Petbiomas tiene su origen en Genobiomas, creada en 2018 y orientada a soluciones biotecnológicas para la suinocultura (imagen: Petbiomas)

Innovación
Análisis del microbioma mejora la salud animal
04-12-2025

Startup apoyada por la FAPESP mapea las bacterias presentes en el intestino de animales de compañía para ofrecer sugerencias personalizadas de dieta

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04-12-2025

Petbiomas tiene su origen en Genobiomas, creada en 2018 y orientada a soluciones biotecnológicas para la suinocultura (imagen: Petbiomas)

 

Por Roseli Andrion  |  Agência FAPESP – Cuando los biólogos brasileños Flávio de Oliveira Francisco y Alan Branco regresaron de sus posdoctorados en Estados Unidos, en 2016, trajeron en el equipaje más que conocimiento científico: cargaban una visión emprendedora gestada en los pasillos de la Universidad de Harvard. Esa experiencia los llevó a fundar Genobiomas en 2018 y, posteriormente, en 2022, a segmentar hacia el sector pet con Petbiomas, hoy la única empresa de América Latina especializada en análisis de microbioma para animales de compañía.

La trayectoria, sin embargo, no fue lineal. Lo que comenzó como una solución innovadora para la suinocultura brasileña —un sector que mueve miles de millones de reales y afronta constantes desafíos con relación a los costos— se transformó en un negocio orientado al mercado pet. Este segmento facturó más de R$ 77 mil millones en 2024, un crecimiento del 12 % en relación con 2023, según la Asociación Brasileña de la Industria de Productos para Animales de Compañía (Abinpet) en colaboración con el Instituto Pet Brasil (IPB).

En Boston, cuna de algunas de las mayores innovaciones tecnológicas mundiales, Francisco y Branco se sumergieron en un ambiente en el que ciencia y negocios se conectan naturalmente. La región concentra innumerables universidades y centros de investigación, además de albergar gigantes farmacéuticas y biotecnológicas que transforman laboratorios en empresas multimillonarias.

En ese ecosistema único, los posdoctorandos asisten a las mismas conferencias que los CEOs. La dupla, entonces, absorbió una lección fundamental: los problemas complejos exigen soluciones científicas, pero las soluciones científicas necesitan de un mercado para prosperar. “Estábamos en Boston y había muchos workshops de emprendimiento para los alumnos”, recuerda Francisco.

Microbiota como clave

Al regresar a Brasil, la dupla se concentró en un desafío muy brasileño: los productores de cerdos locales tienen márgenes de ganancia muy estrechos. “Venden la carne por un precio muy cercano al costo de producción”, explica el investigador. “La ganancia puede ser del orden de centavos o pocos reales por kilo de animal y no es raro que tengan pérdidas.”

Brasil es el cuarto mayor productor mundial de carne porcina, según datos de la Asociación Brasileña de Criadores de Suínos (ABCS) basados en estadísticas del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), pero, en 2024, la producción se mantuvo estable, con un crecimiento de apenas 0.8 %. El principal villano de ese escenario es la ración, basada en maíz y soja – cuyas cosechas se exportan casi íntegramente, lo que deja el mercado interno dependiente de productos caros y sujetos a las oscilaciones del dólar.

Fue entonces cuando la dupla de biólogos vio una oportunidad: usar el conocimiento sobre la microbiota intestinal para hacer que los cerdos consumieran menos ración y aun así alcanzaran el peso ideal de faena. La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos (principalmente bacterias) presentes en el intestino animal, que tiene un papel fundamental en la digestión, la inmunidad e incluso el comportamiento. “Es como si fuera un órgano invisible que regula varias funciones fisiológicas.”

Antibióticos en la mira

Con apoyo del Programa Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE, por sus siglas en portugués), de la FAPESP, desarrollaron el primer proyecto y lograron comprobar que era posible hacer que los cerdos crecieran igual aun comiendo menos. Sin embargo, al participar en el Programa de Entrenamiento en Emprendimiento de Alta Tecnología (PIPE Emprendedor), otra queja de los productores llamó la atención: la presión internacional para eliminar los antibióticos promotores de crecimiento.

Estos medicamentos se administran a los animales en baja dosificación, diariamente, para prevenir infecciones en crianzas intensivas (en las que muchos animales permanecen juntos en espacios pequeños) y esta práctica genera preocupaciones sobre resistencia bacteriana. “Si un animal se enferma, todos se enferman”, comenta Francisco. “Para quien ya tiene un margen de ganancia muy pequeño, eso puede representar una pérdida enorme.”

