El programa tendrá una duración inicial de cinco años y comprenderá la realización de proyectos de investigación conjuntos, el otorgamiento de becas doctorales y posdoctorales, una conferencia anual sobre investigación oceánica y la adquisición de recursos para instrumentación (foto: Daniel Antônio/Agência FAPESP)
Esta iniciativa, lanzada el día 2 de abril en la sede de la FAPESP, contará inicialmente con la participación de científicos de Brasil, Argentina y Francia
Esta iniciativa, lanzada el día 2 de abril en la sede de la FAPESP, contará inicialmente con la participación de científicos de Brasil, Argentina y Francia
El programa tendrá una duración inicial de cinco años y comprenderá la realización de proyectos de investigación conjuntos, el otorgamiento de becas doctorales y posdoctorales, una conferencia anual sobre investigación oceánica y la adquisición de recursos para instrumentación (foto: Daniel Antônio/Agência FAPESP)
Por Elton Alisson | Agência FAPESP – Si bien representa el 11 % del volumen total de los océanos, el Atlántico Sur es el menos conocido entre éstos en términos científicos y con relación a su potencial económico. Con el fin de avanzar en la comprensión sobre la parte sur del océano Atlántico y también en lo referente al continente más frío del planeta, se presentó el pasado 2 de abril, durante un seminario realizado en la sede de la FAPESP en la ciudad de São Paulo, el Programa para el Atlántico Sur y la Antártida (PROASA).
Uno de los objetivos de esta iniciativa consiste en efectuar nuevas contribuciones con relación a ambos ambientes para aplicarlas a la hora de afrontar crisis planetarias y en la promoción del desarrollo sostenible.
“La cantidad de datos disponibles sobre el Atlántico Sur es sorprendentemente escasa en comparación con el Atlántico Norte, por ejemplo. Uno de los objetivos del PROASA es ayudar a llenar esa laguna y efectuar nuevos aportes en todas las áreas del conocimiento, lo que abarca la oceanografía física y biológica, los recursos oceánicos y su rol en la determinación del régimen pluvial, amén de los aspectos económicos, las relaciones internacionales y la diplomacia científica”, dijo Marco Antonio Zago, presidente de la FAPESP, durante la apertura del evento.
Inicialmente, el programa contará con la participación de científicos de Brasil, Argentina y Francia, pero otros países integrarán el consorcio de investigación.
“El Atlántico Sur baña tres países a su costado occidental [Brasil, Argentina y Uruguay] y cinco del lado oriental [entre ellos Sudáfrica, Namibia y Angola]. En Brasil, toca 14 estados además de São Paulo. De esta forma, existe un amplio espacio para la expansión [de las colaboraciones], que no necesita ceñirse a los países o a los estados brasileños limítrofes”, sostuvo Zago.
Una de las instituciones argentinas asociadas al PROASA es la Universidad de Buenos Aires (UBA). A juicio de Patricio Conejero Ortiz, secretario de Relaciones Internacionales de dicha casa de altos estudios, el programa contribuirá para incrementar la cooperación científica de su país con Brasil y Francia.
“Brasil es el principal socio científico de Argentina en términos de publicaciones científicas conjuntas, y Francia es el segundo. Brasil y Argentina necesitan profundizar la integración de sus capacidades científicas y tecnológicas para actuar como un sistema. Ambos países poseen bases sólidas, pero esa integración debe estar planificada y financiada”, sostuvo.
Desde el lado de Francia, una de las instituciones que adhirieron al programa es el Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), el mayor organismo público de investigaciones de ese país europeo. En opinión de Gilles Pinay, director científico adjunto del Instituto de Ecología y Medio Ambiente del CNRS, el PROASA constituye un refuerzo más en la colaboración científica entre Brasil y Francia, que ha cobrado impulso durante las últimas semanas con la presentación de iniciativas conjuntas con la FAPESP y la Universidad de São Paulo (USP) (lea más en: agencia.fapesp.br/51348 y agencia.fapesp.br/51347).
“Movilizaremos una gran parte de la comunidad de investigación de Francia, compuesta por más de 7.000 científicos, ingenieros, técnicos, doctores y posdoctores que trabajan en ciencias marinas, mediante convenios del CNRS con 17 universidades en esa área en Francia. También nos ocuparemos de alinear nuestros mecanismos de financiación y de hallar formas a través de las cuales podamos poner a disposición nuestros actuales buques de investigación científica, aparte de laboratorios, programas de investigación ambiental a largo plazo y estaciones en campo, especialmente en la región subantártica y en la Antártida, para la cooperación científica”, afirmó Pinay.
El PROASA también podrá contar con apoyo de la Comisión Interministerial de Recursos Marinos (CIRM) de Brasil −un consejo deliberativo y consultivo que coordina acciones relacionadas con la política nacional de recursos marítimos, implementa el Programa Antártico Brasileño (Proantar) y ejecuta el plan internacional de gestión costera–, tal como lo subrayó el contraalmirante Ricardo Jaques Ferreira, secretario de la CIRM.
