Pescadores en Maceió (Brasil) presentan niveles de mercurio más altos que el promedio

Análisis de sangre y orina de la población que vive en el complejo lagunar Mundaú revelan una mayor presencia de contaminantes químicos y alteraciones en el metabolismo que pueden agravar enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión arterial. Los resultados exigen monitoreo de la salud de los habitantes y control de las fuentes de contaminación

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Investigadores de las universidades Federal de Alagoas (Ufal) y Estatal de Campinas (Unicamp), en Brasil, encontraron niveles elevados de mercurio en la sangre y la orina de poblaciones que viven en las márgenes de la laguna Mundaú, en la ciudad de Maceió, capital del estado brasileño de Alagoas. Los valores son superiores a los encontrados en otras poblaciones del mismo municipio con nivel socioeconómico similar, pero que viven alejadas de la laguna.

El estudio es resultado de un convenio entre la FAPESP y la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Alagoas (Fapeal) y fue publicado en el Journal of Hazardous Materials.

“Observamos un cuadro de estrés oxidativo sistémico en la población expuesta a la contaminación por mercurio, fenómeno relacionado con la aparición y el agravamiento de diversas enfermedades, entre ellas las cardiometabólicas. Ambas poblaciones analizadas presentaron una incidencia de alrededor del 20% de hipertensión arterial y 10 % de diabetes. Sin embargo, la que obtiene alimentos de la laguna podría presentar un agravamiento debido a la contaminación”, afirma Ana Catarina Rezende Leite, profesora del Instituto de Química y Biotecnología de la Ufal y una de las coordinadoras del estudio.

Los investigadores encontraron alteraciones en la cantidad, tamaño, volumen y función de los glóbulos rojos en la sangre de la población expuesta a la contaminación por mercurio, lo que puede llevar a anemia. Cambios en otros biomarcadores también señalan daños en órganos como el hígado y los riñones.

Se observó un aumento causado por el mercurio en los niveles de triglicéridos, uno de los factores de riesgo para enfermedades cardiovasculares. Además, los niveles de creatinina y urea eran elevados en la población contaminada por el metal, lo que sugiere disfunción renal.

El complejo lagunar Mundaú se comunica con el mar y recibe agua tanto del océano como del continente. Además, está conectado con canales secundarios de desechos domésticos e industriales de Maceió y de otras dos ciudades situadas en sus márgenes, que son las fuentes más probables de contaminación por mercurio y otros metales.

De las 125 personas cuyas muestras de sangre y orina fueron recolectadas, 60 eran residentes de la zona lagunar y consumían peces y mariscos (principalmente sururu) del lugar. Las otras 65 eran de otras partes de la ciudad, con poco o ningún contacto con el área contaminada.

En la orina, la concentración de mercurio fue de 0.48 microgramos por litro en el primer grupo, casi 2.5 veces más que en el grupo de control (0.18 microgramos por litro).

En la sangre, la concentración media de mercurio del grupo expuesto a la contaminación fue casi cuatro veces superior a la de la población que no tenía contacto con la laguna (3.40 microgramos por litro en el primer grupo frente a 0.93 en el segundo). El nivel más alto de mercurio en sangre encontrado entre las familias de pescadores de la laguna fue de 19 microgramos por litro de sangre.

La normativa brasileña define como límite máximo tolerable 20 microgramos de mercurio por litro de sangre. Sin embargo, agencias internacionales indican un rango entre 5 y 10 microgramos para poblaciones que consumen pescado, según el Programa Internacional de Seguridad Química, y un máximo de 6 microgramos, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).

“Nuestra legislación es muy permisiva. Sería necesario seguir a estas poblaciones durante algunos años para evaluar con precisión los efectos de la contaminación por mercurio, pero nuestros resultados ya muestran alteraciones significativas en el metabolismo, con menos oxígeno llegando a las células, lo que afecta su funcionamiento”, afirma Josué Carinhanha Caldas Santos, profesor de la Ufal que también coordinó el estudio.

Evidencias anteriores

Los resultados de los análisis en humanos fueron coherentes con los de un estudio experimental anterior realizado por el grupo. En ese estudio se analizaron los efectos de la contaminación por mercurio en su forma inorgánica en ratones con colesterol elevado, lo cual empeoró esta condición, el estrés oxidativo y la aterosclerosis.

“En los animales, una dosis considerada baja a moderada de la forma inorgánica del mercurio [menos tóxica que las formas orgánicas presentes en los alimentos, por ejemplo] fue administrada durante solo cuatro semanas y causó daños significativos en diversos tejidos, incluido el cerebro. Además, agravó notablemente las lesiones características de la aterosclerosis”, explica Helena Coutinho Franco de Oliveira, profesora del Instituto de Biología de la Unicamp y coordinadora del proyecto que apoyó el estudio.

Ambos trabajos tuvieron como primera autora a Maiara Queiroz y formaron parte de su maestría, dirigida por Leite en la Ufal y codirigida por Oliveira en la Unicamp.

Actualmente, Queiroz cursa el doctorado en el Instituto de Química de la Universidad de São Paulo (IQ-USP) con una beca de la FAPESP.

Políticas públicas

Los investigadores advierten que los resultados son pruebas sólidas para apoyar la implementación de políticas tanto ambientales como de salud. Es necesario eliminar o al menos mitigar la contaminación en la laguna, al mismo tiempo que se monitorea la salud de las poblaciones afectadas.

“De esta forma será posible comprender mejor y, tal vez, reducir los impactos de la contaminación”, señala Santos, de la Ufal.

En la continuación de la investigación, también se monitorearán otros metales que forman parte de los contaminantes de la laguna y que pueden potenciar los efectos del mercurio.

Sin embargo, uno de los barrios monitoreados por los investigadores, y uno de los más antiguos de Maceió, Bebedouro, ya no podrá ser visitado. El lugar fue evacuado en los últimos años por riesgo de derrumbe, debido a las actividades de minería de sal gema en su subsuelo.

El trabajo también contó con el apoyo de la FAPESP mediante un proyecto coordinado por el profesor Aníbal Vercesi, de la Facultad de Ciencias Médicas de la Unicamp.

El artículo Exposure to a contaminated environment and its relationship with human health: Mercury effect on loss of functionality and increased oxidative stress of blood cells puede leerse en: www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0304389425010039.