La solución propuesta por Genobiomas, entonces, fue usar bacteriófagos —virus que atacan específicamente ciertas bacterias— para sustituir los antibióticos contra Salmonella y Escherichia coli, las principales villanas en la crianza de cerdos. En nueve meses de trabajo de laboratorio, el equipo encontró bacteriófagos eficaces contra esas bacterias.

Cuando llegó el momento de iniciar las pruebas en animales vivos, sin embargo, los científicos se toparon con barreras regulatorias. “La regulación demoraría mucho. Si la solución fuera categorizada como medicamento, por ejemplo, podría tardar de 10 a 15 años para ser aprobada.”

Cambio de rumbo

En marzo de 2020, los investigadores estaban listos para aplicar la solución en los animales, pero la llegada de la pandemia de COVID-19 dificultó el acceso a las granjas: toda la construcción de confianza con los criadores de cerdos se perdió. “En ese momento, la continuidad del proyecto se volvió inviable”, resume Francisco.

La dupla descubrió entonces una empresa estadounidense que actúa en el segmento de microbioma de mascotas. Como la reglamentación para animales de compañía en Brasil es menos rigurosa que la destinada a animales de producción y el mercado pet mostraba señales de crecimiento explosivo, la startup decidió dedicarse al segmento.

El crecimiento del 12 % en el sector pet brasileño en 2024 refleja la creciente humanización de los animales de compañía, que ahora son tratados como integrantes de la familia. A diferencia de la suinocultura, en la que cualquier costo adicional es problemático, en el mercado pet no se habla de costo, ya que se trata de la salud de un miembro de la familia.

Genobiomas creó entonces la marca Petbiomas para atender específicamente al segmento. “Generalmente, los tutores que nos buscan tienen mascotas con diarrea crónica incluso después de varios intentos de tratamiento”, cuenta Francisco. El servicio funciona de forma relativamente simple: veterinarios o tutores recolectan muestras de heces del animal, que son analizadas en laboratorio para mapear las bacterias presentes en el intestino.

Después de identificarlas, el equipo de la startup ofrece sugerencias personalizadas. “Si en el perfil de las bacterias el perro no tiene ninguna bacteria que digiera fibra, por ejemplo, sugerimos agregar más fibra en su alimentación”, ejemplifica. En casos más severos, la empresa indica veterinarios que realizan trasplante fecal – un procedimiento en el que las heces de un animal sano se trasplantan al animal enfermo para reequilibrar su microbiota.

Línea de suplementos

En el contacto con veterinarios, los científicos percibieron que los profesionales quieren más que diagnósticos: buscan una solución para lo que se detecta. Petbiomas, entonces, comenzó a desarrollar una línea de suplementos. El primer producto es un simbiótico, una combinación de probióticos (microorganismos benéficos vivos) y prebióticos (alimento para las bacterias del intestino).

Según Francisco, en Brasil todavía es común el uso de cepas humanas en probióticos para mascotas. “Eso limita los resultados”, señala. Petbiomas, por su parte, utiliza cepas específicas para animales de compañía y los tratamientos son más largos y eficaces. Además, la empresa ya desarrolla suplementos de fibras y productos para la piel, siempre a partir del análisis individual de cada animal.

Uno de los principales desafíos enfrentados por Petbiomas fue el educativo. “Como se trata de una tecnología innovadora, muchos veterinarios recién ahora están entrando en contacto con este tipo de solución”, explica Francisco. Por eso, muchos tutores llegan a la empresa a partir de búsquedas en línea, especialmente aquellos cuyos animales enfrentan enfermedades crónicas.

Ya está en los planes de la startup el desarrollo de cápsulas para trasplante fecal, que se administran por vía oral para repoblar el intestino de animales enfermos con bacterias benéficas. Actualmente, la empresa auxilia a veterinarios y tutores a comprar el producto de un socio en Estados Unidos. “Queremos desarrollarlo aquí en Brasil, pero sabemos de la dificultad de la reglamentación.”

Perspectivas futuras

La transición de la academia al emprendimiento no fue fácil para los investigadores. “Es difícil dejar de pensar como científico”, admite Francisco. “Para convertirse en emprendedor es necesario saber que habrá que desarrollar muchas habilidades nuevas y mantener siempre la mente abierta para aprender.”

La versatilidad y la capacidad de aplicar conocimiento científico sólido en diferentes contextos pueden ser justamente la clave para el futuro del emprendimiento basado en ciencia en Brasil. “¿El científico puede ser emprendedor? Sí, el científico puede ser todo”, enseña Francisco.

 

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