Para capturar a los animales, el equipo instaló trampas en 20 puntos de la isla de Maracá, en Roraima (foto: Jordana Ferreira/Inpa)

Biodiversidad
Analizan cómo afrontan los cambios climáticos los anfibios y los reptiles en una isla de Roraima (Brasil)
05-12-2024
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En el marco de una expedición científica a la Estación Ecológica de Maracá, a unos 130 kilómetros de la ciudad de Boa Vista, capital de ese estado brasileño, se recolectaron más de 400 especímenes para investigar de qué manera estos animales lidian con el aumento de la temperatura previsto para las próximas décadas. Este trabajo forma parte de la Iniciativa Amazonia+10

Biodiversidad
Analizan cómo afrontan los cambios climáticos los anfibios y los reptiles en una isla de Roraima (Brasil)

En el marco de una expedición científica a la Estación Ecológica de Maracá, a unos 130 kilómetros de la ciudad de Boa Vista, capital de ese estado brasileño, se recolectaron más de 400 especímenes para investigar de qué manera estos animales lidian con el aumento de la temperatura previsto para las próximas décadas. Este trabajo forma parte de la Iniciativa Amazonia+10

05-12-2024
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Para capturar a los animales, el equipo instaló trampas en 20 puntos de la isla de Maracá, en Roraima (foto: Jordana Ferreira/Inpa)

 

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Un equipo de investigadores pasó 28 días en la tercera isla fluvial de Brasil en lo que hace a su tamaño: la Estación Ecológica (Esec) de Maracá, en el estado norteño de Roraima. En dicha unidad de conservación federal, situada a alrededor de 130 kilómetros de Boa Vista, la capital de dicho estado, los miembros de la expedición recolectaron unos 400 ejemplares de reptiles y anfibios, aparte de recabar datos morfológicos y ecológicos para evaluar las respuestas fisiológicas de estos animales al aumento de la temperatura.

“Nuestro proyecto se enfoca en el impacto de los cambios climáticos sobre los anfibios y los reptiles para mejorar los modelos predictivos de riesgo de extinción y el potencial de las especies para adaptarse a los cambios en el ambiente, por ejemplo. Para ello desarrollamos una serie de experimentos de campo y de laboratorio y analizamos un gran volumen de datos. Pero todo empieza con el muestreo de los ejemplares en la naturaleza y el recabado de la información asociada a ellos”, explica Fernanda Werneck, investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (Inpa), quien coordina los estudios.

Esta expedición forma parte del proyecto intitulado “Los cambios climáticos y la sociobiodiversidad amazónica: las perspectivas de la herpetofauna”, que cuenta con el apoyo de la Iniciativa Amazonia+10.

Aparte de la FAPESP, recibe financiación de otras cuatro Fundaciones de Apoyo a la Investigación Científica (FAP) de estados brasileños: Fapeam, del estado de Amazonas; Fundación Araucaria, de Paraná; Fapesq, de Paraíba, y Fapt, de Tocantins. La expedición también contó con el auspicio del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq), vinculado al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Brasil.

Werneck recuerda que ya se han realizado otras expediciones en el ámbito del proyecto a otras áreas amazónicas. Pero ésta, la primera que se concreta a la Esec de Maracá, implicó la puesta en práctica de una logística con mayores retos.

La isla alberga ambientes característicos de la zona, como los llamados labrados, formaciones abiertas dentro de la selva amazónica, aparte de las fisonomías boscosas de tierra firme. Pese a que se trata de una unidad de conservación integral, en donde solamente se permiten las visitas para la realización de estudios científicos, los alrededores de la Esec Maracá padecen la caza y la pesca ilegales, aparte de la acción de los garimpeiros. Hay en el lugar una base del Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio), vinculado al Ministerio de Medio Ambiente y Cambio del Clima de Brasil, que administra e inspecciona el área y que apoyó todas las etapas de la expedición científica.


Foto aérea de la base científica y de apoyo de la Estación Ecológica de Maracá. El entorno comprende ambientes boscosos y áreas abiertas naturales (foto: Romério Briglia/ICMBio/NGI Roraima)

En mayo de 2021, delincuentes invadieron esa base, mantuvieron rehenes a los brigadistas y se llevaron equipos que se les habían confiscado semanas antes a los garimpeiros que operaban en el área.

La Estación Ecológica es una de las últimas paradas antes de internarse en la Terra Indígena Yanomami, un histórico blanco de la minería ilegal en la Amazonia. Ésta fue la primera visita de científicos a la Esec desde la invasión de 2021 y contó con una escolta de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública.

“Pese al contexto previo de tensión en la zona, en ningún momento nos sentimos amenazados y los trabajos se concretaron dentro de lo programado”, comenta Felipe Augusto Zanusso Souza, investigador del Inpa, quien coordinó la planificación, la logística y la ejecución de la expedición.

Junto a otros seis miembros del equipo, Zanusso de Souza permaneció durante los 28 días en campo. La mayor parte del grupo, alrededor de 50 personas entre investigadores y personal de apoyo, se alternó en dos turnos de dos semanas.

La rutina

Luego de instalar trampas en 20 puntos en la isla, el equipo visitaba diariamente esos sitios para recolectar los animales capturados. Se concretaban también búsquedas activas diurnas y nocturnas en busca de reptiles y anfibios en el suelo y en la vegetación, como en los casos de las especies arborícolas. Los ejemplares se transportaban posteriormente hasta la base, en donde se los sometía a una serie de pruebas en el laboratorio de campo erigido durante la expedición.


