Área conservada de Cerrado en el Parque Nacional Chapada dos Veadeiros, en el estado de Goiás (foto: Natashi Pilon/Unicamp)

Cerrado
Científicos mapean los desafíos y señalan directrices para la restauración del Cerrado en Brasil
01-08-2024
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Investigadores de la Universidad de Campinas y colaboradores analizaron datos de 82 áreas del bioma brasileño de sabana distribuidas por cinco estados y el Distrito Federal. Los resultados indican que para recuperar su gran biodiversidad, se hace necesario combinar diversas técnicas restaurativas, además de preservar lo que aún no ha sido destruido

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Científicos mapean los desafíos y señalan directrices para la restauración del Cerrado en Brasil

Investigadores de la Universidad de Campinas y colaboradores analizaron datos de 82 áreas del bioma brasileño de sabana distribuidas por cinco estados y el Distrito Federal. Los resultados indican que para recuperar su gran biodiversidad, se hace necesario combinar diversas técnicas restaurativas, además de preservar lo que aún no ha sido destruido

01-08-2024
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Área conservada de Cerrado en el Parque Nacional Chapada dos Veadeiros, en el estado de Goiás (foto: Natashi Pilon/Unicamp)

 

Por José Tadeu Arantes  |  Agência FAPESP – El Cerrado ha perdido alrededor del 70 % de su cobertura original. Este bioma brasileño constituye la sabana más biodiversa del mundo, con un 33 % de toda la biodiversidad existente en el territorio nacional. A su vez, es la cuna de las tres mayores cuencas hidrográficas de América del Sur, y en la actualidad es también el bioma más amenazado de Brasil. Por eso es necesario y urgente salvar lo que queda de él mediante acciones de preservación. Pero esto no es suficiente: es perentorio también restaurarlo.

El gran problema reside en que resulta sumamente difícil restaurar el Cerrado. Durante las últimas décadas se han venido poniendo a prueba diversas alternativas de restauración. Pero ninguna de ellas se ha mostrado totalmente efectiva. Para entender el potencial de cada una y la posibilidad de trabajarlas en consorcio, en una estrategia de conjunto, se compiló en el marco de una investigación apoyada por la FAPESP un amplio conjunto de datos de 82 áreas distintas distribuidas por cinco estados brasileños y el Distrito Federal. Los resultados de dicho estudio se direon a conocer en el Journal of Applied Ecology.

“Comparamos en qué medida esas áreas en restauración se encontraban en una situación similar a las áreas conservadas, preservando las fisonomías de los pastizales y las sabanas predominantes en el bioma. Y en cada área analizamos la eficacia de las técnicas de restauración pasiva [regeneración natural] y activa [siembra, plantío de plantines de árboles y trasplante de especies, de raíces y de suelo]”, comenta Natashi Pilon, docente del Instituto de Biología de la Universidad de Campinas (IB-Unicamp), en el estado de São Paulo, Brasil, y autora principal de la investigación.

En el estudio se investigaron 712 especies típicas del Cerrado bien preservado. De ellas, 338 (un 47 %) no se hallaron en ninguno de los lugares en restauración. Como si esto fuera poco, de 520 especies registradas exclusivamente en sitios de restauración, un 70 % no correspondía a especies típicas del Cerrado. En otras palabras, las especies que deberían estar presentes en las áreas restauradas no lo están, y especies que no deberían estar presentes sí.

“En los proyectos de restauración, se están introduciendo especies que no son características del Cerrado. Éste el caso de las ruderales [que crecen espontáneamente en los terrenos baldíos]. Si bien son nativas de Brasil, dichas especies no son características de ningún bioma específico. Y comprometen la estabilidad del ecosistema en restauración a largo plazo”, subraya Pilon.

Los límites de la regeneración natural

El Cerrado es sumamente diversificado. Uno de los objetivos de este estudio consistió en entender de qué manera cada tipo de planta responde a las diferentes técnicas de restauración, teniendo en cuenta pastos autóctonos, hierbas, subarbustos (plantas que se asemejan a hierbas, pero que poseen leño debajo del suelo), arbustos, enredaderas y árboles.

“Verificamos que en áreas donde solamente se implementó la regeneración natural la cantidad de especies típicas no ha aumentado con el tiempo. Este resultado muestra que muchas especies tienen limitaciones a la hora de colonizar áreas degradadas. Y que el hecho de dejar sencillamente que el Cerrado se recomponga por sí mismo no permitirá recuperar la biodiversidad perdida”, comenta Pilon.

La Figura 2 (véase abajo), derivada del estudio, muestra gráficamente la eficacia de cada técnica de restauración con relación al tipo de planta. Cabe observarse que la restauración pasiva permite la conservación de una cantidad limitada de especies típicas, generalmente árboles y arbustos que exhiben una alta capacidad de rebrote. De todos modos, la recuperación de estas especies leñosas depende de en qué medida el suelo ha sido modificado y si todavía existen raíces capaces de rebrotar. En cuanto a las técnicas de restauración activa, la figura muestra que la siembra y el trasplante de especies y suelo logran recuperar una mayor diversidad de especies típicas, y cada técnica resulta favorable a un tipo específico de planta.


