El radiotelescopio estará instalado en los Andes argentinos, a casi 5 mil metros de altura. El proyecto cuenta con financiación de la FAPESP y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina (foto: Llama)

Brasil y Argentina comienzan a construir un observatorio de radioastronomía
14-08-2014

El radiotelescopio estará instalado en los Andes argentinos, a casi 5 mil metros de altura. El proyecto cuenta con financiación de la FAPESP y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina

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El radiotelescopio estará instalado en los Andes argentinos, a casi 5 mil metros de altura. El proyecto cuenta con financiación de la FAPESP y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina

14-08-2014

El radiotelescopio estará instalado en los Andes argentinos, a casi 5 mil metros de altura. El proyecto cuenta con financiación de la FAPESP y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina (foto: Llama)

 

Por Elton Alisson

Agência FAPESP – En Astronomía, al contrario que en el fútbol, no existen señales de rivalidad entre Brasil y Argentina. Ambos países están uniendo esfuerzos para instalar en los próximos años un radiotelescopio con antena paraboloide de 12 metros de diámetro en los Andes argentinos, cerca de la frontera con Chile, y a 4.825 metros de altura.

Este aparato de observación astronómica forma parte del proyecto Llama –sigla en inglés de Long Latin American Millimetric Array, y un juego de palabras con el nombre en quechua del mamífero rumiante que habita en América del Sur‒ que entrará en actividad en 2017, según se prevé.

El proyecto cuenta con el apoyo de la FAPESP, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Argentina y de la Universidad de São Paulo (USP), mediante un convenio suscrito entre las referidas instituciones que estipula las condiciones para su ejecución.

El proyecto está coordinado por el profesor Jacques Raymond Daniel Lépine, del Instituto de Astronomía, Geofísica y Ciencias Atmosféricas (IAG) de la USP, y cuenta con la participación de investigadores del Instituto Argentino de Radioastronomía (IAR).

“La FAPESP destinará aproximadamente [su equivalente en reales] 9,2 millones de dólares a la construcción del radiotelescopio. En contrapartida, el ministerio argentino aportará un monto similar de recursos para la construcción del observatorio y para la realización de obras de infraestructura, tales como la adecuación del terreno donde se instalará el radiotelescopio”, declaró Lépine a Agência FAPESP.

El radiotelescopio estará emplazado en una montaña de Abra Alto Chorrillos, en la provincia argentina de Salta (1.600 kilómetros al noroeste de Buenos Aires). Operará en longitudes de ondas milimétricas y submilimétricas, entre la radiación infrarroja y las ondas de radio del espectro electromagnético, en frecuencias ubicadas entre los 100 y los 900 GHz (gigahertz).

Este aparato permitirá la realización de estudios prácticamente en todas las áreas de la Astronomía, lo cual abarca la evolución del Universo, los agujeros negros, la formación de galaxias y estrellas y el medio interestelar.

“Hay muchos objetos y regiones astronómicas que pueden observarse en las frecuencias ubicadas entre los 100 y 1.000 GHz, que no se pueden ver en las bandas ubicadas por debajo de los 100 GHz. Sin embargo, existen diversos radiotelescopios en el mundo que operan con frecuencias de radio situadas por debajo de los 100 GHz, pero pocos en las franjas ubicadas entre los 100 y los 1.000 GHz”, dijo Lépine.

Entre estos objetos y regiones astronómicas que podrán observarse con el radiotelescopio Llama se encuentran las nubes frías de gas y polvo donde se forman nuevas estrellas y galaxias como la Vía Láctea.

Con temperaturas de tan sólo algunos grados sobre el cero absoluto, esas nubes frías del medio interestelar forman “cortinas blackout” que tornan oscuras y opacas ante la radiación en el espectro visible captada por los telescopios ópticos a las regiones del Universo donde se forman las estrellas y las galaxias.

A través de la radiación milimétrica y submilimétrica captada por el radiotelescopio del Llama, será posible atravesar esas nubes frías de gas y polvo, divisar qué está detrás de ellas y observar objetos de brillo cada vez menor, además de explorar detalles de las fuentes de radiación, comentó Lépine.

“Las ondas de radio en las frecuencias de radiación milimétrica y submilimétrica son absorbidas por el vapor de agua de la atmósfera. Por eso los radiotelescopios debe instalarse en lugares de altura y con baja humedad”, explicó.

Cerca del Alma

El Llama será uno de los observatorios astronómicos más altos del mundo, junto al Alma (sigla en inglés de Atacama Large Milimeter/ Submilimeter Array), situado en la meseta de Chajnantor, a 5 mil metros de altura en el desierto de Atacama, en Chile, y al Atacama Pathfinder Experiment Telescope (Apex), el observatorio más alto existente en la Tierra, ubicado a 5.100 metros de altitud, también en el Llano de Chajnantor, que es un precursor del Alma.

El radiotelescopio del Llama estará emplazado a 150 kilómetros de distancia en línea recta del Alma, y su construcción también estará a cargo de una de las empresas proveedoras de la mitad de las 66 de antenas de radio de alta precisión –también de 12 metros de diámetro y operadas en las longitudes de onda del milímetro y del submilímetro– del observatorio chileno, que está considerado como uno de los mayores proyectos de radioastronomía en marcha en el mundo.

