La tecnología denominada Manufacturing Execution System (MES) permite que las empresas atiendan las demandas de la industria 4.0 (foto: PPI-Multitask)

Empresas que cuentan con el apoyo del programa de innovación de la FAPESP son objeto de adquisiciones
21-01-2021

La multinacional brasileña Weg se quedó con el control de los paquetes accionarios de las startups paulistas MVisia y PPI-Multitask recientemente

Empresas que cuentan con el apoyo del programa de innovación de la FAPESP son objeto de adquisiciones

La multinacional brasileña Weg se quedó con el control de los paquetes accionarios de las startups paulistas MVisia y PPI-Multitask recientemente

21-01-2021

La tecnología denominada Manufacturing Execution System (MES) permite que las empresas atiendan las demandas de la industria 4.0 (foto: PPI-Multitask)

 

Yuri Vasconcelos y Domingos Zaparolli * | Agência FAPESP – La startup MVisia, con sede en la ciudad de São Paulo (Brasil), la capital del estado homónimo, se especializa en sistemas de inteligencia artificial aplicada a la visión por computadora industrial. En tanto, PPI-Multitask, también de São Paulo, desarrolla plataformas de gestión de la producción conocidas como MES, las siglas de Manufacturing Execution System. Y la multinacional brasileña Weg, uno de las mayores fabricantes globales de motores eléctricos industriales y generadores de energía, adquirió recientemente el control de los paquetes accionarios de ambas empresas, que habían recibido antes fondos provenientes del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP para desarrollar sus soluciones tecnológicas.

“Este negocio elevó a MVisia a otro nivel”, sostiene el socio fundador Fernando Lopes. “Pasamos a contar con una estructura comercial que tardaríamos décadas para erigir. Contábamos con pocos vendedores y ahora tenemos más de 300 en Brasil y en el exterior. Hemos concretado incluso una primera venta en el estado de Pernambuco [situado en el nordeste de Brasil]”, celebra.

La empresa fue fundada en 2012 en el Centro de Innovación, Emprendimientos y Tecnología (Cietec), una incubadora administrada conjuntamente por la Universidad de São Paulo (USP) y el Instituto de Investigaciones Energéticas y Nucleares (Inpe), y los cuatro socios fueron favorables a la transferencia del 51 % del capital a Weg en junio del año pasado. “Con esta asociación, ganamos también en gobernanza, en gestión y en control financiero”, dice Lopes.

“¡Uau! Excelente. Esa fue mi reacción al enterarme del interés de Weg”, recuerda Marcelo Pinto, uno de los tres socios directores de PPI-Multitask, fundada en el año 2000, que también le vendió a Weg el 51 % de su control en septiembre del año pasado. “Nuestro propósito era erigirnos en protagonistas de la industria 4.0 en Brasil. Conocíamos nuestra calidad técnica, pero también nuestras limitaciones financieras y operativas. Weg posee robustez financiera, fuerza de ventas, una gestión calificada y el mismo propósito de ser relevante en la industria 4.0”, argumenta.

El interés de las grandes corporaciones en la adquisición de empresas de base tecnológica apoyadas por el PIPE-FAPESP en el estado de São Paulo no es nuevo. En 2005, el conglomerado aeroespacial francés Thales adquirió la fábrica de instrumentos para satélites y radares Omnisys, con sede en la localidad paulista de São Bernardo do Campo. En 2011, Embraer compró la empresa Atech, de São Paulo, enfocada en la gestión y el control del tráfico aéreo civil y militar, y también Bradar (antigua Orbisat), especializada en el desarrollo de sistemas y sensores electrónicos, tales como radares de defensa para vigilancia terrestre y aérea.

Cinco años después, la brasileña Akaer, proveedora de sistemas y componentes aeroespaciales, incorporó a Opto Eletrônica, de la localidad São Carlos, especializada en la tecnología optoelectrónica, la de las cámaras de uso espacial, por ejemplo. En 2017, la firma, con sede en São José dos Campos, participante en el proyecto del jet militar Gripen, adquirió el control de Equatorial Sistemas, desarrolladora de soluciones tecnológicas para sistemas espaciales, de defensa y seguridad.

