Bosque degradado por incendios en el llamado Arco de la Deforestación de la Amazonía (foto: Mário Lucas Medeiros Naval/Cena-USP)

Amazonia
El fuego y la agricultura impulsan la degradación del suelo en el sur de la Amazonía brasileña
19-06-2025
PT EN

Estudio muestra que las pérdidas de carbono y nitrógeno en el suelo persisten durante casi una década después de los incendios, y que la conversión a uso agrícola causa impactos aún más severos

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El fuego y la agricultura impulsan la degradación del suelo en el sur de la Amazonía brasileña

Estudio muestra que las pérdidas de carbono y nitrógeno en el suelo persisten durante casi una década después de los incendios, y que la conversión a uso agrícola causa impactos aún más severos

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Bosque degradado por incendios en el llamado Arco de la Deforestación de la Amazonía (foto: Mário Lucas Medeiros Naval/Cena-USP)

 

Por José Tadeu Arantes  |  Agência FAPESP – Los incendios forestales frecuentes y la expansión agrícola están deteriorando la salud de los suelos del sur de la Amazonía brasileña, causando daños duraderos a las reservas de carbono (C) y nitrógeno (N), así como al funcionamiento general del suelo en los ecosistemas. Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores de Brasil, Estados Unidos y Reino Unido en la Estación de Investigación Tanguro, situada en la zona de transición entre la selva amazónica y el Cerrado (bioma tipo sabana brasileña), dentro del Arco de la Deforestación Amazónica.

“Estamos hablando de un fuego que no es natural. En el Arco de la Deforestación, los incendios récord son el resultado de la combinación entre expansión agrícola y ganadera, degradación de bosques nativos vecinos y sequías prolongadas provocadas por el cambio climático – todas ellas causadas por la acción humana”, afirma el investigador Mário Lucas Medeiros Naval, primer autor del estudio. “Nuestro trabajo muestra cómo estos incendios sucesivos tienen impactos a largo plazo sobre la materia orgánica y otros atributos esenciales del suelo, y cómo se comparan con los impactos de la agricultura en la región”, comenta.

El estudio, publicado en la revista Catena, analizó los efectos de la conversión de bosque a uso agrícola y la frecuencia de incendios sobre la materia orgánica del suelo, además de varios indicadores físico-químicos de salud del suelo. Se compararon cuatro escenarios: bosque intacto, bosque quemado anualmente, bosque quemado cada tres años y área convertida a agricultura, con sistema de siembra directa y rotación de cultivos.

“Los resultados muestran una disminución en las reservas de carbono en el suelo del 17 % con incendios anuales, 19 % con incendios trianuales y 38 % con conversión agrícola”, dice Naval. “Incluso cuando la agricultura adopta buenas prácticas como la rotación de cultivos y el uso de cultivos de cobertura, aún así genera pérdidas más severas de carbono del suelo que los incendios sobre bosques nativos”.

El investigador explica que la zona estudiada es un bosque de transición, similar al “cerradão” (una formación forestal con baja biodiversidad), con árboles de unos 20 metros de altura promedio. “No es tan alto como el bosque del centro de la Amazonía, pero tampoco es un cerrado en stricto sensu . Y es precisamente en esta región donde la frontera agrícola ha avanzado con más fuerza, especialmente con el cultivo de soja”, afirma.

La investigación se llevó a cabo en un área experimental de 150 hectáreas, gestionada por el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía (IPAM), dentro de la reserva legal de una propiedad privada, donde se encuentra la Estación de Investigación Tanguro. “Tuvimos acceso a una gran área, con 50 hectáreas para cada tipo de tratamiento, lo que nos permitió una muestra representativa”, destaca el investigador.

“Un aspecto importante del estudio es que evaluamos los suelos nueve años después del último incendio. Incluso con ese tiempo de recuperación del bosque, las reservas de carbono y nitrógeno seguían significativamente reducidas”, añade. Según Naval, las pérdidas de carbono y nitrógeno comprometen propiedades esenciales, debido a los múltiples beneficios que aporta la materia orgánica a los indicadores de salud del suelo. “Por ejemplo, nuestros resultados muestran que, al disminuir las reservas de carbono, gran parte de la capacidad de intercambio catiónico (CTC, una forma de medir la capacidad del suelo para retener nutrientes) se pierde”, explica el investigador. Así, el estudio también reveló impactos sobre otros indicadores físicos y químicos, evidenciando una degradación más amplia de la salud del suelo.

La investigación mostró que la pérdida total de carbono –sumando el carbono almacenado en la biomasa sobre el suelo y en el propio suelo– alcanzó un 33 % en los incendios anuales y un 48 % en los incendios trianuales. “Esto demuestra que, desde el punto de vista del ecosistema completo, las distintas frecuencias de incendios tienen un impacto diferenciado, aunque en el suelo la diferencia estadística entre los dos regímenes no haya sido significativa”, explica.

“A diferencia del Cerrado, donde el fuego es un elemento natural del ecosistema y cumple una función ecológica, en la Amazonía estamos hablando de un factor exógeno, inducido por el cambio en el uso del suelo, no de incendios naturales. Quemar la selva amazónica significa intervenir en un ambiente que no está adaptado al fuego”, resume Naval.

Los autores recomiendan adoptar políticas para frenar el avance de la frontera agrícola, prevenir incendios forestales e implementar sistemas agrícolas más biodiversos, como los sistemas agroforestales. Según ellos, estas prácticas almacenan grandes cantidades de carbono, esenciales para la estabilidad climática global, y preservan la salud de los suelos amazónicos.

“La búsqueda de alternativas al modelo convencional de producción agrícola es esencial no solo para la preservación ambiental, al evitar nuevos incendios, sino también para garantizar la seguridad alimentaria de la población”, aclara el investigador Plínio Barbosa de Camargo, uno de los coordinadores del estudio.

El trabajo forma parte del proyecto internacional Amazon PyroCarbon, financiado por la FAPESP ) y por el Natural Environment Research Council (NERC) y UK Research and Innovation (UKRI), ambos del Reino Unido. La iniciativa estudia los impactos del fuego en distintas regiones de la Amazonía y está coordinada por Camargo y Ted Feldpausch , de la Universidad de Exeter. “Este trabajo en la Estación de Investigación Tanguro es solo parte de una iniciativa más amplia que está mapeando cómo el fuego afecta los suelos amazónicos en varios puntos del bioma”, dice Naval, actualmente estudiante de maestría en el Centro de Energía Nuclear en la Agricultura (Cena-USP). La financiación del estudio también contó con una beca de posdoctorado concedida al segundo autor, Wanderlei Bieluczyk.

El artículo Impacts of repeated forest fires and agriculture on soil organic matter and health in southern Amazonia puede ser accesado en: doi.org/10.1016/j.catena.2025.108924.

 

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