Marcio de Castro, director científico de la FAPESP; Helena Nader, presidenta de la ABC; y Adriano Andricopulo, presidente de la Aciesp (foto: Daniel Antônio/Agência FAPESP)
La historia de una de las modalidades de fomento más exitosas y competitivas de la Fundación fue descrita en un libro lanzado el 6 de noviembre. El evento reunió a exbeneficiarios del programa que hoy ocupan posiciones de destaque en el escenario nacional de investigación
La historia de una de las modalidades de fomento más exitosas y competitivas de la Fundación fue descrita en un libro lanzado el 6 de noviembre. El evento reunió a exbeneficiarios del programa que hoy ocupan posiciones de destaque en el escenario nacional de investigación
Marcio de Castro, director científico de la FAPESP; Helena Nader, presidenta de la ABC; y Adriano Andricopulo, presidente de la Aciesp (foto: Daniel Antônio/Agência FAPESP)
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – Creado para atraer y fijar talentos científicos en el estado de São Paulo y descentralizar el sistema estadual de ciencia y tecnología, el Programa Jóvenes Investigadores (JP) de la FAPESP cumple este año tres décadas de existencia. A lo largo de este período, se consolidó como una de las modalidades de fomento más exitosas y competitivas de la Fundación.
Desde 1995, la iniciativa ha garantizado apoyo a casi 2 mil científicos que vivían el momento decisivo de transición entre el posdoctorado y el inicio de la carrera como investigadores independientes, otorgando recursos materiales para que pudieran montar su propio laboratorio, además de autonomía para conducir proyectos audaces e innovadores.
Parte de esa historia está descrita en el libro Jovens Pesquisadores – uma ideia que deu certo, lanzado el 6 de noviembre en un evento realizado en la sede de la FAPESP. Además de un breve historial del programa, la obra presenta análisis de dirigentes de la FAPESP sobre su contribución al fortalecimiento de la ciencia paulista y testimonios de 35 exbeneficiarios de esta modalidad de fomento que hoy ocupan posiciones de destaque en el escenario nacional de investigación.
“El programa JP, como se hizo conocido, es un ejemplo de una buena idea que funcionó muy bien. Una gran parte de ustedes, reunidos hoy en el auditorio de la FAPESP, son prueba de ese éxito”, afirmó Marco Antonio Zago, presidente de la Fundación, en un video presentado al inicio del evento.
La ceremonia de apertura contó con la presencia del director científico de la FAPESP, Marcio de Castro, de la presidenta de la Academia Brasileña de Ciencias (ABC), Helena Nader, y del presidente de la Academia de Ciencias del Estado de São Paulo (Aciesp), Adriano Andricopulo.
En su intervención, Castro recordó que el JP fue creado para responder a un desafío urgente a mediados de la década de 1990: asegurar que recién doctores con ideas innovadoras y energía creativa, que regresaban al país tras concluir su formación en el exterior, pudieran establecer sus propias líneas de investigación de manera independiente, en un ambiente competitivo y de excelencia.
“El JP contribuyó a diseminar la investigación de punta, estimulando la creación de nuevos núcleos de excelencia en instituciones que hasta entonces tenían poca tradición en investigación. Al hacer eso, la FAPESP ayudó a reducir desigualdades regionales y a ampliar la base científica paulista, diversificando temas, instituciones y perspectivas”, evaluó el director científico.
Castro también presentó resultados de un estudio elaborado por la FAPESP, a pedido del Consejo Superior, que ilustran el impacto del JP en la carrera de los beneficiados y en el sistema paulista de ciencia y tecnología. El levantamiento comparó datos de los 1,805 investigadores apoyados por el programa hasta agosto de 2025 con los de científicos que solicitaron el fomento, pero cuyo pedido fue rechazado.
Los beneficiados tienen una edad promedio entre 35 y 40 años y cerca del 90 % actúa en instituciones de enseñanza e investigación. Las principales áreas son: Salud (27.5 %), Exactas (22.9 %), Biológicas (19.2 %), Ingenierías (12.6 %), Ciencias Humanas y Sociales (9.3 %) y Agrarias (7.8 %). En promedio, la remuneración de los beneficiados es un 25 % mayor que la del grupo al que se le negó el proyecto. La media de artículos publicados es un 40 % mayor entre los beneficiarios, mientras que la media de citas supera la de los no apoyados en un 75 %.

Dario Zamboni, Gustavo Dalpian, Alessandra Alves de Souza y Carlos Cerri (foto: Daniel Antônio/Agência FAPESP)
“En tiempos de rápidos cambios tecnológicos y desafíos globales sin precedentes, es esencial garantizar que los jóvenes científicos sigan encontrando en São Paulo las condiciones y los incentivos necesarios para desarrollar ideas originales de alto impacto. La FAPESP renueva hoy su compromiso con esta misión”, dijo Castro.
