 2016, aprobamos en promedio cuatro proyectos por semana, una cifra que es significativa; pero nuestra meta es aprobar un proyecto de una startup por semana en el estado de São Paulo”, afirmó.  

Las agencias de innovación

“En el estado de São Paulo, el 57,2% de las inversiones en investigación y desarrollo corre por cuenta de las empresas, lo que implica un gran esfuerzo de ese sector. La conexión entre las industrias y las universidades para generar innovación requiere contar con investigadores tanto en las universidades como en el sector empresarial. No es posible plasmar una colaboración exitosa entre investigadores en universidades y abogados o contadores en empresas. Cuando hay investigadores en una determinada empresa, existen grandes posibilidades de que encuentren puntos en común con los científicos de las universidades y de los institutos de investigación”, dijo Brito Cruz.  

El director científico de la FAPESP hizo hincapié en que las universidades presentes en el estado de São Paulo han venido trabajando intensamente para conectar sus misiones educativas con las oportunidades asociadas a los negocios. 

“Esto es algo que está afianzado en el estado de São Paulo, en donde las principales universidades que hacen investigación han creado sus agencias de innovación. No se trata únicamente de la transferencia de tecnología. Es mucho más que eso. Esas agencias son oficinas encargadas de generar y aplicar oportunidades de interacción con la industria, con el gobierno y con la sociedad, de manera tal de conectar la investigación que se hace en la universidad con las oportunidades que generan esos sectores”, dijo.  

“Estas agencias de innovación operan en la conexión con negocios y con gobiernos, y brindan asistencia a startups, ya sean creadas por alumnos y docentes o startups en general, que buscan asesoría o necesitan ayuda en algún tema específico –como en el caso de las licencias o patentes–, o necesitan usar algún tipo de equipamiento, por ejemplo”, dijo. 

Brito Cruz comentó que las universidades en el estado de São Paulo también han participado en parques científicos y tecnológicos e incubadoras de startups. “Algunas también han intentado organizar lugares destinados a atraer a los centros de investigación y desarrollo de las empresas, o han trabajado en centros de investigación y desarrollo junto con empresas”, sostuvo. 

El Hub de la Texas Tech University 

Kimberly Gramm, directora del Innovation Hub at Research Park de la Texas Tech University (TTU) también se refirió durante la FAPESP Week a las colaboraciones entre la universidad y la industria. 

Gramm explicó que el Hub, tal como le dicen, es “un lugar destinado al fomento de las ideas inteligentes y emprendedoras que apuntan a crear valor social o comercial con un impacto significativo”. 

El objetivo de la TTU consiste en que el Hub, inaugurado en 2015, se convierta en un centro importante para los emprendimientos y la innovación en el sistema de la universidad y en la región del oeste de Texas. “Aspiramos a erigirnos en un lugar dedicado a la innovación, la colaboración y la colisión creativa orientada a gente creativa”, dijo Gramm. 

“Contamos con 11 programas en marcha y siete en desarrollo, diez asociaciones con empresas y ya hemos realizamos actividades de capacitación y orientación para más de ocho mil personas”, sostuvo. 

Más información sobre la FAPESP Week en: www.fapesp.br/week2017/nebraska-texas.