Un sondeo online realizado en ese estado brasileño con 11.863 personas revela también que para el 39% de las personas sentir tristeza o depresión pasó a ser algo común durante la cuarentena. El 26% informa una desmejora en el estado general de su salud (foto: Pixabay)

Más del 50% de los adultos de São Paulo manifesta ansiedad desde que empezó la pandemia
30-07-2020
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Un sondeo online realizado en ese estado brasileño con 11.863 personas revela también que para el 39% de las personas sentir tristeza o depresión pasó a ser algo común durante la cuarentena. El 26% informa una desmejora en el estado general de su salud

Más del 50% de los adultos de São Paulo manifesta ansiedad desde que empezó la pandemia

Un sondeo online realizado en ese estado brasileño con 11.863 personas revela también que para el 39% de las personas sentir tristeza o depresión pasó a ser algo común durante la cuarentena. El 26% informa una desmejora en el estado general de su salud

30-07-2020
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Un sondeo online realizado en ese estado brasileño con 11.863 personas revela también que para el 39% de las personas sentir tristeza o depresión pasó a ser algo común durante la cuarentena. El 26% informa una desmejora en el estado general de su salud (foto: Pixabay)

 

Por Karina Toledo  |  Agência FAPESP – Más de la mitad de la población adulta del estado de São Paulo, en Brasil, afirma sentir ansiedad o nerviosismo a menudo desde que comenzó la pandemia provocada por el nuevo coronavirus, según revela un sondeo realizado vía internet con 11.863 personas por científicos de la Universidad de Campinas (Unicamp), la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) y la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).

Para el 39% de los entrevistados, sentirse triste o deprimido pasó a ser algo común durante la cuarentena y casi el 30%, que dormía bien, empezó a enfrentar problemas de sueño. Estos datos se recabaron entre los días 24 de abril y 24 de mayo mediante la aplicación de un cuestionario online. Luego se los ajustó con base en los indicadores de la Investigación Nacional por Muestreo de Domicilios (PNAD, 2019) del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), a los efectos de que expresasen la misma distribución por sexo, franja etaria, raza y grado de escolaridad de la población paulista.

“Uno de los objetivos de esta iniciativa consistió en evaluar el estado de ánimo de los brasileños durante el período de aislamiento social, y los resultados muestran que, en ese aspecto, los adultos jóvenes [de entre 18 y 29 años] fueron los más afectados: el 54,9% manifiesta tristeza frecuente y el 69,7% ansiedad frecuente, en tanto que entre los ancianos esos porcentajes fueron del 25% y el 31% respectivamente”, comenta Marilisa Barros, docente de la Facultad de Ciencias Médicas (FCM) de la Unicamp y coordinadora del estudio junto a Célia Landmann Szwarcwald (Fiocruz) y Deborah Carvalho Malta (UFMG).

En la comparación entre sexos, las mujeres exhibieron porcentajes mucho más elevados que los varones: un 48,4% dijeron sentirse tristes o deprimidas a menudo y un 60,1% ansiosas o nerviosas, en tanto que entre los varones dichos índices fueron del 28,5% y el 40,6%, respectivamente.

Para 26,5% de los participantes, la salud en general desmejoró tras el comienzo de la pandemia. Alrededor del 40% empezó a padecer dolores de columna y el 56,6% de los que ya tenían problemas crónicos en tal sentido (el 32,7% de la muestra) informó un aumento del dolor. El porcentaje de personas consideradas activas físicamente (más de 150 minutos de ejercicios por semana) se redujo del 30,5% al 14,2%. Por otra parte, el hábito de ver televisión durante tres horas o más aumentó del 21% al 52%, y el uso de tablets o computadoras durante más de cuatro horas diarias trepó del 46,2% al 64,3%.

“El aumento del sedentarismo y del tiempo que se pasa delante de las pantallas ya era de esperarse, pero el porcentaje de personas con dolores de columna fue algo que nos sorprendió. Creemos que esto tendría relación con los cambios en las actividades habituales. Más gente pasó a dedicarse a las actividades domésticas, por ejemplo”, sostiene Barros.

La investigación revela también un deterioro en los hábitos alimentarios de los paulistas. El porcentual de los que comen verduras y legumbres al menos cinco días por semana cayó del 42% al 35,9%, mientras que el consumo de alimentos considerados no saludables (dos o más días por semana) creció: en congelados pasó del 8,6% al 13%; en aperitivos el salto fue del 8,5% al 13,7%, y en chocolates, del 46,5% al 52,7%.