A continuación, la presidenta de la ABC recordó que el JP fue inspirado en una iniciativa lanzada algunos años antes por la Universidad de São Paulo (USP) y concebida por el entonces prorrector de Investigación, Erney Plessmann de Camargo: el Programa Jóvenes Talentos. Mediante una convocatoria publicada en la revista Nature en abril de 1992, la USP reunió currículos de 400 investigadores brasileños en vías de doctoramiento o recién doctorados con experiencia internacional que podrían ser contratados como profesores colaboradores, con capacidad para actuar como líderes en investigación y enseñanza durante un período determinado. Cerca de 40 llegaron a ser contratados.
“Eso fue una revolución. Era una forma distinta de pensar. Entonces, Erney, dondequiera que estés, no solo lo que hiciste funcionó, sino que, años después, la FAPESP creó un programa que está aquí desde hace 30 años. En Brasil, la tradición es difícil. Y una tradición que funciona, es más difícil aún”, señaló.
Nader también destacó que la FAPESP creó recientemente variaciones del programa JP “más adecuadas al siglo XXI”, como el Programa Geração –dirigido a científicos en inicio de carrera sin vínculo laboral– y el Programa Proyecto Inicial (PI), destinado a recién contratados en instituciones de investigación del estado de São Paulo.

Tathiane Malta, Fabiana Komesu, Margaret de Castro, Lídia Rebolho Arantes y Rafael Silva Rocha (foto: Daniel Antônio/Agência FAPESP)
Por su parte, Andricopulo, quien lideró un proyecto JP entre 2002 y 2006, afirmó que el programa de la FAPESP fue “un parteaguas” en su trayectoria. A los jóvenes investigadores de hoy, subrayó que más que una oportunidad individual, iniciativas como esta son un llamado a la responsabilidad colectiva en un momento en que la ciencia es convocada a responder a problemas complejos en áreas como salud, cambio climático, energía, seguridad alimentaria, inclusión social y transformación digital, entre otras.
“Responsabilidad de formar nuevas generaciones y construir ambientes de investigación éticos, inclusivos y colaborativos. Responsabilidad de dialogar con la sociedad y comunicar la ciencia con claridad. Responsabilidad de utilizar el conocimiento no solo para avanzar fronteras académicas, sino también para mejorar la vida de las personas”, añadió.
La ceremonia de apertura fue seguida por dos mesas de debate que reunieron a exbeneficiarios del programa JP. Participaron Gustavo Dalpian (IF-USP), Alessandra Alves de Souza (Instituto Agronômico), Carlos Eduardo Pellegrino Cerri (Esalq-USP), Dario Zamboni (FMRP-USP), Margaret de Castro (FMRP-USP), Fabiana Komesu (Ibilce-Unesp), Lídia Rebolho Arantes (Hospital de Amor), Rafael Silva Rocha (CEO da startup ByMyCell) y Tathiane Malta (FMRP-USP). Ante un público compuesto en su mayoría por científicos en inicio de carrera, los ponentes hablaron sobre cómo consolidar una carrera científica independiente.
Ceremonia de incorporación de nuevos miembros de la Aciesp
En una ceremonia realizada el jueves por la mañana, también en el auditorio de la FAPESP, la Aciesp diplomó a los 19 nuevos Miembros Titulares elegidos en 2025, además de cinco nuevos Miembros Afiliados, que tendrán un mandato de cinco años (2025-2029). La lista completa puede consultarse en: https://aciesp.org.br/novos-membros-da-aciesp-eleicao-2025/.
Además de Marcio de Castro, Helena Nader y Adriano Andricopulo, la apertura del evento contó con la presencia de Vahan Agopyan, secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado de São Paulo, quien destacó en su intervención la importancia de mostrar a la sociedad que la ciencia es imprescindible para el desarrollo.
“La ABC y la Aciesp fueron creadas para debatir ideas y ejercer la multidisciplinaridad. Entonces, era muy bueno para nosotros, además de prestigioso. Pero en el siglo XXI las cosas son mucho más complicadas, mucho más complejas. La ciencia necesita ser escuchada. Pero no podemos imaginar que será escuchada si la sociedad no entiende nuestra función”, reflexionó Agopyan.
En su evaluación, la FAPESP ha contribuido a este desafío por medio de programas como los Centros de Ciencia para el Desarrollo (CCDs). “Están demostrando que, si el gobierno tiene algún problema, podemos resolverlo mediante la ciencia. Y para mi alegría, este año el resultado fue fantástico: 13 secretarías se interesaron, superando mis expectativas. Es una forma de que los políticos entiendan para qué sirve la ciencia”, afirmó.
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