“Existe la posibilidad de valernos de la CIRM para que el PROASA sea aún mayor”, afirmó Ferreira. “La Marina de Brasil suministra barcos y aeronaves para brindar apoyo a investigaciones científicas en el mar, en las islas oceánicas y en la Antártida, lo que permite que los investigadores embarquen en nuestros buques y utilicen nuestras instalaciones y estaciones científicas situadas en lugares remotos. Asimismo, coordina el ordenamiento del espacio marítimo, el Proantar y el programa de investigación científica en las islas oceánicas, que abarca a los archipiélagos de São Pedro y São Paulo y a las islas Trindade y Martim Vaz”, explicó Ferreira.
“Ya hemos suministrado apoyo a 7.400 científicos y estamos a disposición para contribuir con aquellos que comparten la misión de conocer mejor, proteger y utilizar el mar en forma ordenada y sostenible, como así también comprender los procesos que ocurren en altas latitudes, su relación con el Atlántico Sur y su impacto tanto regional como global”, dijo.
Lagunas en el conocimiento
De acuerdo con Peter William Thomsom, enviado especial del secretario general de las Naciones Unidas (ONU) para los océanos, en un informe elaborado por la Comisión Oceanográfica Intergubernamental publicado en 2022 se consigna que la descripción cuantitativa de los océanos se encuentra drásticamente incompleta.
“Nuestro conocimiento es todavía insuficiente. Por eso saludo calurosamente el lanzamiento del PROASA, que contribuirá para achicar las lagunas en el conocimiento del Atlántico Sur y del océano austral, cuyo papel es enorme en lo que concierne al bienestar de la humanidad”, dijo Thomsom en un video que se trasmitió durante el encuentro.
Los resultados de las investigaciones que se concretarán en el ámbito de este programa podrán contribuir al perfeccionamiento de los modelos climáticos, para que sea posible prever con mayor grado de certidumbre los impactos de los cambios climáticos oceánicos, según lo consignó Thelma Krug, presidenta del Global Climate Observing System, exvicepresidenta del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) e integrante del Consejo Superior de la FAPESP.
“Los océanos absorben alrededor del 25 % de las emisiones de gases de efecto invernadero y existe una preocupación científica porque no sabemos si este comportamiento se mantendrá con los cambios climáticos”, dijo Krug.
“Todos los modelos climáticos muestran que los océanos se verán altamente impactados por los cambios climáticos durante este siglo. Por eso necesitamos observaciones que puedan aportarnos en el diseño de modelos climáticos cada vez más robustos, para que podamos actuar en lo que hace a la adaptación y la mitigación”, sostuvo.
Uno de los ejes temáticos del PROASA, con relación a la infraestructura, consiste precisamente en expandir el sistema, la observación y el modelado del Atlántico Sur y la Antártida, según Alexander Turra, docente del Instituto Oceanográfico de la USP y coordinador del programa.
Alexander Turra, coordinador del PROASA (foto: Daniel Antônio/Agência FAPESP)
“La idea es crear una representación digital del Atlántico Sur y de la Antártida con el objetivo de echar mano de la ciencia para disminuir la vulnerabilidad de la sociedad a los riesgos relacionados con los océanos, tales como las inundaciones y los deslaves”, explicó Turra.
Otros dos ejes temáticos del programa están relacionados con el ambiente y con la sociedad. Con respecto al ambiente, la idea es entender la estructura, el funcionamiento y la importancia de los sistemas socioecológicos del Atlántico Sur y de la Antártida y sus conexiones. En tanto, en lo que concierne al eje referente a la sociedad, uno de los objetivos consiste en desarrollar una economía oceánica sostenible y equitativa mediante el fortalecimiento de las tecnologías transformativas.
“También pretendemos implementar acciones orientadas hacia la conservación y la restauración de la biodiversidad y los ecosistemas para desarrollar soluciones basadas en la naturaleza, y entender y combatir la contaminación marina, por ejemplo”, dijo Turra.
De acuerdo con Zago, el PROASA tendrá una duración inicial de cinco años y en su ámbito se concretarán proyectos de investigación conjuntos, se otorgarán becas doctorales y posdoctorales, se realizará una conferencia anual sobre investigación oceánica y se concederán recursos para instrumentación.
“Un objetivo fundamental del programa será la creación de un gran repositorio digital para que los participantes compartan datos con un fuerte apoyo de las tecnologías digitales y de la inteligencia artificial. En las próximas semanas, la FAPESP emitirá una convocatoria destinada a jóvenes investigadores que deseen ser de la partida y les solicitará a los participantes en el programa que creen las bases de un centro de procesamiento de datos y de un repositorio, con miras a facilitar la recolección y el acceso de todos a dichos datos”, afirmó.
También participaron en el evento de lanzamiento del PROASA Marcio de Castro Silva Filho, director científico de la FAPESP; Olival Freire Junior, director científico del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) de Brasil, y Vahan Agopyan, secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación del estado de São Paulo.
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