Las semejanzas de la antena del Llama con las del observatorio chileno –financiado por países miembros del Observatorio Europeo del Sur (ESO), aparte de Estados Unidos, Canadá, Japón y Taiwán– y la cercanía de ambos observatorios, permitirán que operen juntos en el modo interferométrico, señaló Lépine.

“Las antenas del Alma funcionan como un interferómetro: todas interconectadas y operando conjuntamente. Las señales que captan las 66 antenas se juntan, se combinan y dan origen a imágenes en alta resolución de las regiones observadas, similares a las que podrían obtenerse con un telescopio de 16 kilómetros de diámetro”, dijo.

Según el profesor del IAG-USP, la posición de la antena del Llama a 150 kilómetros de distancia de las del Alma permitirá que la misma opere como una antena más del observatorio chileno.

Como estará ubicado a una distancia mayor con relación a las 66 antenas del Alma, el radiotelescopio del Llama podrá producir imágenes del Universo con una resolución angular de imagen mucho mayor, estimó Lépine. “Cuanto mayor es el espacio existente entre las antenas, mayor es la definición de la imagen”, dijo.

Con todo, al principio las observaciones astronómicas del Llama se realizarán en el modo “antena única”. Sucede que la idea es empezar a hacer observaciones astronómicas más sencillas con una sola antena, pero que pueden ser auxiliares con respecto a las que se realicen en el modo interferométrico.

“Se puede hacer mucho en ciencia astronómica con una sola antena. Puede utilizársela para realizar mapeos de regiones del Universo con el objetivo de identificar potenciales blancos de posterior observación con el Alma”, señaló Lépine.

El Llama también podrá contribuir para acreditar a los astrónomos brasileños y argentinos para que utilicen el Alma y para competir por el tiempo de observación en los radiotelescopios del observatorio chileno en mejores condiciones.

Como la competencia internacional por tiempo de observación en los radiotelescopios del Alma es grande, los astrónomos que se postulan para utilizar el observatorio chileno para sus investigaciones deben contar con una determinada experiencia en radioastronomía de altas frecuencias y con conocimiento de la región del Universo que pretenden observar.

El Llama permitirá que astrónomos de Brasil y Argentina adquieran mayor experiencia con radioastronomía de altas frecuencias y presenten propuestas de observaciones mejor fundamentadas para el Alma, apuntó Lépine.

“Con el radiotelescopio del Llama también podrán observar previamente regiones del Universo que pretenden explorar con los radiotelescopios del Alma y dar mejor asidero a sus propuestas de observación”, señaló.

En el marco del primer llamado a la presentación de proyectos que se emitió desde el observatorio chileno, inaugurado en marzo de 2013, luego de 15 años de planificación y construcción, y a un costo de 1.400 millones de dólares, se recibieron más de mil propuestas.

Uno de los proyectos de investigación contemplados fue el de la profesora Zulema Abraham, del IAG-USP, que es investigadora principal del Proyecto Temático que cuenta con apoyo de la FAPESP para la construcción del Llama.

“Existe un interés de los astrónomos del Alma en colaborar con el Llama, teniendo en cuenta que si las antenas de ambos observatorios llegan a operar en el modo interferométrico, la resolución será mucho mayor”, estimó Lépine.

Una red latinoamericana de radiotelescopios

De acuerdo con Lépine, la idea es que el Llama sea la simiente que apunte a la formación de una red latinoamericana de radiotelescopios situados en distintos lugares y países de la región, que operen en el modo de Interferometría de Muy Larga Base (VLBI, por sus siglas en inglés).

En el hemisferio Norte hay una serie de redes de radiotelescopios pertenecientes a países tales como Estados Unidos –país donde está el Very Large Array (VLA), con 27 antenas de 25 metros de diámetro interconectadas y dispuestas en una extensión máxima de 21 kilómetros– o a La Unión Europea, que opera el European VLBI Network (EVN), con antenas dispersas por el continente europeo y por Sudáfrica. En tanto, el hemisferio Sur todavía no cuenta con una red de radiotelescopios.

Con el Alma y con proyectos como el Llama, sumados a otras iniciativas recientes de construcción de radiotelescopios en Latinoamérica –tales como la de un equipamiento de 30 metros de diámetro y una frecuencia de 43 GHz que China instalará en Argentina, la de radiotelescopios como el de Itapetinga, en São Paulo, y la de otro existente en Perú–, será posible empezar a implementar una red de radiotelescopios con el objetivo de explorar regiones del Universo que se observan mejor desde el hemisferio Sur. Entre ellas, el centro de la Galaxia, que está situado debajo de la línea del ecuador, señaló Lépine.

“Existe un gran potencial para implementar una red de radiotelescopios que operen mediante interferometría en América Latina, y hay grupos de investigadores en radioastronomía que pretenden instalar nuevas antenas en la región en el futuro, a distancias del orden de los centenares de kilómetros, para constituir dicha red”, dijo Lépine.

“El Llama puede hacer las veces de puente para la integración científica y tecnológica en radioastronomía en Latinoamérica”, analizó el científico.

 

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