Foto: difusión/KRABS
Es una técnica diseñada por investigadores brasileños con el apoyo de la FAPESP que se basa en el empleo de anticuerpos y permite su aplicación directamente sobre la piel
Es una técnica diseñada por investigadores brasileños con el apoyo de la FAPESP que se basa en el empleo de anticuerpos y permite su aplicación directamente sobre la piel
Foto: difusión/KRABS
Por Roseli Andion | Agência FAPESP – Una técnica que ha sido estudiada por investigadores de la Universidad Federal del ABC (UFABC), en el estado de São Paulo, Brasil, podrá pronto erigirse como una alternativa más en el tratamiento de los pacientes con dermatitis atópica. La referida propuesta, que se vale de anticuerpos orientados hacia la inhibición de serinoproteasas, arrojó resultados bastante positivos en las pruebas de laboratorio. Con base en ello, el investigador del área de la biología molecular Marcelo Bergamin Zani decidió fundar la startup KRABS para desarrollar esta solución.
De acuerdo con el científico, la alternativa biológica para el tratamiento de la dermatitis atópica formulada como fármaco tópico es única: su competencia es un medicamento inyectable, cuyo costo puede llegar a los miles de reales en Brasil con cada aplicación. Y los pacientes deben aplicarse una inyección por mes.
“Es un tratamiento que se encuentra fuera del alcance de la mayoría de las personas”, sostiene Zani. “Nuestra propuesta será mucho más barata porque es posible disminuir la dosificación, ya que se trata de un fármaco tópico”. Cuando se aplica un fármaco inyectable, el cálculo se basa en el peso corporal, puesto que dicho medicamento se distribuye por todo el cuerpo, mientras que una fórmula que se emplea directamente sobre la piel se aplica solamente en la zona y en una cantidad mucho menor.
El tratamiento que compite también tiene una fórmula y un blanco distintos a los que emplea KRABS. “Ese fármaco no combate las características de la enfermedad, sino que ataca a las moléculas de señalización del sistema inmunitario”, explica Zani. “Por eso causa diversos efectos colaterales, ya que bloquea la actividad de ciertas moléculas relacionadas con la señalización del sistema inmunitario en general. En tanto, nuestro producto actúa sobre la enzima que provoca la descamación de la piel”, compara.
Poco antes de la pandemia, la empresa obtuvo la aprobación de un proyecto en el ámbito del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP para proseguir con las investigaciones. Empero, a causa de la necesidad del distanciamiento social, la financiación recién se puso en marcha en el mes de octubre del año 2021.
Una solicitud de patente
Actualmente, KRABS se encuentra en tratativas con una compañía farmacéutica brasileña para producir el medicamento cuando –luego de la concreción de los ensayos clínicos en humanos− sea aprobado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), el organismo nacional encargado de regular los nuevos medicamentos y procedimientos médicos. Se espera que esto se concrete a comienzos de 2026. Mientras tanto, la UFABC ha registrado la solicitud de patente del producto en Brasil, y KRABS ha hecho lo propio en EE. UU. y en Europa. Esta solución es inédita en el mundo y la startup paulista tiene la exclusividad de su licencia.
Según Zani, los pacientes con dermatitis atópica padecerán esta enfermedad durante toda su vida: se trata una desregulación enzimática o del sistema inmunitario y no se sabe si tiene cura. Por eso, un fármaco biológico es más recomendable en el tratamiento de estas personas: los medicamentos no biológicos pueden ocasionarle daños a la salud cuando se produce una exposición prolongada. “Es bueno usar un producto que no agreda a la salud. Los medicamentos biológicos son los más adecuados en esta situación”, explica Zani. “En este segmento, ofrecemos una alternativa única”, afirma.
En simultáneo, KRABS cuenta con una plataforma de desarrollo de nuevos anticuerpos en la cual se emplea la técnica phage display o de despliegue de fagos. Mediante esta, es posible desarrollar moléculas que pueden funcionar como fármacos o como diagnóstico basado en anticuerpos monoclonales, como los kits rápidos que se utilizan para detectar distintas enfermedades, por ejemplo.
El farmacéutico Jair Chagas, docente de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) y socio de KRABS, comenta que cualquier interesado en desarrollar un anticuerpo monoclonal puede consultar a la empresa para que el equipo lo elabore en esta plataforma. “Poseemos una biblioteca con 10.000 millones de moléculas distintas que pueden reconocer a los más variados blancos. Y esta herramienta tiene una diferencia importante: las pruebas no se hacen en animales.”
Básicamente, la plataforma permite seleccionar un anticuerpo de manera relativamente fácil y ubicarlo mediante técnicas de biología molecular en células que puedan expresarlo. De esta forma incluso, fue como identificaron al anticuerpo contra la enzima calicreína 7, para su empleo en el fármaco destinado a tratar la dermatitis atópica. En la biblioteca de moléculas, los investigadores seleccionaron una que inhibe a la enzima y desarrollaron la fórmula en hidrogel.
Una enfermedad común en los perros
La dermatitis atópica es muy común en los perros, por eso la startup pretende poner a prueba este producto en esos animales. “Es la principal queja de los dueños de perros. De allí que contemos con un modelo animal en el cual no es necesario provocar la enfermedad, pues la misma ya existe y puede tratársela con este producto”, destaca Chagas.
Mientras sigue adelante con el desarrollo del fármaco, la startup se prepara para las fases que transcurren después de los ensayos clínicos en humanos. “Para quienes la vayan a fabricar, aún presenta la ventaja de que ya existe el mercado veterinario en caso de que el modelo tenga éxito en canes”, dice Chagas. “Hemos llevado a cabo distintas etapas al mismo tiempo para que la estructura esté lista cuando se culminen las pruebas”, subraya Zani.
Otra preocupación reside en los ensayos clínicos en humanos: los investigadores ya piensan en la creación de los protocolos destinados a esta etapa. “Pretendemos adelantar la documentación para que esté lista cuando llegue el momento”, explica Chagas.
Existe también la posibilidad de que se recomiende la fórmula contra el síndrome de Netherton, una rara enfermedad autosómica recesiva. De concretarse esto, el medicamento será tratado como una droga huérfana. Esto hace que su aprobación se acelere en todos los entes responsables del mundo (en Brasil es Anvisa y en EE. UU. es la Food and Drug Administration, FDA).
Según Zani, una evaluación económica que efectuó el equipo señala que el producto puede salir al mercado con un precio que oscila entre los 150 y los 300 reales por pomo. Esto aún dependerá de otras variables, pero el precio es muy inferior al de la competencia. “Si tenemos en cuenta al mercado veterinario, de por sí la producción vale la pena”, sostiene Chagas.
KRABS se encuentra incubada actualmente en la UFABC. Y además forma parte del Centro de Ciencia Traslacional y Desarrollo de Biofármacos, un Centro de Ciencia para el Desarrollo (CCD) de la FAPESP instalado en el Centro de Estudios de Venenos y Animales Ponzoñosos de la Universidade Estadual Paulista, con sede en la localidad de Botucatu (Cevap-Unesp), orientado a la construcción de una fábrica de bioinsumos. “Son productos como éste los que estamos desarrollando”, compara Chagas.
La idea es que la startup se valga de la estructura del CCD cuando esté lista para elaborar los primeros lotes del producto. Los CCD congregan a investigadores abocados a la concreción de proyectos de investigación con impacto económico, tecnológico y/o social enfocados en problemas específicos. “La empresa está articulada con el sistema de investigación y desarrollo como parte de este programa.”
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