Cuando se observa el ecosistema de startups en Brasil, se nota que el cambio de mando en las empresas es amplio y viene concretándose a ritmo creciente. Entre enero y septiembre de 2020, se negoció el control total o parcial de al menos cien startups en Brasil, de acuerdo con estimaciones de la plataforma de apoyo a la innovación Distrito. Durante todo el año de 2019, la cifra había sido de 63 startups.

PPI-Multitask y MVisia mantuvieron sus marcas, sus equipos y sus sedes en la ciudad de São Paulo. Los socios fundadores siguen al mando en el día a día de las respectivas empresas. Lo que cambió en sus estructuras organizativas es la presencia de un representante de Weg en el consejo de ambas compañías y la necesidad de alinearse a la estrategia corporativa de la multinacional. “Weg no concretó una ocupación en PPI-Multitask. Mantuvimos nuestra independencia operativa, y las decisiones a largo plazo constituyen el resultado de un sistema de gobernanza participativa, donde tenemos voz”, destaca Pinto.

La decisión de Weg de adquirir en menos de un año el control de PPI-Multitask y de MVisia tuvo por objeto acelerar el desarrollo de la división de negocios digitales de la compañía, creado hace un año. La compañía también compró otras dos pequeñas empresas de base tecnológica –V2COM, de la ciudad de São Paulo, especializada en conectividad e internet de las cosas (IoT), y BirminD, de la localidad también paulista de Sorocaba, actuante en el mercado de inteligencia artificial aplicada al análisis de datos industriales– con esa misma finalidad.

“Son empresas que complementan nuestra cartera de soluciones digitales con tecnologías maduras y probadas”, reconoce Carlos Bastos Grillo, director de negocios digitales de Weg, cuya sede está ubicada en la localidad de Jaraguá del Sul, en el estado sureño de Santa Catarina. “Al compartir conocimiento y recursos entre Weg y esas cuatro empresas, se generan nuevas oportunidades de innovación y una oferta de soluciones más completas para los clientes.”

Expertos en innovación evalúan que las fusiones, las adquisiciones y otras formas de interacción entre grandes empresas y firmas novatas innovadoras constituyen situaciones que se volverán cada vez más comunes en Brasil, tal como ya sucede con intensidad en Estados Unidos. Y es una buena noticia.

“Es importante que los emprendedores cuenten con diversas oportunidades para obtener retornos por sus esfuerzos, ya sean económicos o de otra índole. Esto fortalece el ecosistema de innovación”, destaca la ingeniera de alimentos Luciana Hashiba, vicecoordinadora del Centro de Innovación de la Escuela de Administración de Empresas de São Paulo de la Fundación Getúlio Vargas (FGV-Eaesp) y miembro de la coordinación adjunta del área de Investigación para la Innovación de la Dirección Científica de la FAPESP.

Para el ingeniero químico Américo Craveiro, quien también integra la referida coordinación adjunta de la Fundación, el interés de grandes grupos por pequeños negocios innovadores debe verse como una medida del éxito del PIPE. “Significa que el emprendedor apoyado afrontó bien el desafío técnico y validó su propuesta”, afirma.

Hashiba y Craveiro juzgan que es secundario el hecho de que la comercialización del producto desarrollado con el apoyo del programa público de fomento de la innovación no esté a cargo de su mentor, sino de terceros, o incluso si la empresa es vendida. “Lo importante es que el esfuerzo no fenezca en el duro camino rumbo a la transformación de una idea en un emprendimiento exitoso”, pondera Hashiba. “Lo que vale es el resultado final. El apoyo a la tecnología debe generar valor para la sociedad y asegurar el retorno económico y social de la inversión”, argumenta Craveiro.

Según César Costa, socio director de la consultora de emprendimientos e innovación corporativa Semente Negócios, lo que motiva a las grandes corporaciones a adquirir startups es la decisión de acelerar alguna estrategia de la empresa. “Puede ser entrar en nuevos mercados, diversificar las carteras de productos, incorporar nuevas tecnologías o incluso captar talentos”, sostiene.

