Alta concentración de cotinina —biomarcador relacionado con la exposición a la nicotina— fue observada entre los usuarios de cigarrillos electrónicos (foto: haiberliu/Pixabay)
Investigadores de la Universidad Estatal Paulista y colaboradores evaluaron a 50 jóvenes con una edad promedio de entre 26 y 27 años. El objetivo fue encontrar biomarcadores que permitan la detección precoz de alteraciones en la salud
Investigadores de la Universidad Estatal Paulista y colaboradores evaluaron a 50 jóvenes con una edad promedio de entre 26 y 27 años. El objetivo fue encontrar biomarcadores que permitan la detección precoz de alteraciones en la salud
Alta concentración de cotinina —biomarcador relacionado con la exposición a la nicotina— fue observada entre los usuarios de cigarrillos electrónicos (foto: haiberliu/Pixabay)
Por Fernanda Bassette | Agência FAPESP – Cada vez es mayor el número de adeptos a los cigarrillos electrónicos, también conocidos como vapes: se estima que al menos el 20% de los jóvenes adultos brasileños ya han usado al menos una vez estos dispositivos, desarrollados originalmente con el objetivo de facilitar la cesación del tabaquismo. Sin embargo, la investigación científica ha demostrado precisamente lo contrario. Estos dispositivos no ayudan a dejar de fumar y además aumentan significativamente la dependencia a la nicotina, además de causar otros daños a la salud.
Actualmente, se sabe que el cigarrillo electrónico puede provocar lesiones agudas en los pulmones y está asociado a enfermedades y riesgos similares a los del cigarrillo convencional, como el asma, la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) y el enfisema pulmonar, además de causar alteraciones en los vasos sanguíneos, incrementando el riesgo cardiovascular. Sus compuestos también contienen sustancias cancerígenas.
Ahora, un estudio realizado en el Instituto de Ciencia y Tecnología de la Universidad Estatal Paulista (ICT-Unesp), en Brasil, con la colaboración de científicos brasileños vinculados a la Universidad de São Paulo (USP) y españoles de la Universidad de Santiago de Compostela, constató que los vapes alteran la composición de la saliva de los usuarios, aumentando el riesgo de enfermedades bucales como caries, lesiones en la mucosa y enfermedad periodontal.
Los resultados de esta investigación, apoyada por FAPESP a través de cuatro proyectos (20/10362-0, 20/10322-9 , 22/16249-7 y 24/20063-1), fueron publicados en el International Journal of Molecular Sciences y forman parte de los hallazgos obtenidos durante el doctorado de Bruna Fernandes do Carmo Carvalho.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores seleccionaron a 50 jóvenes sin alteraciones clínicas visibles en la mucosa oral, con una edad promedio de entre 26 y 27 años: 25 eran usuarios regulares y exclusivos de cigarrillos electrónicos desde hacía al menos seis meses, y 25 no eran usuarios, formando así el grupo de control. Es importante señalar que, en Brasil, el consumo y la venta de cigarrillos electrónicos están prohibidos por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) desde 2009, lo que dificultó encontrar voluntarios dispuestos a participar en el estudio.
Todos los participantes proporcionaron muestras de saliva para realizar análisis que incluyeron sialometría (evaluación de la saliva), viscosidad, pH y concentraciones de cotinina, un importante biomarcador relacionado con la exposición a la nicotina. Altas concentraciones de esta sustancia en la saliva, orina o sangre se asocian con mayores niveles de dependencia. Los voluntarios también fueron sometidos a evaluaciones clínicas que midieron la frecuencia cardíaca, la oximetría, la glucemia, la concentración de monóxido de carbono (CO) en el aire exhalado y el consumo de alcohol.
Tras el análisis de las muestras de saliva, los investigadores constataron una alta concentración de cotinina entre los usuarios de cigarrillos electrónicos. También identificaron la presencia de 342 metabolitos salivales (compuestos resultantes del metabolismo de sustancias en la saliva), pero para el análisis solo se consideraron aquellos que estaban presentes en al menos el 70% de las muestras.
Del total, se incluyeron 101 metabolitos en el estudio: 61 eran exclusivos del grupo de usuarios, mientras que 40 compuestos estaban presentes en ambos grupos. A partir de ahí, se identificaron siete biomarcadores prometedores: cuatro resultaron ser específicos y aumentaron en el grupo de usuarios de cigarrillos electrónicos (ácido esteárico, ácido elaídico, valina y ácido 3-feniláctico) y tres fueron compartidos entre los grupos (galactitol, glicerol 2-fosfato y glucono-1,5-lactona).
