Es una estimación a cargo de investigadores brasileños, y figura en un artículo publicado en Frontiers of Endocrinology. Los científicos se basaron en un trabajo internacional que apuntó una merma del 35% en el nivel de actividad física y un incremento del 28% del sedentarismo durante los primeros meses de la cuarentena impuesta por la pandemia (foto: StockSnap/Pixabay)
Es una estimación a cargo de investigadores brasileños, y figura en un artículo publicado en Frontiers of Endocrinology. Los científicos se basaron en un trabajo internacional que apuntó una merma del 35% en el nivel de actividad física y un incremento del 28% del sedentarismo durante los primeros meses de la cuarentena impuesta por la pandemia
Es una estimación a cargo de investigadores brasileños, y figura en un artículo publicado en Frontiers of Endocrinology. Los científicos se basaron en un trabajo internacional que apuntó una merma del 35% en el nivel de actividad física y un incremento del 28% del sedentarismo durante los primeros meses de la cuarentena impuesta por la pandemia
Es una estimación a cargo de investigadores brasileños, y figura en un artículo publicado en Frontiers of Endocrinology. Los científicos se basaron en un trabajo internacional que apuntó una merma del 35% en el nivel de actividad física y un incremento del 28% del sedentarismo durante los primeros meses de la cuarentena impuesta por la pandemia (foto: StockSnap/Pixabay)
André Julião | Agência FAPESP – Aun cuando ayude a controlar la propagación del nuevo coronavirus, el aislamiento social puede inducir comportamientos perjudiciales para la salud, tales como ingerir alimentos de peor calidad, pasar más tiempo sentados delante de las pantallas y moverse menos a lo largo del día. Los especialistas estiman que la disminución del nivel de actividad física que se detectó durante los primeros meses de cuarentena puede generar un aumento anual de 11,1 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y resultar en 1,7 millones de muertes.
Investigadores de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), en Brasil, presentaron estas estimaciones en un artículo publicado en la revista Frontiers in Endocrinology. En dicho texto, sus autores sostienen que se hace “urgente” recomendar la práctica de ejercicios físicos durante la pandemia.
“Trabajos recientes muestran que las personas diabéticas están sujetas a un mayor riesgo de desarrollar la forma grave de COVID-19. Y cuando no se controla bien esta enfermedad, las probabilidades de muerte son muy altas. Al mismo tiempo, otros estudios han demostrado que el confinamiento redujo considerablemente el nivel de actividad física, incrementó el comportamiento sedentario y empeoró la calidad de la alimentación. Advertimos entonces acerca de las consecuencias deletéreas de estas conductas”, afirma Emmanuel Gomes Ciolac, docente del Departamento de Educación Física de la Facultad de Ciencias (FC) de la Unesp, con sede en la localidad de Bauru, quien coordinó el estudio.
La primera autora de este trabajo es Isabela Roque Marçal, quien cursa una maestría en la FC-Unesp y realizó una pasantía de investigación en la Universidad de Leuven, en Bélgica, con beca de la FAPESP.
Entre los datos que sirvieron de base para la realización del estudio, los investigadores tuvieron en cuenta un mapeo internacional realizado en forma online por un grupo de 35 instituciones de investigación científica de varios continentes. De acuerdo con sus resultados, aún preliminares (referentes a los primeros mil voluntarios que contestaron un cuestionario), durante los primeros meses de confinamiento hubo una disminución del 35% en el nivel de actividad física y un incremento del 28,6% de los comportamientos sedentarios, como el de pasar más tiempo sentados y acostados, aparte de una mayor ingesta de alimentos no sanos. Estudios anteriores ya mostraban que la inactividad física fue responsable de alrededor de 33 millones de casos de diabetes tipo 2 en 2019 y de 5,3 millones de muertes en 2018.
Basados en los datos del período anterior a la pandemia, los investigadores estiman que la prevalencia actual de la inactividad física –esto es, la no realización de la cantidad mínima de ejercicios recomendada por las organizaciones del área de la salud– es del 57,3 % entre la población con más de 40 años y del 57,7 % entre personas con riesgo de desarrollar diabetes. Así las cosas, la falta de actividad física será responsable de un 9,6 % (11,1 millones) de los casos de diabetes y del 12,5 % (1,7 millones) de la mortalidad general en el mundo, en caso de que esta alta prevalencia se mantenga durante un tiempo prolongado.
Los ejercicios en casa
“Es importante destacar que existe una diferencia entre los niveles insuficientes de actividad física y la conducta sedentaria. Una persona insuficientemente activa es aquella que no llega a la recomendación mínima de la Organización Mundial de la Salud”, dice Ciolac. La OMS orienta a que los adultos con edades entre los 18 y los 64 años practiquen al menos 150 minutos de ejercicios aeróbicos moderados o 75 minutos de alta intensidad semanales.
Por otra parte, según añade el investigador, la conducta sedentaria está asociada al tiempo que la persona permanece sentada o acostada. Hay estudios que muestran que incluso individuos físicamente activos pueden padecer deterioros de su salud cuando pasan muchas horas frente al televisor o a la computadora, por ejemplo.
Por eso se recomienda que quienes trabajan durante muchas horas en la computadora se levanten cada media hora y realicen alguna actividad leve, durante entre dos y cinco minutos, tales como caminar por la casa o el ambiente de trabajo, subir y bajar escaleras o cualquier otra que les sea posible.
Asimismo, el confinamiento no debe impedir la realización de acciones físicas de mayor intensidad. Las recomendaciones de la OMS incluyen por ejemplo ejercicios que puedan realizarse siguiendo clases online, normalmente disponibles gratis en sitios web, pausas cortas a lo largo del día para bailar, jugar con los hijos o realizar actividades domésticas más intensas, tales como las de limpieza y jardinería, caminar dentro o alrededor de la casa, subir y bajar escaleras o incluso caminar parado en el mismo lugar.
El grupo de la Unesp recomienda también hacer ejercicios valiéndose del propio peso del cuerpo para fortalecer los músculos, tales como abdominales, sentarse y levantarse de la silla y flexiones, aparte de actividades aeróbicas cerca de casa que puedan concretarse en forma segura, tales como caminar, andar en bicicleta y correr. Todo esto sumado a una alimentación sana, con legumbres, frutas y verduras principalmente, y evitando los alimentos procesados.
Puede leerse el artículo intitulado The Urgent Need for Recommending Physical Activity for the Management of Diabetes During and Beyond COVID-19 Outbreak, de Isabela Roque Marçal, Bianca Fernandes, Ariane Aparecida Viana y Emmanuel Gomes Ciolac, en el siguiente enlace: https://www.frontiersin.org/articles/10.3389/fendo.2020.584642/full.
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