En un proceso de adquisición tradicional, lo que está en juego en la mayoría de los casos es la participación mercadológica, un producto exitoso o la estructura física de la empresa adquirida. En una startup, generalmente, el principal activo es la capacidad innovadora de los emprendedores.

Uno de los grandes retos en la adquisición de una empresa novata innovadora, sostiene Costa, consiste en mantener el conocimiento y los bríos de los fundadores. “Es común que en el propio contrato de adquisición se inserten cláusulas que estipulen que los emprendedores seguirán trabajando en la startup durante algún tiempo más, a los efectos de evitar que su salida impacte negativamente sobre el rumbo del negocio”, afirma el consultor.

El ingeniero de producción Eduardo Zancul, de la Escuela Politécnica (Poli) de la USP y también miembro de la coordinación adjunta de la FAPESP, hace hincapié en las dificultades que afronta una pequeña empresa para afianzarse. “Una crisis más severa o alteraciones en los parámetros de competencia pueden afectarla o incluso pueden llegar a comprometer su supervivencia. La situación de las pequeñas empresas es frágil e inestable”, afirma.

Esta constatación se aplica aún más en un país como Brasil, donde históricamente el crédito privado es caro y la variación anual del crecimiento económico es abrupta, lo que dificulta la planificación empresarial. Durante las últimas dos décadas, el país alternó diez años de crecimiento modesto, seis años de evolución significativa de la economía, del 4 % o más, con otros cuatro años de recesión: 2009, 2015, 2016 y el primer semestre de 2020, de acuerdo con los cálculos anuales del Producto Interno Bruto (PIB) del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). Para 2020, el Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea) proyecta un retroceso del PIB del 5 %.

“Las empresas intentan crecer para acceder a una situación más sólida. Y el crecimiento demanda capital, conocimiento, acceso a la distribución y clientes. Una pequeña empresa por sí sola, con medios propios, tarda para lograr esa solidez”, dice Zancul. Existen pocas alternativas para acelerar este proceso, añade el investigador. Una consiste en que el pequeño empresario busque el aporte de inversores. Otra es la fusión con otras pequeñas empresas, en procura de conformar un negocio mayor. La tercera es la venta. “La compra por otro grupo también puede erigirse como un camino para que una pequeña empresa crezca.”

Éxito en la fertilización

La empresa InVitro Brasil (IVB), de la localidad paulista de Mogi Mirim, fue creada en 2002 y llegó a obtener un éxito mercadológico significativo. Antes de su venta en 2015 a la empresa de genética ABS Global, del grupo estadounidense Genus, ya era la mayor compañía de fertilización in vitro de embriones bovinos del mundo –en 2013 fue responsable del 45 % de la producción global de embriones– y despuntaba como referente en la metodología de criopreservación, la congelación de embriones, un desarrollo tecnológico concretado con el apoyo del PIPE.

“Éramos los mayores en fertilización in vitro de embriones, pero en comparación con las grandes empresas de genética, éramos muy pequeños como para competir solos en el mercado de reproducción”, explica el veterinario José Henrique Pontes, socio fundador de IVB y en la actualidad director global de Estrategia de Embriones de ABS.

Según Pontes, la capacidad de inversión en investigación científica de Genus fue un factor decisivo para la venta. “El grupo invierte más de 50 millones de dólares anuales en investigación y una parte significativa de ese monto se vuelca hacia la biotecnología y la fertilización in vitro”, destaca. Hasta la adquisición de IVB, ABS Global era una empresa especializada en inseminación artificial con una técnica avanzada de separación de semen sexado, que le permite al criador la elección del sexo de los animales.