Síntesis de las principales formas de crecimiento del Cerrado que cada técnica de restauración es capaz de recuperar (imagen: Natashi Pilon/Unicamp)

“Cada componente de estos ecosistemas complejos cumple un rol importante para su resiliencia y su funcionamiento. De este modo, una restauración efectiva debe contemplar todos estos factores. Los pastos autóctonos, por ejemplo, alimentan las quemas y controlan la densidad de las especies leñosas, un proceso natural en los ecosistemas de sabana. La diversidad de hierbas regula la dinámica de los polinizadores, al mantener a sus poblaciones en el paisaje y aportar recursos para que las abejas se alimenten durante todo el año. Los subarbustos y los arbustos rebrotan y colonizan rápidamente el área luego de las perturbaciones naturales y son altamente resilientes a las perturbaciones antrópicas. Asimismo, almacenan una gran cantidad de carbono debajo del suelo en sus estructuras subterráneas bien desarrolladas. Por eso una restauración exitosa, con el objetivo de recuperar la biodiversidad y/o los servicios ecosistémicos, debe tener en la mira la reintroducción de todas las formas vegetales existentes en áreas conservadas del Cerrado”, resume la investigadora.

Teniendo en cuenta las distintas técnicas de restauración activa y los diversos tipos de plantas, en el estudio se demostró que, para los pastos nativos, la siembra directa, el traslado de suelo superficial y el trasplante de material vegetal permitieron acercarse a la proporción existente en el ecosistema conservado, de un 18 %. Para las hierbas típicas, las proporciones aproximadas a la hallada en el ecosistema conservado, también del 18 %, se obtuvieron únicamente mediante la transposición de suelo superficial o el trasplante de material vegetal. En áreas donde la restauración se concretó mediante el plantío de árboles, no se registró la presencia de gramíneas nativas típicas, por eso ésta fue la técnica de restauración con peor evaluación.

Para los subarbustos, solamente la técnica de trasplante recuperó las especies típicas en proporciones cercanas a la presente en los ecosistemas conservados, del 24 %. Para los arbustos, la proporción fue similar a la de referencia, del 14 %, en la mayoría de las técnicas analizadas, exceptuadas la de transposición de suelo superficial y la del plantío de árboles, que exhibieron valores muy inferiores. En tanto, la proporción de árboles se mostró mayor que en los ecosistemas conservados en la mayoría de las intervenciones de restauración analizadas.

“Con base en estos resultados, podemos arribar a la conclusión de que para lograr una restauración efectiva del Cerrado no existe una panacea. Una sola técnica de restauración aislada no será capaz de aportar todos los componentes que aseguren la resiliencia y el funcionamiento del bioma. Asimismo, las técnicas con mejores resultados –la siembra y el trasplante– son altamente dependientes de las áreas conservadas para la adquisición de semillas y material vegetal [plantas enteras y raíces]. De este modo, las políticas y las estrategias que promuevan la conservación son tanto o más urgentes que la restauración propiamente dicha”, sintetiza Pilon.

Y la investigadora añade: “Cuando se habla de la Selva Amazónica, el discurso apunta: ‘vamos a preservarla’. Pero con relación al Cerrado, el discurso cambia: ‘vamos a restaurarlo’. Nuestro estudio demostró que, si bien resulta imprescindible, la restauración no es fácil. Y depende de la preservación. Pese a toda la destrucción, aún hay mucho Cerrado por preservarse, fundamentalmente en la franja norte, en el área conocida como Matopiba [acrónimo que designa a la zona que se extiende por partes de los estados brasileños de Maranhão, Tocantins, Piauí y Bahía]. El desafío radica en que esta área se encuentra bajo un fuerte impacto de la expansión agrícola, a ejemplo de lo que ya sucedió en Goiás y en Mato Grosso”.

En el estudio al que aquí se hace referencia se recabaron datos de esta área, como así también de otras partes del Cerrado. La investigación de campo se concretó en propiedades particulares y en diversas unidades de conservación, como la Estación Ecológica Santa Bárbara, el Bosque Estadual de Assis, la Estación Ecológica y Experimental de Itirapina y la Unidad de Investigación y Desarrollo de Itararé, en el estado de São Paulo; el Parque Nacional de Chapada dos Veadeiros y el Parque Nacional de Emas, en el estado de Goiás; el Parque Municipal de Pombo, en el estado de Mato Grosso do Sul, y el Parque Estadual de Guartelá, en el estado de Paraná. Este trabajo contó con el apoyo de la FAPESP en el marco de tres proyectos (19/07773-1, 20/09257-8 y 19/03463-8).

Puede accederse a la lectura del artículo intitulado Challenges and directions for open ecosystems biodiversity restoration: An overview of the techniques applied for Cerrado en el siguiente enlace: besjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/1365-2664.14368.

 

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