También se registró un mayor consumo de bebidas alcohólicas y de tabaco en este período. “Si bien y afortunadamente la cantidad de fumadores en nuestra población es pequeña [el 15,7% de la muestra], el 28% sostuvo estar fumando más cigarrillos diariamente. El aumento fue mayor entre las mujeres [el 31,5%] que entre los varones [el 24,3%]. Asimismo, ese porcentaje apareció dos veces más elevado entre los que informaron sentir tristeza frecuentemente y tres veces más alto entre los individuos que se sentían a menudo ansiosos. Esta misma relación con el estado de ánimo se detectó entre el 18,4% de los entrevistados que afirmaron haber incrementado el consumo de bebidas alcohólicas”, comenta Barros.

Los ingresos y el trabajo

Aunque los temas relacionados con la salud constituyen el foco de la Convid Investigación de Conductas, el cuestionario online incluía apartados que les permitieron a los investigadores evaluar el impacto socioeconómico de la pandemia y de la cuarentena sobre la población estudiada.

En total, el 55,3% de las personas informó una disminución de los ingresos familiares y el 6,3% dijo haberse quedado sin ningún ingreso. La población más pobre (con ingresos per cápita inferiores a medio salario mínimo) fue la más afectada. En ese grupo, el 9,4% se quedó sin ingresos y tan solo el 26,4% logró mantener el nivel de ingresos anterior a la pandemia, mientras que en el segmento más rico (cuatro salarios mínimos o más) esos porcentajes fueron respectivamente del 6,9% y del 48,8%. Entre los trabajadores autónomos, el 91% informó acerca de la pérdida parcial o total de sus ingresos.

Con relación a la situación actual de trabajo, el 3% de los adultos de São Paulo perdió su empleo y el 19,1% permaneció temporalmente sin trabajar. Siguió trabajando fuera de casa el 19,5%, en tanto que el 27,4% adhirió al home office. En cuanto a las condiciones previas de trabajo, el 55,7% de los que trabajaban por cuenta propia dijeron haberse quedado sin trabajar, como así también el 26% de los titulares de empresas y de los trabajadores informales.

“Ya sabíamos que la pandemia está produciendo efectos sobre el empleo y los ingresos de la población, pero no estaba muy claro en qué proporción. Estos porcentajes fueron más elevados que los que yo esperaba”, declaró Barros a Agência FAPESP.

La investigadora también afirma haberse sorprendido con la alta adhesión de la población al aislamiento social. Poco más del 60% afirmó haber salido de casa durante el período estudiado solamente para hacer compras en el supermercado y en la farmacia, y el 15,7% salió únicamente por cuestiones de salud.

“Si consideramos solamente a los ancianos, el porcentaje de los que salieron únicamente para ir hasta un servicio de salud llega al 32%. Sin embargo, el 10% de las personas de más de 60 años siguió llevando una vida cuasi normal y trabajando fuera de casa”, comenta Barros.

Casi el 27% de los entrevistados dijo haber sentido síntomas de gripe durante el período de la investigación, y tan solo el 3,6% logró aplicarse el test para diagnóstico de COVID-19. De ese porcentaje, un 41,5% testeó positivo.

Con la mira puesta en los adolescentes

Con el objetivo de evaluar el impacto de la pandemia y de la cuarentena en la población con edades entre 12 y 17 años, los científicos lanzaron ahora la encuesta ConVid Adolescentes – Investigación de Conductas. Al igual que en la versión anterior, realizada con los adultos, el cuestionario puede contestarse vía internet y la información que se suministra es confidencial. Los interesados en participar pueden ingresar en el siguiente enlace: convid.fiocruz.br/index.php?pag=conviteadolescentes

“Los adolescentes deben contar con la autorización de sus padres en la cláusula de consentimiento para poder participar en la investigación”, explica Barros.

De acuerdo con la investigadora, el objetivo de ambos sondeos consiste en generar aportes para el desarrollo de intervenciones y la implementación políticas públicas que ayuden a minimizar los impactos negativos de la pandemia y del aislamiento social sobre la salud de la población (lea más en portugués, en: agencia.fapesp.br/33110).
 

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