En 2023, Brasil batió el récord de exportación de carne bovina, con 2.29 millones de toneladas vendidas a 157 países (foto: Wikimedia Commons)

Cambios climáticos
Producción de carne bovina emite más del doble del límite de las metas de gases de efecto invernadero
08-05-2025
PT EN

En un artículo publicado en Environmental Science and Pollution Research, investigadoras de la Universidad Federal de São Paulo discuten la necesidad de que la cadena productiva adopte prácticas de mitigación de las emisiones

Cambios climáticos
Producción de carne bovina emite más del doble del límite de las metas de gases de efecto invernadero

En un artículo publicado en Environmental Science and Pollution Research, investigadoras de la Universidad Federal de São Paulo discuten la necesidad de que la cadena productiva adopte prácticas de mitigación de las emisiones

08-05-2025
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En 2023, Brasil batió el récord de exportación de carne bovina, con 2.29 millones de toneladas vendidas a 157 países (foto: Wikimedia Commons)

 

Por Luciana Constantino  |  Agência FAPESP – Uno de los pilares de la economía brasileña y también uno de los sectores responsables por las mayores emisiones de gases de efecto invernadero, la producción de carne bovina en Brasil, de la forma como es realizada actualmente, emite más del doble del límite necesario para cumplir las metas ambientales internacionales. Esta es una de las conclusiones de una investigación publicada en la revista Environmental Science and Pollution Research.

El estudio presenta una evaluación de escenarios predictivos de emisiones, junto con una valoración económica. Las investigadoras calcularon que las emisiones del sector pueden variar de 0.42 a 0.63 gigatoneladas de CO₂ equivalente (GtCO₂e) hasta 2030, mientras que el límite para cumplir con la meta de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) sería de 0.26 GtCO₂e. Por otro lado, estrategias de mitigación a lo largo de la cadena productiva podrían evitar pérdidas de hasta 42.6 billones de dólares y garantizar mayor competitividad.

La NDC (sigla en inglés para Nationally Determined Contributions) es el compromiso que los países asumieron en el Acuerdo de París, firmado en 2015 y que será revisado este año durante la COP30 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), que se celebrará en Belém, en la Amazonía brasileña.

En este compromiso están incluidas las metas de reducción de emisiones de los países, con directrices para la transformación del modelo de desarrollo, abarcando todos los sectores de la economía. El objetivo global es limitar el aumento de la temperatura media del planeta a 1.5 °C en relación con el período preindustrial (entre 1850 y 1900). Ese límite, sin embargo, se encuentra en riesgo – 2024 fue el año más cálido de la historia, con un aumento medio de la temperatura global de 1.55 °C, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

El estudio utilizó como base la NDC vigente hasta 2024 – una reducción de las emisiones del 43 % hasta 2030 en comparación con 2005. En noviembre, Brasil presentó a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) la nueva contribución, con el compromiso de reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero entre 850 millones y 1.05 billones de toneladas de CO₂ equivalente hasta 2035 – una disminución del 59 % al 67 % en comparación con los niveles de 2005.

“Sabemos de la importancia del sector de la carne bovina no solo para la economía, sino también para la alimentación de los brasileños. Nuestro objetivo no es decir: produzcan o coman menos carne, sino abrir una discusión sobre la forma actual de producción, que está vinculada a la deforestación, a altas emisiones y a la falta de adopción de técnicas sostenibles. De esta manera, no conseguiremos cumplir con las metas climáticas establecidas. Nuestros hallazgos muestran que es necesario adoptar prácticas que mitiguen las emisiones en toda la cadena productiva. Esto también contribuye a reducir los costos asociados al cambio climático”, afirma la primera autora del artículo, la bióloga Mariana Vieira da Costa, del Laboratorio de Economía, Salud y Contaminación Ambiental (Lespa, por sus siglas en portugués) de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), en Brasil.

En el estudio, las autoras utilizaron el llamado costo social del carbono (CSC), una forma de cuantificar el impacto financiero de las emisiones en la sociedad, y que sirve como referencia para la elaboración de políticas climáticas y la toma de decisiones.