“La adquisición de una empresa de embriones como IVB era el paso que faltaba para tener una cartera completa”, comenta Márcio Nery, director general de ABS Brasil. “La tecnología de embriones congelados es el futuro y fue decisiva para el interés del grupo en IVB”. ABS cuenta con seis laboratorios en Estados Unidos, uno en México y tres en Brasil. Los técnicos brasileños, según Nery, son los responsables de los proyectos de laboratorio experimentales internacionales con embriones. “Tenemos equipos que están desarrollando trabajos en Rusia, en Vietnam y en Chile. Y es posible que empecemos a operar también en la India”, informa. Los técnicos en embriones brasileños que actúan en ABS Brasil suman 120, el doble del equipo original de IVB en 2015.

Para el consultor César Costa, una práctica que se observa en el mercado es la adquisición parcial de startups, con el mantenimiento del interés de los emprendedores originales en el éxito de la empresa y el establecimiento de modelos de gobernanza que hagan posible la autonomía en la toma de decisiones. Es común que el gestor de la startup responda directamente al CEO o al consejo del nuevo controlador.

Esto fue lo que sucedió con Scipopulis, una startup especializada en análisis de datos y soluciones de movilidad urbana con sede en São Paulo y adquirida por green4T en 2019. “No queríamos transformar a Scipopulis en green4T, sino mantener la cultura innovadora de ellos”, dice Eduardo Marini, CEO de green4T, una empresa de soluciones de tecnología e infraestructura digital, también con sede en São Paulo. “En una de las primeras rondas de negociaciones hicimos hincapié en que pretendíamos asegurarles que ellos mantendrían la marca y la independencia operativa. No tendrían un jefe de afuera dándoles órdenes”, recuerda Marini, quien a su vez destaca que otra preocupación consistió en establecer un ambiente propicio para recibir al nuevo equipo, conformado por diez personas.

“Teníamos a decir verdad un recelo de convertirnos en burócratas y cumplir órdenes. Lo que definió al negocio fue el alineamiento de propósitos”, reconoce Roberto Speicys, uno de los cuatro socios fundadores de Scipopulis. El arreglo previó la incorporación de la startup con los fundadores del negocio pasando a ser titulares de acciones de green4T y con el mantenimiento de Speicys como CEO de Scipopulis. Todos los fundadores de la startup fueron favorables al negocio, pero dos posteriormente partieron para dar inicio al desarrollo de nuevos emprendimientos.

Para Marini, la adquisición de Scipopulis representó la oportunidad de que green4T ampliara su cartera de soluciones ofertadas a las ciudades. La startup fue creada en 2014 y la ayuda del PIPE fue fundamental para que desarrollara dos soluciones: la aplicación Coletivo, que les informa en tiempo real a los usuarios sobre los autobuses y sobre la red de transporte público, y el panel web de monitoreo y gestión de flotas de ómnibus Trancity, destinado a los gestores de flotas y a los administradores municipales.

Por ahora, la solución que aporta la aplicación Coletivo solamente está disponible en la ciudad de São Paulo. “Una startup afronta dificultades a la hora participar en licitaciones públicas y negociar con gestores municipales. En tanto, green4T posee experiencia y capacidad en ese proceso”, reconoce Speicys.

La plataforma Trancity ya se emplea en Brasil en varias capitales de estados (Belo Horizonte, Río de Janeiro, Teresina y Fortaleza), además de en Santiago, en Chile. Las nuevas perspectivas no se restringen al sector de transportes. “Nuestro negocio consiste en desarrollar soluciones tecnológicas con base en análisis de datos. Ya hemos estudiado posibilidades en las áreas de la salud y de seguridad pública, y otras aplicaciones en movilidad urbana”, anticipa Speicys. “El hecho de formar parte de la cartera de green4T permitirá sin duda que aceleremos esos nuevos proyectos.”

* De la revista Pesquisa FAPESP
 

  Republicar
 

Republicar

The Agency FAPESP licenses news via Creative Commons (CC-BY-NC-ND) so that they can be republished free of charge and in a simple way by other digital or printed vehicles. Agência FAPESP must be credited as the source of the content being republished and the name of the reporter (if any) must be attributed. Using the HMTL button below allows compliance with these rules, detailed in Digital Republishing Policy FAPESP.