Trampas de interceptación y caída. El método de captura pasiva consiste en interconectar cuatro baldes con lonas en formato de “Y” y realizar una revista diaria para recolectar anfibios y reptiles (foto: Jordana Ferreira/Inpa)

Investigadores de posdoctorado, becarios de apoyo técnico y de apoyo a la difusión del conocimiento y alumnos de maestría y doctorado de las instituciones participantes trabajaron juntos para recolectar material y realizar los experimentos, que darán origen a trabajos conjuntos y a partes de sus tesinas y tesis.

Éste fue el caso de Juliana Luzete Monteiro, quien lleva adelante su doctorado en la Facultad de Filosofía, Ciencia y Letras de Ribeirão Preto de la Universidad de São Paulo (FFCLRP-USP) con beca de la FAPESP. Su objetivo es estudiar la evolución del desarrollo sexual de los lagartos del género Hemidactylus.

“Capturé una especie autóctona de la Amazonia para analizar si existen diferencias entre los machos y las hembras en el rendimiento locomotor. En ese experimento, el animal corre por una pista con inclinaciones verticales y horizontales y filmamos todo. Luego evaluamos si existen diferencias y si las mismas pueden estar relacionadas con distinciones morfológicas entre los sexos, tales como el tamaño de las patas o de los dedos, por ejemplo”, comenta Luzete Monteiro, quien recolectó también tejidos de los animales para efectuar el análisis de los cromosomas sexuales.

Su trabajo es dirigido por Tiana Kohlsdorf, docente de la FFCLRP-USP que cuenta con apoyo de la FAPESP.

Entre los diversos experimentos realizados, los investigadores testearon las temperaturas de preferencia, el rendimiento locomotor y la tolerancia térmica de los reptiles y los anfibios de aquel lugar.

En uno de ellos, los animales quedaban dispuestos en una caja con ocho subdivisiones similares a pistas. La estructura era sometida entonces a un gradiente de temperaturas de frías a calurosas, entre aproximadamente 20 °C y 40 °C. La respuesta corporal se registraba minuto a minuto durante una hora. La media que se registró es lo que se denomina temperatura preferencial en laboratorio, que suministra un parámetro de aquella que sería la temperatura ideal para cada especie.


Experimento de temperatura crítica, en el cual se concreta el calentamiento o el enfriamiento del ejemplar en la cámara termal (a la izquierda) y luego se le mide su temperatura corporal (foto: David Ayronn/Rede BIOTA Cerrado)

En otro experimento, tras un descanso del anterior, los animales eran sometidos a temperaturas que variaban de 5 °C por debajo de la temperatura ambiente hasta 5 °C arriba y luego se los estimulaba a correr en una pista: cada carrera se grababa para posteriormente determinar la velocidad.


Experimentos de Rendimiento Locomotor, denominados “carreras”. Pueden ser tanto verticales (a la izquierda) como horizontales, dependiendo del tipo de hábito de la especie experimental. Las carreras se graban para luego analizar las filmaciones (foto: Jordana Ferreira/Inpa)

Por último, se sometía a los ejemplares a aumentos y descensos de temperatura y se los ponía panza arriba para determinar los críticos mínimo y máximo (o su tolerancia termal) con base en la temperatura a la cual dejaban de intentar volverse para corregir su postura corporal.

En el marco de nuevas expediciones, se repetirán estos mismos procedimientos en otras regiones amazónicas. Y en los laboratorios de las instituciones se analizarán los datos genéticos y de la expresión de proteínas ligadas al choque termal, entre otros factores. Toda esta información servirá de base para la elaboración de trabajos que se publicarán durante los próximos años.

Los animales capturados quedarán depositados en la Colección de Anfibios y Reptiles del Inpa (Inpa-H), en donde su acceso estará permitido a otros investigadores para la realización de nuevos estudios. El proyecto comprende también el monitoreo de los quelonios amazónicos en las cuencas de los ríos Araguaia-Tocantins y el río Negro.

En una vertiente socioambiental, el investigador Matheus Ganiko Dutra, vinculado a la FFCLRP-USP, realiza un análisis del discurso de las poblaciones ribereñas en lo que atañe a las relaciones entre el ambiente y el clima.

La mitigación

De acuerdo con el informe del año 2023 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el aumento de la temperatura media en el planeta hacia el año 2050 puede ser de entre 3,5 °C y 5,7 °C, dependiendo de las emisiones de gases de efecto invernadero de las próximas dos décadas.

“Resulta esencial entender ahora qué puede suceder con esas especies en un escenario de calentamiento global, a los efectos de que se puedan tomar medidas de mitigación a tiempo y realizar aportes a las estrategias de conservación de la biodiversidad con base en datos biológicos robustos”, culmina diciendo Werneck.

El equipo contó con la presencia de docentes, investigadores, posdoctorandos, maestrandos y doctorandos de las cinco instituciones que integran el proyecto, en el marco de la Iniciativa Amazonia+10. Aparte de la USP y el Inpa, participaron las universidades federales de Pará (UFPA), Paraná (UFPR) y Tocantins (UFT).

Otras colaboraciones comprenden la actuación de investigadores de la Universidad Federal del Amazonas (Ufam) y de la Universidad de Brasilia (UnB). Esta expedición solamente fue posible merced al trabajo de un gran equipo de apoyo: una labor que abarcó desde a los asistentes de campo hasta a los cocineros.

 

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