Único ejemplar conocido del animal que, aunque bastante desecado, permitió su identificación como una especie nueva para la ciencia (foto: Taran Grant/IB-USP)

Museómica
Especie de rana-cohete extinta es descrita a partir de un único ejemplar conservado hace 62 años
20-11-2025
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Colectado por la herpetóloga Doris Cochran en 1963, en un área que hoy es un barrio residencial de Curitiba (Brasil), el ejemplar desecado del anfibio está depositado en la colección del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian Institution, en Estados Unidos

Museómica
Especie de rana-cohete extinta es descrita a partir de un único ejemplar conservado hace 62 años

Colectado por la herpetóloga Doris Cochran en 1963, en un área que hoy es un barrio residencial de Curitiba (Brasil), el ejemplar desecado del anfibio está depositado en la colección del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian Institution, en Estados Unidos

20-11-2025
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Único ejemplar conocido del animal que, aunque bastante desecado, permitió su identificación como una especie nueva para la ciencia (foto: Taran Grant/IB-USP)

 

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Quien camina hoy por el barrio Tarumã, en Curitiba (capital del estado de Paraná, Brasil), entre edificios, un autódromo y el mayor centro comercial de la ciudad, puede tener dificultad para imaginar arroyos, campos abiertos y áreas inundadas. Pero en los años 1960, el área albergaba una biodiversidad desconocida. En un estudio apoyado por la FAPESP, investigadores describieron una especie de rana-cohete que vivió en esa región y que, pese a ser nueva para la ciencia, probablemente está extinta en la naturaleza.

En el estudio publicado en la revista Zootaxa, investigadores de la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, y del Smithsonian Institution, en Estados Unidos, describieron la nueva especie, denominada Dryadobates erythropus, a partir de un único ejemplar colectado por la herpetóloga estadounidense Doris M. Cochran (1898-1968) en 1963, durante una visita a Brasil junto a la entomóloga Doris H. Blake (1892-1978).

El único ejemplar conocido del pequeño sapo, bastante desecado, está depositado en la colección del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian Institution (NMNH-SI), en Washington (Estados Unidos), donde Cochran trabajó durante casi 50 años.

La nueva especie, cuyo individuo mide alrededor de 14 milímetros de longitud, se considera “probablemente extinta”, ya que no se encontraron otros ejemplares en la naturaleza ni se hallaron registros en museos de historia natural. Forma parte del recién descrito género Dryadobates, que tiene al menos 13 especies, siete ya descritas, cuatro de ellas extintas entre los años 1960 y 1980 (lea más en: agencia.fapesp.br/55333).

“Las especies vivientes de este género son pequeños sapos diurnos, bastante abundantes, que serían fáciles de encontrar en la naturaleza. Dado que el hábitat de D. erythropus fue destruido y que ningún otro espécimen fue colectado en relevamientos extensivos en diversas localidades de São Paulo y Paraná durante los últimos 60 años, lo más probable es que esté extinta”, explica Taran Grant, profesor del Instituto de Biociencias (IB) de la USP y primer autor del estudio.

El investigador firma el trabajo junto a Paulo Durães Pereira Pinheiro, actualmente investigador en el NMNH-SI, quien tuvo una beca de posdoctorado de la FAPESP hasta 2023.

Dryadobates deriva de Dryades, una ninfa de la mitología griega, nombre que el naturalista von Martius atribuyó a la Mata Atlántica en su obra Flora Brasiliensis. El sufijo “bates” significa “aquel que camina”. Erythropus hace referencia a “pie rojo”, sobrenombre con el que se conocía a los trabajadores rurales que laboraban descalzos en la tierra rojiza típica del norte de Paraná.

Otras tres especies del género ya habían sido nombradas en referencia al estado donde se encontraron: D. alagoanus, D. carioca y D. capixaba, estas dos últimas aparentemente extintas.


