Se evaluaron parejas que estaban sometiéndose a tratamientos de reproducción asistida en el Instituto Ideia Fértil, vinculado a la Faculdade de Medicina do ABC (imagen: RWJMS IVF Laboratory/Wikimedia Commons)

Salud
De qué manera los tratamientos de infertilidad pueden impactar en las relaciones familiares y laborales
23-01-2025
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En el marco de un estudio realizado con 242 parejas residentes en el Área Metropolitana de São Paulo (Brasil), los varones exhibieron un mayor nivel de conflicto entre el trabajo y la familia, mientras que las mujeres se vieron más afectadas por el estrés

Salud
De qué manera los tratamientos de infertilidad pueden impactar en las relaciones familiares y laborales

En el marco de un estudio realizado con 242 parejas residentes en el Área Metropolitana de São Paulo (Brasil), los varones exhibieron un mayor nivel de conflicto entre el trabajo y la familia, mientras que las mujeres se vieron más afectadas por el estrés

23-01-2025
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Se evaluaron parejas que estaban sometiéndose a tratamientos de reproducción asistida en el Instituto Ideia Fértil, vinculado a la Faculdade de Medicina do ABC (imagen: RWJMS IVF Laboratory/Wikimedia Commons)

 

Por Fernanda Bassette  |  Agência FAPESP – La infertilidad constituye un problema que afecta a entre el 8 % y el 12 % de las parejas en edad reproductiva en todo el mundo, y para algunas de ellas este problema interrumpe un proyecto de vida, que es el deseo de tener hijos y formar una familia. Los avances tecnológicos y de la medicina han vuelto posible la concreción de tratamientos de reproducción asistida, pero los mismos pueden ser física y psicológicamente agotadores para las parejas implicadas, debido especialmente a las expectativas con resultados que quizá no se logren.

Los impactos emocionales del tratamiento aparecen definidos en la literatura científica. La frustración con los resultados negativos impacta sobre el bienestar psicológico y social de la pareja, que puede desarrollar síntomas tales como depresión, ansiedad, rabia y estrés, lo que deteriora la calidad de vida. Pero ahora, en el marco de un estudio que contó con el apoyo de la FAPESP, realizado en la Faculdade de Medicina do ABC (FM-ABC), en Santo André, un municipio del Área Metropolitana de São Paulo, en Brasil, se investigaron por primera vez los conflictos entre el trabajo y la familia en esos pacientes, que pueden estar asociados con las faltas frecuentes, por ejemplo, motivadas por tener que ir a consultas médicas o a realizarse análisis.

Los resultados de este trabajo, publicados en la revista Psychology, Health & Medicine, indican que el nivel de conflicto entre el trabajo y la familia es mayor entre los varones, mientras que el estrés afecta más a las mujeres.

Se evaluó a un total de 242 parejas que se encontraban en tratamiento de reproducción asistida en el Instituto Ideia Fértil, vinculado a la FM-ABC, en el Gran São Paulo. Entre los participantes, el promedio de edad era de 37 años; un 60 % mujeres; un 67 % con estudios universitarios completos; un 37 % casados hacía más de diez años; un 26 % estaban casados hacía entre cinco y diez años, y un 37 % casados hacía cinco años o menos.

En la mayoría de los casos los tratamientos de reproducción asistida demandan tiempo y una importante inversión económica, factores que en ocasiones pueden ser estresantes para los pacientes que trabajan. Con todo, faltan datos en la literatura científica referentes al impacto de estos procedimientos en los conflictos entre trabajo y familia.

“Los pacientes infértiles en tratamiento pueden enfrentar la pérdida de sus empleos debido a sus frecuentes faltas para realizar consultas médicas y análisis. Suele ocurrir que la mujer solicite un certificado médico sin el logotipo de la clínica, por ejemplo, para que el empleador no sepa que está intentando quedar embarazada”, comenta Victor Zaia, docente del Programa de Posgrado en Ciencias de la Salud de la FM-ABC y autor responsable del estudio.

Asimismo, esos pacientes también pueden experimentar una mengua de productividad, dificultades de concentración, desafíos en la gestión de los efectos colaterales de los medicamentos y dificultades con la administración del tiempo. “El conflicto trabajo-familia surge cuando esas personas vivencian una tensión al intentar cumplir con sus responsabilidades profesionales y personales. Muchos afrontan estrés, fatiga, agotamiento emocional, trastornos del sueño, insatisfacciones, problemas conyugales y disminución de la productividad. Por consiguiente, esto puede resultar en conflictos entre esas funciones, con repercusiones físicas y psicológicas.”

Escalas de evaluación

Para arribar a los resultados, los investigadores aplicaron cuestionarios online con el objetivo de evaluar a las parejas. Éstas contestaron preguntas de cuatro escalas validadas internacionalmente: la Escala de Estrés Relacionado con la Infertilidad/Brasil (IRSS), la Escala de Resiliencia Connor-Davidson 10 (CD-RISC 10), la Escala de Soporte Social Percibido (PSSS) y la Escala de Conflicto Trabajo-Familia.

En la Escala de Estrés Relacionado con la Infertilidad, los voluntarios contestaron 12 preguntas concernientes al estrés interpersonal (de qué manera las situaciones de la infertilidad dificultarían el cotidiano de esas personas con sus amigos, con sus familias y con sus cónyuges) y preguntas sobre el estrés intrapersonal (en qué medida el problema de la infertilidad interfiere en su bienestar físico y emocional).