El CSC representa los costos económicos causados por la emisión de una tonelada de CO₂, incluyendo impactos no comerciales sobre el medio ambiente y la salud humana, e incorporando consecuencias como las pérdidas en la agricultura y los daños provocados por eventos climáticos extremos. Estos costos pueden ser reducidos o redireccionados hacia inversiones en prácticas de producción ganadera más sostenibles a través de políticas públicas y líneas de crédito accesibles.

Según la investigación, el potencial de reducción de costos varía entre 18.8 billones y 42.6 billones de dólares hasta 2030, dependiendo del cumplimiento de las metas.

En 2023, Brasil batió el récord de exportación de carne bovina, con 2.29 millones de toneladas vendidas a 157 países, alcanzando una facturación de 10.55 billones de dólares. Las científicas consideraron la relevancia de la exportación de carne bovina para Brasil al calcular cuánto estaría disponible para el consumo interno en 2030, en caso de que la producción se redujera para mantenerse dentro del límite de emisión de 0.26 GtCO₂e necesario para cumplir con la NDC. El resultado obtenido fue de 2 a 10 kg de carne bovina per cápita (anuales).

“Siempre quise estudiar la relación entre la ganadería bovina y el cambio climático. Al principio, tuvimos dificultades para encontrar datos más detallados. Por eso, creamos nuestro propio indicador”, añade Costa, quien contó con la orientación de la profesora Simone Miraglia, líder del Lespa-Unifesp y coautora del artículo junto con la bióloga Daniela Debone.

Para Miraglia, los resultados son importantes, ya que, si no se logran reducciones significativas en las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento de la temperatura media global provocará impactos económicos adicionales, como la reducción de la producción agrícola, el aumento de los incendios forestales y la intensificación de los efectos sobre la salud, incluyendo la mortalidad, por ejemplo.

Escenario

En un período de casi cuatro décadas (de 1985 a 2022), el área ocupada por la agropecuaria en Brasil creció un 50 %, alcanzando los 282.5 millones de hectáreas – lo que representa un tercio del territorio nacional. De ese total, el 58 % corresponde a pastizales (actualmente 164.3 millones de hectáreas), según un informe del MapBiomas, una red colaborativa compuesta por organizaciones no gubernamentales, universidades y startups tecnológicas que mapea la cobertura y el uso del suelo en Brasil.

Aproximadamente el 64 % de la expansión agropecuaria fue resultado de la deforestación para establecer pastizales (64.5 millones de hectáreas). Este crecimiento se dio principalmente en la Amazonía, lo que llevó a que este bioma superara al Cerrado (bioma de la sábana brasileña) en área destinada a pastizales.

Las científicas señalan la necesidad de una sinergia entre la investigación y los productores rurales, con el objetivo de promover prácticas de producción más eficientes y con bajas emisiones, mediante la adopción de técnicas y tecnologías ambientalmente sostenibles. Además, destacan el papel que puede desempeñar el gobierno federal en la mediación e integración entre la investigación científica y la adopción de tecnologías por parte de los productores.

Mencionan que, aunque el Plan ABC+ actualmente facilita las inversiones de los ganaderos en prácticas intensivas, su adopción aún es baja. El Plan de Adaptación y Bajas Emisiones de Carbono en la Agricultura (ABC+) es una agenda del gobierno brasileño que se ejecutará entre 2020 y 2030, y da continuidad a la política sectorial para enfrentar el cambio climático en el sector agropecuario. Además de crear y fortalecer mecanismos para adoptar sistemas y prácticas de producción sostenibles, busca diversificar las fuentes e instrumentos financieros y fiscales.

Costa destaca que la diversificación de incentivos, como exenciones fiscales y la implementación de créditos de carbono, es esencial para estimular y promover cambios significativos a gran escala en el sector.

El trabajo contó con el apoyo de FAPESP mediante una beca de investigación otorgada a Costa y de otro proyecto enfocado en analizar la emisión de gases de efecto invernadero, el cambio climático y los indicadores de salud.

El artículo Brazilian beef production and GHG emission – social cost of carbon and perspectives for climate change mitigation puede ser leído en: link.springer.com/article/10.1007/s11356-025-36022-1.

 

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