Desde finales de la década de 1970, estudios realizados en el hemisferio norte han sugerido que las partículas magnéticas expulsadas por el Sol pueden impactar la salud humana (imagen: Nasa/Goddard Space Flight Center)
Para llegar a esta conclusión, investigadores en Brasil cruzaron datos obtenidos en la red local de salud pública con un indicador de variaciones en el campo geomagnético de la Tierra. El estudio fue publicado en la revista Communications Medicine
Para llegar a esta conclusión, investigadores en Brasil cruzaron datos obtenidos en la red local de salud pública con un indicador de variaciones en el campo geomagnético de la Tierra. El estudio fue publicado en la revista Communications Medicine
Desde finales de la década de 1970, estudios realizados en el hemisferio norte han sugerido que las partículas magnéticas expulsadas por el Sol pueden impactar la salud humana (imagen: Nasa/Goddard Space Flight Center)
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – Un artículo publicado en la revista Communications Medicine señala una correlación entre perturbaciones en el campo magnético de la Tierra, derivadas de tormentas solares, y un aumento en la frecuencia de ataques cardíacos, especialmente entre mujeres.
Para llegar a esa conclusión, los autores analizaron datos de la red pública de salud de São José dos Campos (estado de São Paulo, Brasil) registrados entre 1998 y 2005, un período de intensa actividad solar. Con foco en las hospitalizaciones por infarto de miocardio, se incluyeron informaciones de 871 hombres y 469 mujeres. También se incorporaron a la estadística datos del Índice Planetario (Kp-Index), un indicador de variaciones en el campo geomagnético de la Tierra.
“Clasificamos los días analizados como tranquilos, moderados o perturbados. Y los datos de salud fueron divididos por sexo y franja etaria [hasta 30 años; entre 31 y 60; más de 60 años]. Vale destacar que el número de infartos entre los hombres es casi el doble, independientemente de la condición geomagnética. Pero, cuando observamos la tasa de frecuencia relativa de casos, constatamos que, para las mujeres, es claramente más alta durante condiciones geomagnéticas perturbadas en comparación con las tranquilas. En la franja de 31 a 60 años llega a ser tres veces mayor. Por lo tanto, nuestros resultados sugieren que las mujeres tienen mayor susceptibilidad a la condición geomagnética”, explica a la Agência FAPESP Luiz Felipe Campos de Rezende, investigador del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciais (Inpe) de Brasil y autor correspondiente del artículo.
Como explica Rezende, las perturbaciones geomagnéticas son causadas por el impacto del viento solar en la magnetosfera (región más externa de la atmósfera, donde el viento solar se encuentra con el campo magnético de la Tierra), y sus efectos sobre la comunicación vía satélite y los sistemas de posicionamiento global (GPS) son bien conocidos.
Desde finales de la década de 1970, estudios realizados en el hemisferio norte han sugerido que las partículas magnéticas expulsadas por el Sol también pueden afectar la salud humana, particularmente el sistema cardiovascular. Datos de la literatura señalan como posibles explicaciones cambios en la presión arterial, en el ritmo cardíaco e incluso en el ritmo circadiano, que regula el ciclo sueño-vigilia y todas las funciones biológicas del organismo. Pero esta sigue siendo una cuestión científica abierta.
“Este es el primer estudio sobre el tema realizado para nuestras latitudes, pero tampoco es concluyente. Por lo tanto, la intención no es alarmar a la población, especialmente a las mujeres. Existen algunas limitaciones a considerar: se trata de una investigación observacional llevada a cabo en una única ciudad, con un tamaño de muestra aún no ideal para cuestiones médicas. Sin embargo, creemos que estos hallazgos representan un resultado empírico de significancia hipotética y relevancia que no debe ser desestimado en el contexto científico”, afirma el investigador.
Este también parece ser el primero, o al menos uno de los pocos estudios, en señalar una mayor susceptibilidad femenina a las perturbaciones geomagnéticas. Las causas de este fenómeno no fueron exploradas en el artículo. “No encontramos en la literatura una publicación significativa al respecto. Es un tema para estudios futuros”, concluye Rezende.
Predicción y prevención
El Sol atraviesa períodos de mayor y menor actividad magnética en un ciclo que dura, en promedio, 11 años. Se estima que entre finales de 2024 y comienzos de 2025 haya ocurrido la fase conocida como “máximo solar”, es decir, el período del ciclo con mayor actividad magnética. Según especialistas, 2025 será un año de alta actividad solar. Sin embargo, cabe resaltar que las perturbaciones en el campo magnético de la Tierra ocurren de forma esporádica. El Inpe mantiene un sitio web que monitorea estas variaciones.
“Científicos de todo el mundo han intentado predecir la ocurrencia de perturbaciones geomagnéticas, pero la precisión, por ahora, no es buena. Cuando este tipo de servicio esté más avanzado —y en caso de confirmarse el impacto de los disturbios magnéticos en el corazón—, podremos pensar en estrategias de prevención desde el punto de vista de la salud pública, considerando principalmente a individuos que ya padecen problemas cardíacos”, evalúa Rezende.
El artículo Influence of geomagnetic disturbances on myocardial infarctions in women and men from Brazil puede leerse en: www.nature.com/articles/s43856-025-00887-7.
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