También se observó una merma en el riesgo de desarrollar hipertensión, resistencia a la insulina y dislipidemia (imagen: Hans/Pixabay)
El mayor estudio sobre el impacto de la ingestión de polifenoles en el peligro de padecer problemas cardiometabólicos abarcó a más de 6.000 brasileños que fueron objeto de un seguimiento durante ocho años
El mayor estudio sobre el impacto de la ingestión de polifenoles en el peligro de padecer problemas cardiometabólicos abarcó a más de 6.000 brasileños que fueron objeto de un seguimiento durante ocho años
También se observó una merma en el riesgo de desarrollar hipertensión, resistencia a la insulina y dislipidemia (imagen: Hans/Pixabay)
Por Maria Fernanda Ziegler | Agência FAPESP – Una dieta rica en alimentos tales como uvas, fresas, asaí, naranjas, chocolate, vino y café puede hacer disminuir hasta un 23 % el riesgo de padecer el síndrome metabólico, un conjunto de alteraciones hormonales y en el metabolismo que aumenta el peligro de que las personas desarrollen enfermedades cardiovasculares.
Esto fue lo que se comprobó en el marco de un estudio realizado con más de 6.000 brasileños, el mayor del mundo en lo que se refiere a la asociación de los efectos del consumo de polifenoles −compuestos bioactivos conocidos por su acción antioxidante y antiinflamatoria− en la protección contra problemas cardiometabólicos. Estos resultados se dieron a conocer en el Journal of Nutrition.
“Se trata de una buena noticia para las personas a quienes les gustan las frutas, el chocolate, el café y el vino, alimentos ricos en estos compuestos. Si bien la relación entre el consumo de polifenoles y la disminución del riesgo de padecer el síndrome metabólico ya se había identificado en estudios anteriores, nunca se la había verificado en una población tan grande [6.378 individuos] y en el transcurso de tanto tiempo [ocho años]. Con el resultado de nuestra investigación, ya no quedan dudas: la promoción de dietas ricas en polifenoles puede erigirse en una estrategia valiosa con miras a disminuir el riesgo cardiometabólico en la población y prevenir el síndrome metabólico”, afirma Isabela Benseñor, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP), en Brasil, y coautora del artículo.
Este trabajo integra el Estudio Longitudinal de Salud de los Adultos (ELSA-Brasil), que monitorea la salud de 15.000 empleados públicos de seis universidades y centros de investigación del país desde el año 2008. La referida iniciativa cuenta con financiación del Ministerio de Salud nacional y del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), vinculado al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) de Brasil. El análisis de los datos para la elaboración del artículo se concretó en la Facultad de Ciencias Farmacéuticas (FCF) de la USP, durante el posdoctorado de Renata Carnaúba, en el ámbito del Centro de Investigaciones en Alimentos (FoRC), un Centro de Investigación, innovación y Difusión (CEPID) de la FAPESP.
Entre los 6.378 participantes analizados, 2.031 desarrollaron el síndrome metabólico. Esta afección se caracteriza por la combinación de presión alta, obesidad abdominal y niveles sanguíneos elevados de azúcar (hiperglicemia), triglicéridos y colesterol (dislipidemia). Generalmente, el diagnóstico se emite cuando la persona presenta al menos tres de esos cinco factores.
La prevalencia del síndrome metabólico está aumentando en proporciones epidémicas en todo el mundo. En Brasil saltó del 29,6 % en 2013 al 33 % en 2022, según se consigna en investigaciones publicadas anteriormente.
“En futuros estudios pretendemos ahondar acerca del papel de los polifenoles en la protección contra las enfermedades cardiometabólicas. Lo que se sabe hasta ahora se refiere a cuestiones relacionadas con el poder antiinflamatorio y antioxidante de estos compuestos, aparte de una posible influencia positiva en la microbiota intestinal”, destaca Benseñor, quien coordina el ELSA-Brasil.
Una variedad de alimentos
Existen más de 8.000 tipos de polifenoles ya identificados en la naturaleza, y que los más conocidos y estudiados son los ácidos fenólicos (presentes en el café y el vino), los flavonoides (frutas en general, frijoles y chocolate), las lignanas (semillas y naranjas) y los estilbenos (uva tinta y vino tinto).
Para identificar qué sustancias ingerían regularmente los participantes en la investigación, se aplicaron cuestionarios. Se verificó la frecuencia de la ingesta de 92 alimentos ricos en distintos tipos de polifenoles. Se tuvieron en cuenta los efectos de diversos métodos de cocción y procesamiento para poder realizar mediciones precisas de la ingestión de estos compuestos bioactivos.
Con base en este análisis, se arribó a la conclusión de que un consumo elevado de polifenoles totales (469 miligramos diarios), provenientes de distintos alimentos, disminuyó un 23 % el riesgo de que las personas desarrollasen el síndrome metabólico en comparación con quienes registraron un consumo más bajo (177 mg/d). Una reducción similar del riesgo se registró con relación al consumo de ácidos fenólicos, un tipo específico de polifenoles abundantes en el café, el vino tinto y los tés.
Carnaúba explica que la cantidad de polifenoles asociada a la disminución del riesgo de padecer síndrome metabólico se refiere al valor total de consumo del compuesto, que se obtiene con base en la ingestión de diversos alimentos. “La variedad alimentaria es importante, pues una de las justificaciones que se esgrimen con relación a los efectos benéficos de los polifenoles en la salud reside en su capacidad de modular la microbiota intestinal. Este proceso puede estimular el crecimiento de bacterias beneficiosas conocidas como probióticas. Pero cuanto más diversa es la alimentación y más variadas son las fuentes de polifenoles en la dieta, mejor es el efecto sobre la microbiota intestinal y, por consiguiente, sobre la salud de la persona”, puntualiza.
De acuerdo con los análisis, el consumo más elevado de flavan-3-oles, un subtipo de flavonoides, apareció asociado a un riesgo un 20 % menor de desarrollar el síndrome metabólico. En la población estudiada, el consumo de flavan-3-oles ocurrió fundamentalmente con base en el vino tinto que, por sí solo, aportó casi un 80 % de la ingestión total de dicho compuesto. El chocolate también constituyó un aporte importante, ya que determinó un 10 % del consumo de flavan-3-oles en esa población.
En el estudio también se analizó el impacto de los polifenoles en otras cuestiones cardiometabólicas relacionadas con el síndrome metabólico, tales como la hipertensión, la resistencia a la insulina y los triglicéridos en niveles elevados, por ejemplo.
“Los resultados mostraron que los efectos de estas sustancias en el metabolismo y en las cuestiones cardíacas no son pocos. Independientemente de diversos factores de riesgo para la enfermedad, tales como el sexo, la edad, el tabaquismo y la actividad física, quienes ingirieron más polifenoles exhibieron hasta 30 veces menos probabilidades de desarrollar presión arterial elevada, 30 veces menos de presentar resistencia a la insulina y 17 veces menos probabilidades de tener triglicéridos elevados”, informa Carnaúba.
Puede leerse el artículo intitulado Associations between polyphenol intake, cardiometabolic risk factors and metabolic syndrome in the Brazilian Longitudinal Study of Adult Health (ELSA-Brasil) en el siguiente enlace: jn.nutrition.org/article/S0022-3166(24)01185-4/abstract.
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