“La identificación de estos metabolitos es importante porque pueden convertirse en biomarcadores potenciales para la detección temprana de alteraciones en la salud. Aún no está bien establecido en la literatura científica cuál es el impacto exacto de estas alteraciones en la salud, pero sabemos que están relacionadas con procesos inflamatorios, el metabolismo de sustancias químicas extrañas al organismo [como drogas o toxinas], y a los efectos de la combustión de biomasa”, explica la cirujano dentista Janete Dias Almeida, profesora titular del Departamento de Biociencias y Diagnóstico Bucal de la Unesp y coordinadora del estudio. Esto significa que vías inflamatorias específicas, como las asociadas con la enfermedad periodontal, por ejemplo, podrían ser inducidas por los cigarrillos electrónicos.
Los resultados de estos análisis fueron presentados durante el 17º Congreso de la Sociedad Española de Medicina Oral (Semo) y la 18ª Reunión de la Academia Iberoamericana de Patología y Medicina Bucal (AIPMB), celebrados en Santiago de Compostela en 2023, habiendo recibido una mención honorífica.
Bajo flujo salival y mayor nivel de CO
El estudio también constató que el flujo salival de los usuarios de cigarrillos electrónicos mostró una tendencia a la disminución en comparación con el grupo de control, lo que podría estar asociado a la presencia de sustancias como el propilenglicol y la glicerina en los aromatizantes —estas sustancias irritan las vías respiratorias superiores y causan resequedad de las mucosas.
Los resultados también indicaron una baja viscosidad de la saliva en quienes usaban vapes, siendo una característica que desempeña un papel crucial en la protección e hidratación de la mucosa bucal. “La reducción del flujo salival favorece la formación de biopelícula, que es esa capa que se forma cuando no realizamos una higiene dental adecuada, y que favorece la aparición de enfermedades bucales como las caries”, advierte la profesora.
En el examen físico, los usuarios de vapes presentaron niveles más altos de monóxido de carbono exhalado y una menor saturación de oxígeno en comparación con el grupo de control. “Este dato es muy importante porque la reducción de la oximetría significa que hay menos oxígeno transportado por la hemoglobina en la sangre. Y el aumento del monóxido de carbono exhalado también es un parámetro muy importante”, destaca.
Otra observación de los investigadores fue que los jóvenes que usaban cigarrillos electrónicos reportaron altas tasas de consumo de alcohol: el 76% de los participantes declaró usar ambos productos al mismo tiempo. Además, el 52% afirmó que el consumo de alcohol aumentaba la frecuencia con la que usaban cigarrillos electrónicos. Como es sabido, el consumo de bebidas alcohólicas y el tabaquismo son factores de riesgo para diversas enfermedades, entre ellas el cáncer oral. “El alcohol actúa sobre la membrana celular, volviendo la mucosa más permeable y susceptible a la acción de sustancias nocivas”, explica Almeida.
Según el estudio, solo el 24% de los participantes eran exfumadores de cigarrillo convencional; usaban cigarrillos electrónicos desde hacía al menos 2,13 años (siendo que el 52% utilizaban los dispositivos diariamente y el 60% entre siete y diez veces al día); los cigarrillos con sabores frutales o dulces eran los más consumidos, seguidos por los sabores mentolados.
¿Por qué analizar la saliva?
Según Almeida, la saliva es un biofluido fundamental que mantiene el equilibrio en la cavidad oral. Entre sus principales funciones están actuar como barrera protectora contra patógenos, iniciar el proceso digestivo y neutralizar los ácidos provenientes del metabolismo alimentario o bacteriano, evitando la desmineralización dental.
“La saliva es un protector muy importante. Y podemos evaluar muchos parámetros relacionados con diversas enfermedades a través de ella. Además, la recolección de la muestra es un procedimiento simple, no invasivo y de bajo costo. Por eso, esta es una técnica prometedora para identificar biomarcadores salivales que puedan indicar el inicio de problemas”, explica la profesora.
Desde la perspectiva de la investigadora, el futuro es bastante preocupante, especialmente cuando se piensa en la salud pública y en los problemas que pueden surgir como consecuencia de este consumo.
“Este estudio vino a confirmar que los cigarrillos electrónicos no son inocuos, no son inofensivos como la industria quiere hacer creer. Los jóvenes tienden a empezar a usarlos cada vez más temprano, y el gran problema es que estos dispositivos utilizan sales de nicotina que llegan mucho más rápido al cerebro, provocando una mayor dependencia en menos tiempo”, afirma. “Los aparatos son coloridos, variados, tienen un sabor agradable. Todo está hecho para atraer a los jóvenes. Cada vez vemos más casos de infarto y ACV [accidente cerebrovascular] en personas jóvenes. El panorama es preocupante”, concluye.
El artículo Salivary Metabolic Pathway Alterations in Brazilian E-Cigarette Users puede ser leído en: www.mdpi.com/1422-0067/25/21/11750.
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