Dryadobates bokermanni, que vive en el sur de Bahía, es una de las siete especies descritas del mismo género, que puede tener un total de 13 (foto: Taran Grant/IB-USP)

Diario de campo

Para asegurar la localidad exacta en que se recolectó el sapito, Grant tuvo que recurrir a otros registros además de lo que estaba escrito en una etiqueta adherida al animal. La Smithsonian Institution, a la cual está vinculado el museo, posee un amplio archivo dedicado a sus investigadores.

En el material referente a Cochran, Grant encontró su diario de viaje por Brasil. El documento resultó esencial para confirmar la localidad del animal. “Por lo que conocíamos de la distribución de este grupo, cuando vimos la referencia a Curitiba pensamos que ella podría haberse confundido con algún animal recolectado en Río de Janeiro, donde estuvo antes”, dice Grant.

Sin embargo, las características del animal no coinciden con las que Cochran describe como recolectadas en una laguna y sus márgenes en Río de Janeiro. En contraste, las anotaciones sobre Tarumã del 9 de enero de 1963 son muy claras al relatar que dos sapos fueron capturados en un “gran campo lleno de hormigueros y matorrales mordisqueados por vacas”.

La localidad del sapito descrito ahora se encuentra a unos 550 kilómetros al sur de la especie más cercana, D. olfersioides, del municipio de Angra dos Reis, estado de Río de Janeiro – también extinta. La gran distancia sugiere que debieron existir otras poblaciones del género entre esas dos localidades, ya fueran de las especies descritas o de otras extintas que quizá nunca lleguen a conocerse.

Museómica y ADN histórico

Entre las siete especies de Dryadobates formalmente descritas hasta ahora, tres solo se dieron a conocer gracias al uso del denominado ADN histórico (hDNA). En algunos casos, la técnica puede recuperar material genético incluso de animales conservados en museos por más de 100 años.

Como parte de su proyecto apoyado por la FAPESP, que permitió instalar un laboratorio para este tipo de análisis en la USP, Grant intentó extraer hDNA del sapito recolectado por Doris Cochran en 1963. Sin éxito.

“El curador del museo donde está depositado el ejemplar nos autorizó a retirar un pequeño pedazo de tejido para la extracción de ADN, pero no conseguimos encontrar material genético de sapo en cantidad suficiente, solo contaminación de ADN humano y de bacterias”, relata.

Debido al estado de conservación del ejemplar, el investigador cree que el animal murió antes de ser fijado en alcohol, aún dentro de la bolsa de recolección. Esta hipótesis se refuerza por la presencia de arena adherida a la piel del sapito. Por lo tanto, el ADN probablemente comenzó a degradarse mucho antes de lo que habría ocurrido si hubiese sido conservado en alcohol, que preserva moléculas que posteriormente pueden ser identificadas.

Las técnicas de museómica, como se las denomina, permiten recuperar fragmentos de ADN de al menos 20 nucleótidos, que luego se combinan para montar secuencias mayores. El ADN del sapito desecado de Cochran, sin embargo, está tan degradado que no fue posible identificar fragmentos mayores a esos 20 nucleótidos, lo que impidió su identificación molecular. “Quién sabe, con el avance de la tecnología, quizá esta identificación genética pueda realizarse en el futuro”, dice el investigador.

Aun sin los datos genéticos, los autores señalan características morfológicas que diferencian al animal de sus parientes más al norte, lo que permite clasificarlo como una nueva especie.

Para Grant, además de ser un recordatorio más de la necesidad de muestrear constantemente las áreas naturales y protegerlas, el trabajo es importante por rescatar las figuras históricas de Doris Cochran y Doris Blake, dos mujeres científicas que viajaron por el mundo y realizaron grandes contribuciones a sus campos de investigación. “De no ser por ellas, no sabríamos que alguna vez tuvimos esta especie”, concluye Grant.

El artículo A recently extinct new species of Dryadobates (Anura: Aromobatidae) from South Brazil: species description and implications for the historical distribution and recent extinction history of the clade puede leerse en: mapress.com/zt/article/view/zootaxa.5693.4.9.

 

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