Investigadores brasileños alían genética y nutricosméticos y diseñan un producto para la salud capilar

Con el apoyo del programa de la FAPESP orientado hacia la innovación en pequeñas empresas, una compañía presenta una línea de tratamiento del cabello destinada a los consumidores finales

Por Luciana Constantino  |  Agência FAPESP – La calidad de la alimentación, el uso de productos químicos y de medicamentos, las condiciones hormonales, psicológicas y hereditarias, y, más recientemente, el COVID-19, constituyen factores que influyen sobre la salud del pelo. Por otra parte, el mercado viene ofertando cada vez más opciones de productos y tratamientos para diversos tipos de problemas capilares.

Normalmente prescritas por médicos y especialistas, las terapias personalizadas han venido ganando terreno. Frente a este panorama, científicos brasileños están lanzando una línea de tratamiento capilar basada en investigaciones con ADN y orientadas a los consumidores finales.

El producto en cuestión tiene una fórmula básica, desarrollada a partir de estudios con 17 SNP (las siglas en inglés para polimorfismos de un solo nucleótido) y 51 variantes genéticas. Esta fórmula básica se combina con algunos componentes o ingredientes claves, los nutricosméticos, de acuerdo con las necesidades del cliente. Y se la administra en cápsulas para su ingestión, que incluyen vitaminas E y los complejos B y C, aparte de aminoácidos esenciales.

Las células humanas poseen dos copias (alelos) de cada gen heredado de cada uno de los progenitores. Las diferencias de determinadas características (fenotipo) entre individuos quedan determinadas por pequeñas variaciones genéticas que, cuando suceden en más del 1 % de la población, se las conoce con el nombre de polimorfismos. Los SNP constituyen el tipo más común de los polimorfismos, en los cuales existe un cambio de un alelo en una posición específica del ADN.

Suele suceder que la presencia de un solo alelo variante es suficiente para determinar efectos de protección o de aumento del riesgo en función del polimorfismo como respuesta a un nutriente específico. Al detectar variantes en los genes, es posible “modular” una respuesta positiva inducida, por ejemplo, a través de la alimentación o de la ingestión de determinados compuestos.

“Estamos trabajando desde hace más de diez años con pruebas para el diagnóstico y el tratamiento capilar. Ya habíamos desarrollado una solución, que se les vende a los dermatólogos, que a su vez redactan las prescripciones con base en el análisis de los test del paciente. Resolvimos perfeccionar esa suplementación para que llegase directamente a los consumidores finales. El producto posee una base, que incluye aceites como el de linaza, vitamina D y una manipulación específica de acuerdo con las necesidades nutricionales de cada grupo que estructuramos”, le explica a la Agência FAPESP la investigadora Valeria Longo, fundadora de Katléia – Centro Avançado de Diagnóstico Capilar.

Katléia es una empresa derivada (spin-off) del Centro de Desarrollo de Materiales Funcionales (CDMF), un Centro de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID) de la FAPESP con sede en la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar) y coordinado por el profesor Elson Longo da Silva.

También con el apoyo de la FAPESP (proyectos 17/25796-3 y 16/15454-5) a través del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE), Katléia desarrolló dos pruebas para el diagnóstico y el tratamiento capilar –Hair Test y Hair DNA–, que los médicos y los profesionales del área aplican para evaluar a sus pacientes.

Los métodos

Para el primer test, es necesario enviar algunos cabellos a la empresa y contestar un cuestionario online –la anamnesis− con el fin de erigirse en el punto inicial para el diagnóstico de enfermedades capilares.

El material recolectado pasa por ensayos de tensión-deformación, que identifican cómo se encuentra el cabello internamente. Se evalúan los niveles de integridad de la queratina, de la maleabilidad del cabello y si existe una necesidad de agua y de lípidos, entre otros parámetros. El test cuesta 259 reales.

En tanto, Hair DNA es un test genético que analiza polimorfismos específicos vinculados con la salud capilar. Tras el resultado, se le recomienda una suplementación alimentaria personalizada al individuo para que mantenga la salud del cuero cabelludo. Con esta prueba, los investigadores identifican los perfiles relacionados con el envejecimiento del cabello, la metabolización de vitamina D, los niveles hormonales y el funcionamiento de los folículos capilares. Para el consumidor final, su costo es de alrededor de 1.500 reales.

Con base en las investigaciones desarrolladas en el transcurso de la última década referentes a estas pruebas, los científicos procuraron automatizar las etapas del proceso de diagnóstico para comercializarlo a gran escala.

Entre los análisis que la empresa investiga están los exámenes de las fibras capilares mediante el empleo de la técnica de calorimetría exploratoria diferencial (DSC) y el desarrollo de una escala de integridad cuticular y porosidad superficial, aparte de la adecuación y la estandarización de las fibras capilares ante tratamientos químicos, térmicos y físicos como el alisado, la decoloración y otros.

“Cuando se busca un diagnóstico genético, normalmente también se está buscando un tratamiento. Nuestro camino para el tratamiento incluye una solución personalizada, lo que en la práctica aportará beneficios reales para la salud de la persona. Trabajamos con un equipo multidisciplinario, que logra trazar un mapa genético del cabello”, dice Valeria Longo.

Una de las integrantes de ese equipo es la investigadora Thaiane Robeldo, responsable del proyecto intitulado “Cosméticos personalizados a medida: del diagnóstico al tratamiento”, financiado por la FAPESP.

El mercado

En los últimos años, incluso durante la pandemia de COVID-19, Brasil ha venido ocupando el tercero o el cuarto puesto en el ranking mundial de consumo de cosméticos, dependiendo del tipo de datos utilizados en la investigación (de ventas o de exportaciones, por ejemplo), y detrás fundamentalmente de Estados Unidos y de China.

Datos de la Asociación Brasileña de la Industria de Higiene Personal, Perfumería y Cosméticos (Abihpec) muestran que durante el primer semestre de 2022, las ventas (sin el agregado de impuestos) aumentaron un 10 %, impulsadas fundamentalmente por la categoría de maquillaje y perfumería.

Asimismo, se registró un crecimiento de las exportaciones del sector, que llegaron a 445,3 millones de dólares entre enero y julio –un 14 % más que en idéntico período de 2021–, de los cuales 14,4 millones correspondieron a productos para el pelo.

Entre los problemas más comunes que afectan al cuero cabelludo se encuentran la foliculitis (la inflamación en uno o más folículos pilosos provocada por infecciones virales, fúngicas o bacterianas), la dermatitis seborreica o caspa (asociada a la descamación y a la inflamación) y las alopecias (caída del pelo), como la areata (la enfermedad inflamatoria causada por diversos factores, tales como las enfermedades autoinmunes y genéticas, que derivan en la caída del cabello, dejando fallas) y la androgenética (calvicie).

Desde el comienzo de la década de 2000, el laboratorio de cosmetología del CDMF realiza test de eficacia para productos del sector y se ha convertido en un centro de excelencia en análisis y caracterización capilar, con el reconocimiento de organismos científicos nacionales e internacionales.

“Realizábamos pruebas de eficacia para la industria de cosméticos, pero siempre pensando en atender de la mejor manera a los clientes. Cuando los consumidores o consumidoras saben cómo se encuentra su salud capilar, logran tomar mejores decisiones. Si se tiene conciencia de lo que un alisado o una descoloración pueden provocar en el cabello, será posible tomar decisiones de manera más responsable”, afirma Valeria Longo.

Sepa más sobre la empresa ingresando en: katleia.com.br/.