En la Escala de Resiliencia, los participantes respondieron diez preguntas sobre su capacidad para adaptarse a los cambios que suceden en la vida; acerca de cómo superar las dificultades después de padecer enfermedades u otros problemas y con relación a cómo pensar con claridad cuando se está bajo presión, entre otras.

La diferencia en este caso, según explica Zaia, radica en que la investigación se enfocó en algo que estaba ocurriendo en aquel momento –que era el tratamiento de reproducción asistida–, mientras que muchas investigaciones sobre la resiliencia se preguntan sobre algo que ya ocurrió en el pasado, en busca de la memoria. “En nuestro estudio, las personas estaban empezando el tratamiento de reproducción. Entonces el impacto −la situación de riesgo− estaba siendo vivido en el ahora.”

La tercera herramienta empleada en la investigación fue la Escala de Soporte Social Percibido, que, tal como su propio nombre lo dice, apunta a entender en 29 preguntas si el participante recibe y percibe algún tipo de apoyo emocional o práctico de su cónyuge, de la familia y de sus amigos.

Por último, los investigadores aplicaron la Escala de Conflicto Trabajo-Familia, la más importante dentro del recorte que procuraban estudiar. La misma tiene por objeto evaluar las interferencias entre el ambiente familiar y el ambiente laboral dentro de dos subescalas: Interferencia del Trabajo en la Familia e Interferencia de la Familia en el Trabajo.

En los análisis, los participantes del sexo masculino exhibieron una mayor resiliencia y menores niveles de estrés, tanto intrapersonal como interpersonal, en comparación con las mujeres que se encontraban en tratamiento de infertilidad. Sin embargo, los pacientes del sexo masculino informaron niveles más altos de interferencia del trabajo en la familia. Asimismo, hubo diferencias significativas de conflicto entre trabajo y familia con base en los ingresos de la pareja: aquéllos con ingresos más altos informaron más interferencias.

Por otra parte, el estudio apuntó que las mujeres en tratamiento de infertilidad exhiben niveles más bajos de resiliencia y niveles más altos de estrés, cosa que puede explicarse, según los autores, por las expectativas sociales alrededor de la maternidad, que es considerada un papel central para las mujeres. Los investigadores también hallaron correlaciones significativas entre la resiliencia y el soporte emocional, el estrés intrapersonal y el estrés interpersonal.

“El estrés por sí solo no explica en conflicto entre trabajo y familia. Pero arribamos a la conclusión de que, si la persona padece un mayor estrés, con poco soporte social y menos resiliencia, es muy probable que afronte mayores niveles de conflictos. Y si la persona no logra gestionar esos conflictos, probablemente padecerá más estrés, lo que lleva a una especie de círculo vicioso”, explica Zaia.

Desde el punto de vista de la práctica clínica, según Zaia, estos resultados pueden orientar a los profesionales de la salud en el trabajo con las parejas, en la búsqueda del fortalecimiento de las estrategias tendientes a mejorar y fortalecer los aspectos de la resiliencia y del soporte emocional. “Todas las cuestiones son importantes. Esa pareja está sufriendo. Necesitamos mejorar la comunicación y el apoyo, aparte de trabajar estrategias de manejo del estrés de manera tal que la adaptación al tratamiento pueda ser mejor”, explicó el investigador.

De acuerdo con Zaia, existen dos maneras de intentar sortear estos conflictos: la resiliencia (que es la capacidad de adaptarse a los cambios significativos en la vida) y el apoyo social. La resiliencia es considerada un factor de protección, pues puede moderar la relación entre el estrés y la calidad de vida disminuyendo los posibles efectos adversos del estrés relacionado con la infertilidad. Y el apoyo social, a su vez, ayuda porque estar rodeado de personas que brindan apoyo emocional y práctico puede disminuir la carga afectiva de la infertilidad, y también aliviar posiblemente los retos concernientes al tratamiento.

Reproducción asistida

La infertilidad se define como la incapacidad de quedar embarazada luego de al menos un año de mantener relaciones sexuales regulares desprotegidas. Los tratamientos de reproducción asistida existen, pero requieren de tiempo y de una alta inversión económica. Existen pocos servicios en el Sistema Único de Salud de Brasil (el SUS, la red nacional de salud pública) que brindan este tratamiento, y son sumamente restrictivos (imponen límites de edad, por ejemplo).

Un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en Brasil publicado en marzo de 2024 señala que el país posee 192 clínicas de reproducción asistida, de las cuales solamente 11 son públicas (un 6 %). El costo de un ciclo completo de fertilización in vitro variaba en 2023 entre los 15.000 y los 100.000 reales dependiendo de la cantidad de tentativas, del procedimiento aplicado y del lugar en donde se encuentre la clínica. La clínica que participó en el estudio al que aquí se hace referencia es una Organización Social y los pacientes atendidos en ella pagan solamente el costo de los tratamientos, que parten de los 3.000 reales.

Puede leerse el artículo intitulado Relationships between work-family conflict, infertility-related stress, resilience and social support in patients undergoing infertility treatment en el siguiente enlace: www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13548506.2024.2418437

 

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